domingo, 14 de diciembre de 2014

ESTAMPAS DE LA SELVA (5): LA CANOA


 Gabel Daniel Sotil garcía

En bogar silencioso, la canoa sirve para
la pesca cotidiana.
La cultura de un Pueblo expresa las respuestas que éste da a los desafíos de su entorno. En el caso de la selva, tiene en la presencia del agua, uno de sus elementos más característicos en ríos, quebradas y cochas. Por ello es que una de las creaciones que comparten  dichos pueblos es la CANOA, como medio de transporte más frecuente de la Amazonía, pues solo requiere del agua y el impulso de un remero para ser movilizada.

Se la construye siguiendo pautas ancestrales aprendidas por la milenaria experiencia del bosquesino con su medio, que le ha dado un eterno acompañante para hacerle la vida más placentera y útil: el REMO.

En paciente espera, las canoas descansan en el
puerto ribereño.
Siempre fiel y paciente, espera ser usada en cada puerto en donde pasa las noches platicando con las estrellas que, cual mijanos celestiales, la arrullan con su luz y silencios rumorosos en horas de quietud.

Versátil, las hay de diversos diseños, de acuerdo con la inventiva y necesidad del pueblo: unas  alargadas, otras con mayor anchura pero todas llevan una quilla o pieza de madera adosada en la parte inferior de la  popa, que es la que da fijeza al desplazamiento generado por el impulso del remero.

Llevando a niños felices a sus labores escolares.
Dependiendo de la cantidad de familias, se puede ver a las canoas en el puerto de cada pueblo a la espera del diestro remero, niño o adulto, que la usa para todo propósito de transporte: de personas, animales y frutos del bosque, sea en creciente o sea en vaciante.

En las tardes lluviosas o en horas de sol canicular, la canoa está siempre lista para llevar y traer cuanto sea menester en viajes cortos a las casas y puertos vecinos  así como también a grandes distancias de largas jornadas.                      
En ella chimban (cruzan) los alumnos de una a otra banda para ir a su escuela o la usan los niños para jugar al pie del barranco, disfrutando de un fresco chapuzón.          
                 
Pero también acompaña al ribereño en sus largas jornadas de pesca en los ríos, cochas y tahuampas. Allí, en la intimidad del bosque o en río abierto lleva silenciosa al anzuelero o al intrépido tarrafero a cobrar su cuota de sustento familiar.

En fin, la canoa tiene la suficiente funcionalidad para ser usada en cuanta tarea sea menester en la vida del bosquesino, sea mestizo o sea indígena.

Por ello es que, en cada puerto, siempre estará la canoa presta para auxiliar al ribereño en sus diversas necesidades.


DISFRUTEMOS SU MULTIPRESENCIA EN 

NUESTRA AMAZONÍA


Apoyándose en su proa, el ribereño  lanza con
destreza su tarrafa desde la canoa.

En la pesca con barandilla, la canoa es compañía silenciosa para el ribereño.


Recurriendo a conocimientos ancestrales, el tronco de un árbol
es transformado en canoa.


En los puertos de cada caserío, siempre a la espera
de quienes requieran sus servicios.

También sirve para el traslado de pasajeros usando la vía fluvial.
   
En las riberas, la canoa es también  un elemento de
recreación para los niños.




Familia Urarina deslizándose con comodidad y seguridad.

Toda una familia trasladándose con la seguridad que da
el dominio de su conducción.
La pesca con anzuelo, en creciente o vaciante,
tiene en la canoa un eficaz aliado para los niños.

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