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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

viernes, 5 de junio de 2020

EL AMBIENTE Y LAS PANDEMIAS


Por el día mundial del medio ambiente – 05 de junio, 2020

 EL AMBIENTE Y LAS PANDEMIAS
 ¿ESTAMOS SOBREPASANDO LOS LÍMITES DE TOLERANCIA DE NUESTRO PLANETA?
                                                                                    Gabel Daniel Sotil García

Como bien sabemos, la nuestra, la especie a la que pertenecemos, la HUMANA, es la que más diversidad de necesidades posee. Es a impulso de dichas necesidades, que actúa sobre su medio ambiente, modificándolo de acuerdo con intereses propios de una época, lugar, clase social, etc. determinados. Es esta acción de alteración de su entorno la que viene adquiriendo caracteres destructivos en algunos sectores de la humanidad, a tal punto que viene significando inminente peligro para la supervivencia de nuestra especie, pues, al parecer de eminentes investigadores, las alteraciones que venimos causando a los diversos entornos ambientales, vienen liberando fuerzas o factores que aún no estamos en condiciones de controlar, y que se transforman  en causas de muy diversos  perjuicios  para las condiciones sanitarias de nuestras sociedades.

Hoy, en este DÍA DEL MEDIO AMBIENTE, celebrado en condiciones muy especiales por la pandemia de la que somos víctimas a nivel mundial, debemos hacerlo propicio para seguir esclareciendo y tomando conciencia del rol que, como especie, tenemos: la obligación de asumir el conocimiento cada vez más profundo del fragmento de suelo en nuestro planeta TIERRA, en el que hacemos nuestra vida individual  y social. Pero no solo conocimiento sino, también, afecto, amor a esta porción de superficie que compartimos con los demás seres humanos, a cuyo cuidado debemos abocarnos para que siga siendo nuestra eterna morada en esta maravillosa inmensidad cósmica.  

Debemos tener presente y tomar plena conciencia de que esta pandemia causada por el CORONAVIRUS (COVID 19) no es solo una alteración parcial de los estados sanitarios de nuestra sociedad (regional, nacional y mundial), sino  un tema pendiente, uno de los grandes temas a los que tenemos que, finalmente, darle la máxima importancia e incluirlo en la agenda de nuestros planes de gobierno nacional y regional, pero no para que se quede en simple, pasiva y tímida referencia, como hasta ahora, sino objeto de decisiones inmediatas en los programas de acción con énfasis prioritario, para que no vuelva a sorprendernos como lo ha hecho esta pandemia en las  actuales circunstancia, a elevadísimos costos sociales y humanos.

Es bien cierto que, por efectos de la educación tradicional, en nuestra mente carecemos de un imaginario que se correlacione con nuestra realidad, tanto en cuanto a conocimientos como en cuanto a valores y actitudes relacionados con nuestro ambiente; sin embargo, el daño que venimos causándole directamente nos obliga, en todas las dimensiones, a incorporarlo como referente de urgentes decisiones individuales e institucionales dirigidas a su conocimiento, comprensión, valoración y preservación.

Esta decisión es mucho más urgente ahora que tenemos mayores y contundentes evidencias de que las graves agresiones que le inferimos, finalmente repercuten mucho más gravemente sobre los seres, humanos y no humanos, de nuestra región, país y planeta en  que vivimos; consecuencias del progresivo agravamiento hasta límites incontrolables si no tomamos las decisiones adecuadas oportunamente. Aunque, a estar por los informes de las instituciones del nivel mundial, interesadas en el tema ambiental, ya estamos sobrepasando, si no lo hemos hecho ya, los límites de  tolerancia de nuestro planeta.

De aquí que sea de prioritaria importancia inducir en nuestros educando las imágenes mentales adecuadas para garantizar una actuación coherente con el entorno externo, pues de la calidad de ellas depende la calidad de nuestra actuación ambiental.

Actuación que aún viene siendo regida por los efectos de la educación cuyos propósitos, dinámica,  organización y contenidos no han sido diseñados para el mundo forestal que nos alberga en esta región, razón por la cual la indiferencia, el miedo o el rechazo son sus características básicas  en quienes pertenecemos a la cultura mestiza.

Por esta razón, los niños que ingresan al sistema educativo formal, acumulan sentimientos negativos, actitudes despectivas frente a nuestro excepcionalmente hermoso ambiente, belleza que pasa inadvertida la mayor de las veces, pues no hemos sido capacitados mentalmente para valorarla, para disfrutarla, para enriquecernos con ella, al igual que su riqueza material, frente a la cual sólo se nos ocurre extraerla para comercializarla hasta el exterminio.

Es así, pues, cómo la actual educación trasunta el total desconocimiento de quienes la diseñaron en otras realidades y, por lo tanto, viene construyendo una negativa imagen mental de nuestro ambiente, sea por omisión o por tergiversación, a partir de la cual los educando de hoy y los ciudadanos del mañana, definen su posición existencial frente a nuestra región.

Consideramos, pues, que debemos hacer un gran esfuerzo para replantear los mensajes que vamos instalando en la mente de nuestros niños, si es que los queremos practicantes de nuevos comportamientos protectores de nuestra riqueza ambiental, e impida la repetición de sucesos, cuya dolorosa vivencia nos castiga en la mayor  profundidad de nuestro ser.
  
Mientras este trabajo, delicadísimo por cierto, no se realice, no tendremos ninguna garantía de recuperar la convivencia armónica con nuestro ambiente, lección que hemos olvidado de los Pueblos Originarios de nuestra región y del mundo entero.

Pero, con ser necesaria esta condición, no es suficiente, pues, mientras vamos educando de una nueva manera a las nuevas generaciones bajo el lema “AMOR AL MEDIO AMBIENTE”, las instituciones públicas y privadas, existentes hoy, cuyas responsabilidades tienen que ver con el medio ambiente, deben desarrollar una acción más decidida en defensa de este patrimonio de la

humanidad; en especial, en nuestra región en donde se viene infiriendo gravísimas heridas a nuestro bosque ante la pasividad de las mismas, pasividad que llega a los límites de la complicidad con las empresas y agentes del extractivismo comercial, a quienes sólo les importa aprovechar nuestros recursos naturales, al margen de las consecuencias ambientales, culturales y sociales, que de ello pudieran derivarse.