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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

miércoles, 25 de mayo de 2016

DIA NACIONAL DEL IDIOMA NATIVO

27 de mayo:

CONMEMORANDO NUESTROS IDIOMAS ORIGINARIOS

Riqueza idiomática de nuestro
país
 Gabel Daniel Sotil García

Un idioma es el fruto de un larguísimo proceso de creación colectiva. No surge de la noche a la mañana sino por el esfuerzo continuo de una colectividad que comparte situaciones comunes en un extenso lapso de trato permanente entre sí y con su entorno.

Su creación obedece a la necesidad de comunicar sentimientos, pensamientos y cuanta vivencia interna es capaz de   producir la dinámica psicológica al entrar en relación con el mundo circundante.

El idioma expresa las situaciones comunes y más o menos permanentes que viven los miembros de un grupo humano. El idioma crea vínculos de identidad cultural-espiritual. Utilizarlo en el proceso educativo refuerza la formación de la personalidad de los educandos, brindando bases sólidas para un eficaz aprendizaje educativo.

Pero, socialmente todavía no hemos aprendido a valorarlo. Por eso es que debemos hacer todo el esfuerzo necesario para que las nuevas generaciones se apropien y hablen su idioma propio, originario, con orgullo.

Preservando la riqueza lingüística andina
Un paso importante es incorporarlo a la tarea educativa a través del profesor y el material educativo y una constante interacción con la comunidad.

Pueblo BORA preservando su cultura e
idioma
Por ello es que cada 27 de mayo, y desde 1975 (Decreto Ley 21156), debemos festejar, con mucha alegría, que en nuestro país tengamos muy diversos idiomas, “Esta fecha conmemora la diversidad lingüística del país y resalta la importancia de valorar las diferentes formas de comunicación de los pueblos y culturas que conviven en este territorio. Un idioma o lengua está íntimamente relacionado con las expresiones culturales y con la manera de concebir y explicar el mundo que nos rodea. Las múltiples lenguas enriquecen aún más nuestro patrimonio cultural y constituye un desafío de todos los peruanos y peruanas para crear vehículos de entendimiento y participación que permitan el desarrollo integral de los ciudadanos” (MINEDU – DIGEIBIR).

Cuando hacemos referencia a la diversidad lingüística, comprendemos tanto los idiomas andinos, costeños como amazónicos; es decir, en todo el territorio nacional, en donde, a estar por las recientes investigaciones que vienen siendo realizadas, “…existen 47 lenguas agrupadas en 19 familias lingüísticas que son habladas por 54 pueblos indígenas. No obstante, los estudios en este campo son escasos. A medida que se incrementen los trabajos en la Amazonía podrá ofrecerse un panorama más claro sobre el estado de las lenguas en nuestro país.” (Idem)

Baluarte de preservación de
nuestra riqueza lingüìstica
Ahora bien, si hay en nuestro país una región en donde deberíamos conmemorar una fecha como esta, es nuestra región, por su diversidad cultural y plurilingüismo originado por el esfuerzo creador de los Pueblos Indígenas asentados desde miles de años en nuestra Amazonía. Sin embargo, debemos reconocer que, por una serie de factores, entre los cuales se cuenta a la educación oficial, no se ha enfatizado esta característica de nuestra realidad socio-lingüística, existiendo aún una serie de prejuicios, que redundan en una falsa percepción de esta riqueza que, con esta celebración, debemos desactivar a la brevedad posible para que aprendamos a percibir a esta diversidad como lo que es: una riqueza espiritual de nuestra región y país.

Es de esperarse que, en especial, el magisterio entre a la senda de la revaloración lingüística y eduquemos a las nuevas generaciones en el cultivo de su respectivo idioma originario y el respeto y preservación de esta diversidad.






martes, 24 de mayo de 2016

Una mirada desde la Amazonía: Día mundial de la diversidad cultural para el diálogo y el desarrollo
http://2.gravatar.com/avatar/e23c47f010a5039920fe00afddfda786?s=38&d=mm&r=g BY PÓLEMOS
22
MAY
2016
Gabel Daniel Sotil García
Egresado de la  Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Educación con especialidad en Filosofía y Ciencias Sociales. Ex director del Instituto Superior Pedagógico Público “Loreto”. Ex director regional de Educación de Loreto..
 Pólemos
Aunque tardíamente, la humanidad recién está tomando conciencia de algunos aspectos de su esencia como especie. Concretamente, me estoy refiriendo a la diversidad cultural, que le es consustancial. Han tenido que suceder hecatombes de destrucción cultural en todo nuestro mundo, para darnos cuenta de que el etnocidio es un atentado contra la misma humanidad.

Aquí, en nuestra Amazonía, luego de casi medio milenio de un pertinaz proceso de destrucción de nuestra riqueza y diversidad culturales por parte de la cultura oficial y políticamente dominante, hoy subsiste parte de dicha riqueza aunque debilitada en algunos de sus logros.

Por ello es que el contenido doctrinal de documentos normativos tales como el Convenio 169 – OIT (1989), la Resolución sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (1998), la Declaración Universal de la UNESCO sobre diversidad cultural (2001), la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007) y el Informe Mundial de la UNESCO: Invertir en la Diversidad Cultural y el Diálogo Intercultural (2009), adquiere primordial importancia como expresiones de una nueva visión acerca de nuestra especie.

Y es que, nuestra región tiene una característica de la mayor importancia: SU PLURICULTURALIDAD: dicho a grosso modo, doce familias etnolingüísticas, o lenguas madres se vierten en más de sesenta culturas reales, dinámicas, efervescentes, de las cuales más de cuarenta están en Loreto, cuyo legado, hasta el presente, es todo un dechado de creatividad y todo un desafío para quienes pertenecemos a la cultura mestiza.

¿Qué significa esta DIVERSIDAD CULTURAL?

Dejemos que la UNESCO nos lo diga:

“Artículo 1 – La diversidad cultural, patrimonio común de la humanidad
La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan a los grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras”. (Documento fuente: Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural, 2-11-2001)

Ocho años después la misma UNESCO elabora un Informe Mundial que denomina “Invertir en la diversidad cultural y el diálogo intercultural” en el cual, luego de insistir en el significado de la diversidad cultural (entre seis mil y siete mil culturas) para la humanidad como especie, nos pone sobre aviso acerca de la globalización o mundialización, favorecida por los espectaculares avances científicos y tecnológicos, e insta a los gobiernos a que desplieguen los más grandes esfuerzos para fortalecer dicha condición promoviendo el denominado diálogo intercultural entre los miembros de las culturas dominantes en cada país y los pueblos originarios, por ser esenciales para el desarrollo y la convivencia pacífica.

Diálogo intercultural que implica respeto y tolerancia que deberían ser objeto de permanente búsqueda y praxis social, acerca de los cuales las autoridades, tanto nacionales como regionales, vienen evidenciando nula vocación, pues sus decisiones no superan el nivel del impacto declaratorio.

En consecuencia, este documento, de tan trascendente importancia para reconstruir nuestra sociedad, debe ser motivo de un profundo y reflexivo análisis en las instancias en que se toman decisiones de política educativa, tanto en el nivel nacional como regional e institucional, habida cuenta que “Las políticas en el ámbito de la educación tienen una repercusión muy importante en el florecimiento o el declive de la diversidad cultural, y deben intentar promover la educación por conducto de la diversidad y en favor de esta. Con ello se garantiza el derecho a la educación, reconociendo al mismo tiempo la diversidad de las necesidades de los educandos (especialmente las de aquellos que pertenecen a grupos minoritarios, indígenas o nómadas) y la variedad de métodos y contenidos conexa. En sociedades multiculturales cada vez más complejas, la educación debe ayudarnos a adquirir las competencias interculturales que nos permitan convivir con nuestras diferencias culturales, y no a pesar de estas. Los cuatro principios de una educación de calidad definidos en el informe de la Comisión Mundial sobre Educación para el siglo XXI (“aprender a ser”, “aprender a saber”, “aprender a hacer” y “aprender a vivir juntos”) sólo pueden aplicarse con éxito si la diversidad cultural es un elemento central de los mismos” (pág. 15), pues, “Si no se tiene en cuenta la diversidad cultural, la educación no puede cumplir su función de enseñar a vivir juntos”. (pág. 32)

Todo este trasfondo normativo internacional que, si bien no tiene un carácter vinculante para nosotros, sin embargo debe ser tenido en cuenta por cuanto representa los consensos supranacionales logrados hasta el presente en beneficio de la humanidad como especie. Es el caso que en nuestra región se vienen produciendo diversidad de situaciones nada favorables  para la preservación de nuestra diversidad cultural. Varios son los factores que contribuyen a esta característica nuestra se vaya debilitando, causando grave deterioro en los diversos pueblos originarios que aún subsisten.

Entre esos factores atentatorios contra nuestra riqueza cultural-espiritual se encuentran la educación misma, que sigue siendo un instrumento de imposición de la cultura mestiza, a través de la cual se imponen mensajes culturales ajenos a los intereses y logros de los Pueblos Indígenas, muy lejos de la necesaria interculturalidad que debería tener tanto en nuestra región como en todo el país. Los medios de comunicación social, predominantemente monolingües y de extracción urbana, sirven de instrumentos de imposición de los patrones comportamentales citadinos, imponiendo el habla castellana y difundiendo el consumismo y demás normas de actuación ajenos a los intereses de los pueblos originarios.

El sistema jurídico que dinamiza criterios de juzgamiento ajenos a los patrones de vida vigentes en el mundo indígena. La dinámica económica, planteada dentro de la perspectiva capitalista, que obliga a los miembros de los pueblos indígenas a someterse a las normas y leyes del mercado. La actividad extractiva de los recursos naturales, que impone mecanismos de interrelación que modifican los patrones tradicionales de los pueblos.

En fin, todos estos factores vienen atentando, con diferente grado de consecuencias, en la estructura y dinámica de los pueblos indígenas de nuestra región amazónica, posibilitando que la diversidad de manifestaciones culturales se vaya debilitando en pro de una homogeneización cultural que, a la larga, se produciría de no mediar una acción decidida del Estado e instituciones civiles para preservar esta riqueza, sustentada en el reconocimiento de que “La diversidad cultural es la riqueza de la humanidad”, tal y como lo declara la UNESCO.

En consecuencia, debemos sentirnos urgidos socialmente a adoptar nuevas estrategias para facilitar el diálogo intercultural, visibilizar con mayor nitidez nuestra riqueza cultural, mejorar la pertinencia de los contenidos de la educación, aplicar políticas lingüísticas para garantizar el multilingüismo, contrarrestar la difusión de estereotipos citadinos en los medios de comunicación e información y propiciar los intercambios de producciones artísticas y la circulación de los artistas, en el entendido de que nuestro país y región requieren conservar su diversidad cultural y propiciar el diálogo intercultural, para no perder nuestra esencia nacional, según lo propone el mencionado Informe Mundial.

Podríamos afirmar, finalmente que, si bien se reconoce la pluriculturalidad de nuestra región y, por ende, su multilingüismo, estas características todavía no son motivo de decisiones políticas de mayor trascendencia para preservarlas, con el énfasis y necesidad que tenemos. Es verdad que  existen diversos documentos, tanto del nivel nacional como internacional estableciendo normas orientadores y reguladoras de la dinámica intercultural, sin embargo, en nuestra Amazonía no se delinean con la claridad que deberían tener para lograr los efectos que, en estos momentos, se requiere para enfrentar con mayor decisión los problemas que afectan a este aspecto de nuestra realidad socio-cultural.

Tenemos, pues, aún una deuda pendiente con el proceso de visibilización de nuestra diversidad cultural amazónica, para ponerla en un primer plano en las decisiones de política, tanto nacionales como regionales.

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sábado, 7 de mayo de 2016

¿DICTAR CLASES?

Más reflexiones sobre la educación

Variados estímulos son utilizados en
las diversas estrategias para educar por
parte de los profesores.
Gabel Daniel Sotil García
  
En los ambientes educacionales, y también en los sociales en general, se ha consolidado una expresión que pretende traducir la labor que realizamos los Maestros en relación a los educandos en nuestras aulas o salones de clase.

Me estoy refiriendo a esa frase, muy frecuentemente utilizada para referirse a nuestra labor de educadores, como es la de “dictar clase”.

Pareciera que con ella hacemos referencia y expresamos a  plenitud la labor que cotidianamente  realizamos los profesores en nuestras aulas de clase.

Esta frase no traduce sino una tradicional forma de percibir la acción de los docentes de todos los niveles: inicial, primaria, secundaria y superior, que consiste en que el maestro, cuando hace su clase, recurre al dictado; es decir, parado frente a sus alumnos no hace sino transferir oralmente (dicta) o escribe en la pizarra, lo que él sabe para que lo aprenda el alumno, por repetición, luego de tomar nota minuciosa de cuanto haya sido expresado por el profesor respecto a un determinado tema.

Las explicaciones demostrativas son
un recurso frecuente de los profesores
para educar a sus alumnos.
En verdad, esta estrategia didáctica fue predominante en la conducción de las clases hace mucho tiempo, en el marco de lo que se denomina la “educación tradicional”, la misma que ya viene siendo superada por la recurrencia, por parte de los docentes, a muy diversas formas de incentivar el aprendizaje de los educandos, recursos que tienen mejores efectos formativos en ellos, sobre todo ahora que tenemos a disposición los adelantos de las tecnologías para educar, que son muy variadas y de mucho mayor eficacia que la simple transmisión del conocimiento a través del “dictado”, por sus efectos de estimulación integral.

En un actuar moderno, los educadores no dictamos clases: hacemos o desarrollamos nuestras clases.

Para ello planificamos un curso de acción para el logro que esperamos obtener y lo desarrollamos paso a paso despertando, estimulando las capacidades de nuestros alumnos, con la menor injerencia del docente, propiciando el autodescubrimiento del “nuevo” saber por parte del alumno.

Y es que dictar es un acto mecánico que consiste en transferir maquinalmente conocimientos del maestro a los alumnos, sin mayor movilización de las capacidades del educando, quienes constriñen su participación a un simple “tomar nota” de lo que dice el profesor. Es decir, no forma, mecaniza, automatiza, no activa las potencialidades biopsicológicas de los alumnos: su capacidad de observar, analizar, comparar, imaginar, expresar, relacionarse, actuar, valorar, decidir, proponer, enfrentarse a situaciones, proyectarse a su futuro, etc.
La interrogación, el diálogo, el análisis son
caminos propicios para la formación de la
personalidad de los alumnos.

Todo ello queda aletargado cuando se recurre al dictado.

¿Se acuerdan de la educación bancaria? (Paulo Freire)

Pues ésta se fundamentaba en el dictado, considerando que el alumno no era sino el gran receptáculo en donde el maestro le depositaba, le transfería, su saber, a un ser pasivo, receptivo, mecanizado, apto para reproducir el mundo y la cultura de su profesor, que era la del estatus quo.

Entonces, en los actuales momentos, el “dictado” es una obsolescencia pedagógica. Un arcaísmo didáctico.

Y, por lo tanto, los Maestros no recurrimos a esta estrategia, pues lo que queremos es educar, es decir, formar la personalidad del educando estimulando, motivando, orientando, analizando, recreando, valorando, etc., para brindarles y movilizar mecanismos de actuación racional, inteligente en el mundo que les toque vivir, para que sean agentes en permanente búsqueda de mejores condiciones de vida en su sociedad y contribuyan a una incansable ruta de humanización de nuestra especie.

La lectura, el trabajo grupal
eximen al profesor del
obsoleto dictado.
Decir entonces, en las actuales circunstancias, que los Maestros “dictamos clases”, expresa una profunda desubicación espacio temporal, histórica, una incoherencia psicocultural, pues ello implicaría que todo el universo de retos socioculturales y espirituales que hoy tenemos en el mundo moderno, no podríamos enfrentarlo, pues, recurriendo al obsoleto “dictado de clases”, no tenemos ninguna posibilidad por cuanto  los futuros ciudadanos no serían sino repetidores de las circunstancias en que hicieron su vida.

Por todo ello,  esperamos que en los ambientes escolares y, en especial, universitarios, en donde aún es frecuente esta expresión de “yo dicto clases en….”, sea superada para adentrarnos en la búsqueda de nuevas formas de relacionarnos con nuestros alumnos para contribuir con la formación de una personalidad pletórica de posibilidades de desarrollo, que deberán activarse cuando enfrenten las nuevas circunstancias que su futuro les depara. No olvidemos que nuestra labor formativa tiene como destino el futuro de los que hoy son nuestros educandos.