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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

martes, 23 de febrero de 2016

UNA MIRADA DESDE EL BOSQUE: LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL EN LORETO


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Una mirada desde el bosque: La educación intercultural en Loreto
http://2.gravatar.com/avatar/e23c47f010a5039920fe00afddfda786?s=38&d=mm&r=g BY PÓLEMOS
21
FEB
2016



Gabel Daniel Sotil García
Egresado de la  Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Educación con especialidad en Filosofía y Ciencias Sociales. Ex director del Instituto Superior Pedagógico Público “Loreto”. Ex director regional de Educación de Loreto. Recibió el Diploma de Reconocimiento de la Labor por los pueblos indígenas (Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana). Cuenta con las distinciones: Palmas Magisteriales, Grado de Maestro; Premio Nacional de Educación “Horacio”, 1991, Derrama Magisterial y Premio Nacional de Educación “Horacio”, 1992. Cuenta con diversas publicaciones a nivel nacional e internacional sobre la educación en la selva, la historia de la Amazonía, educación ambiental, entre otros.


Nuestro Loreto es una región privilegiada: es pluricultural y, por ende, es multilingüe. Pero, no solo eso: se asienta sobre un bosque prodigioso, cuya complejidad no admite sino aproximaciones interpretativas de su esencia. Ello significa riqueza espiritual: riqueza para ver el mundo, riqueza de formas de ser, riqueza de formas de actuar, de alegrarnos, de entristecernos, de soñar. Riqueza de tener y ver al bosque, al río, a la cocha, al vuelo y cantar de las aves a nuestra manera. También riqueza creada por nosotros mismos.

Gracias a los pueblos milenarios es que sabemos desplazarnos por los senderos intrincados de nuestro bosque portentoso. Riqueza de caminar por los vericuetos de un mundo que ningún ser occidental puede descifrar. Y riqueza de entender lo que otros no pueden entender. Y es que Loreto es una muestra evidente de cuan diversos podemos ser los hombres y mujeres, a causa de nuestras culturas, sin perder nuestra esencia humana. Tiene en nosotros, los amazónicos, una muestra de cuan variadas pueden ser sus manifestaciones concretas en los espacios de este hermoso planeta. Constituimos una evidencia contundente de su vocación natural: la diversidad cultural. Diversidad que se inició hace miles de años.

¿Cuántos? Tal vez algún día lo sepamos. Pero no importa. Seguimos caminando, aunque sea con problemas para ser reconocidos por quienes no son amazónicos. Hasta hace cinco siglos aprendíamos de nosotros mismos a respetar al bosque, a aprovecharlo sin hacerle daño, a beber las aguas de ríos, cochas y quebradas, a curar nuestras enfermedades, a alimentarnos bien, a mirar a la Luna, al Sol, al firmamento y hacerle muchas preguntas y encontrar sus respuestas en las plantas, en los animales, en el amanecer, en la lluvia, en el trueno, en las tempestades, en fin. Pero vino la escuela y allí nos enseñaron otro idioma, otra religión, otras costumbres, otras maneras de ser y actuar. Y, entonces, comenzamos a ser diferentes: un lenguaje distinto nos separó, un dios diferente comenzó a juzgarnos. Vestimenta nueva, comida nueva, un mirar nuevo, un caminar distinto.

Aprendimos a amar al león, al elefante, al mar, a la jirafa. ¿De nuestro bosque?: Nada. De nuestros idiomas: nada. En nuestras culturas no había nada valioso para nuestras escuelas. Ni nosotros mismos éramos importantes. Fuimos ignorados de mil maneras, hasta que nos dimos cuenta de esta marginación, de este maltrato. No teníamos poder. Teníamos que obedecer lo que nos dijeran. Teníamos que perder lo que se nos arrebataba. Nuestras protestas no tenían valor. Éramos ignorados. Invisibles, pasábamos por los tiempos. No los nuestros. Los de quienes querían dominarnos.
Hoy ya no somos así, pues hemos reaccionado organizándonos. Ya no permitimos que nos maltraten, porque desde nosotros mismos y con el apoyo de gente que nos comprende, hemos reclamado y estamos siendo escuchados como pueblo amazónico. Ya en el Ministerio de Educación se habla más de nosotros. Ahora se nos pregunta, se nos escucha (no tanto como se debería, pero estamos avanzando).

Ahora se habla de una Política de Educación Intercultural Bilingüe.

Se reconoce que ella es un derecho de nosotros los indígenas y, por lo tanto, es un deber ofrecernos aprendizajes en nuestras lenguas maternas, en donde se transmitan los conocimientos que los pueblos amazónicos hemos acumulado a través de los años. Por eso somos culturas.
  
Somos culturas que hemos cultivado una relación armoniosa de equilibrio con nuestra naturaleza, de la que somos parte; hemos aprendido a curar nuestras enfermedades, a domesticar animales, a cultivar con diversas técnicas conociendo los suelos. Nuestros conocimientos son grandiosos pues usando las plantas curamos nuestras enfermedades, nos alimentamos, nos defendemos para preservar nuestras vidas. Y mucho más. Entonces, ¿por qué nos consideran ignorantes? No lo comprendemos. 

¿Qué se viene logrando? Bastante, diríamos. Pero no todo lo que necesitamos.

Ya participamos en reuniones para hablar de nuestra realidad. Ya existe un público que, asombrado, escucha con admiración nuestras historias. Entre ellos se dicen cosas que, a veces no entendemos.

Ya hemos logrado que muchos pueblos  cuenten con un alfabeto. Ya podemos escribir nuestras propias palabras como las queremos. Ya podemos decir lo que queremos como lo queremos. Ya nos estamos nombrando como nos gusta nombrarnos. Estamos logrando bastante. Antes teníamos que escribir con letras que no eran nuestras. Las palabras las veíamos raras, pues no sonaban como queríamos. Ahora sí. Ya no nos llaman ágrafos.

Con el apoyo de pedagogos de conocen nuestra realidad, estamos trabajando una propuesta pedagógica para educarnos correctamente, sin dejar de ser indígenas. Antes teníamos que educarnos siempre siguiendo los estándares de la sociedad occidentalizada y  aprendíamos poco, casi nada.
Pero ahora es diferente. Muchos de nuestros niños se alegran cuando escriben nuestros idiomas. Pronuncian con alegría las palabras que usamos en la vida cotidiana. Es cierto que estábamos olvidando algunos de nuestros idiomas, pero ahora queremos hablarlos como lo hacían nuestros ancestros, que a veces se presentan en nuestros sueños para mostrarnos su alegría. Por eso queremos seguir luchando para tener una mejor educación.

Nuestros maestros ya hablan nuestro idioma y nos alegra, porque podemos decirles nuestros sentimientos, contarles nuestros secretos. Antes no era así. El maestro no entendía cuando hablábamos y nos miraba desde lejos. ¿Qué pensaría de nosotros? Él quería que todos los niños aprendieran el castellano. Ahora el maestro habla nuestro idioma, sabe de nuestra cultura, pues se ha formado en un nuevo paradigma bilingüe intercultural. La pregunta es ¿Es realmente un avance?
Por cierto. Sabemos que somos discriminados por nuestros nombres, por nuestras comidas, por nuestro color, por nuestros idiomas. Antes nos decían que nosotros hablamos “dialectos” y que éramos tribus. Ahora, aunque un sector de la sociedad lo crea, ya no nos lo dicen tan abiertamente porque ahora somos pueblos con un idioma constituido.  Tenemos una “Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas”. Se dice que somos una riqueza de la humanidad. Y eso nos enorgullece. Eso nos da fuerzas para seguir luchando por nuestros derechos sabiendo que también tenemos deberes con la naturaleza, con nuestro planeta, con nuestro país, con nuestra región, con nuestro bosque.

¡Cuánto hemos avanzado! Pero nos falta mucho. Así estamos yendo. Aún nos duele cuando destruyen nuestro bosque porque de allí sacamos lo que necesitamos para vivir y curar nuestras enfermedades. Por eso, pues, decimos: “El bosque: nuestro mercado, nuestra farmacia”.

¿Quién si no nosotros podemos entender eso? ¿Quién más vive del bosque? Muchas personas le tienen miedo, lo ven como un lugar peligroso. Los dueños de las grandes empresas y corporaciones ni siquiera conocen qué es el bosque. No se tiene conocimiento sobre su verdadero significado. Jamás caminarán por nuestras trochas, machete en mano cruzando puentes, vadeando, pateando quirumas, sacando callo-callos. Muchas empresas no quieren conocer realmente al bosque, sólo desean  aprovechar lo que hay en él. Por eso lo defendemos con tanta pasión. Mucha gente que no vive acá lo quiere explotar irresponsablemente ¿Por qué? Porque no lo ama. Nosotros no podemos vivir sin él. “Indio sin bosque no es indio” decimos aquí en la Amazonía.

¡Ah, por eso queremos una educación que enseñe a nuestros niños a amar al bosque! A conservarlo, a defenderlo, porque bajo el frescor de su sombra tenemos lindos sueños. En esos sueños hablamos con la madre de las plantas, del agua, del bosque. Con quienes, desde lejanos lugares, en las alturas y en las profundidades, nos hablan, nos aconsejan, nos orientan. Por esa educación estamos luchando, ahora que ya podemos hacerlo.

Una educación con libros propios, en nuestros idiomas, con nuestros animales, con todo aquello que amamos desde que viniéramos, en la noche de los tiempos, desde tierras muy lejanas para quedarnos acá. Queremos que en nuestras escuelas se enseñen nuestras culturas, nuestras costumbres, nuestros mitos, leyendas, normas morales, cosmovisión que hemos construido mirando al mundo desde las entrañas de nuestro bosque. ¿Y nuestra historia? Sí que tenemos nuestra historia con otros personajes, con otros hechos heroicos, en nuestros propios mundos que solo nosotros conocemos.

Sabemos que otra historia se ha contado de nosotros, el pueblo Amazónico. Se nos ha dicho en el pasado que somos salvajes, que no entendemos nada, que no queremos el progreso. Pero, ¿cómo vamos a querer ese progreso, si se nos quita el bosque, se nos quitan nuestras costumbres, las tradiciones y seres que viven en nuestras mentes?

Por eso queremos una educación intercultural que nos forme para conocernos mejor, para amarnos como hermanos que somos, para defender lo que sentimos que es nuestro. Para trabajar en forma conjunta por nuestro desarrollo, pero respetando nuestras maneras de ser. Sí, por eso estamos luchando. Seguiremos construyendo, juntos, una educación intercultural bilingüe.

Enlace: http://polemos.pe/2016/02/una-mirada-desde-el-bosque-la-educacion-intercultural-en-loreto/



sábado, 20 de febrero de 2016

PARA ELEGIR A NUESTROS CONGRESISTAS

 Prof. Gabel Daniel Sotil García


Una clara visión de la complejidad
de nuestra región debe caracterizar
a quienes elijamos como congresistas

A pesar de su extensión (63% del territorio nacional), nuestra región aún no entra al imaginario nacional en su real dimensión geográfica, social, cultural, económica, axiológica, bio-ecológica, etc.
Pese a que siempre la representamos con un intenso color verde, no logramos verla por más que miremos nuestros mapas, en especial los gobernantes y quienes tienen poder político.
El énfasis histórico puesto en las regiones de costa y sierra, sea por preponderancia minera, agrícola o política, ha posibilitado una percepción incolora, deslucida de la Amazonía, respecto a los intereses económicos de las clases dominantes.
En la época colonial, los intereses virreinales se centraron en el oro y la plata de la sierra. En la republicana, los grandes terratenientes y hacendados priorizaron la agricultura en los valles costeños.
Es recién, a partir del tercer tercio del siglo XIX, que la selva es vista pero no como una región poblada por seres humanos, con diversidad de grandiosas culturas, sino como emporio de riqueza material.
Caucho, madera, resinas (palo rosa, sangre de grado), oro, petróleo, peces, café, cacao, sacha inchi, camu camu, etc. todo fue susceptible de exportación depredando al bosque, ríos, cochas, diversidad biológica.
No solo al bosque, sino también la riqueza espiritual de los Pueblos Originarios, hoy menospreciada por quienes tienen una visión mercantilista, despectiva, de nuestras culturas. 
Es así como hoy encontramos a nuestra región agredida para satisfacer los intereses de enriquecimiento de empresas foráneas, que solo quieren aprovechar, a cualquier costo, hasta la destrucción, los recursos naturales que son parte de un circuito de vida, que hacen que la selva tenga un valor para el equilibrio funcional de nuestro planeta.
De los 368,852 km2 de extensión de nuestro Loreto, lo que podríamos llamar áreas urbanas, es ínfimo, aunque en estas se concentra su mayor presencia demográfica.
Iquitos, Yurimaguas, Requena, Contamana, Nauta, Caballo Cocha, San Lorenzo y San Antonio del Estrecho son nombres asociados a medianos centros de concentración poblacional, los más grandes de nuestra región.
Pero, si observamos bien, frente a ellas, chimbado el río en cuyas riberas se asientan estos núcleos, empieza un mundo diferente, tanto cualitativa como cuantitativamente, que se expresa en el entorno ambiental y en la dinámica sociocultural que se da en ellos.
Fortalecer la dinámica sociocultural
en el área rural nos es prioritario
para promover nuestro desarrollo endógeno.
Estamos, entonces, en lo que llamamos área rural, área ribereña, de bosques continuos, de silencios plácidos, de amaneceres canoros, de brisas forestales, de atardeceres anonadantes por su belleza, de lunas esplendentes, de tempestades estremecedoras y de olores naturales procedentes de la fronda cercana. Es decir, de expresión plena de la naturaleza, en donde se siente el respirar telúrico del bosque.
Pero, también, sin ruidos motorizados, sin trepidares mecánicos, aunque a veces sin corriente eléctrica, sin servicios básicos (agua, desagüe, postas), sin sueños interrumpidos…
Habitada por gente tempranera, laboriosa, obsequiosa dentro de su pobreza, amable por naturaleza. Personas dialogantes con las plantas, los animales, el río, la cocha, el cielo, las nubes, las tempestades, los silencios.
Toda una riqueza espiritual que se expresa en el marco de una naturaleza pródiga, dadivosa, que solo espera un gesto, una señal del ribereño para entregarle sus bondades.
Gestos que deben expresarse en planes de desarrollo, en proyectos de vida superior, de satisfacción mejor de sus necesidades, de respeto a su idiosincrasia cultural, a sus sueños, a sus aspiraciones.
Gestos en los que ellos mismos sean sus protagonistas para preservar su esencia cultural-espiritual transformando sus potencialidades naturales en riqueza social.
Sin embargo justo es reconocer que, hasta el presente no hemos dado mayor importancia en nuestra región a la formación de un consenso regional en cuanto a nuestro futuro social.

La problemática indígena tiene que ser
tomada en cuenta en las prioridades de
política regional.
Hemos dejado que, por generación espontánea, sucedan los eventos sociales y culturales, fuera de nuestro control o bajo el control exógeno, como si consideráramos que la historia sucede por inspiración divina o por voluntad de otros pueblos y no por la nuestra.

Hasta hoy no es evidente la necesidad de poner bajo control determinado tipo de acontecimientos que expresen las preocupaciones por nuestro futuro colectivo; que nos lleven a plantearnos una visión racional de la sociedad o sociedades que queremos construir con nuestro esfuerzo de hoy, dado y considerando que somos una región de prodigiosa multiculturalidad.

La consecuencia de todo ese esfuerzo omitido es la ausencia de una clara visión de lo que queremos ser socialmente, lo cual por cierto nos impide coordinar nuestros esfuerzos, hacer sinergias sociales, para dirigirnos hacia un futuro deseable y compartido por todos los que vivimos en esta región.

Por todo ello es que nuestros congresistas no han sido conscientes de esta necesidad, pues, o han trabajado para sus partidos  y movimientos o nunca buscaron la articulación de sus esfuerzos en favor de nuestra Amazonía.

Aislados, enfrentados, una vez en la capital nacional, olvidaron sus raíces y sus compromisos. Restringieron su accionar a formalidades que nunca llegaron a los problemas raíces. Solo se preocuparon por mantener un cierto perfil incoloro, desapercibido, esperando la nueva oportunidad que llegaría con las siguientes elecciones, en que intentarían renovar sus promesas a los pueblos loretanos.

Enfatizar programas de capacitación
del poblador rural tiene que ser
componente fundamental de las propuestas
que dinamicen nuestros congresistas.
Pero, de cambios sociales, políticos, culturales, económicos  trascendentes, NADA.

Y es que el menú partidario que portan nuestros congresistas no representa nuestros intereses regionales.
Con una labor complaciente con los grandes capitales y poder político o por sus compromisos partidarios, actúan con una proverbial indiferencia frente a los problemas de nuestra Amazonía.
No olvidemos, entonces:
Nuestra Amazonía merece ser representada por personas políticas que encarnen los más grandes ideales ético-morales e intereses superiores de nuestra región con sensibilidad, compromiso y visión de futuro.

Nota: Publicado en KANATARI, 28 -02- 16





viernes, 19 de febrero de 2016

LINDA

Gabel Daniel Sotil García

Linda
Como la brisa rumorosa
Que se teje entre el ramaje
De mi bosque tropical.

Linda
Como la noche en plenilunio
Como la Luna que se mece
Cual hamaca sideral.

Linda
Porque aún cuando me hieres
El fulgor de tu mirada
Me hace enloquecer.

Linda
Como huama que florece
Flotante en media cocha
En horas de quietud.

Linda
Como bubinzana en floración
Como el canto de las aves
En la hora matinal.






Linda
Porque en tus ojos y tus labios
Vive un fuego tan hermoso
Como el sol crepuscular.

Linda
Como el vuelo de las nubes
Cual canoas desafiando
La imponente inmensidad.

Linda
Como lluvia refrescante
Como el agua de los ríos
Que jamás retornará

Eres tú tan linda,
Que nada se hace bello
Si no lo miras tú.








sábado, 13 de febrero de 2016

PARA VOTAR POR NUESTRA AMAZONÍA (4)


Prof. Gabel Daniel Sotil García
La visión mercantilista que se ha cernido sobre la Amazonía desde los ojos de quienes tienen los poderes económico y político en nuestro país, viene, de una u otra manera, condicionando acentuadas actitudes de indiferencia, distanciamiento, frialdad frente a las diversas agresiones que se nos infiere en nuestra diversidad cultural, lingüística, económica, geográfica, biológica y ecológica, sin que nuestros sucesivos representantes en el poder legislativo se hayan dado por enterados de las mismas. En todo caso, guardan un silencio cómplice.

Bien sabemos que, desde los más altos niveles del poder político se viene permitiendo y favoreciendo  un indetenible proceso de depredación de nuestra región: la irracional tala de los bosques primarios, el cambio de uso del suelo amazónico, la contaminación de ríos y cochas por la ineficiente aplicación de la tecnología de explotación del petróleo, el dragado y extracción de oro fluvial, el uso de plaguicidas para defender los monocultivos, el vertido de los residuos sólidos en áreas cada vez más extensas de bosque aledañas a las ciudades, el vertido de las aguas servidas citadinas directamente a los flujos acuáticos,  el arrojo de grandes cantidades de productos químicos derivados de las actividades del narcotráfico, etc., son todos factores que atentan contra nuestra integridad regional, destruyendo nuestros recursos y las culturas originarias de nuestra región.

Sin embargo, el menú partidario que portan nuestros congresistas que, se supone, deben representar nuestros intereses regionales, no les  permite aquilatar la gravedad de estas agresiones y, ni siquiera, darse por enterados.

Con una labor complaciente con los grandes capitales y poder político, actúan con una proverbial indiferencia frente a dichos problemas-agresiones a nuestra Amazonía.
En consecuencia, se hace necesario que también, a la hora de votar en las elecciones próximas, miremos y evaluemos este aspecto de la personalidad de los postulantes.
Debemos elegir a representantes que tengan sensibilidad frente a las agresiones que se nos infiere como región y compromiso, más allá de los límites partidarios, para luchar por mejores condiciones en las decisiones que se tomen respecto a nuestra región.


NO OLVIDEMOS:
NUESTRA AMAZONÍA MERECE SER REPRESENTADA POR PERSONAS POLÍTICAS QUE ENCARNEN LOS MÁS GRANDES IDEALES ÉTICO-MORALES E INTERESES SUPERIORES DE NUESTRA REGIÓN CON SENSIBILIDAD, COMPROMISO Y VISIÓN DE FUTURO.


jueves, 11 de febrero de 2016

A PROPÓSITO DEL DESCUBRIMIENTO DEL PARANAGUASÚ

12 de febrero de 1542
 Prof. Gabel Daniel Sotil García

La enseñanza de la Historia de una sociedad, país o región, puede ser abordada desde muy diferentes perspectivas.

Hasta el presente, nuestra historia regional ha sido abordada desde la perspectiva de quienes tenían el poder para tomar dicha decisión: la cultura que se hizo del poder político y económico a través de sus miembros ubicados en las cúpulas sociales, culturales, administrativas, económicas, etc.

Como consecuencia de ella, se nos viene presentando una historia sin protagonismo de los pueblos que fueran sojuzgados por diversos mecanismos.

Como si dichos pueblos no hubieran construido nada valioso hasta la llegada de los conquistadores.

Un caso emblemático lo tenemos en el denominado “descubrimiento del Amazonas”, que en los momentos actuales es un conocimiento inamovible en el imaginario social; acontecimiento que, en la poca historia regional que se enseña en las instituciones educativas, se relata con la convicción de haber sido real.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que cuando el conquistador europeo llega a nuestra Amazonía, ya había muy diversos pueblos milenariamente ocupando toda la extensa cuenca de la que hoy conocemos como Amazónica.

Por la forma de ocupación territorial, los ríos, las cochas, los lugares, los animales, las plantas, etc. tenían un nombre en el idioma predominante del lugar.

Todo, todo tenía una designación nominal en dicho idioma.

Los Omaguas, los Kukamas, etc. designaban al gran río que les servía de vía de comunicación con el nombre de Paranaguasú, término proveniente de la gran familia lingüística Tupi-guaraní, al que pertenecían dichas culturas. Hasta hoy subsiste este término en su respectivo idioma.

Dicho término podría ser traducido como “El gran río” (Paraná=río; guasú=grande), que expresaba el reconocimiento de dichos pueblos a la grandiosidad de este río.

Pero también tenía otros nombres: Paranatinga (Río Blanco), Tungurahua (Rey de las aguas), Parón Euá (Madre de las aguas) en otros sectores de su recorrido. (*) 
  
(No olvidemos que los brasileros denominan Marañón al Amazonas peruano, Solimoes, hasta el río Negro y, desde allí, recién se lo llama Amazonas).

Ahora bien, estos nombres originarios, dados por los pueblos indígenas, de acuerdo con su cultura, no fueron reconocidos por los españoles quienes, con el prejuicio de que todo lo creado por dichos pueblos no merecía ser reconocido como cultura, optaron por desconocer dichas designaciones y asignaron los nombres que ellos consideraban con valor cultural. Es así como nuestro Paranaguasú originario cambió, años después de ser descubierto por la expedición de Dn. Francisco de Orellana, por el nombre Amazonas.

Es decir, y en esto debemos estar claros, que lo que se descubrió para los ojos de los conquistadores europeos, fue el PARANAGUASÚ, que era el río que interconectaba a todos los pueblos de la gran nación Omagua con cuyos hermanos, los Kukama-kukamiria, lo navegaban para dinamizar sus interrelaciones y concretar sus intercambios culturales.

El nombre de Amazonas fue dado algunos años después, a partir de unos relatos que Fray Gaspar de Carvajal, cronista de la expedición de Orellana, consignara en las crónicas del viaje que hicieran desde el río Coca, en lo que hoy es Ecuador, bajaran por el río que hoy conocemos como Napo hasta encontrarse con la magnificencia del río Paranaguasú, cuyo nombre no se le quiso reconocer por los conquistadores.


 (*) Ref. : EL OMAGUA, suplemento estudiantil de Kanatari, Año I, 28-10-90, No. 2.   

miércoles, 10 de febrero de 2016

PARA VOTAR POR NUESTRA AMAZONÍA (3)


 Prof. Gabel Daniel Sotil García

Uno de los aspectos al cual no le hemos dado mayor importancia en nuestra región es el relativo a formar un consenso regional en cuanto a nuestro futuro social.

Hemos dejado que, por generación espontánea, sucedan los eventos sociales y culturales, fuera de nuestro control o bajo el control exógeno, como si consideráramos que la historia sucede por inspiración divina y no por voluntad de los pueblos.

Hasta hoy no me ha sido evidente la necesidad de poner bajo control determinado tipo de acontecimientos que expresen las preocupaciones por nuestro futuro colectivo; que nos lleven a plantearnos una visión racional de la sociedad o sociedades que queremos construir con nuestro esfuerzo de hoy, dado y considerando que somos una región de prodigiosa multiculturalidad.

La consecuencia de todo ese esfuerzo omitido es la ausencia de una clara visión de lo que queremos ser socialmente, lo que, por cierto nos impide coordinar nuestros esfuerzos, hacer sinergias sociales, para dirigirnos hacia un futuro deseable y compartido por todos los que vivimos en esta región.

Hasta hoy, también, nuestros congresistas no han sido conscientes de esta necesidad, pues, o han trabajado para sus partidos  y movimientos o nunca buscaron la articulación de sus esfuerzos en favor de nuestra Amazonía.

Aislados, enfrentados, una vez en la capital nacional, olvidaron sus raíces y sus compromisos. Restringieron su accionar a formalidades que nunca llegaron a los problemas raíces. Solo se preocuparon por mantener un cierto perfil incoloro, desapercibido, esperando la nueva oportunidad que llegaría con las siguientes elecciones, en que intentarían renovar sus promesas a los pueblos loretanos.

Pero, de cambios sociales, políticos, culturales, económicos  trascendentes, nada.

Por todo ello es que nos es urgente elegir tanto para la Presidencia de la República como para el Congreso a candidatos con visión de futuro, con visión de Amazonía. Que sean capaces de liderar, impulsar, un nuevo nivel organizativo de las fuerzas psicoculturales subyacentes en los pueblos indígenas y mestizos de nuestra región, que nos posibilite empezar a construir un futuro en el que cada cultura amazónica, se sienta protagónica de su construcción como particularidad y contribuyente de un futuro común como región.

Por ello es necesario, amigos loretanos, emitir nuestro voto previa reflexión, pues ese voto es oro para nuestro futuro.

NUESTRA AMAZONÍA MERECE SER REPRESENTADA POR PERSONAS POLÍTICAS QUE ENCARNEN LOS MÁS GRANDES IDEALES ÉTICO-MORALES E INTERESES SUPERIORES DE NUESTRA REGIÓN CON VISIÓN DE FUTURO.



martes, 9 de febrero de 2016

PARA VOTAR POR NUESTRA AMAZONÍA (2)

Prof. Gabel Daniel Sotil García


De los 368,852 km2 de extensión de nuestro Loreto, lo que podríamos llamar áreas urbanas, es ínfimo, aunque en estas se concentra su mayor presencia demográfica.

Iquitos, Yurimaguas, Requena, Contamana, Nauta, Caballo Cocha y San Lorenzo son nombres asociados a medianos centros de concentración poblacional, los más grandes de nuestra región.

Pero, si observamos bien, frente a ellas, chimbado el río en cuyas riberas se asientan estos núcleos, empieza un mundo diferente, tanto cualitativa como cuantitativamente, que se expresa tanto en el entorno ambiental como en la dinámica sociocultural que se da en ellos.

Estamos, entonces, en lo que llamamos área rural, área ribereña, de bosques continuos, de silencios plácidos, de amaneceres canoros, de brisas forestales, de atardeceres anonadantes por su belleza, de lunas esplendentes, de tempestades trepidantes y de olores naturales procedentes de la fronda cercana. Es decir, de expresión plena de la naturaleza, en donde se siente el respirar telúrico del bosque.

Pero, también, sin ruidos motorizados, sin trepidares mecánicos, aunque a veces sin corriente eléctrica, sin servicios básicos (agua, desagüe, postas), sin sueños interrumpidos…

Habitada por gente tempranera, laboriosa, obsequiosa dentro de su pobreza, amable por naturaleza. Personas dialogantes con las plantas, los animales, el río, la cocha, el cielo, las nubes, las tempestades, los silencios.

Toda una riqueza espiritual que se expresa en el marco de una naturaleza pródiga, dadivosa, que solo espera un gesto, una señal del ribereño para entregarle sus bondades. 

Gestos que deben expresarse en planes de desarrollo, en proyectos de vida superior, de satisfacción mejor de sus necesidades, de respeto a su idiosincrasia cultural, a sus sueños, a sus aspiraciones.

Gestos en los que ellos mismos sean sus protagonistas para preservar su esencia cultural-espiritual transformando sus potencialidades naturales en riqueza social.

AMIGOS, NO PERMITAMOS QUE LLEGUEN AL PODER PERSONAS QUE NO VALORAN ESTA RIQUEZA ESPIRITUAL Y NATURAL DE LA QUE ESTAMOS DOTADOS.

PIENSEN BIEN SU VOTO. PIENSEN EN LA AMAZONÍA, QUE ESPERA DE NOSOTROS LA MEJOR DECISIÓN.

NUESTRA AMAZONÍA MERECE SER REPRESENTADA POR PERSONAS POLÍTICAS QUE ENCARNEN LOS MÁS GRANDES IDEALES ÉTICO-MORALES E INTERESES SUPERIORES DE NUESTRA REGIÓN.

PARA VOTAR POR NUESTRA AMAZONÍA

Prof. Gabel Daniel Sotil García

A pesar de su extensión (63% del territorio nacional), nuestra región aún no entra al imaginario nacional en su real dimensión geográfica, social, cultural, económica, axiológica, bio-ecológica, etc. 

Pese a que siempre la representamos con un intenso color verde, no logramos verla por más que miremos nuestros mapas, en especial los gobernantes y quienes tienen poder político.

El énfasis histórico puesto en las regiones de costa y sierra, sea por preponderancia minera, agrícola o política, ha posibilitado una percepción incolora, deslucida de la Amazonía, respecto a los intereses económicos de las clases dominantes.

En la época colonial, los intereses virreinales se centraron en el oro y la plata de la sierra. En la republicana, los grandes terratenientes y hacendados priorizaron la agricultura en los valles costeños.

Es recién, a partir del tercer tercio del siglo XIX, que la selva es vista pero no como una región poblada por seres humanos, con diversidad de grandiosas culturas, sino como emporio de riqueza material.

Caucho, madera, resinas (palo rosa, sangre de grado), oro, petróleo, peces, café, cacao, sacha inchi, camu camu, etc. todo susceptible de exportación depredando al bosque, ríos, cochas, diversidad biológica.
No solo al bosque, sino también la riqueza espiritual de los Pueblos Originarios, hoy menospreciada por quienes tienen una visión mercantilista, despectiva, de nuestras culturas. 

Es así como hoy encontramos a nuestra región agredida para satisfacer los intereses de enriquecimiento de empresas foráneas, que solo quieren aprovechar, a cualquier costo, hasta la destrucción, los recursos naturales que son parte de un circuito de vida, que hacen que la selva tenga un valor para el equilibrio funcional de nuestro planeta.

Amigo elector, aquilata las propuestas de los candidatos a la Presidencia de la República y las de los que postulan al Congreso Nacional.

Nuestra Amazonía merece ser representada por personas políticas que encarnen los más grandes ideales ético-morales e intereses de nuestra región.


PIENSA, OBSERVA, EVALÚA. NO DES TU VOTO A QUIENES QUIEREN DESTRUIR NUESTRA REGIÓN.

sábado, 6 de febrero de 2016

UN NECESARIO REPASO POR NUESTRA HISTORIA RECIENTE

Prof. Gabel Daniel Sotil García

Actual extensión de Loreto.
Por una grave desidia de nuestras autoridades educacionales el conocimiento de la historia de nuestra región se queda en los alrededores de las instituciones educativa: no entra a las aulas.

Toda la información relacionada con los sucesos históricos que tienen que ver con nosotros como protagonistas en nuestro territorio regional, viene siendo obviada en el sistema educativo. En especial lo relacionado con la historia reciente.

Nuestros educandos dejan de tener el conocimiento de lo que debe ser parte fundamental de su formación para construir su personalidad con los valores y actitudes relacionados con su identidad cultural e histórica.

Información básica para construir una imagen de nuestro devenir social a través del tiempo, le es negada obedeciendo a intereses anti a


Extensión de la comandancia
general de Maynas en 1810 
mazónicos, lo cual hace que carezcan de los elementos referenciales mínimos para tomar decisiones  respecto a acontecimientos de trascendencia sociocultural, como en este caso, las elecciones políticas en curso.

Carentes de esta información terminan por ser presas fáciles de información parcial, parcializada, fragmentada, falsa, etc. Carentes de criterios para tomar sus propias decisiones, deciden lo que les piden o inducen sin conocer la verdadera trascendencia de dicho acto, que muchas veces atenta contra los intereses sociales de quienes vivimos en esta región.

El conocimiento histórico nos precave de cometer los mismos errores. Conocer la historia posibilita respondernos explicativamente a situaciones actuales. No es para repetir acontecimientos, sino para conocerlos, analizarlos y enrumbar hacia el futuro con las luces del entendimiento, advertidos de posibles nuevos errores si los hubo.

El caso de lo que actualmente estamos viviendo es paradigmático de lo que estamos diciendo: los jóvenes que empezaron a ejercer su derecho al voto desde la década de los noventa desconocen los acontecimientos históricos   que afectaron a nuestra región.

¿Saben, por ejemplo, que nuestra historia amazónica empezó hace miles de años?
¿Que esa trayectoria fue protagonizada por los Pueblos Originarios o Indígenas que aún hoy comparten este espacio con los mestizos, de muy reciente presencia  en nuestra región?

¿Que es recién en el Siglo XVI que la cultura europea se hace presente en nuestra región?

¿Que los Pueblos Indígenas siempre fueron marginados del poder mestizo? ¿Que vienen siendo tratados con prejuicios racistas? 

¿Que nuestros recursos naturales siempre fueron objeto de extracción para venderlos al extranjero?

El caucho, la madera, las resinas, los mamíferos, lo lagartos, las aves, el oro, el petróleo, etc. lo atestiguan trágicamente al haber sido aprovechados de acuerdo a las demandas del mercado mundial, nunca de acuerdo a nuestros intereses regionales y nacionales.

En fin, ¿cuánto se sabe que sólo en Loreto el Perú ha cedido a los países vecinos más de 700 000 km2?

Ya, en relación a nuestra historia reciente se nos viene negando sistemática y obstinadamente el conocimiento de los acontecimientos en los cuales radica la explicación de situaciones actuales en nuestra región.
¿Cuánto les suena, a los nuevos votantes, las palabras Tiwinza, Falso Paquisha, Itamaratí?

Cesiones territoriales en la època
republicana
¿Sabemos lo que significan los Centros de Comercio y Navegación que comprenderán extensiones de 150 hectáreas en nuestro territorio amazónico, administrados por el vecino país de Ecuador, por un lapso de 50 años renovables, en el marco del Tratado de Comercio y Navegación, ya firmado con dicho país, con la más absoluta oposición de la colectividad amazónica, por cierto?

¿Sabemos que dichos enclaves significan cesiones de nuestro territorio a un país extranjero, y que estarán ubicados en Pijuayal y Saramiriza?

¿Sabemos que fue el presidente Alberto Fujimori quien hizo esta concesión sin ningún conocimiento de los pobladores de Loreto?


Bueno y necesario es, entonces, que nos pongamos a pensar bien antes de decidir nuestro voto en nuestra Amazonía.