Iquitos, 04-06-62 al 04-06-16:
Gabel Daniel Sotil García
La UNAP es una institución compleja en
la plenitud de su significado: puede ser vista en su dimensión formadora de los
futuros profesionales para dinamizar la actividad social, cultural, económica,
ecológica, geográfica de nuestra región. Pero, también puede ser vista como
instrumento para lograr mejores niveles de vida material y espiritual para la
sociedad amazónica en la medida en que se proponga movilizar nuestros innúmeros
recursos para satisfacer nuestras necesidades, mediante la acción
transformadora de sus egresados.
En ambos casos, nuestra universidad
está comprometida con el futuro de nuestra región, y es en esa dirección que
debe fortalecer su acción programática, preparándose para ese acompañamiento
desde su propia autoconstrucción que le propicie la necesaria idoneidad en la
gesta de dicho porvenir.
Para ello necesita fortalecer su toma
de conciencia de las características diferenciales del entorno en que se
desarrolla institucionalmente: su personalidad histórica y sociocultural
construida en este medio siglo que ha vivido y el substrato ecológico sobre el
cual se asienta físicamente y deviene en su referente objetivo para su
accionar.
Pero, también necesita fortalecer su
plena conciencia de que somos una región inserta en el proceso de globalización
mundial de múltiples maneras, proceso que como bien lo sabemos, tiene por vocación dominante la homogeneización más
plena, en el tono más amenazante para
nuestros pueblos, mediante mecanismos
cada vez más contundentes y eficaces. Por lo tanto, este proceso de
globalización puede ser tomado por nosotros con un doble significado para
nuestra región: por un lado es una invitación a incorporarnos indistintamente,
como uno más, en el concierto de los pueblos absorbidos, perdiendo nuestros
rasgos distintivos; pero, por otro, que es el más importante, un reto para
incorporarnos al proceso de disfrute de
lo mejor que la sociedad humana puede ofrecernos pero sin perder nuestra
personalidad. Es decir, seguir siendo distintos, para enriquecer lo más hermoso
que tiene nuestra especie: su diversidad, que encuentra en nuestra región la
más contundente expresión en pueblos y culturas con sus respectivas riquezas.
Por cierto que nuestra propuesta es que en el fragor de ambas fuerzas, que generan un campo de tensión, tenemos que tomar una decisión colectiva para construirnos como una institución que, respondiendo a nuestra peculiaridad regional, seamos el motor de dicho proceso diferenciador, pero seamos parte, también, del mundo globalizado, en condiciones de exhibir nuestro ser propio, es decir, de lograr el reconocimiento de las demás instituciones por lo que tenemos de propio y diferencial y no por lo que nos parecemos a ellas.
Por cierto que nuestra propuesta es que en el fragor de ambas fuerzas, que generan un campo de tensión, tenemos que tomar una decisión colectiva para construirnos como una institución que, respondiendo a nuestra peculiaridad regional, seamos el motor de dicho proceso diferenciador, pero seamos parte, también, del mundo globalizado, en condiciones de exhibir nuestro ser propio, es decir, de lograr el reconocimiento de las demás instituciones por lo que tenemos de propio y diferencial y no por lo que nos parecemos a ellas.
El logro de este propósito implica
enfatizar nuestros esfuerzos en el
proceso creativo, auto constructivo, en consonancia con nuestra natural y
milenaria vocación diversificadora regional, pues no debemos olvidar que la
nuestra es la región con mayor diversidad biológica y lingüístico-cultural, para
hacer de nuestra universidad no una institución más sino una universidad única.
Crearnos con esta característica, que
no es sino la respuesta plenamente coherente con nuestra situacionalidad,
exige, de quienes la conformamos, esfuerzos especiales, adicionales a los que normalmente
hacemos en el cumplimiento de nuestras funciones en la institución.
Y es que tenemos que reconocer que ya hemos
superado los tiempos iniciales de nuestra historia, tiempos que tienen que ser
seguidos por nuevos fases en que aprendamos a juzgarnos, mirarnos en
perspectiva hacia atrás, que nos permita reflexionar, suficientemente sobre ese
recorrido, como base para mirar hacia el futuro abastecidos de la información crítica, reflexiva para
construirnos en concordancia con las nuevas ideas nacidas al calor de nuestras
condiciones tanto internas como externas.
La vida intrainstitucional tiene que definirse
con aportes que nos vengan tanto de nuestra intimidad propia como de los que
provengan de nuestra región y país, así como de la esfera planetaria,
ineludible en estos momentos.
Nuestra crítica y reflexión se hacen
indispensables para construir nuestro futuro. La UNAP tiene que construirse un
significado social concordante con los nuevos tiempos cronológicos y tendencias
de pensamiento, que circulan en los ambientes académico-científicos en la
actualidad, que implican poner en vigencia instituciones que asimilan sus
propias experiencias y las transforman en insumos para reconstruirse a sí
mismas, con plena coherencia con su escenario contextual, por cierto que con el
esfuerzo y compromiso de quienes la conforman.
Que este nuevo aniversario sea oportunidad para
fortalecer nuestros compromisos institucionales, para dar vida a una
universidad renovada, plena de posibilidades para enfrentar los nuevos tiempos
con optimismo, creatividad y responsabilidad.
¡FELIZ 54º ANIVERSARIO UNAP!
No hay comentarios:
Publicar un comentario