viernes, 13 de abril de 2012

CRECIENTE CATASTRÓFICA


Prof. Gabel Daniel Sotil García,  FCEH – UNAP

La invasión de las aguas ha
obligado a la construcción
de puentes.
En una exposición que realizara la Dra. Lizzi Wahl, hace algunos años, decía que “la Amazonía es una sinfonía que se toca en dos actos: la creciente y la vaciante”.

La aguas han alcanzado niveles
nunca antes vistos.
Sectores de cierta altura han
sido invadidos por el agua.
En estos momentos nos encontramos viviendo el acto sinfónico de la creciente. Pero, es una melodía que toca la naturaleza para decirnos en su lenguaje propedéutico que es necesario que la escuchemos más asiduamente, con más frecuencia y con más atención para conocerla y comprenderla mejor, pues no es aceptable que viviendo en su seno, no la tengamos en cuenta. 

Es su forma de protestar.

Ella nos dice ahora, con trágicas consecuencias sociales, tanto a nivel regional como local, que no debemos olvidarla. Que aquí, en este mundo verde las leyes que rigen son las naturales, a las cuales debemos sujetar las leyes humanas.

Las aguas están próximas  a los
medidores de corriente.
Puente construido con tablas para
facilitar el acceso de las personas.
Pero, infelizmente, interferencias políticas, ideológicas, mercantilistas, etc. vienen impidiendo que nos eduquemos, quienes vivimos en esta pródiga región, en su conocimiento profundo, en la comprensión de su forma de ser, en la visión de nuestro futuro en su regazo, en la necesidad de una relación respetuosa, armónica con ella.

Al contrario, fuerzas foráneas, con intereses protervos o engaños interesadamente creados, o inocencias cómplices, etc. vienen dirigiendo la conformación de una sociedad amazónica destructora, por acción o por omisión, de su propio patrimonio, cortoplacista,  sin visión de futuro, extractivista, con un actuar conflictivo con su propio entorno. Ignorante y despectiva de los logros culturales de los Pueblos Nativos.
Véase un grifo completamente
inundado

Sector urbano completamente
alagado
Las consecuencias, en su expresión más catastrófica, las estamos viviendo en estos momentos en que la naturaleza recupera su espacio invadido, violentado, ocupado sin su permiso.

Y esto nos demuestra, una vez más, que tenemos que diseñar una educación  con la que construyamos, en cada uno  de quienes vivimos en esta región, lo único que la naturaleza nos pide: AFECTO y RESPETO, a cambio de lo cual nos brinda todas sus bondades que, como sabemos, son grandiosas.

Eso, nada más solicita de nosotros nuestro BOSQUE: cariño por él y todas sus manifestaciones, delineadas en un proceso multimilenario, que hoy pone a nuestro servicio.

¿No seremos capaces de construir  una educación así?

Carpas de los damnificados.

Solo así, evitaremos que dentro de treinta o cuarenta años, tengamos otra tragedia, tal vez con más graves consecuencia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario