Un aporte
reflexivo: 54 años después
Prof. Gabel Daniel Sotil García
Nuevos enfoques sobre su dinámica deben orientar a nuestra universidad para hacerla fruto de nuevos tiempos. |
Este medio siglo y algo más de existencia no es sino la
expresión cabal de los parámetros conceptuales y fácticos dentro de los cuales
se dinamizó su ser institucional. En sus logros y en sus deficiencias, este
periodo expresa a cabalidad esa situacionalidad o historicidad unapense, pero,
también expresa las potencialidades analíticas, cuestionadoras, reflexivas y
propositivas que se han incubado en su interioridad, que son las que permiten a quienes formamos
parte de su ser, analizar y reflexionar comprometidamente sobre esa dinámica de
manera integral y transformar dicha experiencia en fuente de decisiones para
mejorarla en su presente y su futuro, que es lo que caracteriza a lo que hoy se
denomina “instituciones inteligentes”, que no son sino aquellas instituciones
que hacen de su propia experiencia el insumo fundamental para adentrarse en su
futuro con la garantía de asumir superiores comportamientos institucionales.
Generar nuevas actitudes frente a los problemas de nuestra realidad regional tiene que ser un pro- pósito de nuestra universidad. |
Por ley
sociocultural, esos tiempos han cambiado. Medio siglo después nuevas ideas han
hecho su irrupción en nuestras mentes individuales y sociales, por efecto de
los avances científicos, tecnológicos y humanísticos que, por cierto,
condicionan no sólo la percepción de nuestra universidad y su realidad, sino
nuestra actuación frente a ellas, en su actualidad y respecto a su futuro.
Habiendo
superado la época auroral, primigenia,
nos queda la obligación moral de juzgar nuestro recorrido por parte de quienes
somos hoy miembros de su realidad institucional para contribuir con el
esclarecimiento de su significado social, que no por ser un hecho definitivo y contundente,
como el que tiene nuestra universidad, debe escaparse de la crítica aportante, reflexiva, cuestionadora, como
requisito indispensable para evaluarlo y redefinirlo, en consonancia con la
nueva atmósfera doctrinal, vigente por efectos de nuevas corrientes externas e
internas, nuevas constataciones intrarregionales y nuevas necesidades
intrainstitucionales.
Actitud ésta
que debe ser asumida por el colectivo académico en sus diversas facetas para
contribuir con la construcción de nuestro futuro institucional, futuro que debe ser generado por una intención colectiva
profundamente incubada y claramente expresada por quienes hoy somos sus
integrantes.
La dinámica institucional debe reflejar los nuevos enfoques en la percepción de nuestra misión social. |
Por lo tanto,
es nuestra obligación moral, tanto individual como colectivamente, hacer de
nuestra universidad objeto de nuestras preocupaciones intelectuales (análisis,
crítica, reflexión, propuestas, etc.) más allá de las laborales académicas que
cotidianamente realizamos y que, si bien las podemos cumplir con mucha
eficiencia, deben ser complementadas y fortalecidas con acciones que son parte
fundamental del sustento justificativo de nuestra institución para que cumpla a
plenitud sus objetivos respecto a su entorno.
La universidad
no se justifica por sí misma. Ella encuentra su justificación y sustento en la
significatividad que logra frente a las demandas e intereses sociales. Es ella una forma de
servicio social para el mejoramiento cualitativo de la sociedad que la alberga.
Nuevos profesionales en cuyo desempeño social debe primar la defensa de los intereses de nuestra Amazonía. |
1 comentario:
que bonita cancion profesor Gabel nos enseña tanto con sus creaciones
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