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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

miércoles, 11 de agosto de 2010

LA GRANDIOSA PERO IGNORADA RIQUEZA AMAZÓNICA


Prof. Gabel Daniel Sotil García


Cuando escuchamos a los investigadores hablarnos de la realidad amazónica, tienen la virtud de encandilarnos   describiendo la grandiosa riqueza ecológica, biológica, sociológica, cultural, lingüística y las infinitas potencialidades que en ella se incuban para lograr nuestro desarrollo a partir del uso pleno de nuestros recursos materiales y espirituales.

Casi nos anonadan cuando nos hablan de la complejidad de ecosistemas que conforman nuestra región, la diversidad de manifestaciones de vida animal y vegetal que en ellos se origina, la heterogeneidad de las creaciones culturales de los pueblos originarios de esta región, la peculiaridad de sus idiomas, costumbres, expresiones artísticas, mitos, religiones, etc. Por ellos hoy sabemos que somos una de las regiones con mayor biodiversidad en el mundo, que ocupamos tal o cual lugar de privilegio en cuanto a presencia de aves, peces, mariposas, monos, reptiles, etc. Que una flora prodigiosa es propia de nuestro ambiente (endémica la llaman ellos). Que nuestras variedades de madera son tantas que aún no las hemos inventariado totalmente. Que nuestros suelos merecen una especial atención. Que, en cuanto a raíces, cortezas, frutos, fibras, resinas, etc. abrigamos  incalculables posibilidades industriales en los campos alimenticio, medicinal, ornamental, etc. Que la sola presencia de nuestros ríos, cochas, tahuampas, sacaritas, quebradas, restingas, amaneceres y atardeceres constituyen toda una riqueza aprovechable para el logro de mejores condiciones de vida que las que actualmente nos agobian, si es que aprendemos a darles un uso inteligente.

Pero, infelizmente todo ese cúmulo de información es sólo de dominio de especialistas nacionales o extranjeros, que la han obtenido gracias a sus esfuerzos, a veces ni siquiera bien recompensados y en condiciones malamente aceptables, pues las instituciones que deberían apoyarlos,  apenas si lo hacen y el Estado (mejor dicho los Gobiernos de turno) casi los ignoran.

Pero el hecho es que ya existe guardada en una de las diversas formas en que hoy en día podemos codificar la información que vamos extrayendo de nuestra realidad: en material impreso y en su forma virtual.

Sin embargo, no está en donde también debería estar: en los ambientes académicos, en las instituciones educativas, para que se incorpore como agente condicionante del comportamiento individual y social; para que enriquezca nuestra visión social acerca de nosotros mismos.

Es que requerimos que ese fantástico universo de informaciones no sólo esté disponible para una élite o grupos selectos que lo disfruten, sino que se transforme en un bien de disfrute social e instrumento de cambio respecto a nuestra realidad.

Veamos sino qué información es la que circula en las instituciones llamadas educativas acerca de la Amazonía y comprobaremos que no sólo es deficiente y parcial, sino tergiversada; que termina por condicionar una actuación negativa, tanto de las personas como de los grupos sociales, respecto a nuestra realidad.

Veamos qué fauna es la que entra a las aulas como mensajes educativos. Veamos qué flora es la que conocen nuestros educandos. Veamos qué patrones climáticos son los que conocen ellos,  y entonces comprenderemos que si hay algo más ajeno a nuestros centros educativos es la propia realidad amazónica.

Entonces, tenemos que proponernos hacer una adecuada difusión de nuestra riqueza para que sea conocida por los educandos de hoy, para que aprendan a valorarla y, finalmente, se comprometan en su conservación.

En este aspecto, los investigadores científicos tienen la obligación moral de socializar sus descubrimientos acerca de nuestra realidad. Hacerlos conocer por la colectividad. En una situación como la nuestra, no basta con hacer la investigación si no la difundimos adecuadamente para que alcance a la mayor cantidad de miembros de nuestra colectividad.

De nada nos vale ser los primeros a nivel mundial en biodiversidad, por dar un ejemplo, si somos los últimos, también a nivel mundial, en conocerla. La riqueza pasiva no es un bien social. Tenemos que darle un rol social, pero, para ello, debemos conocerla.

Y para ello, debemos transformarla en mensaje educativo. Debe ser parte de lo que aprenden nuestros estudiantes de todos los niveles. Así como nos preocupamos por hacerlos conocer realidades lejanas, mayor preocupación debemos tener para que conozcan la realidad en la que hacen su vida, para que la comprendan, para que la transformen en mensaje psíquico, para que les sirva de referente en toda su actuación social. Tiene que pasar a ser riqueza interior en cada uno de nosotros. La pobreza interior, finalmente, anula la riqueza exterior, tal y como podemos comprobarlo hoy en día. No estamos capacitados ni para comprenderla, menos para aprovecharla inteligentemente.

Y esto es válido no sólo para quienes vivimos en el ámbito amazónico, sino en todo el país, pues es claro que quienes tienen hoy el poder para tomar decisiones en los campos político y social a nivel nacional, lo hacen a partir de equívocos o falsedades que terminan por agredir y profundizar los problemas que hoy enfrentamos en esta región.

Requerimos, pues establecer una política de acercamiento y comprensión a esta compleja pero grandiosa realidad de nuestra región. De no ser así, será inútil pensar en nuestro desarrollo sostenible, pues éste sólo es posible cuando en la colectividad existe el necesario substrato psíquico que posibilita una actuación social adecuada de todos sus integrantes.

Mientras la información que nos permita conocer nuestra realidad amazónica siga encapsulada, controlada y siendo privilegio de unas cuantas personas o segmentos sociales, no será posible  hacer de la educación el instrumento que debe ser para nuestro desarrollo, pues no podrá superar su inocuo teoricismo universalista que viene imposibilitando el logro de mejores niveles de vida en esta región, con tan asombrosa riqueza material y espiritual.

Foto: Niños en Jardín, del autor.




domingo, 25 de julio de 2010

LAS CARAS DE LA POBREZA


A propósito de nuestra lucha contra la pobreza

Gabel D. Sotil García

Tradicionalmente, el término POBREZA se relaciona con una deficiente disponibilidad de recursos económicos que afecta a una persona, familia, grupo humano, etc. Ser pobre, se piensa, es carecer de dinero para cubrir la atención de las necesidades básicas. Es decir, bajos niveles de ingresos y de consumo, que imposibilitan el acceso a los servicios de salud, de saneamiento, de educación y de trabajo.

Pero, esa percepción de la POBREZA, hace mucho que ha sido superada. Los análisis socio-económicos, las nuevas tendencias socio-políticas, la revolución en los criterios socio-jurídicos, etc. vienen proporcionándonos elementos teóricos para ver a la pobreza como un concepto multidimensional, menos simplista, más elaborado.

Hoy, la POBREZA es concebida como un problema sumamente complejo, de carácter histórico-cultural, político-económico y ético-jurídico.

Por ello es que POBREZA significa también, además de lo dicho, la incapacidad de las personas para ejercer y hacer valer todos sus derechos; es carecer de participación en las decisiones o en las acciones que orientan el vivir como ser social; es la falta de oportunidades para ejercer ampliamente las propias capacidades y habilidades; es no poseer medios para asegurar y vivir la propia cultura, la identidad propia, la etnia propia o la condición propia de ser hombre, mujer o niño/niña. La pobreza significa vivir sin calidad de vida.

En la realidad social concreta, la pobreza se manifiesta de múltiples maneras, que las podemos observar cotidianamente, con tanta frecuencia, que ya no les damos mayor importancia y hasta dejan de preocuparnos, pues nos habituamos a ellas. La pobreza se manifiesta a través de la falta de servicios básicos, del amanecer sin perspectivas, del adormecimiento existencial, de la frialdad ante la vida, de la falta de trabajo, de un ambiente insalubre, de las diversas formas de inequidad, etc.

Ahora, bien, para que se produzca la POBREZA en un determinado escenario humano, tienen que confluir un universo complejo de factores de diversa naturaleza pero todos de origen humano, por cierto.

Pero, entre ellos, hay uno de la mayor importancia: el factor gestión social. Es decir, podemos vivir en la pobreza, sin embargo, estar rodeados de riqueza material, riqueza que se expresa en las materias primas o recursos naturales. Estos pueden ser abundantes, pero por sí solos no generan la riqueza social. Es sólo la gestión social transformadora la que posibilita que la riqueza natural se convierta o devenga en riqueza social.

Esto nos recuerda la conocida e inolvidable frase que se atribuye al sabio A. Raimondi: “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”. El banco de oro son los ingentes recursos naturales que poseemos en este grandioso espacio llamado Perú. Recursos que, por falta de visión de quienes nos gobiernan siguen siendo meras potencialidades sin uso social o al servicio de unos cuantos, o exportados para enriquecer a otros países, mientras que nosotros seguimos empobrecidos y empobreciéndonos cada vez más.

Es a esto a lo que se viene llamando “la maldición de los recursos naturales”, pues la mayoría de países que los poseen en abundancia, son hoy considerados sociedades pobres y muy pobres pues, por acción de una serie de factores confluyentes en sus respectivas realidades, han sido condicionados para percibirse y asumir el rol de simples abastecedores (exportadores) de dichas materias primas, sin preocuparse de preparar a sus miembros para generar las condiciones materiales y subjetivas que las ponga al servicio social.

Países en los cuales predomina toda una estructura psicológica y socio-política, que es alimentada tanto desde adentro de sí mismos como desde afuera, para que sigan manteniendo esa estructura, que es la que los mantiene en la pobreza y la extrema pobreza.

Es el caso de nuestro país y región.

País y región con grandiosos recursos naturales, físico-geográficos y culturales que, sin embargo, son ignorados en su potencialidad generadora de riqueza social, razón por la cual no nos capacitamos cognoscitiva, intelectual y actitudinalmente para activarla.

Nuestra pobreza social no es causada por falta de riqueza natural o recursos naturales, que los tenemos en abundancia. Lo que nos hace falta es dinamizar nuestras potencialidades psicológicas que, también, las tenemos en abundancia, pero que hasta este momento de nuestra historia las dejamos adormecidas, dejándonos dominar por la inercia, el conformismo, la apatía, el “qué me importa”, el “que lo haga otro”, el “por qué voy a trabajar para otro”, y todas esas actitudes que reflejan nuestro negativismo frente a los compromisos o deberes sociales, como producto de un sistema educativo aletargante.

Si tuviéramos una educación que haga una profunda profilaxis de esas cargas negativas que frenan nuestro desarrollo, seríamos una región (y país) no digo de ricos, que no es lo deseable, pero sí con personas y pueblos con un alto nivel de calidad de vida, dando uso adecuado, con sentido social, a nuestras potencialidades naturales.

He allí el rol más trascendente que tiene la educación en cualquier sociedad y, más aún, en nuestra región. Propósito que se ve imposibilitado por la presencia y predominio de una clase política y dirigencial que hasta el momento no ha asumido, por desconocimiento, irresponsabilidad y complicidad, el rol de trascendencia social que debería asumir, y que es el peor escollo para reorientar y replantear a la educación hacia estos fines.

Foto: Preparando la fariña (del autor)

viernes, 16 de julio de 2010

AVECITA FORESTAL


Prof. Gabel Daniel Sotil García

           Avecita melodiosa,
Ilust. Jaime Choclote
Avecita forestal,
Regálame graciosa
Tu canto matinal.

Fulgurante de alegría
En cada amanecer,
Anuncia el nuevo día
Avecita celestial.


                                                                                                                                                                                                Posada en una rama,
Ilust. José Morey
O en vuelo juguetón,
Pregona deleitosa
Tus trinos de cristal.

Quiero que me dejes,
Avecita musical,
Oír tu hermoso canto,
En la hora vesperal.

Y quiero que los bosques,
Henchidos de verdor
Disfruten tu ternura,
Florezcan con tu amor

.

jueves, 15 de julio de 2010

LA UNESCO, LA DIVERSIDAD CULTURAL Y EL DIÁLOGO INTERCULTURAL EN NUESTRA AMAZONÍA

Gabel Daniel Sotil García

Nuestra Amazonía tiene el privilegio de ser pluricultural y multilingüe, pues en el ámbito geográfico que le es propio entran en relaciones dinámicas muy diversas culturas.

Cada una de ellas con su propia manera de hacer su vida, de alegrarse, de entristecerse, de vestirse, de hacer su arte, de preparar sus alimentos, de ver su mundo, etc. Unas originarias (milenarias), nacidas en las entrañas mismas del bosque y, otras, venidas de otros lares, pero ya asentadas secularmente en esta región.

Cada una de ellas es portadora de todo un universo de conquistas materiales y espirituales que, en las relaciones de coexistencia, posibilitan y desarrollan diversas interinfluencias.

Estas relaciones entre las culturas de esta región, que venían realizándose de acuerdo a patrones tradicionales, se alteró hace cinco siglos con la irrupción de la cultura europea occidental, inicialmente y, luego, de otras procedencias, dando origen a muy diversos fenómenos, tales como la jerarquización entre ellas y a la discriminación de las personas por causa de su origen o extracción cultural.

Como consecuencia de ello, se hacen presentes el hegemonismo político y la exclusión en el disfrute del poder. Y, en concordancia con los intereses de perpetuación de esta situación, la sociedad toda es organizada para que propicie y asegure dicho hegemonismo y exclusión.

Se genera así la atmósfera psicológica y espiritual, que viene nutriendo y asegurando las relaciones discriminantes y violentistas que hoy signan y cruzan todo el espectro de nuestra dinámica socio-cultural, no sólo al interior de nuestra región, sino en todo nuestro país.

En esta atmósfera de etnocentrismo generalizado, a la educación, conjuntamente con otros agentes sociales, se le encarga el rol difusor de los mensajes que constituyen la argamasa que da solidez y perdurabilidad a esta situación de incomunicación y falta de respeto entre las culturas de nuestro país y región.

Es a partir de allí que aprendemos a ver a nuestra diversidad cultural y lingüística como un problema, haciendo de la homogeneización cultural el ideal buscado socialmente para hacer desaparecer a las culturas originarias mediante el proceso de mestizaje.

La unidad lingüística, la unidad religiosa, la unidad artística, etc., es decir, la unidad cultural, son ideales que encubren el propósito homogeneizador partiendo de la premisa de que nuestro “gran problema” es la diversidad cultural y, por lo tanto, no será posible, supuestamente, que logremos nuestro desarrollo nacional y regional mientras exista esta diversidad.

En este panorama de relaciones discriminadoras, jerarquizantes y excluyentes, la educación viene cumpliendo la ingrata tarea de ser instrumento de imposición cultural, de difusión de la ideología que encubre los intereses de la clase dominante, para la fracturación cultural, etc. Rol que en los tiempos presentes se viene fortaleciendo, a pesar de discursos en sentido contrario.

Por lo tanto, se hace necesario que replanteemos estas relaciones entre los Pueblos de nuestra región, teniendo en la educación el instrumento para crear una nueva ética relacional entre todos nosotros, como requisito indispensable para construir una sociedad auténticamente democrática, regida por los principios de paz y equidad, no sólo entre las personas sino entre las culturas que conforman nuestro país, al que ya debemos aprender a considerar y percibir como multinacional, visión que nos exige un nuevo equipamiento psico-cognoscitivo y axiológico.

Es en este marco de necesidades, tanto regionales como nacionales, que el reciente documento publicado por la UNESCO viene a darnos un nuevo impulso en la búsqueda de tal propósito pues, como sabemos, éste es uno de los diversos organismos de la Organización de las Naciones Unidas - ONU, que desarrolla sus acciones en los campos de la Educación, la Ciencia y la Cultura; habiendo sido una de las razones que fundamentaron su creación en 1945, precisamente la “fecunda diversidad” de las culturas generadas por la dinámica creadora de nuestra especie en este planeta que le sirve de hábitat milenario.

Guiada por el reconocimiento del valor intrínseco de dicha diversidad y de la necesidad de su consolidación y perduración como característica esencial de nuestra especie, con fecha 20 de octubre del año 2009, hizo la presentación y entrega de su Informe Mundial denominado “INVERTIR EN LA DIVERSIDAD CULTURAL Y EL DIÁLOGO INTERCULTURAL” (*).

Documento elaborado con los objetivos de “analizar la diversidad cultural en todas sus facetas…”, “mostrar la importancia de la diversidad cultural en distintos ámbitos…” y “convencer a los encargados de adoptar decisiones y a las distintas partes interesadas de la importancia de invertir en la diversidad cultural en cuanto dimensión esencial del diálogo intercultural…” (pág. 1), dicho Informe parte de la premisa de que uno de los mayores logros de Nuestra Humanidad es su grandiosa diversidad cultural, que se concreta en la existencia de un “…conjunto de rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias” (pág. 3) que, muy lejos de ser una amenaza para la comunidad internacional, es su más grande fortaleza.

Fortaleza que hoy se expresa en la vigencia de entre seis mil y ocho mil lenguas que aún son habladas por quienes conformamos la especie humana, en un marco de intensas relaciones interculturales, acentuadas por el actual proceso de globalización, cuyos efectos deben merecer una especial atención tanto de los gobiernos nacionales como de las instituciones y personas. Por esta razón, el Informe propone, entre otras medidas, la creación de “un Observatorio Mundial de las repercusiones de la mundialización en la diversidad cultural”, el establecimiento de “un mecanismo nacional de seguimiento de los aspectos de las políticas públicas relacionados con la diversidad cultural” y la aplicación de “políticas lingüísticas nacionales para salvaguardar la diversidad lingüística y promover el plurilingüismo a la vez”.

Dicho Informe hace un especial énfasis en “ la adopción de nuevas estrategias para facilitar el diálogo intercultural, mejorar la pertinencia de los contenidos de la educación, contrarrestar la difusión de estereotipos en los medios de comunicación e información y propiciar los intercambios de producciones artísticas y la circulación de los artistas”, (el subrayado es del autor) y esboza una nueva visión de la diversidad cultural centrada en el dinamismo de ésta y en la necesidad de luchar contra la propagación de un “analfabetismo cultural”, impulsada por la aceleración de las transformaciones sociales.

Concebido bajo una óptica renovada, que es fruto de los aportes que desde la década de los 50s del siglo pasado vienen haciendo tanto la misma UNESCO como insignes investigadores del campo científico social, este Informe comprende el panorama de los temas más íntimamente relacionados con la creación humana: la diversidad cultural, el diálogo intercultural, la dinámica de las lenguas, la educación en la dinámica cultural, la comunicación y los contenidos culturales, la creatividad artística, la diversidad cultural y sus relaciones con el desarrollo sostenible y, finalmente, la diversidad cultural y su relación con los derechos humanos y la gobernanza democrática.

En resumen, este Informe constituye un invalorable instrumento para la gestión sociopolítica de las sociedades humanas en cualquiera de sus dimensiones: país, región, ciudad, caserío, etc., que son escenarios de interacción humana, en los que se activa y evidencia la riqueza espiritual de los seres humanos.

Y, por lo tanto, debería ser asumido, en todo lo pertinente que tiene, como un documento orientador para la Política de Educación Intercultural, sobre todo, en nuestra región, en donde las tensiones socioculturales vienen siendo exacerbadas desde los más altos niveles sociopolíticos de la estructura del poder de nuestro país, dinamizando estereotipos o prejuicios mediante la realización de acciones que interfieren el necesario diálogo intercultural que se exprese en el respeto y la tolerancia ante nuestras diferencias.

Respeto y tolerancia que deberían ser objeto de permanente búsqueda y praxis social, acerca de los cuales las autoridades, tanto nacionales como regionales, vienen evidenciando nula vocación, pues sus decisiones no superan el nivel del impacto declaratorio.

En consecuencia, este documento, de tan trascendente importancia para reconstruir nuestra sociedad, debe ser motivo de un profundo y reflexivo análisis en las instancias en que se toman decisiones de política educativa, tanto en el nivel nacional como regional, habida cuenta que “Las políticas en el ámbito de la educación tienen una repercusión muy importante en el florecimiento o el declive de la diversidad cultural, y deben intentar promover la educación por conducto de la diversidad y en favor de esta. Con ello se garantiza el derecho a la educación, reconociendo al mismo tiempo la diversidad de las necesidades de los educandos (especialmente las de aquellos que pertenecen a grupos minoritarios, indígenas o nómadas) y la variedad de métodos y contenidos conexa. En sociedades multiculturales cada vez más complejas, la educación debe ayudarnos a adquirir las competencias interculturales que nos permitan convivir con nuestras diferencias culturales, (subrayado del autor) y no a pesar de estas. Los cuatro principios de una educación de calidad definidos en el informe de la Comisión Mundial sobre Educación para el siglo XXI (“aprender a ser”, “aprender a saber”, “aprender a hacer” y “aprender a vivir juntos”) sólo pueden aplicarse con éxito si la diversidad cultural es un elemento central de los mismos” (pág. 15), pues, “Si no se tiene en cuenta la diversidad cultural, la educación no puede cumplir su función de enseñar a vivir juntos”. (pág. 32)

Pero, mientras se realiza dicho análisis en los centros de decisión educacional (que ojalá no demore demasiado) y dada la urgencia de actuar, los y las docentes de las instituciones educativas debemos avanzar y ejecutar propuestas, para que los principios de la Educación Intercultural se hagan realidad, en respuesta a nuestras necesidades de mayor trascendencia sociocultural, a pesar de la reticencia del centralismo.

(*)www.unesco.org/es/world-reports/cultural-diversity.
Correo: worldreport2@unesco.org
Art. publicado en la revista KÚÚMU, Nº 10, publicación de AIDESEP, FORMABIAP –Junio 2010

martes, 20 de abril de 2010

LA CARTA DE LA TIERRA


DÍA DE LA TIERRA: 22 DE ABRIL

Gabel Daniel Sotil García

Fue aprobada por la UNESCO en el año 2000 con el fin de promover la toma de conciencia de las responsabilidades compartidas que tenemos, tanto las personas como las sociedades, respecto a la defensa de nuestro planeta: LA TIERRA. Pero, pese al tiempo transcurrido, es evidente que su contenido todavía no es lo suficientemente conocido pues los efectos destructivos de nuestra actuación se siguen agravando; en todo caso, aún no se hace praxis de sus propuestas, sobre todo, en los niveles en donde se toman las decisiones de política social.

Dada la intención difusora de este escrito (*), sólo transcribiré algunos de sus párrafos:

“La CARTA DE LA TIERRA es una declaración de principios fundamentales que tiene el propósito de formar una sociedad justa, sustentable y pacífica en el siglo 21. Busca inspirar en los pueblos un nuevo sentido de interdependencia y responsabilidad compartida para el bien de la humanidad y las demás especies que habitan la Tierra. Es una expresión de esperanza así como un llamado de ayuda para crear una sociedad global en un momento crítico en la historia”.

“Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras”.

“La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, está viva con una comunidad singular de vida. La fuerza de la naturaleza promueve a que la existencia sea una aventura exigente e incierta, pero la Tierra ha brindado las condiciones esenciales para la evolución de la vida. La capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio. El medio ambiente global, con sus recursos finitos, es una preocupación común para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la belleza de la Tierra es un deber sagrado.”

“Los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas. Los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos se manifiestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad global están siendo amenazados. Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables.”

“La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida. Se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más. Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente. El surgimiento de una sociedad civil global, está creando nuevas oportunidades para construir un mundo democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos proponer y concretar soluciones comprensivas.”

Para terminar, quiero recalcar algunos aspectos de esta hermosa Carta, tan llena de humanidad:

Tenemos que educarnos para aprender a vernos como una sola comunidad terrestre, una sola familia humana con un destino común, en la atmósfera de nuevos valores tales como el respeto a la naturaleza, la protección de la vida y su diversidad, la defensa de la belleza que nos brinda nuestro planeta; la defensa de los derechos humanos, de la justicia y la praxis de una cultura de paz. Todo ello nos obliga a unirnos para cuidar la Tierra como una sola sociedad civil global, planetaria, pues ya es por demás evidente que las consecuencias de las devastaciones ecológicas no distinguen fronteras.

Y para ello requerimos de una nueva educación.

¡FELIZ DÍA GRAN MALOKA, PACHA MAMA, TIERRA AMADA!
Foto bajada de Internet: El Cosmos, inmensidad que nos alberga.
(*) El texto completo puede ser consultado o descargado de:
www.cartadelatierra.es/esp/text.html

lunes, 19 de abril de 2010

NUESTRA GRAN MALOKA




22 de abril: DIA DE LA TIERRA
Gabel Daniel Sotil García

Nuestros Pueblos Indígenas crearon, como respuesta a sus necesidades sociales, ese ambiente comunal llamado MALOKA, que no era sino la casa grande en la cual se reunían, seguramente que para pasar los mejores momentos de comunicación grupal, entre otros fines. Es seguro, también, que en su seno vivían la seguridad que brinda la cercanía de los demás miembros de su comunidad con quienes compartían ese mundo especial, creado por cada grupo humano llamado cultura.

Como escenario privilegiado de las vivencias comunales, la MALOKA no es sino la reproducción a escala pequeña de la MORADA GRANDE que es la TIERRA para la especie humana. En ésta también los seres humanos vivimos los mejores momentos de nuestra existencia como una especie peculiar entre un número infinito de otras especie con quienes compartimos este hermoso escenario que es nuestro planeta, incansable navegante de los espacios siderales dentro de cuya inmensidad no somos sino una prodigiosa pequeñez.

Pequeñez que, sin embargo, predestinó su milenaria existencia para ser nuestra morada, pues todos los estudios que sobre ella se han hecho, han demostrado que, desde sus remotos orígenes toda su dinámica no fue sino una búsqueda y creación sucesiva de condiciones para, finalmente, darnos cabida en su regazo.

Es así que nuestra GRAN MALOKA nos dio el albergue que requeríamos para existir entre los demás seres que nos precedieron en ese largo caminar y para vivir en armonía con ella en gratitud a todos los esfuerzos que realizó para hacerse propicia a nuestra existencia.

Ha pasado ya mucho, muchísimo tiempo desde que nos concretáramos como especie diferente. Hemos tenido el tiempo suficiente para que nuestras potencialidades, de las que fuéramos dotados como tal, se evidencien y desarrollen. Hemos tenido diversas oportunidades en que nos hemos visto enfrentados a nosotros mismos, durante las cuales nuestros propios demonios y nuestros propios ángeles, nos han mostrado de lo que son capaces dentro de nosotros mismos. Y aún seguimos optimistas desplazándonos en la corriente infinita del tiempo, aupados en esta nave maravillosa que es la TIERRA, llevándonos hacia destinos que sólo ella y el cosmos, al que pertenece, conocen y nos tienen reservados; destinos intrigantes y retadores, a cuya construcción coadyuvamos haciendo uso de esa maravillosa capacidad de la que hemos sido dotados: nuestra inteligencia

Este reconocimiento, que hacemos hoy por nuestra madurez como especie, nos obliga, al igual que como estamos haciéndolo con nosotros mismos, a hacerla objeto de profundo conocimiento para entenderla, para hacerle más fácil el arduo trabajo de llevarnos como pasajeros, eternamente temporales, en permanente renovación de nuestras esperanzas de hacer una vida cada vez mejor, camino en el cual los estándares comparativos son los que establecemos nosotros mismos en nuestro cotidiano discurrir y descubrimos al mirar hacia atrás, hacia el tiempo vivido en este sorprendente escenario.

Hoy, 22 de abril, es el DIA DE LA TIERRA. Día de nuestra GRAN MALOKA. Día de NUESTRA CASA GRANDE. Mejor, de nuestra GANDIOSA CASA, en la que hacemos nuestra vida; a la que estamos ligados por nuestra propia naturaleza como especie, pues somos su creación. Somos su máxima, su más sublime creación.

Ella nos creó en un esfuerzo multimilenario, tal vez como especie única en el universo o tal vez compartiéndolo con otras especies humanas, en dimensiones a las cuales aún no hemos logrado acceder. Pero, seamos únicos o compartamos nuestra presencia en el cosmos, tenemos la obligación moral de educar y educarnos en el AMOR A NUESTRA TIERRA.

Hoy es su día. Démosle un GRAN ABRAZO en nuestra imaginación. Entonémosle, susurrantes, la más dulce, telúrica, bucólica y forestal canción en nuestra intimidad. Prometámosle no seguir haciéndole daño. Demostrémosle que esta grandiosa creación suya, que somos nosotros, somos capaces también de usar las dotes que ella nos legó para hacernos cada vez más dignos de vivir en su regazo, bajo su estimulante protección.

Foto bajada de Internet: Grandiosa pequeñez de Nuestra Maloka.

sábado, 10 de abril de 2010

IX CONGRESO LATINOAMERICANO DE HUMANIDADES: EDUCACIÓN, CIENCIA Y CULTURA PARA EL DESARROLLO HUMANO


Gabel Daniel Sotil García

Con el explícito propósito de consolidarse como un espacio de análisis, reflexión y socialización de propuestas en lo referente a avances investigativos con implicancias en el desarrollo humano, en esta oportunidad la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana -UNAP, el Instituto de Desarrollo Educativo -IDEA, la Asociación de Colegios Parroquiales de Iquitos y la Secretaría de Educación de Jalisco (Guadalajara, México) han asumido la responsabilidad de organizar el IX CONGRESO LATINOAMERICANO DE HUMANIDADES: EDUCACIÓN, CIENCIA Y CULTURA, OPORTUNIDAD PARA EL DESARROLLO HUMANO, ejecutando el encargo recibido en el Congreso que se realizara en Brasil, en el 2007.

Es esta una excelente oportunidad para recordar que en el 2001 la UNAP, a través de la Fundación para el Desarrollo Sostenible de la Amazonía Baja del Perú –FUNDESAB, realizó un seminario, entre cuyas recomendaciones se planteaba que nuestra universidad debería enfatizar su accionar respecto al desarrollo del hombre amazónico así como del desarrollo endógeno de sus Pueblos, habida cuenta que hasta el momento el énfasis investigativo había sido puesto en los componentes naturales de nuestra realidad: materias primas, ecosistemas, biodiversidad, etc. obviándose la presencia humana multidiversa y milenaria, de cuya actuación viene dependiendo la integridad del entorno por el accionar armónico y respetuoso (ya en peligro de extinción, también) que supieron establecer tanto Pueblos como personas. (“La UNAP en su contexto”, Fundesab, Imprenta Daniela, Iquitos, 2001)

Por lo tanto, este Congreso, y sus consecuencias, no hace sino saldar una cuenta pendiente de pago, a nivel regional, nacional y latinoamericano, con la gesta humana, con la trayectoria creativa de nuestros Pueblos que, desde siempre, se han caracterizado por la permanente búsqueda de respuestas propias en lo cognoscitivo, lo axiológico-actitudinal e interpretativo, teniendo como referentes primordiales la defensa y conservación de nuestra riqueza ecológica y nuestro patrimonio sociocultural y lingüístico.

Más aún en estos momentos en que en nuestro país se exacerban las acciones depredantes, por parte de la clase político-empresarial, sobre nuestro patrimonio natural y cultural-espiritual, a causa de la ignorancia, los prejuicios y la voracidad mercantilista que venimos cultivando quienes procedemos de latitudes culturales diferentes de las de los Pueblos Originarios del bosque.

Este reconocimiento, aunque tardío por parte de la cultura mestiza peruana, tiene que ser asumido por nuestra universidad y enmarcado dentro de los postulados propuestos por la UNESCO en su reciente Informe Mundial “LA DIVERSIDAD CULTURAL Y EL DIÁLOGO INTERCULTURAL”, cuya consecuencia más trascendente ha de ser la percepción y aceptación de nuestro país como una realidad multinacional, para lo cual se requiere de un nuevo equipamiento psico-cognoscitivo y axiológico, tanto en la dimensión individual como social, que reconozca la diversidad cultural como un valor y la práctica permanente del diálogo intercultural como un propósito de vida social y mecanismo para su perpetuación.

Son, pues, grandes las expectativas que nos abre este IX CONGRESO LATINOAMERICANO DE HUMANIDADES, que cuenta con la presencia de insignes personalidades del mundo intelectual de las hermanas repúblicas de México, Brasil, Chile y República Dominicana conjuntamente con representantes de instituciones del quehacer investigativo y académico de nuestra región. Expectativas que deben clarificarse en la medida en que insistamos en dirigir nuestros análisis, reflexiones y propuestas a ese ámbito de nuestra realidad que hasta hoy no hemos priorizado: las Ciencias Sociales o Humanas, que nos permitirán descifrar los mecanismos de actuación de la diversidad de culturas y comprender la racionalidad propia que la guía y la fundamenta, que es el requisito sine qua non para promover un DESARROLLO HUMANO autónomo en el ámbito de América Latina.

Por nuestra parte y como amazónicos, debemos asumir el reto de construir nuestras propias HUMANIDADES, propias en el sentido de su referente: nuestra compleja, ignorada y marginada realidad cultural; esa riqueza espiritual que aún perdura en el inconsciente del poblador amazónico peruano, indígena y mestizo y que se expresa en una idiosincrasia y una cosmovisión particulares, que son la expresión de una racionalidad que es todo un enigma para quienes, desde perspectivas interpretativas simplificadoras y reduccionistas, optan por desconocer y, en el peor de los casos, incorporarla en rol de subordinación a la racionalidad de la cultura dominante en nuestro país.

Particularmente, considero que, mientras sigamos en plan de consumidores de las ciencias ajenas a nuestra realidad sociocultural particular, no nos será posible aproximarnos y asumir plenamente los códigos para la comprensión de esa riqueza espiritual amazónica, que ya la estamos perdiendo sin conocerla.

Foto del autor: Balsa en el río Itaya.




lunes, 22 de marzo de 2010

BOSQUE Y AGUA: BASES PARA NUESTRO DESARROLLO


En el Día Forestal Mundial (21) y el Día Mundial del Agua (22 de Marzo)

Gabel Daniel Sotil García

Instalados en lo más profundo de nuestras mentes, en la mayor intimidad de ese complejo mundo que es nuestra actividad psíquica, circulan con la mayor libertad de acción viejos y obsoletos paradigmas que, de no ser cambiados, seguirán dirigiendo nuestro comportamiento individual y social en contra de nuestra región. Haciendo que miremos nuestra realidad pero no la veamos con sus propias características.

Pero, para cambiarlos, necesitamos, precisamente, de una educación que nos forme para ver tales características y tomemos decisiones en concordancia con ellas. No a pesar de ellas.

Tenemos que aprender a percibirnos como una región eminentemente forestal y con una enorme riqueza y potencialidad acuáticas que, a su vez, generan la existencia de una infinita diversidad biológica y grandes posibilidades de desarrollo, a partir de una educación pensada explícitamente para lograr dichos propósitos.

Y es que BOSQUE y AGUA se constituyen en las bases materiales sobre las cuales debemos construir nuestro desarrollo. En estos elementos radican las potencialidades que debemos trabajar en nuestra región. Por ello es que nos atrevemos a decir que debemos educarnos para valorarlos y para que adquieran en nosotros un carácter sagrado, en el sentido de no destruirlos irracionalmente tan sólo para satisfacer la voracidad mercantilista de empresarios carentes de compromisos con los intereses más trascendentes y los destinos de nuestra región.

Sólo si instalamos la DIMENSIÓN BOSQUE y la DIMENSIÓN AGUA, en la mente de las nuevas generaciones, su actuación social tendrá plena significatividad para dichos intereses, pues posibilitará el uso no destructivo, sustentable, de estos recursos. Lograremos, así, la formación de una sociedad amazónica respetuosa de su entorno, con una plena conciencia de sus potencialidades y un manejo racional de sus componentes, heredera digna de uno de lo mensajes básicos de las culturas de los Pueblos Indígenas, con quienes compartimos este maravilloso espacio llamado Selva: el respeto por el entorno ambiental.

Es a esto a lo que venimos denominando EDUCACIÓN FORESTAL, educación dentro de cuyos principios debemos formarnos en la plena conciencia de nuestra forestalidad, lo cual implica, por una parte, instalar en los actuales educandos, un mensaje cognoscitivo referido a la riqueza de ambientes o ecosistemas particulares en este bosque que aparentemente es homogéneo, las relaciones que deben establecerse entre los seres humanos y nuestro entorno, la riqueza frutícola, piscícola, ornitológica, etc., que poseemos, la diversidad de actividades comunales que se generan dentro de nuestra región, la sucesión de eventos ecológicos, la riqueza paisajística, que es todo un atractivo, que aún no aprendemos a darle una función activa dentro de los planteamientos para nuestro desarrollo integral, etc.

Por otra parte, en el marco de esta EDUCACIÓN FORESTAL, debemos desarrollar valores y actitudes, es decir, todo un mensaje axiológico referido a la valoración del entorno ecológico, el uso racional de nuestros recursos, la actitud conservacionista frente a nuestras riquezas, el respeto a la diversidad cultural, el compromiso individual y colectivo frente a nuestro desarrollo regional, entre los valores más importantes, que deberán ser instalados y consolidados en las nuevas generaciones.

Es decir que, educarnos en la forestalidad no es sino educarnos en la aceptación plena de que BOSQUE y AGUA o AGUA y BOSQUE, son, para nosotros, las dimensiones dentro de las cuales debemos aprender a hacer nuestra vida individual y colectiva.

El logro de este propósito tendrá grandes consecuencias para nuestra región, pues tendremos una imagen real de ella y, entonces, recién generaremos políticas de gobierno acordes con nuestra realidad en todas sus dimensiones.

Las políticas educacionales, las relacionadas con salud, con las actividades pesqueras y agrícolas y ganaderas, las decisiones relacionadas con el aprovechamiento de nuestros bosques, etc., serán muy distintas y cualitativamente superiores, pues serán contributivas con el desarrollo real de nuestra región.


jueves, 11 de marzo de 2010

LOS EQUÍVOCOS SOBRE NUESTRA SELVA


Gabel Daniel Sotil García

Vista nuestra región en su conjunto desde la perspectiva de los prejuicios geográficos, raciales, culturales, políticos, etc., vigentes y frutos de la ignorancia sobre nuestra realidad, la Amazonía aún no logra ser percibida como lo que es sino como se cree que es.

Esto ha originado que se hayan venido tomando decisiones absolutamente erradas respecto a sus actuales condiciones, como lo podemos comprobar en los más recientes periodos gubernamentales nacionales, durante los cuales la mayoría de decisiones tomadas por el poder central ha terminado siendo instrumento para ampliar y profundizar nuestros problemas ecológicos, psicosociales, económicos, socioculturales, etc., evidencias de las cuales están a nuestra disposición en estos precisos momentos en el acontecer nacional.

Es decir, nuestra Amazonía no deja de ser percibida con los iniciales mitos ideológicos generados por el conquistador europeo, a los cuales se han adicionado otros creados por sus herederos políticos (que el ribereño es haragán, que el indio es el freno para el desarrollo, que las culturas nativas son la causa de nuestro subdesarrollo nacional, que la selva es el infierno verde, que en la selva se hace dinero fácil y rápidamente, etc.), con la misma finalidad encubridora de aquéllos.

En el marco de este racismo formalizado en nuestro país, nuestra región no deja de ser vista como un escenario de conquistas, en el cual se viene experimentando, sucesivamente, la extrapolación de modelos alienígenas, foráneos, incompatibles con nuestra realidad, en un vano intento por forzar su realidad para adecuarla a tales esquemas. Por lo tanto, siempre signados por el fracaso que, infelizmente, es comprobado luego de haber causado grandes perjuicios a nuestra integridad.

Racismo que también se expresa en la desconfianza que nosotros, los mismos amazónicos, tenemos en las capacidades de los pueblos y personas de esta región para buscar y encontrar soluciones a nuestros propios problemas, a pesar de ser quienes mejor los conocemos.

La visión del conquistador europeo aún perdura tanto en los agentes del gobierno central como en las personas e instituciones empresariales que se acercan a la Amazonía, víctimas de engaños o prejuicios con los cuales justifican sus agresiones y ansias de dominación.

En vez de acercarse a ella para tener un mejor conocimiento y comprensión de su realidad y potencialidades, se ha optado, en el ámbito nacional, oficial y no oficial, por imaginarla atribuyéndole características que no tiene, pero que sirven de referentes a la hora de tomar decisiones con respecto a ella. Una de las cuales es, precisamente, el considerar un absoluto ignorante al poblador nativo, carente de todo conocimiento válido, a quien hay que enseñar a vivir en su ambiente, desconociendo el valor de sus grandes y milenarias conquistas como, por ejemplo, la relación armoniosa, de equilibrio, que supo establecer con la naturaleza, el percibirse como parte consustancial de ella, su cosmovisión forestal, la consideración del bosque como un valor, la curación de enfermedades a partir del uso de infinidad de plantas, la domesticación de animales y plantas, el descubrimiento de técnicas agrícolas (policultivo, rotación en el uso del suelo, etc.), el conocimiento de las propiedades de las plantas (alimenticias, medicinales, psicotrópicas, ornamentales, etc.), uso agrícola adecuado de los suelos de acuerdo a sus propiedades (en lo que pudiéramos calificar de uso práctico de la zonificación económico-ecológica, de reciente descubrimiento en la ciencia occidental), uso racional de los recursos forestales (en lo que podríamos denominar uso sustentable de nuestros recursos), etc., que, de ser valorados, tendríamos allí todo el universo de conocimientos, ya validados, pues por ellos ha sobrevivido miles de años.

Conocimientos que requerimos para construir un modelo de desarrollo coherente con nuestras características y potencialidades regionales; acervo que, enriquecido con los aportes científicos, tecnológicos y humanísticos actuales, nos permitiría una mayor eficacia y eficiencia sociales para construir nuestro futuro con la más sólida fundamentación factual, en el marco doctrinal del desarrollo sostenible y todas sus implicancias.

Nosotros los amazónicos mismos, hemos caído en la trampa de la falsa percepción y, hoy, el actuar colectivo de los mestizos, no traduce sino el más profundo desprecio de aquel acervo cognoscitivo y axiológico ancestral que yace en las comunidades indígenas y ribereñas y también un profundo desconocimiento de nuestro escenario existencial, que se manifiesta a través de las incompatibilidades y efectos negativos evidenciados en esa actuación individual y social.

Foto del autor: sembríos en laderas del Marañón

jueves, 25 de febrero de 2010

MUCHO MÁS QUE SÓLO ERRORES ORTOGRÁFICOS: AGRESIONES A LA AMAZONÍA


Textos escolares del MED

Gabel Daniel Sotil García

En los últimos días, y por denuncias periodísticas, hemos conocido que los textos que el Ministerio de Educación (MED) va a distribuir a las instituciones educativas de nuestro país, para uso de docentes y alumnos, están plagados de errores ortográficos, cuya gravedad ha tratado de ser minimizada por uno de sus más altos funcionarios. No es mi deseo comentar ni los errores ortográficos ni la actitud asumida frente a los mismos, pues tanto aquellos como ésta han merecido el rechazo de la comunidad y magisterio nacionales.

Quiero sí, destacar, en aras de la calidad educativa, que debemos buscar en nuestro país, que tales textos no sólo adolecen de “errores ortográficos” sino de falsedades y tergiversaciones informativas cuando en ellos se aborda la poca realidad de LA AMAZONÍA PERUANA que, según el MED, merece ser incluida en dichos textos.

Desde el año 2003 (ver artículo anterior en este mismo blog) hemos venido poniendo en conocimiento de los Ministros de turno los errores informativos consignados en la bibliografía que dicho ministerio se empeña en elaborar excluyendo la participación de quienes, viviendo en nuestras respectivas regiones, somos quienes mejor conocimiento tenemos de ellas.

En este sentido, procedo a transcribir en parte, el contenido de tales documentos que, en su oportunidad, remitiéramos dando a conocer nuestras preocupaciones:

“-Texto PERSONAL SOCIAL Nº 3, página 12, edición 2004: El epígrafe-interrogante ¿QUIÉNES POBLARON AMÉRICA?, es respondido de la siguiente manera:
“Los hombres y mujeres que llegaron a nuestro continente...Luego siguieron el camino rumbo al sur. Así llegaron hasta los Andes en Sudamérica”.
En el desarrollo de todos los temas posteriores en el mismo texto, no se hace ninguna referencia a nuestra SELVA, ni siquiera en cuanto a la caza de animales ni a la domesticación de animales y plantas, actividades ambas que fueran desarrolladas intensamente en esta región, de las cuales hoy tenemos las manifestaciones más contundentes.

- Texto PERSONAL SOCIAL Nº 4, pag. 6, edición 2004:
El epígrafe: “LOS PRIMEROS PERUANOS CAZADORES Y RECOLECTORES” es explicado con el siguiente texto: “Los primeros pobladores de nuestro territorio llegaron hace unos quince mil años...Se instalaron en los valles de la Sierra ...”
En la línea de tiempo graficada desde la página 12 se identifica el hito cronológico 70 000 años para la llegada de los primeros pobladores a América y, luego, se consigna el hito 13 000 años para la instalación en la Sierra del Perú.
En el desarrollo de los demás temas: grupos nómadas, agricultores incipientes... domesticación de plantas, domesticación de animales, etc. tampoco se hace referencia a nuestra región selvática, en la cual ha habido una intensa actividad de creación social, que no debemos ignorar.
Igual sucede con los textos 5 y 6, en los cuales no hay referencias a la Selva, ni siquiera en los temas introductorios desarrollados en cada uno de ellos.

- En el D. C. B para Secundaria 2004, en el componente HISTORIA Y SOCIEDAD del ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES, se puntualiza como contenido básico para el Primer Grado “Desarrollo cultural de América y los Andes hasta el siglo XIV” y, para el Segundo Grado: “Cultura Andina y América Prehispánica desde el siglo XV”. (Ninguna referencia a las Culturas Amazónicas)

Como Ud. comprende, señor Ministro, a estas alturas de nuestra historia nacional, los conocimientos científicos que poseemos y los propósitos del nuevo sistema educativo de nuestro país, ya no es admisible el ignorar la presencia histórica de los diversos pueblos asentados en esta región selvática, sus creaciones culturales (no sólo materiales sino también espirituales, axiológicas, sobre todo) históricas y actuales, su realidad rica y diversa y el potencial que significa esta región para nuestro país entero.

Ignorar a la región amazónica, al obviarla en los textos escolares nacionales, es agredirla, por el desprecio que ello implica; es no reconocerle valor alguno. Pero, más que ello, es mal formar a los peruanos y propiciar una relación tergiversada, sesgada, con nuestro país. Y, es también, poner de lado los principios de la nueva educación: equidad, interculturalidad, inclusividad, etc.”
En posteriores documentos de denuncia fueron puntualizadas otras omisiones y falsedades; pero, igual, ninguna respuestas rectificatoria.

En diversos medios periodísticos de Iquitos quedan los artículos que hemos escrito respecto a este grave problema y reclamando el derecho que tenemos a escribir nuestros textos, pues, con toda seguridad, tendrán menos errores que los que distribuye el MED.

Esperamos que esta oportunidad sea aprovechada por las autoridades regionales para reclamar este derecho, pues personal profesional no le falta. Lo que falta es decisión política que vaya más allá de las palabras.

(*) Fotografía de una de las ilustraciones del libro "LOS HIJOS DEL BOSQUE" publicado por el MED. En ella se puede notar la falsedad de los elementos representados, supuestamente amazónicos.


martes, 16 de febrero de 2010

¿NUEVOS TEXTOS ESCOLARES O NUEVAS AGRESIONES A LA AMAZONÍA?


Gabel Daniel Sotil García

(republicación de un artículo del autor)
Según anuncia el Ministerio de Educación, los alumnos de 4º y 5º grados de Educación Secundaria de todo el país recibirán, el 2006, textos para mejorar la calidad de la educación.

Frente a este anuncio, es necesario que tengamos en cuenta que hace ya algunos años venimos haciendo llegar al Ministerio de Educación –MED- graves observaciones a los textos elaborados por sus especialistas, en los cuales nuestra región es prácticamente agredida, sea por omisión o sea por tergiversación de la información que se consigna en ellos.

En sucesivos documentos que hemos venido remitiendo (desde 2003) a la sede central del MED, le hemos puntualizado los errores que contienen los textos que distribuyen a todos los alumnos/as del país, tales como, por ejemplo, presentar a la nuestra como una región sin mayor importancia, tanto que pareciera que el Perú es un país sin Amazonía y una Amazonía sin historia y sin geografía.

Por cierto que la consecuencia más grave de esto es que nuestros educandos, de todo el país, se forman con un inmenso y negativo vacío, que no hace sino que establezcan relaciones equívocas con esta región y, por cierto, con el país en su totalidad.

En un segundo oficio que dirigiéramos al actual Ministro de Educación, en setiembre del 2004 (Of. Nº 1169-2004GRL.DREL-DGP-D), le expresábamos, luego de la puntualización concreta de las observaciones a los textos, lo siguiente:

“Como usted comprende, Sr. Ministro, a estas alturas de nuestra historia nacional, los conocimientos científicos que poseemos y los propósitos del nuevo sistema educativo de nuestro país, ya no es posible ignorar la presencia histórica de los diversos pueblos asentados en esta región selvática, sus creaciones culturales (no sólo materiales, sino también espirituales, axiológicas, sobre todo) históricas y actuales, su realidad rica y diversa y el potencial que significa esta región para nuestro país entero.

Ignorar a la región amazónica, al obviarla en los textos escolares nacionales, es agredirla por el desprecio que ello implica; es no reconocerle valor alguno. Pero, más que ello, es mal-formar a los peruanos y propiciar una relación tergiversada, sesgada, con nuestro país. Y, es también, poner de lado los principios de la nueva educación: equidad, interculturalidad, inclusividad, etc.

Es, en este sentido, Sr. Ministro, que pido (lo expresaba el Prof. Eduardo Valera Tejada, director de educación en ese entonces) disponer la medidas necesarias para que, en las nuevas ediciones, se haga las correcciones pertinentes en la elaboración de textos y currículos realmente integrales en cuanto propicien el conocimiento intenso y extenso, sin exclusiones, de todos los Pueblos que habitamos en este grandioso país.

La riqueza de la realidad histórica, cultural, social, económica, psicológica, ecológica, etc. de nuestra región selvática, debe estar presente para el conocimiento, el análisis y la reflexión y la comprensión de las nuevas generaciones de peruanos, así como el propiciar el afecto y respeto por lo que ha sido y sigue siendo en nuestro Perú”

En otro oficio (Nº 050-2004-GRL-DREL-D) que también dirigiéramos al actual Ministro de Educación, le decíamos: “Por todo ello es que nos atrevemos a expresarle nuestras preocupaciones respecto a la incorporación, tanto en los currículos como en los textos escolares…de contenidos relacionados con la compleja, rica y diversa realidad amazónica, para iniciar e incentivar su conocimiento y valoración por parte de todos los estudiantes peruanos…De esta manera, Señor Ministro, nuestro país saldará una deuda espiritual que tiene con la región amazónica, que aún sigue vista con antiguos obsoletos paradigmas, que vienen perjudicando su desarrollo y afectando su historia. Pedimos a Ud. ser quien inicie este movimiento en la Educación Nacional: el movimiento hacia el conocimiento de la región más grande y rica de nuestro país: LA AMAZONÍA PERUANA”.

Tanto las observaciones a los textos y currículo nacionales como los pedidos que acabamos de puntualizar, fueron dados a conocer hace tiempo. A cuanto funcionario que llegaba a nombre del MED le hacíamos conocer nuestras preocupaciones. Pero, a pesar del tiempo transcurrido, nunca se nos dio a conocer ni siquiera la recepción de los documentos remitidos, menos una invitación para analizar el tema y contribuir con un nuevo diseño de los textos que superara las deficiencias anotadas.

Sin embargo, ahora se le dice al país que ya hay nuevos textos. No hemos tenido la oportunidad de revisarlos en su primera versión (desconocemos si fueron consultados a otras regiones) y, por lo tanto, no tenemos ni idea de cómo habrán sido elaborados.

Y eso nos preocupa, pues, por lo que conocemos, en muchas de las direcciones normativas del MED hay especialistas cuya visión de nuestro país corresponde a épocas ya superadas; oficinas cuyos especialistas aún no se han dado cuenta del proceso de regionalización que vive nuestro país o que aún no lo han reflexionado en sus reales implicancias. Profesionales que han fortalecido su actitud centralista y racista respecto a los pueblos del interior del país. Personas que creen que sólo es válido lo que se decide en las oficinas centrales; que están convencidas que el desarrollo de los pueblos tiene que ser digitado desde la capital política nacional. Que los libretos para nuestra dinámica socio-cultural tienen que ser escritos por ellos. Que no confían en las capacidades de quienes trabajamos en los pueblos interiores. Que consideran que conocen mejor la realidad que quienes vivimos en ella.

Por todo ello es que presumimos que los textos que han de venir no responderán a los propósitos de desarrollo integral de nuestro país, pues para ello, y sólo para ello, debe servir la educación. El dinero que se destina a la elaboración de textos escolares será una inversión si y sólo si promueven el conocimiento integral de nuestro país en toda su complejidad; si incentivan el desarrollo de actitudes favorables a la comprensión de su realidad actual e histórica, si fortalecen la capacitación de los educandos para asumir responsabilidades frente a la solución de los problemas que nos aquejan, etc.

No se trata de hacer cualquier tipo de textos y menos que sean portadores de miles de mensajes de otras realidades, que nos predispongan a despreciarnos como país, que nos desalienten en la búsqueda de soluciones desde nuestra propia interioridad, que explícita o subliminalmente alienten el racismo, el desprecio entre nosotros, que nos induzcan a la subestimación, etc.

Desde acá pedimos al Ministerio de Educación que cambie de actitud respecto a la elaboración de textos para la educación nacional. Cuanto más participemos los pueblos en su elaboración y cuanto más respondan a las diversas realidades, dichos textos serán más significativos para nuestro desarrollo. Y menos agredidos nos sentiremos.

Sobre todo, aquí en la Amazonía.

P.D: Carátula de uno de los libros de lectura publicados por el autor, con contenido amazónico a plenitud pero que no merece ninguna atención por parte de las autoridades regionales, conociendo bien que los libros que manda el Ministerio de Educación no dan importancia a la realidad amazónica. Publicación hecha en 2007.

lunes, 15 de febrero de 2010

LA LECTURA DE LA REALIDAD EN LA FORMACIÓN DE NUESTROS ESTUDIANTES


Gabel Daniel Sotil García

Es una constatación, por demás contundente que, en el material didáctico (libros, enciclopedias) disponible actualmente en las instituciones educativas de nuestra región amazónica, su compleja y diversa realidad no está presente. Ella, con su grandiosa riqueza, viene siendo marginada de la intencionalidad formativa del sistema educativo nacional, obedeciendo a anacrónicos prejuicios sobre nuestra región, que hemos heredado de la época colonial. Inconcebiblemente mantenidos por el centralismo educacional, impuesto por el Ministerio de Educación, tales prejuicios son los que posibilitan una serie de omisiones y tergiversaciones que hoy podemos encontrar en el material impreso que proviene de dicha entidad, que encarga su elaboración a personas con muy poca cercanía cognoscitiva y afectiva, víctimas de prejuicios sobre la realidad amazónica y dudoso compromiso con la construcción de una nueva sociedad nacional.
Es así que, en estos momentos, podemos constatar, en libros oficiales elaborados por el Ministerio de Educación y por autores particulares, los efectos de dicha lejanía y supuestos falsos que orientan la elaboración de tal material, consecuencias que hemos venido exponiendo en artículos anteriormente publicados (“Imagen o percepción de nuestra región”, “Grandiosa pero ignorada riqueza la nuestra”, “¿Nuevos textos escolares o nuevas agresiones a la Amazonía?”), frutos de las preocupaciones que nos causan tales omisiones y tergiversaciones respecto a la realidad amazónica y sus efectos formativos en las nuevas generaciones de peruanos en general y amazónicos en especial.
Por ello es que, estando ya a las puertas del nuevo año escolar y con la seguridad de que el Ministerio de Educación va a seguir insistiendo en su actitud excluyente respecto a nuestra región, incomprensiblemente tolerada, a estas alturas de los tiempos, por las autoridades regionales, queremos insistir en la necesidad de priorizar el conocimiento de nuestra realidad regional como soporte básico para la construcción de la educación que requerimos y merecemos los amazónicos.
Es en este sentido que queremos insistir en la trascendencia formativa que tiene para los educandos el conocimiento de su comunidad para la toma de conciencia plena, analítica, crítica y constructiva, que les permita su ubicación consciente y progresiva en su entorno inmediato (en concordancia con su edad), que les posibilite su incorporación participativa en el desarrollo de su comunidad, como escenario central en el que hacen su vida cotidiana.
Ahora bien, este conocimiento puede ser logrado por dos vías no excluyentes y complementarias: libros o documentos escritos y virtuales y la observación sistemática del entorno socio-ecológico y cultural, en sus diversas dimensiones (local o comunal, distrital, provincial, etc.).
Pero, es el caso que, por las razones ya puntualizadas, es escaso o nulo el material impreso con informaciones referidas a nuestra realidad regional y, mucho peor, a las comunidades específicas, que son los escenarios de acción de los y las profesoras.
Por lo tanto, el magisterio regional debe enfrentar constructivamente el reto de suplir esa carencia para imprimir a su labor la trascendencia y significatividad que requieren las actuales circunstancias de marginación y trato injusto de las que somos víctimas nuestra región y las personas y pueblos que en ella habitamos.
Reconociendo, entonces, que carecemos de material impreso formal, cuyo contenido se refiera a nuestra compleja realidad, sin embargo, tenemos a la propia REALIDAD que nos rodea y es el escenario privilegiado de nuestro actuar docente.
Por lo tanto, no debemos desaprovechar dicha ventaja haciendo de ella, en óptima expresión de nuestro compromiso con los destinos superiores de nuestra región, el MEJOR E INSUPERABLE LIBRO EDUCATIVO, pues cotidiana y permanentemente está abierto y disponible para nuestros afanes formativos.
Por cierto que esto requiere de la asunción y práctica de un paradigma insuficientemente activado hasta hoy: educar en el escenario comunal, que encierra tanta potencialidad como el educar en el aula, que es el paradigma que excluyentemente hemos venido poniendo en práctica. Dado que el uno no se contrapone con el otro, y, al contrario, encierran una mutua complementariedad, es nuestro deber poner en práctica ambos recursos para nuestros propósitos educativos.
Debemos tener muy presente que en la educación tradicional dicho material impreso, en sus diferentes modalidades, no era sino portador de una realidad que la asumíamos como objeto de nuestros esfuerzos cognoscitivos; sólo que era una realidad lejana, extraña, parte de nuestro mundo grande pero no del pequeño, cercano y vivencial respecto a nuestros educandos.
En consecuencia, todo lo que tenemos que hacer es agregar una dimensión más, pero en categoría privilegiada, a nuestros esfuerzos de educadores: LA REALIDAD COMUNAL INMEDIATA, como fuente y referente de nuestra labor profesional.
Entonces, empezaremos a construir la EDUCACIÓN que la AMAZONÍA requiere y merece
.
Foto: caserío ribereño

martes, 2 de febrero de 2010

DECLARA LA ONU: 2010: "AÑO INTERNACIONAL DE LA BIODIVERSIDAD"



Gabel Daniel Sotil García

Con el lema “La biodiversidad es vida, la biodiversidad es nuestra vida”, la Organización de las Naciones Unidas – ONU, ha declarado al presente, “AÑO INTERNACIONAL DE LA BIODIVERSIDAD”.

Por cierto que lo que pretende dicho organismo es poner en las mesas de análisis y discusión de la sociedad mundial la importancia de la diversidad biológica, tanto respecto a nuestro planeta como respecto a quienes conformamos la sociedad humana.

Y es que cada vez se viene haciendo más evidente que la especie Homo Sapiens Sapiens, en vez de hacerse más responsable y racional (inteligente) en su actuación sobre la Tierra, viene siendo un factor de grave destrucción y alteración negativa de todo lo que hay en ella. Su comportamiento en este bello y diverso (y, tal vez, aún no suficientemente valorado) escenario terráqueo viene expresando impulsos predatorios instalados en tiempos en que era necesario matar para vivir, de tal manera que su actuación frente a las demás especies todavía es la de una especie invasora que destruye sus hábitats naturales para dominarlas.

Las consecuencias de ese agresivo comportamiento humano se expresan en una indetenible pérdida de diversidad biológica que ha motivado que, en junio de 1992, en Río de Janeiro, se acuerde la firma de un CONVENIO SOBRE LA DIVERSIDAD BIOLOGICA, en cuyo preámbulo se reconoce “el valor intrínseco de la diversidad biológica” así como “…los valores ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos de la diversidad biológica y sus componentes”, la importancia que tiene “para la evolución y para el mantenimiento de los sistemas necesarios para la vida de la biosfera”, así como el interés que dicha diversidad reviste para toda la humanidad.

En dicho documento se expresan los acuerdos asumidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en nombre de la Comunidad Internacional (todas las naciones) respecto a la diversidad biológica en nuestro planeta.

Es con este trasfondo jurídico-axiológico y ante el agravamiento, en años recientes, del deterioro de esta riqueza natural, que se ha formulado esta declaración, con la finalidad, entre otras, de incentivar el desarrollo de “… una educación eficaz para concienciar al público con miras a alcanzar los tres objetivos del Convenio”: “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos…”.

Por cierto que, para nosotros, vivientes de esta pródiga región, esta declaratoria significa un reto de la mayor trascendencia, pues si hay una región que sea escenario excelso de diversidad biológica esa es la Amazonía Peruana (que forma parte de la Gran Amazonía), y, por lo tanto, estamos obligados, por muchísimas y trascendentes razones, a asumir las implicancias de dicha declaratoria, priorizando acciones coherentes para coadyuvar al logro de los objetivos ya puntualizados.

En este sentido, el Gobierno Regional, los gobiernos locales, las instituciones educativas de todos los niveles organizacionales, las instituciones sociales, los colegios profesionales, etc. deben hacer suyos tales objetivos en el desarrollo de sus respectivas propuestas programáticas de acción cívico-social. Todo ello con la necesaria complementación de los compromisos que, a nivel individual, cada uno de nosotros debe asumir en el ámbito del propio gobierno personal, escenario en el cual se toman las más importantes decisiones que orientan nuestra actuación social.

No podemos ignorar los niveles de irracional destrucción de la biodiversidad que estamos alcanzando en nuestra región. Las concesiones petroleras y madereras, la absurda e incoherente ampliación de la frontera agrícola a costa del bosque, la práctica de la ganadería extensiva, las “pseudomodernizaciones” de nuestras ciudades convirtiéndolas en espacios imposibles para vida natural, la degradación de nuestro suelo por tala irracional y cambio de uso, las prácticas de monocultivo, la contaminación de nuestros ríos y cochas, los sembríos ilegales, etc., todo, todo ello repercute en la destrucción de los diversos hábitat naturales generadores de nuestra diversidad biológica. Por lo tanto, son medios, instrumentos y prácticas que debemos evitar o controlar, pues, de otra manera, no sólo atentamos contra la biodiversidad en sí, sino, ante todo, contra nosotros mismos, pues en tanto alteremos negativamente nuestro entorno ambiental, ello repercutirá en la calidad de nuestra salud social.

Por ello, “…la Asamblea instó a todos los Estados Miembros a cumplir los compromisos asumidos a fin de reducir de manera significativa para 2010 el ritmo de pérdida de la diversidad biológica, para lo que tendrán que prestar la atención debida a esta cuestión en sus políticas y programas pertinentes…”

Tenemos, entonces, una gran oportunidad para coordinar esfuerzos y expresar un sólido y acendrado compromiso con nuestra región, nuestro país, nuestra especie y nuestro planeta, pues “La biodiversidad es vida, la biodiversidad es nuestra vida”.

Foto: del autor

viernes, 22 de enero de 2010

EL BOSQUE OLVIDADO




GABEL DANIEL SOTIL GARCÍA

Aquel manto de infinitos tonos verdes, que se extiende interminable siguiendo el relieve de nuestro suelo, es el bosque.
ES NUESTRO BOSQUE.
Es éste el elemento visual más impactante.
Es el que no da una personalidad bio-geográfica propia dentro de nuestro país.
Es, también, el que nos ha dado una personalidad sociocultural propia, definida.
En verdad, HABLAR DE LA SELVA, ES HABLAR DEL BOSQUE.
Pero, hablar del BOSQUE en la SELVA es hablar no sólo de un elemento físico-geográfico: es hablar de la FUENTE, del MANANTIAL y del SOPORTE de la cultura indígena. De las culturas indígenas.
En sus entrañas entrecruzan su existencia ríos, quebradas y cochas con la de una exuberante, tupida, vegetación rica en variedad, rica en cantidad, que sirve de hábitat a una fauna prodigiosa, adaptada a una infinidad de ecosistemas, cuya existencia NO ES INEXORABLE.
Es éste el elemento omnipresente en todas las versiones particulares de la CULTURA AMAZONICA. Las originarias y las mestizas.
Es el BOSQUE el motivo-origen y el motivo-fin de las culturas nativas de la selva.
Cada una de ellas encontró en el bosque el referente fundamental de su creación cultural. Su fauna y su flora, en toda su biodiversidad, adquirieron un significado para el Hombre y la Mujer de aquellas culturas. Las cochas, los truenos, las tempestades, así como sus silencios fueron procesados y transformados en contenidos culturales.
La unión HOMBRE – BOSQUE adquirió así, un carácter dinámico. Ambos se influían, para el logro de su supervivencia. Se hicieron indispensables. El BOSQUE como manantial inspirador. El HOMBRE como agente creador. Y, por ello, cada una de ellas creó una serie de mitos y leyendas que sirvieron para conservarlo, protegerlo, con la mayor dedicación , por el rol tan importante que le reconocieron para la preservación biológica y social de los pueblos.
Todo ello hasta que vino un nuevo hombre.
Y, con él, una nueva cultura.
El siglo XVI es testigo de una cambio en el rumbo histórico en nuestra región. Un nuevo hombre recorta e impone su perfil sobre el horizonte de la cultura nativa. Porta una nueva manera de ver, de pensar, de actuar, de ser.
Nuevo hombre que, apoderándose de los mecanismos de control del poder, inicia la difusión de la nueva cultura.
La cultura europea, nacida en otros ámbitos, fraguada en el crisol de acontecimientos cuyo significado sólo era comprensible para sus miembros, era incapaz de aceptar el BOSQUE en su dimensión original.
CARECIA DE IDONEIDAD PARA CAPTAR EL SIGNIFICADO QUE TUVO EL BOSQUE PARA LAS CULTURAS NATIVAS.
El divorcia era inevitable. La tragedia, inexorable.
Comenzó el enfrentamiento.
De ser morada celeste de dioses protectores, el BOSQUE pasó a ser una prosaica fuente de recursos naturales.
Los mitos protectores fueron destruidos y, en su reemplazo, otros fueron construidos.
La “DESPENSA INAGOTABLE” llenó las mentes de nuevas generaciones.
El “DESPOBLAMIENTO DE LA SELVA” se impuso como creencia y fuente de decisiones políticas.
La “INFERIORIDAD DE LOS PUEBLOS NATIVOS” se abrió paso dejando una trocha por donde huían y se esfumaban sus logros culturales.
El mundo indígena, organizado desde sus propias perspectivas, se fue destruyendo en la FOGATA DE LA AMBICIONES MERCANTILISTAS que se prendió para alimentar la VORACIDAD DE UNA CULTURA QUE NO RESPETABA DIOSES AJENOS; que CONVERTIA EN VIL METAL TODO CUANTO TOCABA.
La subcultura del conquistador que llegó a la selva trató de destruir en pocos siglos lo que había costado milenios construir.
En dicho contexto cultural la ESCUELA, agente dinamizador de una concepción educacional que, a su vez, expresaba todo el sumum ideológico de la cultura alienígena, entra en acción para consolidarla, para hacerla perdurable, para garantizar su difusión.
Como no podía ser de otra manera, las nuevas generaciones que llegaban a su seno aprendían a ser aspirantes idealistas a vivir en un mundo mejor, lejos del BOSQUE. Todo cuanto hubiera sido amado y respetado por los Pueblos Nativos no merecía seguir siendo respetado y amado.
Como por arte de magia el BOSQUE desapareció de sus mentes y, en ese espacio, se construyó un mundo irreal, fantasioso, ficticio pero que, sin embargo, era el referente actitudinal de los niños y jóvenes que aspiraban a vivir en un mundo SIN BOSQUE.
La orden tajante de no hablar jamás del BOSQUE, se cumplía a plenitud. Quien hablara del BOSQUE, era condenado al rincón de las notas de oprobio. Quien refiriera el nombre de un ave, un pez del BOSQUE, era mirado con desprecio. Quien, en fin, se acordara del BOSQUE, no merecía ser llamado CULTO.
Mientras los nativos corrían espantados a las entrañas del BOSQUE, como en un instintivo y final recurso de defensa de sus vidas; mientras los árboles sentían en sus cuerpos hendirse extraños artificios o caían al compás de golpes de hacha u otros instrumentos mecánicos; mientras el paroxismo mercantilista llegaba a su clímax, la ESCUELA resplandecía de pureza, deslumbrando a las ingenuas mentes infantiles que creían ver en ella la nave sideral que las llevaría a otros mundos de felicidad, lejos del BOSQUE.
Pero en sus aulas, nada del BOSQUE. La flora, la fauna, el paisaje geográfico de los que se rodeó y que alagaban sus entrañas eran exóticos, pertenecían a otros mundos, a otras realidades.
Los libros que en ella circulaban, los cuentos, las poesías y toda cuanta vía e instrumento era capaz de ser usado en su intimidad IGNORABA AL BOSQUE.
Su mensaje telúrico jamás pudo cubrirla.
En esa exótica placenta pedagógica se formaban niños y jóvenes ignorantes y despectivos frente al BOSQUE.
Allí se nutrían de valores y actitudes de NEGACION DEL BOSQUE.
Las décadas pasaron.
Igual, las instituciones y personajes.
Nuevos intereses mercantilistas impulsaron a los hombres a extraer, exportar y depredar.
Nuevas expoliaciones, nuevos arrebatos contra el hombre nativo, aunque de distintas formas.
El pedestal del altar en que veneraba al BOSQUE siguió siendo destruido; pero, aún así siguió AMÁNDOLO.
Sin embargo, la ESCUELA seguía mirando al infinito aunque sus pies se posaran en bajiales, tahuampas y restingas.
Así hasta hoy.
Si hay algo más lejano de la Escuela, eso es el BOSQUE.
Foto: Palmera Aguaje