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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

lunes, 28 de enero de 2013

LA UNAP ANTES DE SER UNAP


Prof. Gabel Daniel Sotil García 

Local central de la UNAP, plaza Serafín Filomeno.
Como los árboles de prodigiosa fronda, enraizados en fértiles bajiales de nuestras riberas, las instituciones fructuosas son productos de su tiempo físico pero, sobre todo,  de su tiempo cultural; ese tiempo en el que se expresa la dinámica de necesidades trascendentes, de sueños, de expectativas, de propósitos de una amalgama de personas que se compromete con la creación de su propio futuro, aun cuando no se lo tenga meridianamente prefigurado en el consenso colectivo, pues las ideas impulsoras, que motorizan los anhelos ciudadanos, nacen tenue, difusamente, para delinearse con claridad en el transcurso del tiempo y en la medida en que encarnen necesidades compartidas y sentidas en la profundidad de las convicciones sociales.

Son estas ideas, germinadas al calor de las necesidades sociales de una época, las que luego veremos expresarse en obras concretas cuando responden a necesidades nacidas en las constataciones de las carencias compartidas.

Un aspecto del local  de la Facultad de Odontología
La UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONÍA, nuestra universidad, nació así. Nació y germinó en el humus de las frustraciones sociales que las generaciones de una época experimentaran frente a un sistema político-social marginante y despectivo con nuestra región; pero, también como una propuesta de esperanza y optimismo para demostrar que en este reino de los árboles también se pueden construir sólidas estructuras que desafían al tiempo, para demostrar nuestras capacidades colectivas para dar forma cultural a nuestros anhelos más sentidos y abonadas por la fortaleza reivindicativa que insufla el poder marginante y centralista.

Desde el punto de vista político-administrativo, nuestra región amazónica siempre fue, y aún lo es, el gran escenario incoloro, deslucido, minusvalorado y casi desconocido por quienes tienen los poderes político y económico en el centro hegemónico de nuestro país desde los tiempos virreinales.

A partir del siglo XVI, en que se produce la invasión de la cultura europea, nuestra Amazonía, comprendida bajo la denominación de la Comandancia General de Maynas, esa inmensidad territorial portentosa pero ignota, pasa a incorporarse en condición de colonia al dominio virreinal español, en primer lugar como ámbito de búsqueda de más oro y especias (canela); luego, ámbito de conquista cultural (evangelización, castellanización); finalmente, ya en la época republicana, fuente de recursos naturales, cuya abundancia y diversidad ha dado origen al más exacerbado extractivismo mercantilista, fundamentalmente de carácter exportador, que hoy signa nuestra dinámica socioeconómica, pese a las consecuencias destructivas que tiene sobre la diversidad sociocultural y geo-eco-biológica
Ambiente interno de un sector de la Facultad de
Medicina Humana.

Pese a haber sido puesta en relieve por decisión del presidente Dn. Ramón Castilla y Marquesado, quien con visión geopolítica decide consolidar a Iquitos en su condición de puerto fluvial en el comercio con Europa, vía Amazonas y el océano Atlántico desde la mitad del siglo XIX, sin embargo,  nunca fue objeto de una política de estado específica y diferencial que, desbordando dichos límites mercantilistas, tomara en cuenta sus peculiaridades ecológicas, biológicas, sociales, culturales, lingüísticas y psico-espirituales.

Bien sabemos que, pasada la época del boom del caucho y terminada la Segunda Guerra Mundial, nuestro país se vio comprometido con el bloque triunfador y, por lo tanto, en condición de subordinado de quienes fijaban los parámetros de acción durante el lapso de la denominada Guerra Fría y luego en el conflicto coreano,  acontecimientos totalmente ajenos a nuestros intereses nacionales y regionales. Sin embargo, por decisiones de política nacional, a nuestra región se le asignó el rol de despensa de materias primas; es decir, el depósito de la riqueza con la que el Perú pagaba por ser considerado parte de dicho bloque.

Hacia  inicios de la mitad del Siglo XX, seguía tan olvidada como en el Siglo  XVI. Para esa época ya se habían consolidados algunos paradigmas comportamentales en la sociedad iquiteña iniciados desde la época del extractivismo cauchero, durante la cual las familias de mayores recursos económicos provenientes de dicha actividad, establecieron un lazo umbilical de dependencia con el continente europeo, de donde procedían, tanto para fines de satisfacción de las necesidades socio-económicas como para la educación de sus hijos, por las facilidades en la comunicación y el transporte brindado por la frecuencia de itinerario  de los barcos que se desplazaban por el río Amazonas y el Atlántico hacia Europa. En realidad, la clase poseedora de recursos económicos había hecho de Europa su centro de referencia económica, social y cultural; y, por ende, psicológica, que la llevaba a visualizar a dicho continente como su centro de atracción.
Equipamiento tecnológico de la Facultad de
Ingeniería de Sistemas

Todo ello en el marco objetivo de la desconexión de nuestra región, especialmente de Iquitos, con el resto del país. Recordemos que, antes de que se estableciera la aviación comercial entre la costa y nuestra ciudad, sólo existían dos vías terrestres para trasladarse entre ambos puntos: la vía del Pichis por la selva central, incluso usada para las acciones de evangelización, ruta que serviría de referente para la construcción de la carretera central, hoy denominada Federico Basadre, y la ruta de Moyobamba, muy posterior. Ambas insumían alrededor de un mes a los viajeros que se resignaban a hacer su recorrido, sorteando innumerables dificultades y los consiguientes peligros.

La década de los años 40s encuentra a Iquitos, denominada ciudad capital del Departamento de Loreto desde 1897, y la selva en su conjunto considerados como objetos de percepciones equívocas de parte de los gobiernos nacionales de turno. Es así cómo, hacia inicios de dicha década las opciones asumidas eran la colonización, a través de programas dirigidos por el propio estado, bajo el supuesto de que nuestra región carecía del necesario contingente poblacional para explotar sus recursos y, también, como objeto de una política de integración de las comunidades indígenas a la dinámica de la cultura dominante, a través de un proceso de mestizaje u homogeneización cultural.

Ya en la década de los años 50s, y como consecuencia de la acción de muy diversos factores, la comunidad iquiteña, con alrededor de cincuenta mil integrantes, asume un rol activo en el reclamo de la atención de sus necesidades por parte de las autoridades del gobierno central.

Frontis del local de la Facultad de Ciencias
Económicas y Negocios.
La  progresiva toma de conciencia social acerca de la necesidad de contar con una institución que forme los profesionales que requiere la dinámica socio-económica regional, pues la  lejanía de la ciudad capital nacional, la pérdida de la capacidad económica de las familias que imposibilitaba sufragar gastos en Europa y las dificultades y restricciones que ofrecía el limitado transporte aéreo, y otros factores más, hicieron que surgiera con la espontaneidad con la que nace la vida en nuestra región, un movimiento que, en la medida que se difundía, lograría mayor fuerza social: la creación de una institución de educación superior.

Este movimiento, si bien se inició en Iquitos, tuvo su germinación simultánea en las ciudades capitales de las provincias loretanas, en donde también se organizaron movimientos reivindicativos en dicho sentido.

El fruto de ello ya lo conocemos. Tiene un nombre con mayúsculas: UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONÍA PERUANA, o simplemente UNAP, y su historia ya la conocemos pues ha sido escrita por todos quienes, desde dentro y desde afuera, hemos hecho nuestra vida teniéndola como referente cultural, de producción de conocimientos, de generación de actitudes, de propuestas de cambio, de sueños colectivos, de búsquedas incansables de nuevos horizontes en el verdor de nuestra selva.

El teatro y diversas expresiones artísticas
conforman el universo formativo de los estudiantes.
Y es que, desde antes de nacer, la UNAP  ya estaba signada por la necesidad de construirse de la mejor forma para responder con coherencia, tanto interna como externa, a las demandas que nos vienen planteando nuestros entornos geoecológico y sociocultural,  pues es nuestra vocación devenir una institución instrumental al servicio permanente del desarrollo humano, al que aspiran las colectividades regional, nacional y mundial, dando respuestas a los desafíos que viene  planteándonos, renovadamente, la humanidad en búsqueda de su plena realización.

Sólo así seguiremos construyéndonos con respuestas coherentes y comprometidas con los nuevos tiempos, para seguir siendo la institución con significatividad social en la formación de los profesionales que demanda el desarrollo humano, sustentable e intercultural de nuestra región.

domingo, 27 de enero de 2013

EDUCACIÓN Y CAMBIO CLIMÁTICO


28 de enero: “ Día mundial de la acción frente al calentamiento terrestre”

Prof. Gabel Daniel Sotil García


Nos es urgente educar a las nuevas generaciones
en el disfrute de la belleza de nuestro bosque.
La gradual toma de conciencia que venimos experimentando  respecto al avance depredador de nuestra actuación social e individual en cuanto a las consecuencias sociales, culturales, económicas y ecológicas no se debe sino, por una parte, a los movimientos  ecologista  e indigenista a nivel mundial, en constante fortalecimiento,   la acción difusora de instituciones y personas comprometidas y sensibles a los problemas ambientales y, por otra, a las constataciones vivenciales  que hacemos en nuestras experiencias cotidianas en nuestra propia región, las mismas que tienen un rango de afectación que se extiende a nuestro planeta TIERRA.

Es esta toma de conciencia de nuestras responsabilidades tanto en el proceso destructivo de nuestro ambiente como en la construcción de una sociedad respetuosa de su hábitat, la que viene comprometiéndonos, aunque aún no consensuada pero sí gradualmente, a incorporar, como propósito socialmente buscado, la educación de las nuevas generaciones para re-establecer y reconstruir las relaciones armónicas con nuestro ambiente, tanto en el nivel individual como social.

La contaminación de las aguas de
nuestros ríos es un factor del cambio
climático.
Preocupación que ya no es solo nuestra, sino de todos los Pueblos de la Tierra, quienes vienen reuniéndose cada cierto tiempo, en foros del más alto nivel, para hacer los llamados a la conciencia de quienes tienen los poderes políticos y económicos, a fin de que cambien su comportamiento para no seguir afectándola, pues somos cada vez más conscientes de que el estilo de vida, consumista y depredador, la producción de gases de efecto invernadero, entre otros, que hoy predomina en los llamados “países desarrollados” es una de las causas principales de esta situación planetaria a la que ya hemos llegado, poniendo en peligro nuestra subsistencia como especie.

Es precisamente éste el mensaje más trascendente de las Naciones Unidas al declarar el 28 de enero de cada año como “Día Mundial de la acción frente al calentamiento terrestre”, fecha a la que deberíamos darle un alto relieve en nuestra región amazónica, en la cual se vienen concretando las más grandes destrucciones de nuestro entorno ambiental, con consecuencias que, de no ser detenidas en estos momentos, tendrán carácter irreversible dentro de muy poco tiempo, si es que no lo tienen ya, pues las mediciones que periódicamente publican la NASA y otros organismos son cada vez más contundentes e inquietantes para el futuro de la humanidad.

En reciente reunión (Bolivia, 2009), se elaboró un documento en cuyos párrafos iniciales se lee:
Las crecientes de nuestros ríos, más
allá de los niveles acostumbrados, son
evidencias  del cambio climático que se está
produciendo. 

Foto de la inundación producida en el 2012.

“Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro.
De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, a lo que nos conduciría el llamado “Entendimiento de Copenhague”, existe el 50% de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. Entre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer.
Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferentes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas. Muchos Estados insulares desaparecerían y el África sufriría un incremento de la temperatura de más de 3º C. Así mismo, se reduciría la producción de alimentos en el mundo con efectos catastróficos para la supervivencia de los habitantes de vastas regiones del planeta, y se incrementaría de forma dramática el número de hambrientos en el mundo, que ya sobrepasa la cifra de 1.020 millones de personas….”(*)

Predicciones que, infelizmente, se vienen haciendo realidad y con una fuerte tendencia al agravamiento.

En consecuencia, nuestra opción no puede ser otra que el reencuentro armónico con nuestra Madre Tierra, para lo cual debemos confiarle a la educación la formación en nuevos valores, actitudes y conocimientos favorables a la conservación de las condiciones propicias para el ser humano y la biodiversidad prodigiosa de nuestra región, revitalizando la sabiduría de los Pueblos Originarios quienes hicieron praxis social cotidiana de aquello que hoy llamamos desarrollo sustentable.

Sin embargo, es triste decirlo, las personas con poder de decisión aún no asumen este compromiso en esta región, pese a la abundante información acerca de la gravedad de esta situación. A la selva, nuestra selva, la seguimos viendo con los mismos paradigmas y percepciones de hace más de un siglo, en que creíamos, para fines de política nacional, que ella sólo servía para extraer sus riquezas, haciéndola víctima de las más inicuas agresiones mediante la práctica del más depredante mercantilismo extractivista, que hoy lo tenemos en su máxima expansión, por la diversidad de formas que viene adoptando.

La indetenible defortestación para el cambio de
uso de los suelos amazónicos es otro
factor desencadenante del cambio climático.
Este artículo no tiene sino la finalidad de ser un elemento coadyuvante en la formación de nuestra conciencia social respecto a las trascendentes responsabilidades que tenemos respecto a la defensa de nuestra región, en la cual la EDUCACIÓN, en la medida en que reflexionemos acerca de estos compromisos, debe ser transformada en el agente propulsor de una nueva conciencia.


Nota: Artículo publicado en el semanario KANATARI, 27-01-13, www.ceta.org.pe 

sábado, 26 de enero de 2013

LO QUE DECÍAMOS HACE 25 AÑOS (3)




 NUESTRA REALIDAD REGIONAL

Prof. Gabel Daniel Sotil García
  

Mapa que representa la diversidad
cultural y riqueza lingüística
de la Amazonía peruana.
El bosque es la mayor riqueza de nuestra región; su única gran riqueza material, ecológica, que hace que sea ella lo que es; ago­table al margen de una política de conserva­ción y renovación y vulnerable por el delicado equili­brio de sus componentes.
La cultura nativa es la mayor riqueza espiritual, que ha sido construida por el esfuerzo mile­nario de las socieda­des asentadas en este ámbito geográfico, las mismas que han creado un arte, una concepción de vida (filoso­fía), una técnica, una ciencia, en total coherencia con su entorno, todo lo cual viene siendo redescubierto por las Ciencias Sociales.
Espécimen  de la riqueza
faunística amazónica.
La actuación de estas sociedades, y su consecuente creación cultu­ral, ha marcado ya una ruta histórica de desarrollo, cuyo desconocimiento por parte de las socieda­des emergentes viene poniendo en peligro el ecosistema selvático y, por ende, la vida. La cultura dominante, oficial y citadina, al ignorar y apartarse, por desconoci­miento o arrogan­cia, de dicha ruta cultural, ca­racterizada por el diálogo íntimo entre el hombre y su medio, viene actuando en forma depre­dante frente al bosque y a la cultura, olvidando que "Para las sociedades indígenas, medio ambiente y desarrollo social y económico, han sido siempre realidades armonizadas". (A. Chirif).
En consecuencia, cualquier políti­ca de desarrollo que adoptemos para nuestra región, sólo tendrá que ser una en la cual se tenga como paráme­tros inviolables las características ecológicas de nuestra región y la armonio­sa relación hombre - medio; de lo contrario, atentaremos contra su integridad y las posibilidades de vida de nuevas generaciones.
Las características del suelo selvático no posibilitan, al menos con la tecnología actual, un uso agrícola intensivo (cosa ya cono­cida por las sociedades nativas, que practi­caron el uso rotativo del suelo) y que, por tanto, la formación de grandes conglome­rados humanos (grandes ciuda­des), no es una praxis coherente con nuestro entorno físico. A no ser que se opte por el permanen­te abasteci­miento externo para satisfacer sus necesidades.
Muestra de la riqueza y peculiaridades
ecológicas de nuestra región.
Como consecuencia de la dinámi­ca social interna de la región se han configurado diversos escena­rios cuyas características socio-culturales los hacen diferentes unos de otros, requiriendo, por lo tanto, respuestas distintas para satisfacer sus necesidades y solu­cionar sus proble­mas. Tales escenarios de actuación socio-cultural están consti­tuidos por las áreas: nativa, mestizo - ribereña, urbana, urbano - marginal y fron­tera (que por razonas geopolíti­cas merece un tratamiento espe­cífico y singular).

Por razones geopolíticas, el des­poblamiento de grandes extensio­nes de nuestra región y de las zonas de frontera no debe ser promovido, por cuanto es un atentado en contra de nuestra integridad territorial y nuestra identidad regional -  nacional, al facilitar la penetración física y cultural por parte de los países fronterizos. Nuestros núcleos poblacionales (comunidades rurales, urbanas, y semiurbanas), por efectos de la injusticia social y de comportamientos culturales, son afectados por múltiples problemas: sanitarios, organizacio­nales, socio - educacionales, alimenticio - nutricionales, técnico - operati­vos, etc. que determinan una situación que debe ser atendida con urgencia por sus graves consecuencias en todo el espectro poblacional.

Miembro de la etnia Iquitos, doña Agustina Yareja,
en sus labores cotidianas en su pueblo.

A nuestro entender, son éstas las consideraciones funda­mentales que deben servir de base inicial y referen­cia final para determinar las características de una Educa­ción Regional, es decir, de una educación con personali­dad propia dentro del contexto nacional, que se haga realidad en una Escuela en íntima consonancia con nuestro contex­to físico - cultural, nuestro proyecto históri­co regional y nuestra realidad social actual.(*)



(*) Art. tomado de "Escuela árbol, una propuesta de educación para la selva", del mismo autor. Derrama Magisterial. Lima. 1991

sábado, 19 de enero de 2013

ALGUNOS LIBROS IMPORTANTES PARA EL CONOCIMIENTO DE LA AMAZONÍA PERUANA(2)


Prof. Gabel Daniel Sotil García

FORMABIAP-AIDESEP-TELEFÓNICA. El Ojo Verde, cosmovisiones amazónicas. Lima. 2004, 2ª. Ed. 363 pp.

Los Pueblos Indígenas amazónicos en nuestra permanente relación con el bosque tropical húmedo hemos desarrollado un conjunto de formas y modos de concebir el mundo, de pensar, de comunicarnos, de comportarnos y organizarnos socialmente. En este contexto hemos desarrollado una forma de vida basada en la realización de diferentes actividades que nos permiten satisfacer nuestras necesidades biológicas, sociales y espirituales. Esto no sólo exige un minucioso conocimiento de los recursos que ofrece el bosque, sino también de los seres tutelares que en él existen y con los cuales el ser humano tiene que relacionarse para el desarrollo de sus actividades”

“En El Ojo verde: cosmovisiones amazónicas presentamos un conjunto de representaciones plásticas que nos permiten conocer las creencias y conocimientos que algunos pueblos amazónicos todavía tienen acerca del origen  del mundo y las relaciones básicas entre los hombres y el entorno natural” (*)
Son catorce los pueblos cuyas cosmovisiones son presentadas en este documento:
Achuar, Awajún, Wampis, Kandozi, Ashaninka, Nomatsiguenga, Shipibo, Shawi, Shiwilu, Kukama-kukamiria, Uitoto, Tikuna, Kichwa del Pastaza y Bóóraá.

(*) Párrafos tomados de la misma obra.
http://ojoverde.perucultural.org.pe


DOUROJEANNI, Marc J. Amazonía ¿Qué hacer? CETA. Iquitos. 1990. 444 pp

       “Este libro trata del pasado, del presente y del futuro de la Amazonía peruana. En él se sintetizan los conceptos que, en la última década, ha desarrollado el autor sobre el tema del desarrollo sostenido en la Selva, en base a investigaciones y estudios realizados desde 1960 en la Amazonía peruana y también en otros lugares, en especial en el Brasil…”
        “El tema del desarrollo amazónico es tan inmensamente complejo que no se pretende, de ninguna manera, que este trabajo sea exhaustivo…Por otra parte, el motivo del libro  no es hablar del desarrollo en general sino del desarrollo sostenido, lo que implica examinar el problema desde un ángulo particular.” (*)

     Puede ser consultado en la Biblioteca Amazónica: www.ceta.org.pe y e-mail ceta.iquitos@gmail.com


(*) Párrafos tomados del mismo libro.

domingo, 13 de enero de 2013

POLÍTICA NACIONAL DE EDUCACIÓN AMBIENTAL


Prof. Gabel Daniel Sotil García

Conservar su riqueza cultural, su diversidad ecobiológica
y su belleza paisajística debe ser uno de los propósitos
de la educación ambiental en nuestra región.
Foto: IIAP

Mediante Decreto Supremo N° 017-2012-ED, de fecha 29-12-12, el Ministerio de Educación ha establecido los lineamientos de la POLÍTICA NACIONAL DE EDUCACIÓN AMBIENTAL,  que contiene las normas que regirán el desarrollo de este componente de la educación nacional: la educación ambiental.

Aunque en su texto no menciona explícitamente los gravísimos problemas ambientales que hacían necesaria esta norma, se entiende que los mismos son de tal magnitud que nos obligan a hacer la búsqueda de soluciones en forma organizada y participatoriamente y con instrumentos intelectuales, actitudinales y materiales para asegurar el éxito en dicho afronte; es decir, desde la interioridad psicológica de las personas, instalando un equipamiento cognoscitivo y axiológico-actitudinal que garantice el comportamiento individual y colectivo para establecer las mejores relaciones con nuestro entorno ambiental, que es, precisamente, tarea educativa siempre y cuando diseñemos a la Educación con dicho propósito

En lo que sí abunda el documento es en lo referente a las bases legales que sustentan los lineamientos establecidos, procedentes de documentos tanto del ámbito nacional como internacional.

En su primer artículo, este decreto establece que se aprueba la Política Nacional de Educación Ambiental “…como instrumento para desarrollar la educación, cultura y ciudadanía ambiental nacional orientada a la formación de una sociedad peruana sostenible, competitiva inclusiva y con identidad…”

En lo referido a los fundamentos, el documento hace referencia al hecho de que un aspecto de suma importancia de la modernidad sea el establecimiento de “… políticas públicas de salvaguarda de las personas, las sociedades y el ambiente…”, así como responder a los “… nuevos desafíos vinculados principalmente con el cambio climático global, la pérdida de biodiversidad y recursos naturales, la contaminación, la desertificación, el agotamiento de la capa de ozono.”

Estos retos tienen que ver con algunos valores y estilos de vida que necesitamos reorientar para vivir de modo más armónico con la naturaleza revalorando el derecho a la existencia de otras especies; de vivir de modo más inclusivo y democrático con todas las culturas y sociedades; asumir plenamente la responsabilidad social y ambiental por los impactos ambientales reales o potenciales; ir hacia patrones de vida y consumo más sostenibles y responsables con el ambiente; generalizar la cultura de prevención y construir visiones de futuro con modos de vida más sostenibles para todos.”


Requerimos de una educación claramente
planteada para respetar y armonizar con
nuestro ambiente.
Foto: Cortesía WCS
En este sentido es necesario que tomemos en cuenta que el mejor camino que podemos y debemos recorrer es el de la educación. Es este el instrumento más eficaz para inducir los cambios comportamentales que requerimos instalar en las nuevas generaciones para reconstruir nuestras relaciones con nuestro ambiente, al cual, en la actualidad, hacemos objeto de   infinidad de agresiones, cuyas consecuencias, finalmente, repercutirán en contra de nuestra especie y de todas con las cuales compartimos este hermoso planeta.

Por ello, el documento que comentamos,  expresa:

“En ese reto la educación ambiental tiene un papel fundamental a nivel del sistema educativo como a nivel de la sociedad en general.

Así, el proceso educativo, con enfoque ambiental, de género e intercultural, se orienta hacia la formación de un nuevo tipo de ciudadano o ciudadana, con nuevos valores y sentido de vida basados en:
 
- Respetar y proteger toda forma de vida (principio de equidad biosférica).- Asumir los impactos y costos ambientales de su actividad (principio de responsabilidad).
- Valorar todos los saberes ancestrales que son expresión de una mejor relación ambiental entre el ser humano y la naturaleza (principio de interculturalidad).
- Respetar los estilos de vida de otros grupos sociales y de otras culturas, fomentando aquellos que buscan la armonía con el ambiente (principio de coexistencia).
- Trabajar por el bienestar y seguridad humanos presentes y futuros basados en el respeto de la herencia recibida de las pasadas generaciones (principio de solidaridad intergeneracional).

Por ello, la educación ambiental no es solo un enfoque ético y teórico, sino también una estrategia de gestión operacional de todo el proceso educativo, como de revitalización cultural del conjunto de la sociedad nacional.” 

Nos es urgente priorizar acciones para el
conocimiento y preservación de nuestro
ambiente amazónico.
Foto: Biól. José Álvarez A.
En este sentido, esperamos que tanto las autoridades regionales como sectoriales del ámbito educacional de nuestra región, dispongan un exhaustivo análisis del contenido de este documento y adopten las medidas que sean necesarias para, de una vez por todas, se disponga y propicie la incorporación de contenidos de educación ambiental en el currículo de las instituciones educativas loretanas, así como las disposiciones complementarias que garanticen un eficiente y pertinente proceso formativo, entre las cuales debe, necesariamente, comprenderse las relativas a la elaboración de material didáctico (libros de lectura, cuadernos de trabajo, fichas, etc.) en el marco doctrinal explícito de este reglamento: ambiental, intercultural y sostenible.

Con ello pasaríamos de las simples declaraciones a la ejecución efectiva de programas y  acciones, para lo cual se requerirá del respectivo presupuesto.

Nota: Artículo publicado en semanario KANATARI,  Iquitos, 13-01-13

 

 

 

 
 

 

 




 



 

sábado, 12 de enero de 2013

LIBROS IMPORTANTES PARA EL CONOCIMIENTO DE LA AMAZONÍA


ALGUNOS LIBROS IMPORTANTES PARA EL CONOCIMIENTO DE LA GEOGRAFÍA AMAZÓNICA (*)
Gabel Daniel Sotil García
Introducción
Como consecuencia de la casi total ausencia de mensajes formativos e informativos en el currículo en actual desarrollo en la educación nacional, el conocimiento de la más extensa región de nuestro país, que es la AMAZONÍA, es muy deficiente. Y no porque no existan fuentes escritas acerca de su realidad histórica y actual, sus problemas y características propias, sino porque, simple y llanamente desde el centro del poder político, aún no se ha descubierto, para fines de política cultural, a esta grandiosa región. Por esta razón, en este blog consignaré algunas de las fuentes que nos permiten acercarnos a una mejor comprensión de  la realidad selvática de nuestro país.

LARRABURE I CORREA, Carlos. Colección de leyes, decretos, resoluciones y otros documentos oficiales referentes al Departamento de Loreto. 18 volúmenes. Lima. 1909.

Esta monumental obra de Carlos Larrabure y Correa contiene documentos de carácter histórico, geográfico y político de Loreto que abarca el extenso  periodo que va  desde la Colonia (1770) hasta los primeros años del siglo XX (1908). Los documentos tratan sobre  temas tan diversos como los límites internacionales, estadísticas, jurisdicciones eclesiásticas, geografía política, demarcación jurídica, viajes y exploraciones, inmigración y colonizaciones, obras públicas, caminos terrestres, infraestructura pública, navegación fluvial y explotación de gomales.

Precisamente, dada su importancia, esta colección ha sido comprendida en el proyecto Monumenta Amazónica del Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía – CETA -, habiendo sido publicada en el 2006.

Puede ser consultada en la Biblioteca  Amazónica de Iquitos.

VILLAREJO, Avencio. Así es la Selva. Lima. 1943.

En realidad, cada nueva edición de esta obra ha significado a su vez una nueva obra, no sólo porque se ha ido ampliando el ámbito del estudio (de una a tres provincias de Loreto y de allí a todo el departamento), sino porque la información ha sido sucesivamente actualizada y porque paulatinamente se han incluido nuevos temas y capítulos.

La obra  comienza con una sección introductoria general que indica la ubicación de la región estudiada, rasgos de su geología, características de los suelos , clima, limnología,  régimen de crecientes y vaciantes de los ríos y los fenómenos de la erosión.

Incluye también características geográficas de cada una de las grandes cuencas: Ucayali, Marañón, Amazonas, Napo, Yavarí, Putumayo, Purús y proporciona valiosa información sobre la flora, fauna y población de cada una de ellas.
El CETA (www.ceta.org.pe) publicó la quinta edición en 2002 y la primera reimpresión en 2005.

 (*) Tomado de "El Omagua", suplemento estudiantil de KANATARI, Año I, 28-10-90, N° 2

 

viernes, 11 de enero de 2013

LOS MUCHOS NOMBRES DEL AMAZONAS (*)

Conociendo nuestra región
Gabel Daniel Sotil García
Grandiosa inmensidad que ha servido de inspiración a quienes han tenido la
oportunidad de contemplarla
 Al alba del Año Nuevo de 1500, Vicente Yáñez Pinzón, bordeando la costa oriental de nuestro subcontinente, se encuentra con la desembocadura increíble de un río fabuloso. Lo explora un trecho y, al regresar a España, informa de tal descubrimiento. En virtud de ésto, el Gobierno Español lo designa con el nombre de “Santa María de la Mar Dulce”. Se dirìa que es éste el primer nombre cristiano y occidental del Amazonas.

Sin embargo, con mucha anterioridad, las naciones aborìgenes que poblaban sus orillas, le conocían con los nombres tupí-guaraníes de Paranaguassú, Paranatinga y Tungurahua, que, en buen romance y respectivamente quieren decir “Gran Río”, “Río Blanco” y  “Rey de las Aguas”.

El 12 de febrero de 1542, Dn. Francisco de Orellana, conduciendo un improvisado bergantín con 57 soldados y en busca del “País de los Omagua”, territorio de “El Dorado” y del aurífero lago de Parimé, se dio con un río que parecía mar. Lo llamó Amazonas. A partir de entonces  las poblaciones hispanas le llamaron “Río Mar”, “Mediterráneo que anda” y “Río de Orellana”, conforme da cuenta en “La Amazonía Peruana” el escritor Ricardo Cavero Egúsquiza.

Durante el período de la Colonia se da una inusitada acción  exploradora en la que participan tanto el clero, que la hace dual a su labor evangelizadora, como la soldadesca del Virreynato español en América, ávidos de tesoros y de pueblos de riquezas alucinantes.  Tal penetración, sin embargo, a la gran región del Antisuyo, se vuelve provechosa  en descubrimientos fluviales y así es cómo el ya legendario Amazonas también va convirtiendose en una inagotable fuente de estudios, exploraciones y recorridos a través de su más variada longitud.
La prodigiosa confluencia de miles de afluentes
hace posible la  inmensidad acuática del
Amazonas..

Cuando Juan de Salinas Loyola surca sus aguas en 1557 y descubre el 29 de setiembre de ese mismo año el río Ucayali, al que pone por nombre “San Miguel”, sabe que el nuevo canal tiene que conducirlo a los orígenes del Amazonas. Y cuando en 1559, Lope de Aguirre, integrante de la expediciòn de Pedro de Ursúa, a quien posteriormente asesinó, lo recorre sobre un regero de muertes, no sólo pasa a la historia como el jefe de los marañones; es decir, de haber recorrido y haber estado en el Marañón, que es el nombre con el cual se conocía entonces al Amazonas, sino porque la expedición comandada por Pedro de Ursúa, hizo posible que se rectificara la creencia y el error geográfico de que el río Napo daba origen al Amazonas.

El padre franciscano Narciso Girbal, que trabajó la última década de 1700 para comunicar Sarayacu, del río Ucayali, con el río Cumbaza, en la región del Huallaga, señala que el Amazonas era llamado “Gran Pará”.

El prodigio de su belleza puede ser disfrutado desde
cualquier perspectiva.
En la siguiente década, el Padre Samuel Fritz, que vivió explorando 40 años la Amazonía Peruana y que fue el más firme defensor ante la voracidad portuguesa de nuestra territorialidad, se refería al Amazonas como Marañón.

Por otra parte, los brasileros dan tres nombres al Amazonas: desde el inicio en Perú, hasta Tabatinga, zona fronteriza del Trapecio Amazónico, lo llaman Marañón; desde este lugar hasta la confluencia con el río Negro, Solimoes. A partir de aquí ya lleva la denominación de Amazonas.  

La litertura y el sentimiento popular del pueblo han contribuido por igual a enriquecer los  muchos nombres del Amazonas. El contemporàneo explorador francés Cousteau, que debe haber leído el famoso poema (de homenaje al Brasil), de Carlos G. Amézaga, lo llama “Monarca de los Ríos”;  otros, “Río Mar”, el poeta Thiago de Melo: “Patria del Agua”; Pablo Neruda lo denominó “Camino de Planetas” y nuestro compositor loretano Julio “Chispa” Elgegren: “Majestad Infinita”

Y para no quedarse atrás, los Shipibos: “Parón Euá”: “Madre de los Ríos”, que es lo más sabio y más hermoso que se le ha podido llamar.

(*) Tomado de : EL OMAGUA, suplemento estudiantil de Kanatari, Año I, 28-10-90, No. 2.