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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

martes, 27 de septiembre de 2011

EDUCACIÓN Y CAMBIO CLIMÁTICO


Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP

Las influencias de los movimientos ecologistas e indigenistas y la acción difusora de instituciones y personas comprometidas y sensibles a los problemas ambientales, así como las constataciones históricas que venimos haciendo  en cuanto a las consecuencias sociales, culturales, económicas y ecológicas del avance depredador de nuestra actuación social e individual, han venido generando una gradual toma de conciencia de la gravedad del mismo, tanto para nuestra propia región como para el planeta TIERRA, haciendo que sintamos la necesidad de educarnos para establecer mejores relaciones con nuestro entorno ambiental y asumir superiores comportamientos, tanto individuales como sociales.

Es esta toma de conciencia de nuestras responsabilidades en el proceso destructivo de nuestro ambiente como en la construcción de una sociedad respetuosa de su hábitat, la que nos ha llevado a abocarnos, aún no consensualmente pero sí gradualmente, a incorporar, como propósito socialmente buscado, la educación de las nuevas generaciones para re-establecer y reconstruir las relaciones armónicas con nuestro ambiente.

Preocupación que ya no es sólo nuestra, sino de todos los Pueblos de la Tierra, quienes vienen reuniéndose cada cierto tiempo para hacer los llamados a la conciencia de quienes tienen los poderes políticos y económicos y cambien su comportamiento para no seguir afectándola.

En reciente reunión (Bolivia, 2009), se elaboró un documento en cuyos párrafos iniciales se lee:

“Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro.


De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, a lo que nos conduciría el llamado “Entendimiento de Copenhague”, existe el 50% de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. Entre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer.
Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferentes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas. Muchos Estados insulares desaparecerían y el África sufriría un incremento de la temperatura de más de 3º C. Así mismo, se reduciría la producción de alimentos en el mundo con efectos catastróficos para la supervivencia de los habitantes de vastas regiones del planeta, y se incrementaría de forma dramática el número de hambrientos en el mundo, que ya sobrepasa la cifra de 1.020 millones de personas.
………………………………………………………………..
Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que tienen y no por lo que son.

El capitalismo requiere una potente industria militar para su proceso de acumulación y el control de territorios y recursos naturales, reprimiendo la resistencia de los pueblos. Se trata de un sistema imperialista de colonización del planeta.

La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida”. (1).

Nuestra opción no puede ser otra que el reencuentro armónico con nuestra Madre Tierra, para lo cual debemos confiarle a la educación la formación en nuevos valores, actitudes y conocimientos favorables a la conservación de las condiciones propicias para el ser humano y la biodiversidad prodigiosa de nuestra región, revitalizando la sabiduría de los Pueblos Originarios quienes hicieron praxis social cotidiana de aquello que hoy llamamos desarrollo sustentable.

 * Fotos del autor.

lunes, 26 de septiembre de 2011

LA DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR EN NUESTRA REGIÓN


Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP

Tanto el centralismo cultural como el centralismo administrativo vienen causando, entre otros, la total ineficacia de la actual educación para el logros de mejores niveles de calidad de vida en nuestra región (y por cierto que en nuestro país).

Por ello es que, desde hace algunos años, se nos ha venido haciendo evidente que tenemos que superar estos males  para hacer de la educación el factor fundamental en el logro de mejores niveles de calidad de vida, a condición de reorientarla  respecto a sus contenidos, sus objetivos, su organización y su dinámica. Es decir, en su totalidad.

Por cierto que uno de los mecanismos que debemos activar para lograr este propósito, acerca de lo cual ya hay un total consenso, es lo que se llama la DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR, a la que venía oponiéndose tenazmente el propio Ministerio de Educación, desactivando toda propuesta diversificadora que naciera en las provincias, pues ello era tomado como una amenaza a su hegemonía en el ámbito nacional. Ahora, es el mismo Ministerio el que la autoriza pero fijando parámetros, tales como que sea sólo en relación a los contenidos y en un porcentaje determinado.

Bien vale la pena recordar que la diversificación no sólo puede hacerse respecto a los contenidos curriculares sino también respecto a los objetivos; es decir, que podemos incorporar contenidos propios procedentes de la realidad natural, psicológica y sociocultural de los educandos; pero, también podemos establecer objetivos propios (de nivel regional) a largo plazo o finalidades que respondan a los propósitos sociales de nuestra región, que, por cierto compatibilicen con nuestra condición nacional.

En el primer caso, esta responsabilidad recae fundamentalmente en cada Maestra y Maestro; pero, en el segundo, es labor de las autoridades regionales y niveles intermedios, quienes tienen que establecerlos, para lo cual se requiere de un Proyecto Educativo Regional, en el cual se establezcan tales finalidades.

Ahora bien, la DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR es el trabajo que cada profesor y profesora debe realizar en su centro educativo para hacer que su labor tenga verdadero significado social ajustándola y respondiendo a las características, las potencialidades, las necesidades, los problemas y las expectativas de la comunidad (pueblo, caserío, asentamiento, sector de la ciudad, etc.) en la que trabaja. Es decir, para que la educación que desarrolle el Maestro y Maestra sirva para mejorar la calidad de vida de dicha comunidad.

Pero, para la realización de esta DIVERSIFICACIÓN no basta que se autorice, como al fin lo ha hecho el Ministerio, permitiendo que los profesores incorporen el 30% (¡!) de contenidos procedentes del entorno o realidad inmediata, sino que se requieren otras condiciones necesarias y complementarias. Sin embargo, es necesario dedicar algunas palabras, por ahora, a ese porcentaje: si la educación debe responder a las demandas de su entorno y si la realidad amazónica, toda ella heterogénea, difiere sustancialmente en lo ecológico, lo histórico, lo social, lo económico, lo cultural, etc. de las  demás realidades de nuestro país, más heterogéneas aún, entonces, ¿cómo establecer que los contenidos curriculares provengan del entorno amazónico sólo en un 30% y el porcentaje restante corresponda a lo nacional? Es evidente, pues, que en esta decisión sigue actuando el centralismo decisional, con toda la incoherencia de que es capaz, como lo ratifica el caprichoso porcentaje indicado.

Volviendo al tema de la diversificación curricular y las condiciones básicas para su realización, vamos a referirnos a sólo dos de estas condiciones en esta oportunidad: la actitud de los y las docentes y el conocimiento de la realidad (en toda su complejidad y diversidad).

En cuanto a la primera condición, debemos tener en cuenta que la formación estándar de los Maestros y Maestras amazónicas: obedece a patrones centralistas, que se han expresado en la vigencia de un currículo único a nivel nacional, ha enfatizado el conocimiento de otras realidades, menos la amazónica, ha acentuado del rol meramente cumplidor de las disposiciones dadas por el Ministerio, nos ha acondicionado para que seamos sólo consumidores de conocimientos científicos y técnicos producidos o traídos desde otros países, etc. Todo ello ha moldeado en el Magisterio una actitud poco propicia para una labor diversificadora en nuestra región. A pesar de los cual, es necesario decirlo, el magisterio ya viene haciendo esfuerzos e intentos pertinentes que le van a posibilitar un autoaprendizaje en este campo, a falta de una acción en ese sentido de las instancias administrativas regionales.

En cuanto a la segunda condición, el conocimiento de la realidad, bien sabemos que en el proceso formativo de nuestros maestros y maestras,  nuestra realidad amazónica ha sido clamorosamente omitida; es decir, se ha dado preferencia al conocimiento de la realidad mundial y nacional en lo histórico, geográfico, económico, cultural, demográfico, político, etc.; por lo tanto, los niveles cognoscitivos acerca de nuestra realidad en toda su complejidad y riqueza, son mínimos o, en todo caso, insuficientes para incorporar nuevos contenidos procedentes de nuestro entorno amazónico en el currículo  (no “la currícula”, pues esta palabra es el plural de la palabra “curriculum”, singular en latín) regional que queremos regionalizar.

A nuestro entender, estas dos carencias dificultan  el proceso de diversificación  curricular en nuestra región. Por ejemplo, es el caso evidente del conocimiento histórico de la Amazonía, sobre lo cual en la formación de nuestros Maestros y Maestras sólo se ha tomado como referente de aprendizaje lo muy poco que se consigna en el material bibliográfico convencional que circula en los ambientes académicos de nuestro país. De manera tal que hay un enorme déficit cognoscitivo en el campo de nuestra historia o, en todo caso, una visión tergiversada de nuestra historia amazónica, que se expresa en el sobredimensionamiento del llamado “boom” del caucho, como si fuera lo más importante que nos ha sucedido.

Pero, esto mismo podemos decir del campo cultural, ecológico, biológico, etc. acerca de los cuales casi no se hace referencia en el proceso formativo de ellos, haciendo que en estos momentos, los conocimientos acerca de tales campos no puedan incorporarse como contenidos curriculares, para su aprendizaje sistemático. Pero, por cierto que no estamos diciendo que no los haya, sino que aún no han llegado al dominio del magisterio. Es decir, las investigaciones científicas acerca de nuestra región garantizan ya un enorme universo cognoscitivo acerca de la realidad regional, pero que aún no ha sido procesado para fines de enseñanza en los centros educativos, con lo cual, pues, nos plantean el reto de sistematizarlas con dicho fin. Es decir que todos estos conocimientos está dispersos en los centros de generación y distribución (personas e instituciones investigadoras y biblioteca, en menor escala), lo cual exige que hagamos un trabajo de acopio, ordenamiento y procesamiento de tales productos.

Por todo ello, podemos afirmar que  no basta ordenar o autorizar al magisterio nacional y regional que haga la diversificación curricular, si no se realizan acciones para subsanar las carencias que hemos mencionado.  

Y esas acciones  tienen que referirse, fundamentalmente, a una intensa capacitación actitudinal y  cognoscitiva del magisterio loretano respecto a nuestra realidad en todos sus aspectos y a la elaboración de material didáctico portador de dicha información, para que esté al alcance de los alumnos: libros, revistas, discos compactos, enciclopedias, etc. 

Es decir, la DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR es una tarea que tiene que nacer de lo más profundo del afecto y del conocimiento del Magisterio amazónico, y  que no la vamos a realizar correctamente de la noche a la mañana, sino que tenemos que aprender a hacerla haciéndola y en un fructífero intercambio de experiencias en un ambiente de inter aprendizaje entre Maestros y Maestras plenamente convencidos de que este trabajo nos es vital para el cumplimiento de nuestras responsabilidades en  nuestra región.



domingo, 11 de septiembre de 2011

LA UNESCO, LA DIVERSIDAD CULTURAL Y EL DIÁLOGO INTERCULTURAL EN NUESTRA AMAZONÍA


Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP

Pobladores de la etnia Urarinas
Nuestra Amazonía tiene el privilegio de ser pluricultural y multilingüe, pues en el ámbito geográfico que le es propio entran en relaciones dinámicas muy diversas culturas.
Cada una de ellas con su propia manera de hacer su vida, de alegrarse, de entristecerse, de vestirse, de hacer su arte, de preparar sus alimentos, de ver su mundo, etc. Unas originarias (milenarias), nacidas en las entrañas mismas del bosque y, otras, venidas de otros lares, pero ya asentadas secularmente en esta región.
Cada una de ellas es portadora de todo un universo de conquistas materiales y espirituales que, en las relaciones de coexistencia, posibilitan y desarrollan diversas interinfluencias.
Estas relaciones entre las culturas de esta región, que venían realizándose de acuerdo a patrones tradicionales, se alteró hace cinco siglos con la irrupción de la cultura europea occidental, inicialmente y, luego, de otras procedencias, dando origen a muy diversos fenómenos, tales como la jerarquización entre ellas y a la discriminación de las personas por causa de su origen o extracción cultural.
Como consecuencia de ello, se hacen presentes el hegemonismo político y la exclusión en el disfrute del poder. Y, en concordancia con los intereses de perpetuación de esta situación, la sociedad toda es organizada para que propicie y asegure dicho hegemonismo y exclusión.
Se genera así la atmósfera psicológica y espiritual,  que viene nutriendo  y asegurando las relaciones discriminantes y violentistas que hoy signan y cruzan todo el espectro de nuestra dinámica socio-cultural, no sólo al interior de nuestra región, sino en todo nuestro país.
En esta atmósfera de etnocentrismo generalizado, a la educación, conjuntamente con otros agentes sociales, se le encarga el rol difusor de los mensajes que constituyen la argamasa que da solidez y perdurabilidad a esta situación de incomunicación y falta de respeto entre las culturas de nuestro país y región.
Es a partir de allí que aprendemos a ver a nuestra diversidad cultural y lingüística  como un problema, haciendo de la homogeneización cultural el ideal buscado socialmente para hacer desaparecer a las culturas originarias mediante el proceso de mestizaje.
La unidad lingüística, la unidad religiosa, la unidad artística, etc., es decir, la unidad cultural, son ideales que encubren el propósito homogeneizador partiendo de la premisa de que nuestro “gran problema” es la diversidad cultural y, por lo tanto, no será posible, supuestamente,  que logremos nuestro desarrollo nacional y regional mientras exista esta diversidad.
En este panorama de relaciones discriminadoras, jerarquizantes y excluyentes, la educación viene cumpliendo la ingrata tarea de ser instrumento de imposición cultural, de difusión de la ideología que encubre los intereses de la clase dominante, para la fracturación cultural, etc. Rol que en los tiempos presentes se viene fortaleciendo, a  pesar de discursos en sentido contrario.
Por lo tanto, se hace necesario que replanteemos estas relaciones entre los Pueblos de nuestra región, teniendo en la educación el instrumento para crear una nueva ética relacional entre todos nosotros, como requisito indispensable para construir una sociedad auténticamente democrática, regida por los principios de paz y equidad, no sólo entre las personas sino entre las culturas que conforman nuestro país, al que ya debemos aprender a considerar y percibir como multinacional, visión que nos exige un nuevo equipamiento psico-cognoscitivo y axiológico.
Es en este marco de necesidades, tanto regionales como nacionales, que un reciente documento publicado  por la UNESCO viene a darnos un nuevo impulso en la búsqueda de tal propósito pues, como sabemos, éste es uno de los diversos organismos de la Organización de las Naciones Unidas - ONU, que desarrolla sus acciones en los campos de la Educación, la Ciencia y la Cultura; habiendo sido una de las razones que fundamentaron su creación en 1945, precisamente la “fecunda  diversidad” de las culturas generadas por la dinámica creadora de nuestra especie en este planeta que le sirve de hábitat milenario.
Guiada por el reconocimiento del valor intrínseco de dicha diversidad y de la necesidad de su consolidación y perduración como característica esencial de nuestra especie, con fecha 20 de octubre del año 2009, hizo la presentación y entrega de su Informe Mundial denominado “INVERTIR EN LA DIVERSIDAD CULTURAL Y EL DIÁLOGO INTERCULTURAL” (*).
Documento elaborado con los objetivos de “analizar la diversidad cultural en todas sus facetas…”, “mostrar la importancia de la diversidad cultural en distintos ámbitos…” y “convencer a los encargados de adoptar decisiones y a las distintas partes interesadas de la importancia de invertir en la diversidad cultural en cuanto dimensión esencial  del diálogo intercultural” (pág. 1),  dicho Informe parte de la premisa de que uno de los mayores logros de Nuestra Humanidad es su grandiosa diversidad cultural, que se concreta en la existencia de un “…conjunto de rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias” (pág. 3) que, muy lejos de ser una amenaza para la comunidad internacional, es su más grande fortaleza.
Fortaleza que hoy se expresa en la vigencia de entre seis mil y ocho mil lenguas que aún son habladas por quienes conformamos la especie humana, en un marco de intensas relaciones interculturales, acentuadas por el actual proceso de globalización, cuyos efectos deben merecer una especial atención tanto de los gobiernos nacionales como de las instituciones y personas. Por esta razón, el Informe propone, entre otras medidas, la creación de “un Observatorio Mundial de las repercusiones de la mundialización en la diversidad cultural”, el establecimiento de “un mecanismo nacional de seguimiento de los aspectos de las políticas públicas relacionados con la diversidad cultural” y la aplicación de “políticas lingüísticas nacionales para salvaguardar la diversidad lingüística y promover el plurilingüismo a la vez”.
Dicho Informe hace un especial énfasis en   la adopción de nuevas estrategias para facilitar el diálogo intercultural, mejorar la pertinencia de los contenidos de la educación, contrarrestar la difusión de estereotipos en los medios de comunicación e información y propiciar los intercambios de producciones artísticas y la circulación de los artistas”, (el subrayado es del autor) y esboza una nueva visión de la diversidad cultural centrada en el dinamismo de ésta y en la necesidad de luchar contra la propagación de un “analfabetismo cultural”, impulsada por la aceleración de las transformaciones sociales.
Concebido bajo una óptica renovada, que es fruto de los aportes que desde la década de los 50s del siglo pasado vienen haciendo tanto la misma UNESCO como insignes investigadores del campo científico social, este Informe comprende el panorama de los temas más íntimamente relacionados con la creación humana: la diversidad cultural, el diálogo intercultural, la dinámica de las lenguas, la educación en la dinámica cultural, la comunicación y los contenidos culturales, la creatividad artística, la diversidad cultural y sus relaciones con el desarrollo sostenible y, finalmente, la diversidad cultural y su relación con los derechos humanos y la gobernanza democrática.
En resumen, este Informe constituye  un invalorable instrumento para la gestión sociopolítica de las sociedades humanas en cualquiera de sus dimensiones: país, región, ciudad, caserío, etc., que son escenarios de interacción humana, en los que se activa y evidencia la riqueza espiritual de los seres humanos.
Y, por lo tanto, debería ser asumido, en todo lo pertinente que tiene, como un documento orientador para la Política de Educación Intercultural, sobre todo, en nuestra región, en donde las tensiones socioculturales vienen siendo exacerbadas desde los más altos niveles sociopolíticos de la estructura del poder de nuestro país, dinamizando estereotipos o prejuicios mediante la realización de acciones que interfieren el necesario diálogo intercultural que se exprese en el respeto y la tolerancia ante nuestras diferencias.
Respeto y tolerancia que deberían ser objeto de permanente búsqueda y praxis social, acerca de los cuales las autoridades, tanto nacionales como regionales, vienen  evidenciando nula vocación, pues sus decisiones no superan el nivel del impacto declaratorio.
Etnia Urarinas
En consecuencia, este documento, de tan trascendente importancia para reconstruir nuestra sociedad, debe ser motivo de un profundo y reflexivo análisis en las instancias en que se toman decisiones de política educativa, tanto en el nivel nacional como regional, habida cuenta que “Las políticas en el ámbito de la educación tienen una repercusión muy importante en el florecimiento o el declive de la diversidad cultural, y deben intentar promover la educación por conducto de la diversidad y en favor de esta. Con ello se garantiza el derecho a la educación, reconociendo al mismo tiempo la diversidad de las necesidades de los educandos (especialmente las de aquellos que pertenecen a grupos minoritarios, indígenas o nómadas) y la variedad de métodos y contenidos conexa. En sociedades multiculturales cada vez más complejas, la educación debe ayudarnos a adquirir las competencias interculturales que nos permitan convivir con nuestras diferencias culturales, (subrayado del autor) y no a pesar de estas. Los cuatro principios de una educación de calidad definidos en el informe de la Comisión Mundial sobre Educación para el siglo XXI (“aprender a ser”, “aprender a saber”, “aprender a hacer” y “aprender a vivir juntos”) sólo pueden aplicarse con éxito si la diversidad cultural es un elemento central de los mismos” (pág. 15), pues, “Si no se tiene en cuenta la diversidad cultural, la educación no puede cumplir su función de enseñar a vivir juntos”. (pág. 32)
Pero, mientras se realiza dicho análisis en los centros de decisión educacional (que ojalá no demore demasiado) y dada la urgencia de actuar, los y las docentes de las instituciones educativas debemos avanzar y ejecutar propuestas, para que los principios de la Educación Intercultural se hagan realidad, en respuesta a nuestras necesidades de mayor trascendencia sociocultural, a  pesar de la reticencia del centralismo.


(*)www.unesco.org/es/world-reports/cultural-diversity. Correo electrónico:worldreport2@unesco.org

miércoles, 7 de septiembre de 2011

LA URGENCIA DE LA EDUCACIÓN FORESTAL


 Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH -UNAP


 Que somos un país de visiones tergiversadas, ya no nos caben dudas. Aprendimos a vernos y administrarnos como país minero, agrario y pecuario, y nos olvidamos de la inmensa selva. Casi cinco siglos después de empezar a construirnos como país, apenas estamos comenzando a darnos cuenta de su presencia y características. Aunque hay un inmenso segmento de la clase dirigente nacional que aún no sabe de su existencia. Nuestra historia registra un afán enfermizo por vivir exportando de la Costa y de la Sierra (en función a los intereses de las empresas foráneas) y, así, aprendimos a depender de las actividades agropecuarias y mineras. Este lapso de afán exportador nos viene dejando cada vez más pobreza, con todas sus secuelas.

Hoy, que la verde selva se ha abierto al libre acceso de los peruanos, ella es tratada  desde los paradigmas vigentes para las otras regiones: hacerla productora agraria, pecuaria y minera.

Y es el bosque, que aún no descubrimos en su real dimensión, la víctima más grave de esta agresión. Al final, nuestra región se quedará sin bosque, sin agricultura y sin ganadería. Y de minería, sólo quedarán las pruebas de que alguna vez tuvimos oro y petróleo en un suelo maltrecho, infértil, horadado y con un ambiente contaminado hasta lo insoportable.

Abundan, en este sentido, las evidencias de esta insensatez, de la que seremos víctimas como país y como personas. Vayamos por donde vayamos en nuestra región, tenemos muestras de los grandes esfuerzos, impulsados por la mezquindad, el mercantilismo y la ignorancia, que venimos haciendo para hacer que el bosque se transforme en un inmenso campo agrario y ganadero. Igual para el aprovechamiento irracional de sus recursos. El resultado es que perdemos al bosque y nada ganamos en agricultura ni en ganadería. Buscar la ampliación de la frontera agraria tumbando árboles en nuestra región es, ya lo dijo el ecólogo, Dr. A. Brack Egg (reciente ministro del ambiente): “la mayor estupidez” que estamos cometiendo los peruanos.

Tumbamos inmensas extensiones de bosque pretendiendo hacer agricultura “tipo costa”. Dos años después descubrimos que toda su fertilidad se perdió en dos o tres cosechas. Hermosas colinas, refugio de una fauna y flora prodigiosas, las talamos para aprovechar  su madera y sembrar algunas plantas, después nos damos cuenta que no sirven para la siembra y que los arroyos que nacían en ella se van secando indeteniblemente, y el suelo se deteriora totalmente, etc.

Entonces, ¿qué hacer?

La respuesta es sencilla, aunque no fácil de llevarla a cabo: educarnos para aprender a aprovechar la riqueza forestal que tenemos sin destruir al bosque. Ello implica aprender a tratar al bosque de acuerdo con sus características; es decir, como bosque.

Ello pasa por  dejar de lado los paradigmas de uso del suelo de la costa y sierra y remplazarlos por formas de comportamiento de respeto a lo que somos como región. Es decir, no como costa, no como sierra. Sino como selva, con nuestras propias características hídricas, edáficas, orográficas, florísticas, faunísticas, climáticas, etc.

Necesitamos aprender a vernos y valorarnos como somos. Aceptarnos en nuestra realidad es el punto crucial para iniciar nuestro propio desarrollo respetuoso de nuestra esencia.

Es este, precisamente el objetivo fundamental de lo que llamamos EDUCACIÓN FORESTAL. Educación a la que debemos darle la máxima prioridad en nuestra región y hacerla el eje alrededor del cual se desarrolle la tarea educativa, en todas sus dimensiones.

Debemos reconocer que estamos viviendo momentos cruciales en lo que al ambiente se refiere, tanto a nivel regional y nacional como a nivel mundial. Y bien sabemos que, en ese panorama de preocupaciones, las que tienen como referente al BOSQUE tienen la máxima importancia. No darnos cuenta de ello expresaría nuestra insensibilidad y carencia de inteligencia.

Por lo tanto, nuestra respuesta inteligente debe ser también darle la mayor importancia a la educación que nos capacite cognoscitiva y actitudinalmente a convivir armónica y respetuosamente en y con el bosque. Y no sólo a las nuevas generaciones, a quienes hoy son niños y niñas, sino también a ese enorme contingente de peruanos que vienen a nuestra región y la tratan como a su tierra de origen, de acuerdo con sus esquemas mentales y lo primero que hacen es talar los árboles, pues no saben qué hacer con ellos aparte de tirarlos al suelo para sembrar o hacerlos madera para las casas, leña, carbón, cercas, o trozas para venderlas, ignorando el daño que hacen al ambiente.

Es por esta razón que proponemos que todas las instituciones regionales cuyo campo de acción se relacione con el bosque, estrechen sus coordinaciones para enfatizar el aspecto educativo de sus actividades en todos los niveles sociales, fortaleciendo  los propósitos formativos para establecer mejores relaciones con nuestro maravilloso bosque.

Por su parte, los órganos de gobierno (regional, en especial) deben adoptar medidas de estricto control de las acciones que se refieran al ambiente y no seguir permitiendo el accionar impune de personas e instituciones que anteponen sus intereses propios a los intereses sociales.

La gravedad de la situación ambiental, por las consecuencias en continuo agravamiento, bien merece respuestas adecuadas, en urgencia, estrictez, drasticidad, etc., en este sentido.

Fotos del autor.