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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

sábado, 26 de julio de 2014

¿EXISTE LA AMAZONÍA EN NUESTRO PAÍS?

A propósito de nuestro 193º aniversario patrio

Gabel Daniel Sotil García
Comprensión del ámbito de la región
 amazónica en nuestro país.
Foto satelital.

 Por cierto que no nos referimos a la existencia físico-geográfica de nuestra región, pues ella es tan contundente que sería más que imposible ponerla en duda. La pregunta va dirigida a provocar una reflexión acerca de la presencia de nuestra región en el imaginario nacional y, en especial, en el de quienes tienen en sus manos la prerrogativa de tomar decisiones político-sociales, culturales, educacionales, comunicativas, administrativas en nuestro país.


¿Qué imagen tienen tales personajes acerca de nuestra región? Si analizamos los temas privilegiados por nuestra clase política, tanto regional como nacional, podríamos llegar a la conclusión de que lo que conocemos como Amazonía peruana no existe. Es decir, nuestro grandioso bosque,  el río más extenso y caudaloso del mundo, al que nosotros le damos el nombre de Amazonas, declarado, hace poco “Maravilla natural”, los ríos Ucayali, Marañón, Huallaga,  Napo, Putumayo, etc. no existen. Esa prodigiosa cuenca de agua dulce, hábitat de una de las más grandes diversidades biológicas de nuestro planeta, no existe. Los Pueblos Indígenas no existen así como tampoco existen nuestras cochas, los pueblos ribereños, las balsas, las canoas, las tahuampas, etc. Nuestra extensísima línea fronteriza, tampoco existe. Es decir, la región cuya extensión es mayor al 60 % de nuestro territorio nacional, no existe, pues no merece mayores preocupaciones de parte de quienes vienen luchando, en estos momentos, por hacerse del poder político en nuestro país y región.  

En realidad, esta ausencia del “tema” AMAZONÍA, en la mente y el discurso de dicha clase política  nos tiene que preocupar profundamente, no sólo a quienes vivimos en este espacio, que lo sabemos merecedor de las más serias preocupaciones y planteamientos, sino a todo el país, pues revela una gravísima patología mental que sufren quienes han aprendido a percibir al Perú conformado sólo por Costa y Sierra, visión heredada desde las épocas coloniales en  las que el ámbito de acción de las clases dominantes fue, precisamente, dichas regiones

Ríos y bosques amazónicos que requieren estrategias
específicas para su aprovechamiento socio-económico
sin ser destruidos.
En la Costa estuvo y sigue estando la sede del centro del poder político; es imprescindible  pensar en ella; en la Sierra,  los asientos mineros que, desde la época colonial, dieron renombre al Perú en el exterior; por lo tanto, es ineludible pensar en ella. Desde entonces, Perú quería decir costa y sierra. Costa  para la agricultura y Sierra para la minería. La Selva, extensísima e ignorada para fines de aprovechamiento económico y objetivo de planteamientos de política, no pasó de ser un fuerte color verde en los mapas.

Salvo el aprovechamiento de algunos de sus recursos, desde la segunda mitad del S. XIX, para fines de exportación, nuestra región aún no merece atención política de primera por su insignificancia para propósitos agrícolas y mineros, propósitos que, de concretarse, significarían su total destrucción, pues bien sabemos que su vocación natural por su forestalidad es generar diversidad de vida y cultura.

Y seguirá siendo vista así mientras no aprendamos a vernos como un país forestal, con ingentes recursos provenientes de un bosque prodigioso pletórico de potencialidades renovables, si es que logramos anular nuestra actual agresividad social incentivada por una educación de donde emanan “las órdenes” para destruir nuestra naturaleza, enseñándonos a verla como apta para la agricultura, la pecuaria y la minería.

Aprender a vernos como país forestal  es una de las mayores prioridades nacionales, pues, como ya se dijo, más de las dos terceras partes de nuestro territorio están comprendidas dentro de lo que se denomina Amazonía; es decir, somos un país AMAZÓNICO, además de costeño y andino.

Y vernos como país forestal y amazónico exige nuevas estrategias político - económicas, muy diferentes a las que exige la visión agro – minera, que infelizmente se viene imponiendo para satisfacer requerimientos de economías e intereses foráneos, que cuentan con eficaces cómplices y testaferros entre la clase política y empresarial regional.

Es el cambio de este paradigma el que aún no se produce en nuestra clase política. Asumir esa nueva realidad nacional nos exige aprendizajes de nuevas estrategias para promover su desarrollo, aprendizajes que aún, también, no los abordamos.

Aun cuando, hasta hoy, las estrategias de desarrollo agrario y minero han fracasado en nuestro país por su impertinencia, pues la pobreza y su secuela, el subdesarrollo socio - económico, se siguen profundizando, son las que más conocemos y se nos han transformado en los únicos referentes para dinamizar nuestros recursos nacionales.

Lotización de la amazonía para fines de
extracción petrolera en el marco
de una ausencia de política de desarrollo
forestal.
 
Nuestra clase política, por lo tanto, ”elude” el tema Amazonía por su ignorancia acerca de su realidad, es decir, no conoce sus características, las leyes que gobiernan sus componentes, sus potencialidades materiales, culturales y espirituales, su historia, sus perspectivas, la idiosincrasia de sus Pueblos, etc. Y, por lo tanto,  carece de propuestas para un trabajo político en un territorio que le representa una gran interrogante.

La propia clase política regional viene jugando un papel cómplice por no haber sabido enseñar “Amazonía” y “Forestalidad” a los partidos y movimientos políticos nacionales, habiendo preferido la comodidad de la adhesión a propuestas políticas de carácter nacional,  incongruentes con nuestra realidad. 

Nos es urgente, por lo tanto, capacitarnos socialmente, para anular los efectos de las leyes que seguirán colisionando con nuestra región al ser elaboradas sin tener en cuenta sus características. Una cosa es pensar, aunque malamente, en un país sólo agrario y minero, y otra, muy distinta, es pensar en un país también, y predominantemente,  forestal.

Por lo tanto, es de urgente necesidad que construyamos una EDUCACIÓN que nos oriente en estas direcciones, instalando en nuestras mentes imágenes pertinentes a nuestras características e intereses AMAZÓNICOS. Sólo así, las nuevas generaciones tomarán las decisiones en defensa de los intereses amazónicos.

VISITE: http://www.amazonia.org.pe



domingo, 13 de julio de 2014

UNA NUEVA CONCEPCIÓN DE LOS LOCALES ESCOLARES

Se hace necesario plasmar una nueva concepción
de los locales escolares como escenarios de formación
integral. Foto: Local del ISP "Loreto"
 Prof. Gabel Daniel Sotil García

En estos momentos en que toda la colectividad loretana viene tomando conciencia de las grandes deficiencias de la educación de nuestra región, se hace necesario que miremos críticamente los diversos factores que viene influyendo en dicha situación, para adoptar las decisiones pertinentes a fin de dar paso a la educación que requerimos socialmente.

Es en este sentido que se hace necesario dirigir nuestra atención a las características de los locales que sirven de escenarios a la acción formativa, sobre todo en las zonas rurales

Más aún teniendo en cuenta las recientes declaraciones del actual ministro de educación respecto a las inversiones que van a ser destinadas al reforzamiento de la infraestructura educativa a nivel nacional.

Es en este sentido que queremos hacer los siguientes planteamientos.

Una pregunta que nos permitiría iniciar el análisis sería la siguiente: ¿Son realmente educativos los locales escolares en donde se realiza la actual educación formal en nuestra región?

Si empezamos por dar al término educación su exacta y trascendente dimensión de PROCESO DE FORMACIÓN INTEGRAL PARA LA ACTUACIÓN SOCIAL TRANSFORMADORA, entonces concluiremos que nuestros centros educativos no reúnen las condiciones mínimas para hacerse merecedores de tal calificativo.

Un local escolar debe responder a las características
y necesidades de su entorno.
Para que sean educativos en la plenitud de la adjetivación, deben ser escenarios en los cuales nuestros educandos adquieran aprendizajes estimuladores de sus potencialidades y capacidades puestas al servicio de la solución de los problemas de su comunidad. Deben ser espacios diseñados para adquirir experiencias conducentes a prepararlos para afrontar creativamente las dificultades sociales que hoy afectan a las comunidades en las cuales hacen su vida. No para ignorarlas. No para evadirlas. No para ser indiferentes y distantes de ellas.

Desde este punto de vista, entonces, un local para que sea centro educativo no deberá tener solamente espacio para aulas de clase porque, si bien en ellas pueden ser obtenidas importantes conductas, sobre todo las de carácter intelectual-teórico; sin embargo, éstas  no son las únicas necesarias para la actuación social.

Por las características geográficas, sociológicas, económicas y culturales de nuestra región, requerimos de locales escolares en los cuales se desarrolle un proceso educativo íntima, estrechamente ligado a la dinámica geo-ecológica y sociocultural, en especial al proceso productivo.

Es decir, que nuestra infancia, niñez y juventud adquieran las más importantes experiencias formativas de su personalidad en el marco de un conjunto de actividades (lo cual depende del currículo formativo), en las cuales el educando tenga vivencias de acción real y concreta sobre su entorno físico y social.

Entonces, pues, el sólo contar con aulas para clases teórico-intelectuales, es decir, con implicancias formativas parciales, limita la acción del docente a sólo un aspecto, no  precisamente el más importante de  la personalidad, lo cual sólo permite obtener, luego de catorce años de estudios formales (inicial, primaria y secundaria), un joven capacitado para la inacción y no para integrarse como agente dinámico a la actividad socio-productiva de su comunidad.

Más que  elemento  físico, el local escolar debe ser
instrumento al servicio de la comunidad.
Nuevos ambientes tiene que ser incorporados a los centros educativos. Espacios para el huerto, para la crianza de animales menores, para talleres, para la investigación (experimentación), para la producción de bienes, etc., deben ser requisitos indispensables para autorizar la creación de un centro educativo. En estos espacios, los educandos podrán vivir un rico, diverso, gradual y funcional proceso formativo, realmente integral, desde el acceso al sistema educativo, para actuar como miembros activos de su comunidad, plena y realistamente integrados a su dinámica y absolutamente comprometidos con la solución de sus problemas. Respondiendo, así, al carácter eminentemente transformador de la naturaleza del hombre.

Pero para que se dé esta situación se requiere que nuestras autoridades educacionales adopten las decisiones pertinentes; de lo contrario, seguiremos extrapolando modelos urbanos, malamente concebidos, al área rural.

La posesión de dichos ambientes dará oportunidad de enriquecer la acción docente, dándole un significado realmente social. Con un real significado de integralidad. Lo cual, por cierto, requiere de profesores con una nueva formación.

Por cierto que no pretendemos un Centro Educativo autosuficiente, como viene sucediendo actualmente, centros que, para nada o muy poco, hacen uso de espacios importantes de la Comunidad, en los cuales sería posible organizar experiencias significativas para la formación del educando.

Al contrario, tenemos que reconocer y aceptar que aun cuando poseyeran todos los ambientes necesarios, los Centros Educativos o Instituciones Educativas siempre deberán propiciar el contacto directo y sistemático del educando con su realidad físico-social. Debe reconocerse la necesidad de una complementariedad funcional entre Escuela y Comunidad. No interferirse. Una relación dialógica, interdependiente, sirviéndose mutuamente, es a la que debe darse vida.

Requerimos, entonces, alumnos, ciudadanos en formación, educados en las circunstancias reales de su comunidad, para que establezcan mejores comunicaciones con el mundo actual. Los ambientes ficticios en los que han devenidos los actuales locales, malamente implementados, no propician la formación socio-individual integral que requerimos para garantizar nuestro desarrollo endógeno, intercultural y sostenible.

Nota: Artículo publicado en el semanario KANATARI, 13-07-2014 (www.ceta.org.pe/kanatari)




miércoles, 2 de julio de 2014

ORIENTACIONES PROPEDÉUTICAS PARA MIS ALUMNOS DE LA FCEH - UNAP (*)

Prof. Gabel Daniel Sotil García
 MIS ESTIMADOS ALUMNOS:

Alumnos capacitándose para ejercer el magisterio
con pertinencia sociocultural en nuestra región.
Vamos a dar inicio a un nuevo semestre académico. Esto significa que debemos predisponernos para asumir las responsabilidades inherentes a nuestros respectivos roles, pues el proceso de aprendizaje que ya iniciaron ustedes hace algún tiempo, continúa con mayores exigencias, para las cuales deben seguir  preparándose.

Por lo tanto, es mi deseo expresarles mi complacencia de compartir este escenario en el que ustedes y yo aprenderemos para cumplir nuestro anhelo de lograr mejores niveles de desempeño profesional.

Es por esta razón que he preparado este documento introductorio, con carácter propedéutico, a fin de promover su motivación hacia una mejor actitud de aprendizaje en este curso y todos los cursos, que son de vital importancia para su formación profesional.

Es decir, pretendo generar una motivación tanto para que reflexionen como para que asuman un compromiso vital, consigo mismo y con el desempeño de su profesión.

Una asignatura, cualquiera que sea, conformante del currículo de formación profesional, se justifica sólo en el marco de un conjunto de circunstancias reales, de carácter sociocultural, exógenas a la universidad, que es el que le da sentido fundamentador, operativo y teleológico. El currículo dentro del cual se inscribe no  es sino el producto de dichas circunstancias. A las que pretende afrontar. No a la inversa.
Las aulas de estudio deben ser escenarios para la
adquisiciónde nuevos conocimientos, actitudes y
valores para el ejercicio magisterial como
instrumento de cambio.

En este caso, debo puntualizar algunos aspectos de nuestra realidad regional que actúan como factores contextuales condicionantes de la intencionalidad formativa de este curso. Es decir, que tanto la orientación, los contenidos como la dinámica metodológica se ven influenciadas por esta situación que se da  en los escenarios sociocultural y geoecológico. Por lo tanto, este curso debe ser concebido como un instrumento de cambio de dichas situaciones en lo que sea pertinente.
  
Algunos de estos hechos,  que deben servirnos para reflexionar sobre nuestro proceso formativo, son, en síntesis, los siguientes:
-Como país ocupamos el último lugar en cuanto a niveles de aprendizaje a nivel mundial (PISA, OCDE); ¿Merecemos dicha condición?
-Como región ocupamos la misma ubicación dentro de nuestro país (ECE), es decir, somos últimos en ubicación en cuanto a calidad. ¿Merecemos dicha situación, teniendo presente que en nuestra historia tenemos evidencias de grandiosos logros?
-De los docentes que han postulado en el último concurso para plazas magisteriales, el 70% no alcanzó nota aprobatoria. Como comprenderán, las miradas se han dirigido a la calidad de formación de los docentes y a quienes conducimos dicho proceso. ¿No te sientes aludido y  comprometido al igual que yo?

Ahora,  si dirigimos nuestra atención a la realidad regional,  constataremos que nuestra selva sigue siendo destruida en su riqueza material  por la explotación de oro, gas, petróleo, narcotráfico, tala irracional, contaminación acuática, ambiciones mercantilistas, ignorancia, falta de compromiso con su defensa, etc. todo por no haber aprendido a defendernos de la angurria transnacional.

Por otra parte, su riqueza cultural, constituida por su prodigiosa diversidad de pueblos viene siendo violentada y depredada, cada vez con mayor ensañamiento, vía empresas estatales y privadas, sin siquiera darnos el trabajo de querer conocer su riqueza espiritual. Arrebatamos sus territorios, destruimos sus bosques, envenenamos sus aguas (ríos, cochas, quebradas) Y el MINEDU sigue mirando sólo hasta los Andes. ¡Hubiera preferido que fueran menos altos!
Nuevas estrategias formativas deben ser los medios
para lograr una óptima formación de los nuevos maestros
en la UNAP.

 Es, por lo tanto, legítimo y moral que nos preguntemos: ¿Qué hacer? ¿Hacer como que no nos damos cuenta? ¿Miramos el discurrir de las aguas desde el barranco? ¿Quedarnos indiferentes? ¿Asumir responsabilidades de trascendencia social, con claras opciones por la defensa de nuestra heredad?

En este contexto situacional, la opción responsable de personas como ustedes no puede ser otra que la de formarse como profesionales con compromisos para luchar por nuestra región (y el país) y así hacer de la EDUCACIÓN EL INSTRUMENTO (pues esa es su suprema utilidad), que requerimos para ponerla al servicio de los más altos intereses de nuestra región amazónica, en el ejercicio de su desempeño magisterial, para lo cual se están formando.

Ustedes tienen el privilegio de ser parte de una institución de formación profesional. Ámbito de conocimiento, análisis, reflexión sobre nuestro entorno. Escenario en donde deben prepararse para construir propuestas para mejorar las condiciones de vida en nuestra región, y no sólo la humana sino también  toda forma de vida con la que compartimos este dechado natural llamado AMAZONÍA PERUANA.

Y es que no deben ustedes dar inicio a un nuevo peldaño de su proceso de formación profesional si no realizan un mínimo de esfuerzo de reflexión acerca de sus deberes morales en este largo, dificultoso pero grato proceso de adquirir responsabilidades para hacerse profesionales en la plenitud de su significado.

Precisamente, estas palabras introductorias tienen esta finalidad: provocarlos y retarlos a realizar esa indispensable reflexión que debe preceder a toda acción de trascendencia social que emprendan en su vida.

Es en este sentido que les pido leer con especial esmero este mensaje, especialmente preparado para motivarlos, no sólo en su aspecto cognoscitivo sino, fundamentalmente por su intención desencadenante  del ejercicio de capacidades diversas: actitudes, valores, ejecución, expresión, etc. La intención es que ustedes traten de lograr sus objetivos haciendo los mayores esfuerzos posibles. No habituarse a lo fácil. El esfuerzo fortalece su personalidad. Su objetivo es su FORMACIÓN INTEGRAL.
  
TENGAN PRESENTE QUE UN ALTO PORCENTAJE DE LA CALIDAD DE SU FORMACIÓN PROFESIONAL DEPENDE DE SUS PROPIOS ESFUERZOS. Su profesor es sólo un desencadenante de un proceso que ustedes van a conducir y del cual serán sus únicos administradores y  beneficiarios.

Esmérense por ser ESTUDIANTES AUTÓNOMOS para que sean profesionales y ciudadanos con autonomía comportamental e iniciativa en su acción social.

RECUERDEN: La autonomía en el aprendizaje se aprende practicándola. Asuman este y todos los demás cursos como oportunidades para lograrla.

Iquitos, abril de 2014.

(*) Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la Universidad  Nacional de la Amazonía Peruana de Iquitos.