Prof. Gabel Daniel Sotil García
De los 368,852 km2 de extensión de nuestro Loreto, lo que podríamos llamar áreas urbanas, es ínfimo, aunque en estas se concentra su mayor presencia demográfica.
Iquitos, Yurimaguas, Requena, Contamana, Nauta, Caballo Cocha y San Lorenzo son nombres asociados a medianos centros de concentración poblacional, los más grandes de nuestra región.
Pero, si observamos bien, frente a ellas, chimbado el río en cuyas riberas se asientan estos núcleos, empieza un mundo diferente, tanto cualitativa como cuantitativamente, que se expresa tanto en el entorno ambiental como en la dinámica sociocultural que se da en ellos.
Estamos, entonces, en lo que llamamos área rural, área ribereña, de bosques continuos, de silencios plácidos, de amaneceres canoros, de brisas forestales, de atardeceres anonadantes por su belleza, de lunas esplendentes, de tempestades trepidantes y de olores naturales procedentes de la fronda cercana. Es decir, de expresión plena de la naturaleza, en donde se siente el respirar telúrico del bosque.
Pero, también, sin ruidos motorizados, sin trepidares mecánicos, aunque a veces sin corriente eléctrica, sin servicios básicos (agua, desagüe, postas), sin sueños interrumpidos…
Habitada por gente tempranera, laboriosa, obsequiosa dentro de su pobreza, amable por naturaleza. Personas dialogantes con las plantas, los animales, el río, la cocha, el cielo, las nubes, las tempestades, los silencios.
Toda una riqueza espiritual que se expresa en el marco de una naturaleza pródiga, dadivosa, que solo espera un gesto, una señal del ribereño para entregarle sus bondades.
Gestos que deben expresarse en planes de desarrollo, en proyectos de vida superior, de satisfacción mejor de sus necesidades, de respeto a su idiosincrasia cultural, a sus sueños, a sus aspiraciones.
Gestos en los que ellos mismos sean sus protagonistas para preservar su esencia cultural-espiritual transformando sus potencialidades naturales en riqueza social.
AMIGOS, NO PERMITAMOS QUE LLEGUEN AL PODER PERSONAS QUE NO VALORAN ESTA RIQUEZA ESPIRITUAL Y NATURAL DE LA QUE ESTAMOS DOTADOS.
PIENSEN BIEN SU VOTO. PIENSEN EN LA AMAZONÍA, QUE ESPERA DE NOSOTROS LA MEJOR DECISIÓN.
NUESTRA AMAZONÍA MERECE SER REPRESENTADA POR PERSONAS POLÍTICAS QUE ENCARNEN LOS MÁS GRANDES IDEALES ÉTICO-MORALES E INTERESES SUPERIORES DE NUESTRA REGIÓN.
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