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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

sábado, 25 de febrero de 2012

FEBRERO EN LA REGIÓN OMAGUA


Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP

El ENCUENTRO ANHELADO

Sembrío de arroz en playa en proceso de inundación
por la creciente de los ríos.
  Febrero es el mes de la creciente incontenible que retorna a sus dominios, penetrando por las riberas, por los caños, por las sacaritas, por las quebradas, por las chacras que fueran hechas en los fértiles bajiales y que ahora, habiendo ya rendido sus frutos, permanecerán sumergidas hasta que vuelva la vaciante.


























  Las tahuampas sienten el retorno amoroso de sus hijos, quienes las buscan para renovar la vida, para eternizarse  en este mundo que disfrutan desde antes de la presencia humana.
Ribereño penetrando a las tahuampas de las orillas de
los ríos.

Las flores y los frutos silvestres se muestran al alcance de las manos.

Las granadillas y el puro puro se ofrecen tentadores al sediento canoero que, remando apresurado por la sacarita que corta al renacal, pretende ganarle a la tarde que ya viene con su carga de espesos nubarrones, presagiando una lluvia torrencial.

Entretanto, a lo lejos y desde el fondo del tupido bosque, la bandada de locreros deja oír sus roncos canturreos y la torcaza se eleva en repentino vuelo.

Las mariposas, con sus vuelos veleidosos, juguetean  con la brisa, corriendo  tras las horas que se esconden presurosas huyendo al matorral.

Las orquídeas y heliconias, que regalan al bosque sus fragancias, muestran sus encantos adheridas a los troncos colosales de los árboles que les dan su sostén.



El tahuarí expande su aroma deleitoso y las aves silvestres, con renovadas energías, cruzan los espacios celestiales  disfrutando su infinitud.
Allí van  el huanchaco, la chicua, la pinsha y el catalán saludando la alborada con sus vuelos suaves y ondulantes.

Orquídeas mostrando sus encantos
Cruzando presurosos las quebradas, ven su imagen reflejarse en la superficie de las tranquilas aguas que fluyen disfrutando las caricias que les brindan las ramas que se inclinan reverentes y afectuosas.

En las alturas, los manchales de umarí nos ofrecen sus frutos de suave y fragante olor, las ubillas penden en racimos exuberantes y tentadores, el  frondoso parinari nos ofrece sus huayos fraganciosos y  el zapote, altivo e imponente, nos regala sus delicias convertidas en frutas deleitosas.
Garzas adornando el hermoso bosque.

Las pulcras y espigadas garzas engalanan las riberas, volando suavemente o luciendo su nívea elegancia posadas en árboles, palizadas y barrancos, que comparten con tibes, puma garzas y timelos de alegres y festivos parloteos.

Estimulados por el ambiente de alegría, los paucares, incansables charlatanes, saludan a la aurora elevando sus trinos y gorjeos posados en las copas de los árboles  en donde tienen su nidal.

Cantos matinales que se escuchan por doquier, expresando la alegría de todo el bosque en este nuevo amanecer.

La vida, que es la ofrenda del tiempo a la naturaleza, se renueva efervescente por doquiera, invitándonos a conocerla en sus múltiples manifestaciones, que son loas a su Creador.

Vida que, en el  fondo de los ríos y quebradas, se expresa en una fauna portentosa que disfruta de la pródiga vastedad, en la cual el  zúngaro, el dorado, la doncella, la gamitana y el paco comparten su existencia con corvinas, sábalos, boquichicos, cunchis, sardinas, palometas y muchos peces más.

PAICHE, Arapaima gigas, el pez más grande de la
amazonía
Y en las cochas silentes y lejanas, refugio aún de cushuris, mariquiñas, pompones, shararas y sachapatos, el manatí juguetea en el gramalote, intentando ocultarse de la nutria que, curiosa e insaciable, lo mira distraída mientras devora sus peces favoritos, disputados por el paiche prodigioso, gigante de nuestras cochas y símbolo de la riqueza de nuestras aguas.

Cochas en donde sobrevuela la grácil figura del tuqui tuqui, bullanguero y charlatán que, escondido entre el espeso gramalote, gusta deleitarse picoteando sobre los copos de la huama que flotan en medio de la ondulante superficie, agitados suavemente por la fresca brisa mañanera.

Así, en los días de  febrero, calurosos unos, grises y pluviosos otros, las restingas, desafiantes, porfían por  empinarse demorando su inmersión, pues son ellas el refugio generoso del sajino, el majás, el venado, el añuje, la carachupa y el motelo que acuden buscando protección.

Es febrero un mes de lluvias persistentes; de aguajales pletóricos de frutos; de monos saltarines, bullangueros; de ronsocos  joviales y ariscos, de días frescos pero mustios.

Tortuga de tierra, conocida como MOTELO
De días que se nos antojan lentos y silentes.

Mes  que nos invita a quitarnos el ropaje protector  para mirar nuestro interior y juzgarnos fríamente.

Un mes de reflexión sobre el decurso infinito de la vida forestal, que ojalá nos permita encontrar nuevos rumbos en nuestro actuar colectivo, para que el bosque deje ya de ser  la prosaica mercancía en la que lo hemos convertido por nuestro torpe proceder.



domingo, 19 de febrero de 2012

EL VERDADERO VALOR DE LOS TEXTOS ESCOLARES (*)


Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH – UNAP

Libro pletórico de AMAZONÍA, ignorado
por el MED
En el cumplimiento de nuestra labor profesional, los profesores debemos recurrir a diversos instrumentos para asegurar que los educandos alcancen los objetivos previstos en el proceso de formación educativa que se nos ha confiado, los mismos que tienen como vía o medio de concreción a los denominados contenidos educativos o formativos. El conjunto de esos instrumentos es lo que se denomina material didáctico, siendo su función la de  servir de apoyo en el proceso educativo, profesionalmente conducido, que consiste en generar las condiciones más adecuadas para que el educando aprenda.

Hasta el momento, estos contenidos educativos, llamados también curriculares, vienen siendo determinados por el Ministerio de Educación, que los consigna en un documento normativo denominado Diseño Curricular Nacional o DCN, desde el cual impone su visión unicultural de nuestro país y cumple su misión homogeneizante, en el que se detalla, con gran exhaustividad, todo cuanto tienen que aprender los educandos de todo el territorio nacional, en cada uno de los grados y ciclos de nuestro sistema educativo; aunque haciendo la salvedad que en cada región se puede incorporar, a partir de un proceso de diversificación, contenidos diferentes y/o complementarios (tarea ésta que, dicho sea de paso, aún no se asume en las Regiones).

La CANOA, de uso universal en nuestra región,
no tiene cabida en los textos del MED.
(Acuarela del artista plástico José Morey Ríos)
Para dar mayor efectividad al cumplimiento de esta norma, en cuanto a contenidos se refiere, el mismo ministerio, desde muy antiguo, viene propiciando la publicación de los denominados TEXTOS ESCOLARES, que responden a  las áreas curriculares oficiales. Estos textos los publica directamente el Ministerio de Educación, para lo cual cuenta con un equipo de especialistas, pero, también los publican empresas editoriales particulares, que, por cierto, cuentan con sus profesionales especializados en las diversas áreas.

El caso es que, en estos momentos, en la ciudad capital se ha desatado una controversia respecto al costo, estrategia de uso de dichos textos y la increíble formación de mafias en su comercialización, que ya se ha trasladado a nuestro ámbito regional, en donde también venimos preocupándonos acerca de dichos aspectos, como si ello fuera lo más importante y discutible de dicho material.

La verdad es que, si bien es cierto que dicho aspecto económico es importante, por las premuras económicas que nos afectan a todas las familias peruanas; sin embargo, debemos decir que NO SON LO MÁS IMPORTANTE.

Por lo menos, para quienes vivimos en la Amazonía, en las circunstancias actuales lo de MAYOR IMPORTANCIA, que debe merecer nuestra atención, nuestras preocupaciones al más alto nivel, es el CONTENIDO DE LOS TEXTOS ESCOLARES.

Para acercarnos a una más cabal comprensión de lo que acabamos de decir, podemos formularnos una muy sencilla pregunta: ¿CUÁNTO DE LA COMPLEJA Y DIVERSA REALIDAD DE NUESTRA REGIÓN AMAZÓNICA ESTÁ PRESENTE COMO CONTENIDO CURRICULAR EN DICHOS LIBROS?

Fenómenos tan conmocionantes como lo es el paso del
 MIJANO no aparecen en los libros del MED.
(Ilustración del artista plástico José Morey Ríos) 
Es decir, tanto los estudiantes de todo el país como, en particular, los de nuestra propia región,  suponiendo que dieran uso pleno a dichos textos, ¿llegarían a tener un equipamiento cognoscitivo y axiológico-actitudinal eficiente, necesario y pertinente, que les permitiría desarrollar comportamientos positivos para la comprensión, defensa y preservación de nuestras riquezas materiales y espirituales amazónicas?

Desde hace muchos años (*) venimos haciendo graves observaciones a los textos elaborados por los especialistas, oficiales y particulares, en los cuales nuestra región es prácticamente agredida, sea por omisión o sea por tergiversación de la información que se consigna en ellos, a tal punto que pareciera que el Perú es un país sin Amazonía.

Con libros ajenos a nuestra realidad, jamás podremos
sensibilizar a los niños en el afecto a su ambiente.
(Ilustración del artista plástico Jaime Choclote)
¿Cuál es la consecuencia de esta omisión?  Por cierto que lo más grave de esto es que nuestros educandos de todo el Perú y, en especial los de nuestra propia región, se forman con un inmenso y negativo vacío, que no hace sino que establezcan relaciones equívocas con esta región y, por cierto, con el país en su totalidad.

Quien desee confirmar lo que acabamos de afirmar, puede recurrir a los textos que obran en las bibliotecas de nuestras instituciones educativas, en los cuales comprobarán que toda la riqueza de la realidad histórica, cultural, social, económica, psicológica, ecológica, biológica, etc. de nuestra región, está ausente de la intencionalidad del conocimiento, el análisis, la reflexión y la comprensión de las nuevas generaciones de peruanos. Por lo cual no se propicia el afecto y respeto por lo que ha sido y sigue siendo  nuestro Perú, integralmente percibido y mucho menos nuestra región.

La convivencia armónica de la niñez con la fauna de su entorno
nunca es mostrada por los libros del MED. ( Ilustración del
artista plástico Jaime Choclote) 
Entonces, para nosotros los amazónicos, priorizar la discusión acerca del costo de los textos, es caer en una trampa, pues lo más importante de ellos es SU CONTENIDO y hacia allí debemos dirigir nuestra atención. Tanto las autoridades concernidas como las organizaciones magisteriales, el propio profesorado y la comunidad en general, deben ser los más interesados en exigir al Ministerio de Educación que incorpore la realidad amazónica en el currículo nacional así como que se ponga en marcha ya el proceso de diversificación curricular regional.

No más EDUCACIÓN NACIONAL sin AMAZONÍA en sus TEXTOS, pues si de inclusión social se trata, exijamos que nuestra región sea ya incluida en la dinámica educacional de nuestro país como referente de estudio y no sólo como campo de cumplimiento de disposiciones administrativas.





(*) Art. Publicado en semanario KANATARI, 19-02-2012. www.ceta.org.pe/kanatari

sábado, 18 de febrero de 2012

EDUCACIÓN AMBIENTAL Y DESARROLLO SOSTENIBLE


Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP


Nuestro ambiente 
Poblado ribereño en la Amazonía

Es el escenario de nuestra vida. Es el escenario en el que hacemos nuestra vida y del cual depende nuestra vida.

Nuestro ambiente es lo más concreto y cercano que tenemos todos, pues en él vivimos y de él dependemos.

Sus condiciones afectan a nuestra vida tanto como nuestro comportamiento afecta a él. Establecemos una íntima interrelación. Somos interdependientes. Es el soporte más objetivo que tenemos para nuestra existencia. Está conformado por elementos materiales e inmateriales que sustentan nuestra vida, tanto individual como social. El aire, el paisaje, los ríos, cochas, tahuampas, restingas, las casas, los instrumentos que usamos, las calles, los árboles, las demás personas con su forma de ser y actuar, etc. son componentes de nuestro ambiente. Cuanto mejor es nuestro ambiente, es mejor nuestra vida social e individual.

La educación ambiental 

Aspecto fundamental de  lo que conceptuamos como EDUCACIÓN. La educación ambiental es el proceso y resultado de promover en todos los que vivimos en un ambiente determinado, adultos y niños, el más profundo conocimiento, el más intenso amor y respeto al lugar donde vivimos, el más férreo compromiso con la defensa de nuestro hogar, de nuestra comunidad, nuestro barrio, nuestra ciudad, etc. como escenario indispensable para hacer una vida con calidad humana; es decir, dentro de condiciones estimulantes para hacer que cada día de nuestra vida sea mejor que el anterior.

Es promover el más puro, fuerte y concreto amor a nuestro suelo patrio partiendo del amor a nuestro suelo familiar y comunal Es educarnos en la praxis de una relación armoniosa con nuestro ambiente.

Interior de poblado rural 
Una educación ambiental bien planteada en nuestra región significa educarnos para aprovechar nuestra diversidad ecológica y paisajística, sin destruirla. Educarnos para el uso racional de nuestros recursos naturales, dentro del marco doctrinal del desarrollo sustentable, esa sublime creación de nuestros pueblos indígenas, asumida ahora como doctrina mundial para preservar nuestra especie. Educarnos para tener un profundo conocimiento de nuestro entorno. Educarnos para preservar nuestra pluriculturalidad.

En el marco de una educación con estos fines, nuestros centros educativos tienen que dejar su indiferencia y transformarse en agencia de formación de la estructura psíquica básica para que en nuestros niños germinen la sensibilidad, el deseo de conocimiento y el compromiso con nuestro entorno ambiental.

Allí tienen que aprender nuestros niños a apreciar la naturaleza, a disfrutar de sus manifestaciones vitales, a respetar sus leyes, a protegerla de las agresiones. Allí tienen que comenzar, como consecuencia de actividades convenientemente programadas, a comprometerse con la defensa de su ambiente. A tener conciencia de que ellos son parte conformante del mismo y que las condiciones de él repercuten sobre su salud personal y grupal.

Caserío de la etnia Achuar, río Corrientes
Allí tienen que comenzar a descubrir las leyes que rigen la dinámica de nuestro bosque. Sus componentes, sus interrelaciones, su significado trascendente.

Allí tienen que aprender que es necesaria una relación armoniosa. Y que esa relación armoniosa tiene que expresarse en comportamientos individuales y sociales coherentes. Comportamientos de aprecio y defensa de cuanta manifestación de la naturaleza existe. Que una avecilla, una mariposa no existen para perseguirlas y destruirlas.

Pero, allí también, los niños y jóvenes de hoy, ciudadanos con responsabilidades sociales en el futuro, deben aprender a mirar y descubrir los problemas que afectan a nuestro ambiente, problemas que no son originados en las leyes propias que gobiernan dicho ambiente, sino en comportamientos inadecuados vigentes en nuestra actual sociedad, de donde ellos los aprenden en forma espontánea, por efecto de mostración social.

Poblado rural amazónico con ambiente
 forestal
 
En el marco de la educación formal, nuestros educandos deben formarse en el análisis de tales comportamientos, que son los que causan la contaminación de las aguas de ríos y cochas, la tala indiscriminada de nuestros árboles, la defertilización de nuestro suelo, el irracional uso de nuestros recursos naturales, etc. En suma, la desertificación de nuestro bosque.

Esta toma de conciencia posibilitará que ellos se incorporen a los agentes entre quienes radica la solución de tales problemas. Es decir, que asuman responsabilidades individuales y sociales en la conservación de un ambiente propicio para nuestro desarrollo social.




Artesanía indígena: uso racional
de recursos
Sensibilizar a nuestra niñez y juventud en la problemática ambiental, debe ser componente fundamental de su formación como parte de la estrategia para que devengan en activos promotores de la conservación de su ambiente, a partir de la práctica de comportamientos positivos para tal fin, en concordancia plena con los postulados del desarrollo sostenible.

miércoles, 15 de febrero de 2012

EN TORNO A LOS TEXTOS ESCOLARES


El enfoque crítico de los TEXTOS ESCOLARES, que nos remite el MED data de varios años. Por esta razón, y considerando su gran importancia para el desarrollo de una educación pertinente a nuestra realidad, consignamos copia de un oficio que fuera dirigido al señor Ministro de Educación de turno, con la esperanza de lograr las medidas correctivas correspondientes, lo cual no ha sucedido pese al tiempo transcurrido. 
Prof. Gabel D.Sotil García

OFICIO AL SR. MINISTRO DE EDUCACIÓN

ASUNTO: Reitera observaciones a textos escolares, edición 2004.

...para expresarle lo siguiente:
o   Mediante oficios, cuyas copias adjunto al presente, hicimos conocer al Sr. Ministro de Educación de aquel entonces, algunas de las principales observaciones que surgían del análisis de los textos escolares distribuidos por el Ministerio de Educación y de los diseños curriculares básicos elaborados para los niveles de Educación Primaria y Secundaria en su edición 2003; observaciones que no han sido tomadas en cuenta  en los documentos elaborados en el presente año, algunas de las cuales pasamos a puntualizar:

-      Texto PERSONAL SOCIAL Nº 3, página 12, edición 2004:
  • El epígrafe-interrogante ¿QUIÉNES POBLARON AMÉRICA?, es respondido de la   siguiente manera:     
  • “Los hombres y mujeres que llegaron a nuestro continente...Luego       siguieron el   camino rumbo al sur. Así llegaron hasta los Andes en       Sudamérica”.

  • En el desarrollo de todos los temas posteriores en el mismo texto,  no se hace ninguna referencia a nuestra  SELVA, ni siquiera en cuanto   a la caza de animales ni a la domesticación de animales y plantas, actividades ambas que fueran desarrolladas intensamente en esta región, de las cuales hoy tenemos las manifestaciones más contundentes. 
-      Texto PERSONAL SOCIAL Nº 4, pag. 6, edición 2004:
  • El epígrafe: “LOS PRIMEROS PERUANOS CAZADORES Y RECOLECTORES” es explicado con el  siguiente texto:     “Los primeros pobladores de nuestro territorio llegaron hace unos quince mil años...Se instalaron  en los valles de la Sierra ...”

  • En la línea de tiempo graficada desde la página 12 se identifica el hito cronológico 70 000 años para la llegada de los primeros pobladores  a América y, luego, se consigna el hito 13 000 años para la instalación en la Sierra del Perú 
  • En el desarrollo de los demás temas: grupos nómadas, agricultores incipientes... domesticación de plantas, domesticación de animales, etc. tampoco se hace referencia a nuestra región selvática, en la cual ha habido una intensa actividad de creación social, que no debemos ignorar.
       Igual sucede con los textos 5 y 6, en los cuales no hay referencias a la    Selva, ni siquiera en los temas introductorios desarrollados en cada uno de ellos. 
-      En el D. C. B para Secundaria 2004, en el componente HISTORIA Y SOCIEDAD del ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES, se puntualiza como contenido básico para el Primer Grado  “Desarrollo cultural de América y los Andes hasta el siglo XIV”  y, para el Segundo Grado: “Cultura Andina y América Prehispánica desde el siglo XV”.


Como Ud. comprende, señor Ministro, a estas alturas de nuestra historia nacional, los conocimientos científicos que poseemos y los propósitos del nuevo sistema educativo de nuestro país, ya no es admisible el ignorar la presencia histórica de los diversos pueblos asentados en esta región selvática, sus creaciones culturales (no sólo materiales sino también espirituales, axiológicos, sobre todo) históricas y actuales, su realidad rica y diversa y el potencial que significa esta región para nuestro país entero.

Ignorar a la región amazónica, al obviarla en los textos escolares nacionales, es agredirla, por el desprecio que ello implica; es no reconocerle valor alguno. Pero, 
más que ello, es malformar a los peruanos y propiciar una relación tergiversada, sesgada, con nuestro país. Y, es también, poner de lado los principios de la nueva educación: equidad, interculturalidad, inclusividad, etc.

Es, en este sentido, Sr. Ministro, que pido a Ud. disponer las medidas necesarias para que, en las nuevas ediciones,  se hagan las correcciones pertinentes en la elaboración de textos  y currículos realmente integrales en cuanto propicien el conocimiento intenso y extenso, sin exclusiones, de todos los Pueblos que  habitamos en este grandioso país.

La riqueza de la realidad histórica, cultural, social, económica, psicológica, ecológica, etc. de nuestra región selvática debe estar presente para el conocimiento, el análisis,  la reflexión y la comprensión de las nuevas generaciones de peruanos, así como el propiciar el afecto y respeto por lo que ha sido y sigue siendo en nuestro Perú.

Estoy seguro de contar con su comprensión para disponer las medidas oportunas, quedando prestos para los apoyos que en este sentido podamos brindar desde esta Dirección Regional.

Los Pueblos Amazónicos se lo agradeceremos.

Atentamente,

 DIRECTOR REGIONAL DE EDUCACIÓN

                         DREL






UNA ESCUELA PARA QUE VUELVA EL BOSQUE


Rodrigo Montoya Rojas (*)


Carátula del libro ESCUELA ÁRBOL
"El bosque se está yendo" dicen los nativos de los grupos étnicos de la selva, indignados por el maltrato de los depredadores que se acercan a él para explotar su riqueza. La escuela es también una depredadora de las culturas nativas, una fábrica de exportación de migrantes y una de las responsables de un grave conflicto entre los padres considerados "ciegos" e ignorantes, y los hijos escolarizados que se sienten "superiores". 

Una escuela separada de la vida, del bosque, del trabajo y de los problemas de la comunidad, es sólo una "escuela esmeralda", es decir una escuela ornamental. Esta es una de las tesis centrales del libro Escuela Árbol: una propuesta de educación para la selva, del profesor Tuqui Tuqui (**).

¿Qué hay en las escuelas de la selva? "Libros grises, sin el verde intenso de su flora ni el azul profundo de su cielo, sin colores. Libros sin trinos de la selva, sin el calor de su clima. Fríos, muertos. Sin nada de bosque. Sin vida", responde el maestro Tuqui Tuqui. "¿Cómo aceptar en la selva, nuestra selva, una escuela donde uno de los grandes ausentes es el bosque, donde no hay una historia regional, donde se ignora el patrimonio cultural nativo?" En estas sencillas frases se expresa una tesis profunda: la falta del Perú en la educación oficial. 

Una escuela así no la quieren los nativos, pese a su profundo interés para aprender el castellano como un arma de defensa. El profesor Moisés Rengifo Vásquez contó que un nativo −Don Gumercindo Manuyama− no envió a su cuarto hijo a la escuela porque los tres primeros −luego de acabar sus estudios primarios− se negaron a trabajar en el monte y en el río, y prefirieron tender sus hamacas en la casa convencidos que lo aprendido en la escuela era superior al trabajo de sus padres.

¿Qué hacer? El maestro Tuqui Tuqui propone buscar una Escuela Árbol "que hunda sus raíces en nuestro suelo cultural y se nutra de nuestras conquistas milenarias para dar frutos nuevos". Propone "inscribir a la escuela en el registro cultural amazónico" y que la escuela sea parte del bosque. No más una esmeralda de adorno, sino una institución útil y eficiente. Él habla de un principio esencial el "respeto a la direccionalidad histórica de cada cultura" en la selva y que se "reconozca el absoluto derecho que tienen a aspirar a su propio desarrollo social coherente con su personalidad histórica". En suma, "una escuela que ponga las bases de nuestra propia modernidad".

Los hombres y mujeres de los 56 grupos étnicos de la selva, conocen el bosque mejor que nadie en el Perú. Tienen una cultura milenaria, literalmente milenaria. Lo que saben no lo aprendieron de Europa sino de los abuelos. El saber acumulado les permite estar seguros que la selva no es el lugar apropiado para la agricultura y la ganadería intensivas.

Esta verdad elemental es, sin embargo, ignorada por los depredadores, que tratan de imponer grandes plantaciones de caña de azúcar y arroz y crianzas intensivas de ganado cebú. Los ingenieros que se acercan con respeto al bosque saben muy bien que la política de explotación indiscriminada de los recursos de la selva produce su desertificación. Es suficiente ver la selva central para tomar conciencia del desastre ecológico que será más grave con el tiempo. (Recuerdo que hace pocos años vi a un asháninka de la selva central comprar chonta y paiche seco en el mercado de Iquitos porque en su tierra ya no se encuentran).

Si la educación oficial fuera peruana, sería pensada en función de la diversidad y la pluriculturalidad del país y valoraría el saber que nació aquí, en el suelo americano y dejaría de ser una permanente repetición de modelos exteriores. Hay en la selva peruana una conciencia creciente de estas carencias y un sentimiento de orgullo étnico que valora sus lenguas y sus culturas. El Congreso Aguaruna- Huambisa abrió el camino negándose a aceptar los maestros mestizos que saben hablar castellano pero que no saben enseñarlo y que son los extirpadores contemporáneos de idolatrías. Ganaron una primera batalla al nombrar a sus propios hijos para asumir la educación bilingüe en sus escuelas.

Las ideas contenidas en el libro del maestro Tuqui Tuqui, no son todas propias de él. Están ahí, circulando en los aires nuevos que se respira en la selva. El liderazgo nativo forjado en los últimos veinte años, las  movilizaciones de nuevas organizaciones sociales por reivindicaciones étnicas y la labor paciente de un número creciente de antropólogas y antropólogos han ido creando este aire nuevo, fresco, fuerte, original. Hubiera sido muy útil que el profesor citara sus fuentes. Prefirió resumir a su modo la propuesta del movimiento étnico que aparece en el Perú como un claro nuevo sujeto social.

El trabajo se habría enriquecido mucho si el autor hubiera incluido un capítulo sobre la necesidad de una educación bilingüe e intercultural, como modo  específico de pensar la educación en términos propiamente peruanos. Él está bien situado para hacerlo.


Ojalá nos entregue otro texto sobre este punto. Hay en el Perú una excelente experiencia ganada sobre educación bilingüe, indispensable para formular una educación alternativa, caracterizada por su esencial respeto a la  multiculturalidad y el multilingüismo del Perú.

En conclusión, saludo con entusiasmo la publicación de este libro.
Lima, septiembre de 1991.
_______________
(*) Rodrigo Montoya Rojas, distinguido antropólogo peruano. Trabaja en la       UNMSM.
(**) Tuqui tuqui, seudónimo con el que participó el profesor Gabel Sotil García en el concurso de la Derrama Magisterial y que le permitió ganar el Premio Nacional de Educación “Horacio” -  1991- Derrama Magisteril.

lunes, 13 de febrero de 2012

LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN TURÍSTICA


 En torno a la educación turística

Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP

Ciudad de Nauta, a orillas del Marañón
La fuerza primordial, la motivación de mayor magnitud que impulsa la actividad del turismo, es la necesidad de enriquecimiento espiritual que experimentamos los seres humanos y que satisfacemos, en una de sus formas,  con el disfrute de las conquistas culturales de otros pueblos y el gozo de recorrer distintos escenarios naturales, en los que es pródigo nuestro hermoso planeta. Aunque, por cierto, reconocemos que hay, también, otras motivaciones subalternas que nos movilizan en este sentido, pero de mucha menor jerarquía. 

Quistococha, joya ecológica cercana a Iquitos
Por lo tanto, la actividad turística que hoy se nos presenta tan promisoria para nuestra región, tiene que merecer una especial atención por parte de quienes tienen la función rectora, de un lado, y de otro, de quienes debemos ser participantes  y a la vez  beneficiarios de esta actividad; es decir, todos quienes conformamos nuestra colectividad amazónica.

Esta potencialidad que, de hecho, venimos aprovechando tiene dos componentes fundamentales que deberían ser objeto de decisiones conscientemente tomadas: nuestra pródiga naturaleza y nuestra diversidad cultural y lingüística.

La ecodiversidad, que es causa de biodiversidad  y riqueza paisajística, constituye lo que bien podemos denominar nuestro patrimonio material, y la etnodiversidad, que se concreta en la existencia de pueblos originarios plenamente vigentes como generadores de cultura propia, constituye nuestro patrimonio espiritual. Ambas riquezas constituyen para nosotros no sólo componentes de una oferta que debemos aprovechar sino, y fundamentalmente, aspectos que deben merecer decisiones de políticas para conocerlas, fortalecerlas y conservarlas, tanto entre nosotros mismos en el nivel regional como en el nivel nacional. Es decir, para nuestro propio disfrute y aprovechamiento social.

Charapitas tomando sol
Pero no se trata de un aprovechamiento pasivo de lo que la pródiga naturaleza nos viene brindando por nuestras características ecológicas y de los logros culturales propios de nuestros pueblos indígenas y mestizos, sino de hacer un esfuerzo colectivo para hacer de dicho patrimonio material y espiritual una oferta en progresivo proceso de mejoramiento cualitativo.

Para que dicho propósito se haga tangible se requiere, como ya fuera dicho en artículo anterior, de una parte que formemos a nuestros educandos en una actitud favorable a convertirse, desde sus conocimientos y valores, en agentes de desarrollo turístico; pero, de otra parte, asumir el compromiso colectivo de hacer de nuestras ciudades y núcleos demográficos regionales en auténticos mensajes de originalidad sociocultural.

Si hemos dicho que el turista, en su expresión más elevada, busca el deleite en lo diferente, todas nuestras ciudades amazónicas, en especial Iquitos, deberían hacer un esfuerzo para construirse aprovechando la enorme ventaja comparativa de estar ubicadas en este “mundo exótico”, que desde ya es un foco de atracción turística por sí solo, a partir de nuestra heredad espiritual y ecológica, pues en nuestro entorno disponemos de los elementos inspiradores indispensables, para responder con absoluta naturalidad y coherencia.
Plaza principal de Iquitos
Nuestros esfuerzos deben centrarse en expresar nuestra originalidad, pues queda dicho que el turista, nacional y extranjero, no sale de su ciudad o pueblo a buscar lo igual sino lo diferente en todo aquello en que es posible que se concreten las peculiaridades de cada grupo humano.

Iquitos, en especial, debe construirse como “ciudad diferente”, con su propio exotismo elevando a la categoría de un valor su riqueza ecológica tanto como su riqueza espiritual que se concreta en su diversidad lingüística, su riqueza histórica, sus formas de vivir y ver el mundo forestal: sus mitos, sus leyendas y todo cuanto nos es propio y distintivo, aporte con el cual venimos aportando al  enriquecimiento de la cultura universal.

Ribereños surcando el Marañón
Nada inteligente nos parece el tratar de parecernos a otras ciudades, cuya realidad actual es producto de su propia dinámica histórica. Centrar nuestros esfuerzos en la búsqueda de la originalidad antes que en la copia, es vital para nosotros pues sólo así Iquitos se alejará del peligro de transformarse en una “ciudad copia” y, en consecuencia, perder su atractivo como creación social y cultural con originalidad.

El plantearnos este propósito social depende sólo de nosotros. Con su logro, Iquitos devendrá en la ciudad con un real atractivo turístico, con coherencia ecológica y sociocultural y adquirirá la condición de ser un verdadero factor de enriquecimiento espiritual, para todos aquellos que la visiten y para nosotros mismos, conjuntamente con el entorno ecológico que le brinda la pródiga naturaleza amazónica, ya reconocida como una de las maravillas de nuestro planeta.  

Art. publicado en semanario KANATARI, 12-02-12