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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

lunes, 31 de octubre de 2011

MIJANO PRODIGIOSO


Prof. Gabel Daniel  Sotil García

Ya vienen saltarines
Los peces por el río;
Ya pasan juguetones
Alegrando al caserío.

Incansables van surcando
Tejiendo filigranas,
Brillantes de alegría
Con el sol de la mañana.

La euforia los domina
En horas de tormenta;
Juegan con las olas,
Juegan con el viento.

Así es el mijano
Que pasa tumultuoso
Tarde, noche o muy temprano
Por el río prodigioso.

Poemario "Alegre amanecer", del autor.
Ilustraciones de los artistas plásticos Jaime Choclote y José Morey. 


domingo, 30 de octubre de 2011

UNA VISIÓN DE LA HISTORIA POLÍTICO-ADMINISTRATIVA DE NUESTRA REGIÓN


Una aproximación al entendimiento de nuestra historia regional

                              Prof. GABEL DANIEL SOTIL GARCÍA, FCEH - UNAP

INTRODUCCIÓN.

La organización político-administrativa de un país es consecuencia de las decisiones que toman quienes tienen el poder político respecto a cómo ejercerlo. Estas decisiones son el producto de una serie de condicionantes de diversa naturaleza, que son los que determinarán esa forma de ejercerlo.

Desde que en nuestro país se produjera la presencia de una cultura originada fuera de este ámbito, las formas tradicionales del ejercicio del poder fueron alteradas profundamente.

Hasta ese momento (Siglo XVI), cada Pueblo determinaba,  de acuerdo a su propia experiencia histórica, su forma de organización para buscar y lograr el bienestar común.

Durante este período, que denominaremos de Los Desarrollos Autónomos, cada etnia se organizaba respondiendo a sus propios patrones mentales expresados en su cultura.

En el período de Desarrollo Dependiente, producido a partir de la presencia española en nuestro país, los conquistadores se tuvieron que enfrentar al problema de organizar un espacio, personas y Pueblos totalmente desconocidos.

Esta situación los llevó a ensayar sucesivamente diversas formas de organización para ejercer mejor el control sobre los territorios descubiertos, formas que, naturalmente, se establecían a partir de los propios paradigmas que ellos traían de su mundo cultural de procedencia.
           
Naturalmente, recurrieron a los paradigmas de su cultura de origen e impusieron diversas formas de organización y administración del territorio dominado, concordantes con los intereses y exigencias de la conquista y colonización de los inmensos territorios descubiertos, para los cuales, dado el carácter fortuito de su descubrimiento, los mismos conquistadores no habían tenido nada preparado para su administración.

Esto los llevó a ensayar sucesivamente diversas formas, que pretendían responder a las condiciones prevalentes.

LA ADMINISTRACIÓN POLÍTICA EN LA EPOCA COLONIAL.

Una primera decisión, respecto a los territorios descubiertos fue la creación de un organismo que se ocupara de todos los asuntos relacionados con ellos. Éste fue la denominada CASA DE CONTRATACIÓN, creada en Sevilla, en 1503, con múltiples funciones, no sólo comerciales como su nombre pudiera sugerir.

Para mejorar su funcionamiento, esta CASA DE CONTRATACIÓN, se vio en la necesidad de crear el CONSEJO SUPREMO DE INDIAS, en 1524, que funcionó como una especie de lo que hoy pudiéramos llamar Ministerio de las Colonias, que se encargó de la nominación de todas las autoridades coloniales, desde las de mayor hasta las de menor categoría desde su sede en Madrid. Este Consejo tenía atribuciones políticas, legislativas y judiciales, indistintamente: en el campo legislativo, era el que aprobaba las llamadas LEYES DE INDIAS; en el campo judicial, era el Tribunal Supremo en el que se ventilaban todos los grandes pleitos en los territorios conquistados  y designaba a todas los denominados JUECES RESIDENCIARIOS, encargados de juzgar la labor de todos los funcionarios designados por la Corona Española.

Una primera decisión jurisdiccional que la Corona tomó en América fue el establecimiento de los dos Virreinatos: el de México o Nueva España y el del Perú, que se creó en 1542 y comprendía todos los territorios españoles de América del Sur. Posteriormente, éste sería subdividido en otros dos virreinatos: en 1717 se crearía  el de Nueva Granada y en 1776 el de Río de la Plata. En cada uno de ellos era el Virrey la máxima autoridad que representaba a la Corona Española. En el caso peruano, los Virreyes iniciaron sus gestiones desde 1544.

Pretendiendo una mejor administración, el Virreinato del Perú fue dividido en AUDIENCIAS, que tenían jurisdicciones amplias, por lo que fueron divididas en CORREGIMIENTOS, a cargo de un CORREGIDOR. Fue esta la división política que estuvo vigente hasta la rebelión de TUPAC AMARU II, en 1780, luego de  la cual el rey Carlos II dispuso la creación de las INTENDENCIAS en 1784. Éstas asumieron funciones administrativas y económicas. Y las que se  establecieron fueron Trujillo (que posteriormente cambiaría su nombre por el de La Libertad), Lima, Tarma, Huamanga, Huancavelica, Cuzco y Arequipa. A su vez, éstas fueron subdivididas en PARTIDOS. La Intendencia de Trujillo comprendía casi toda la parte nororiental de la selva.

Por otra parte, en las ciudades que se iban fundando se conformaba el CABILDO o AYUNTAMIENTO, que estaban conformados por los ALCALDES y REGIDORES. Los Alcaldes eran elegidos dos por ciudad por los denominados VECINOS NOTABLES. En las ciudades de mayor importancia, los Regidores eran designados por el Virrey y en las de menor importancia por los mismos vecinos. Asumían el cargo el día de AÑO NUEVO, 1º de Enero.

En el aspecto religioso, los territorios recién conquistados fueron organizados para facilitar la evangelización, por lo que fueron divididos en ARZOBISPADOS, los que, a su vez, se subdividían en OBISPADOS, cuyas jurisdicciones eran denominadas Diócesis, que comprendían ciudades, villas, pueblos, anexos, doctrinas y curatos.

Para fines de control económico más cercano a la población conquistada (indígenas), fueron creadas las ENCOMIENDAS, que también asumieron funciones de control social y religioso. El ENCOMENDERO se hacía cargo de una determinada jurisdicción con todos los indios allí ubicados, a quienes hacía trabajar y les obligaba a pagar tributo, por su condición de vasallos (como en los antiguos feudos medievales), lo cual dio lugar a gravísimos abusos con los indios, a tal punto que los mismos reyes españoles las desactivaron, a partir de 1718, no sin la fuerte resistencia de los propios encomenderos, quienes habían adquirido gran poder económico y político.

Para fines de control judicial, la Corona Española creó lo que llamó CORREGIMIENTOS, a cargo de un CORREGIDOR, cuya misión era proteger y defender a los indígenas de los abusos de los ENCOMENDEROS, y se establecieron en 1564. En la práctica, resultaron tan nefastos para los indígenas como las propias Encomiendas.
           
Para fines de control religioso y a petición de la propia Iglesia, que tenía interés en el adoctrinamiento y la enseñanza de las “buenas costumbres” del modo de vivir de los españoles, en 1549 fueron creadas las REDUCCIONES, para concentrar a los indios y hacer más fácil su aculturación.

Tanto en la Costa como en la Sierra, estas reducciones se crearon en las cercanías de las ciudades que  fundaban los conquistadores y a los centros mineros que se establecían, con la finalidad de controlar y “civilizar” a los indios, como ya se dijo.

Todas estas medidas decididas por el poder político tuvieron por finalidad asegurar de una y otra manera el control de los territorios conquistados, pero teniendo como focos principales la Sierra y la Costa. Nuestra región, por ser diferente, desconocida y extensa, no mereció mayor atención

Desde que en 1542, don Francisco de Orellana llegara al Paranaguazú (así denominado por la gran nación Omagua, posteriormente llamado Amazonas) penetrando por el Napo, los españoles constataron que las leyendas sobre grandes riquezas no eran ciertas, por lo cual nuestra región perdió interés político, restringiéndose este interés a lo religioso, asumido por los Misioneros Jesuitas y Franciscanos, en un comienzo, para su acción evangelizadora a partir del siglo XVII.

Fueron ellos quienes emprendieron la conquista, más que territorial, cultural de la región amazónica, razón por la cual todas aquellas formas de administración política que hemos descrito para la Costa y Sierra, no tuvieron mayor vigencia en esta región.
MISIÓN OMAGUA

Los Jesuitas desde Quito, en donde tenían su sede misional como Compañía de Jesús, vía el Marañón y los Franciscanos, por la ruta de la Selva Central, desde Huánuco, vía el Huallaga, crearon los llamados Pueblos Misionales, que no eran sino las REDUCCIONES DE INDIOS, en donde éstos eran sometidos a un férreo proceso de aculturación para que abandonen sus patrones culturales ancestrales, tales como su idioma, su religión, costumbres, etc., creadas desde 1549 por el Rey de España.

Hasta el Siglo XVIII el territorio amazónico tuvo una administración esencialmente político-religiosa, teniendo en las ciudades que se iban fundando, los focos de irradiación del poder de los conquistadores. Cuando éstos se dan cuenta de la inmensidad del territorio selvático, crean la COMANDANCIA GENERAL DE MAYNAS, integrante de la Intendencia de Trujillo (que posteriormente cambiaría de nombre por el de La Libertad), que comprendía los actuales departamentos de San Martín, Loreto, Ucayali y parte de Amazonas. El nombre de Maynas le es asignado por las etnias pertenecientes a la familia Jíbaro (Awajún, Wampis, Jíbaros, etc.) a las que se conocía bajo esa denominación en el área del Alto Marañón, en donde ofrecieron férrea resistencia al avance de soldados y misioneros.

Es a partir de 1638 en que comienza recién el interés por nuestra región con la llegada de los misioneros Jesuitas por la zona del Marañón, quienes tuvieron una presencia cristianizante hasta su expulsión por orden del rey Carlos III, en 1767. Con su salida las Reducciones bajo su mandato se desorganizaron y los indígenas trataron de retornar, muy difícilmente, a sus patrones culturales ancestrales.

En verdad, Maynas, que comprendía casi toda la región Amazónica en su calidad de Comandancia General, transcurrió todo el período colonial como escenario de imposición religiosa, sin merecer ningún interés administrativo. Sin embargo, en ese largo período, sin mayor atención de la Corona Española, van germinando, en su forma de Reducciones de Indios o Pueblos Misionales y de ciudades españolas, algunos de los centros demográficos que devendrían, con el transcurrir de los años, en los centros del poder político, tales como Chachapoyas, Huánuco, Moyobamba, Borja, Barranca, Jeberos, San Joaquín de Omaguas, Orán, Iquitos, Yurimaguas, Requena, Nauta, etc.

LA ADMINISTRACIÓN POLÍTICA DURANTE EL PERÍODO REPUBLICANO.

Al producirse la Independencia del Perú, la Comandancia de Maynas, cuya capital era Moyobamba, jura también la independencia, expresando su voluntad de seguir perteneciendo al Perú.

A pesar de este cambio de régimen político a nivel nacional, la selva siguió siendo un territorio casi ignorado y sin mayor importancia. Prácticamente el único cambio que se  produjo fue la desactivación de la Gobernación General de Maynas en concordancia con el cambio de nombre de las Intendencia por el de Departamentos y el de Partidos, que eran integrantes de aquéllas por el de Provincias, ahora integrantes de éstos, que dio a nuestro país una nueva nomenclatura político-administrativa, sin mayores consecuencias prácticas para nuestra región.

Aunque no haya tenido mayor importancia política para efectos prácticos, es necesario recordar que en abril de 1822, en el marco de un Reglamento General de Elección que expidió la nueva administración nacional, la aún denominada Comandancia General de Maynas, integrante del Departamento de Trujillo, como ya lo dijéramos, es establecida como un Departamento independiente de Trujillo, con el nombre de Quijos y Maynas; pero  fue una demarcación que pasó totalmente ignorada.

En 1832, durante el Gobierno de don Agustín Gamarra se produce la creación del DEPARTAMENTO DE AMAZONAS, sobre la base de las Provincias del Departamento de La Libertad que quedaban al oriente del río Marañón, según la anterior demarcación: Chachapoyas, Pataz y MAYNAS. Su capital fue Chachapoyas.

Sin embargo, la creación del Departamento de Amazonas, que comprendía casi todo el territorio selvático más algo de sierra, no tuvo mayores repercusiones para nuestra región, pues siguió siendo percibida como lo había sido durante la Colonia.

Reconocida la enorme extensión de la ahora Provincia de Maynas, integrante del nuevo Departamento de Amazonas, ella fue dividida en Distritos, cuyas capitales fueron Loreto  (el  antiguo Loreto Yacu, que fue el que daría nombre a todo nuestro departamento) y Nauta, mediante una resolución suprema de 1842.

En 1853, mediante un Decreto de don Rufino Echenique, se creó el GOBIERNO POLÍTICO Y MILITAR DE LORETO sobre la base de dicho distrito, pero en julio de 1857 se crea la PROVINCIA LITORAL DE LORETO, cuya capital fue Moyobamba.

En 1861, esta Provincia se convierte en DEPARTAMENTO MARÍTIMO MILITAR, mediante un Decreto del Gobierno de don Ramón Castilla, el mismo que por disposición del gobierno de don Mariano Ignacio Prado adquiere la condición plena de DEPARTAMENTO DE LORETO, en 1866, condición ratificada por el Congreso de 1868, cuya capital fue Moyobamba.
           
Bajo esta nueva designación y categoría, el Departamento de Loreto es dividido políticamente en cuatro provincias: Cercado de Moyobamba, capital Moyobamba, que, a su vez era capital del departamento; Huallaga, capital Tarapoto; Alto Amazonas, capital Balsa Puerto y Bajo Amazonas, capital Iquitos. Como podemos comprobar, el nombre Maynas desaparece de la nomenclatura política a partir de esta división política.

Esta situación se prolongaría hasta 1897 en que, mediante  Ley dada por don Nicolás de Piérola, Iquitos es declarada ciudad capital del Departamento de Loreto, decisión que no fue aceptada por el pueblo de Moyobamba, el mismo que logró que el gobierno de don José Pardo creara el Departamento de San Martín por Ley de 1906, conservando Moyobamba la condición de ciudad capital e integrado por diez provincias: Moyobamba, Rioja, Lamas, San Martín, El Dorado,  Bellavista, Huallaga, Mariscal Cáceres, Picota y  Tocache.

De esta manera, el primigenio Departamento de Loreto quedaría reducido a lo que son los actuales departamentos de Loreto y Ucayali.

Esta demarcación política estaría vigente hasta 1980, año en que, mediante D.L. 23099, se crea el Departamento de Ucayali, cuya capital fue designada la ciudad de Pucallpa que, en su condición de caserío había sido fundada en 1888. De esta manera el Departamento de Loreto queda conformado por seis provincias: Maynas, Loreto, Alto Amazonas, Requena, Ucayali y Ramón Castilla y el nuevo Departamento de Ucayali con cuatro: Coronel Portillo, Padre Abad, Atalaya y Purús. Nótese que recién reaparece el nombre de Maynas para designar a una de las provincias del departamento de Loreto, después de muchos años en que había dejado de ser usado.

En lo referente a Madre de Dios, que es el otro departamento ubicado íntegramente en la región amazónica, podemos decir que en lo político-administrativo ha tenido igual proceso evolutivo que los otros departamentos a los que acabamos de referirnos. En la actualidad su capital es Puerto Maldonado, ciudad que fuera creada oficialmente en 1902 y sus provincias son: Tambopata, Manu y Tahuamanu.

Sector de Iquitos hoy
Esta división política de nuestro país ha tenido una pequeña interrupción cuando la Asamblea Constituyente de 1979 dispuso la creación de los GOBIERNOS REGIONALES, los cuales recién entraron en vigencia cuando se elaboró  el Plan Nacional de Regionalización en 1988. Es al año siguiente que comienzan a entrar en vigencia esta regiones: Madre de Dios formó parte de la Región Inca; Ucayali, formó una sola región; Loreto también se constituyó en  una sola región y San Martín, luego de integrar la región San Martín-La Libertad, logra escindirse y conformar una sola región en 1992. En el caso de Loreto es bueno recordar que inicialmente fue designado con el nombre de REGIÓN AMAZÓNICA  en 1988, pero casi de inmediato su nombre fue cambiado por el de REGIÓN DEL AMAZONAS, que tuvo vigencia hasta febrero de 1990, en que fue cambiado por el de REGIÓN LORETO. Tanto  la Región Grau como  la de Loreto, fueron las primeras en las cuales se convocó a elecciones para designar a sus respectivos Gobiernos Regionales. Este proceso descentralizador sólo tuvo un corto tiempo de experimentación, pues el Congreso Constituyente Democrático, elegido en 1992 dispuso la creación de 24 Consejos Transitorios de Administración Regional – CTAR, que deberían estar en vigencia hasta que se creen la Regiones dispuestas por la Constitución de 1993. Estos Consejos sólo funcionaron hasta el 2003, año en que entrara en funciones la nueva demarcación político-administrativa, mediante los denominados Gobiernos Regionales, creados mediante la Ley de Bases de Gobiernos Regionales, Ley 27867, a cargo de un Presidente elegido por votación popular.
  
Hasta aquí el aspecto descriptivo de nuestro proceso político-administrativo, tanto a nivel nacional como en lo que respecta a nuestra región.

Sin embargo se hace necesario hacer algunas reflexiones acerca de todo lo vivido hasta el presente.

UNA VISIÓN REFLEXIVA.

Es fácil colegir que hasta el momento, los mecanismos de administración política en nuestra región han tenido un origen exógeno y se los ha implantado sin mayores preocupaciones por la realidad ecológica, social, cultural, etc. en las cuales se los ha pretendido hacer funcionar, por lo tanto, nunca han resultado beneficiosos para nuestra región, aunque sí para quienes detentan el poder en sus diversas formas: económico, político, religioso, ideológico, etc.

Durante la época colonial la Amazonía no mereció mayor atención una vez que los conquistadores se convencieron de que no tenía el valor económico que ellos supusieron (recordemos a este respecto los mitos de El Dorado y El País de la Canela). Sólo mereció valor como campo de evangelización para aculturar a la población indígena por acción de los misioneros.

Superado el período colonial, durante los primeros años de la República sólo se produjeron cambios formales en la vida política de nuestra región, pues siguió siendo ignorada, mirada con indiferencia; es decir, sin brindar mayor atención a sus características diferenciales, razón por la cual no mereció decisiones políticas especiales. Salvo reestructuraciones nominales que sólo buscaban hacer más eficaz el dominio de los gobernantes sobre el territorio y la población amazónicos, no hubo mayores cambios respecto a la situación que habíamos tenido desde los tiempos coloniales.

Ribereño amazónico
Es recién a partir de la segunda mitad del Siglo XIX que nuestra región adquiere una cierta importancia política que origina la dación de normas específicas pero sólo para el mejor aprovechamiento de nuestros recursos y asegurar la presencia controladora del Estado. Pero, muy lejos estuvo el interés de emitir normas para el logro del bienestar común. Todo lo contrario, pues la población indígena, que mayoritariamente habitaba esta región casi no era percibida como merecedora de decisiones políticas de importancia. En todo caso, todas las leyes protectoras y de defensa de los indígenas que desde la época colonial se habían dado, siempre habían sido letra muerta para quienes sucesivamente se turnaban en el usufructo del poder.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que las poblaciones de base, las comunidades en sí, nunca tuvieron mayor participación en la decisión de las diversas formas de organización política y administrativa dadas por el gobierno central. Todas ellas eran decididas desde el centro del poder y se aplicaban al margen de las realidades en que deberían funcionar. Aunque sí es necesario reconocer que en el único aspecto en el que la población mestiza de la Amazonía tenía un resquicio de participación fue en la elección de los Cabildos o Ayuntamientos, que luego devendrían en las Municipalidades para los gobiernos locales, aunque durante la época republicana fueron mayoritariamente designados por el gobierno central.

Por lo tanto, salvo lo que acabamos de puntualizar, la población amazónica, mestiza e indígena, jamás tuvo una participación trascendente en la determinación de sus formas de organización político-administrativa, lo que le impidió tener un aprendizaje social de gobierno para la búsqueda de su bienestar común desde sus propias perspectivas culturales y en concordancia con sus características ecológicas, geopolíticas, económicas, etc.

Esto no quiere decir que dicha población haya aceptado pasiva y resignadamente esta situación. La población indígena nunca aceptó ni la dominación colonial ni  la  republicana; de mil formas expresó su rechazo y jamás se rindió ante el yugo opresor, franco o embozado, ejercido por los misioneros, funcionarios, empresarios, etc. Por su parte, la población mestiza, en la medida de su gradual toma de conciencia de su situación marginal respecto al usufructo del poder, expresó su descontento  reclamando mecanismos administrativos más racionales al servicio de las mayorías. Por ello es que podemos constatar sucesivas acciones de rechazo del sistema imperante desde el siglo XIX hasta la actualidad: unas de franca esencia federalistas, otras separatistas y hoy, regionalistas, que han venido expresando la raigal actitud ANTICENTRALISTA  de la población amazónica.

En resumen, podríamos decir que, en lo político-administrativo nuestra región se ha caracterizado por:

Ø  Haberse regido por sistemas o modelos organizacionales de origen externo, incompatibles con su realidad.
Ø  Haber carecido de un adecuado proceso de aprendizaje social en cuanto a participación de la población de base en la gestión administrativa y política de sí misma.
Ø  Haber tenido como actores principales de dicha gestión a personas que, por lo general, no han representado sus intereses.
Ø  Sólo en las últimas décadas del Siglo XX ha recibido una mayor atención de parte de los Gobiernos nacionales, a partir de sus acciones de lucha exigiendo un trato adecuado a sus características.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:


  • BASADRE, Jorge; Historia de la República del Perú; “La República”, Lima,    2000.
  • DOUROJEANNI, Marc J.; Amazonía, ¿qué hacer?; CETA, Iquitos, 1990.
  • MOREY A., Humberto y Gabel Sotil G.; PANORAMA HISTÓRICO DE  LA AMAZONÍA PERUANA, una visión desde la Amazonía; Imp. Amazonas, Iquitos, 2000.
  • RIOS ZAÑARTU, Mario C.; Historia de la Amazonía Peruana, compendio; “El Matutino”, Iquitos, 1995.
  • SAN ROMÁN, Jesús; Perfiles históricos de la Amazonía Peruana; CETA, CAAAP, IIAP, Iquitos, 1994.
  • SILVA SANTISTEBAN, Fernando; Historia del Perú; Ed. Buho, Lima, 1995.
  • TIBESAR, Antonio, OFM; Comienzos de los franciscanos en el Perú; CETA, Iquitos, 1991.
  •  VILLAREJO, Avencio; Así es la Selva; CETA, Iquitos, 1988.

Fotos del autor.



viernes, 28 de octubre de 2011

EN TORNO A LA DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR


Para construir la educación que necesitamos

Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP

CONCEPTUACIÓN:

Es el proceso de construcción de un currículo alternativo, diferente, diverso, respecto al currículo  tradicional, para complementar el nuevo currículo normativo que se debe elaborar a nivel nacional. Este proceso se fundamenta en la heterogeneidad de nuestro país; es decir, en su diversidad. En el caso de nuestra región, tenemos características propias, que nos dan peculiaridad dentro de nuestro país: forestalidad, diversidad cultural, idiosincrasia propia, historia propia, etc. No se trata de desechar el Currículo Nacional, sino de elaborar un CURRICULO ALTERNATIVO pero complementario del Currículo Básico Nacional, para responder a la diversidad de escenarios dentro de nuestro país.

En su concepción más trascendente, la diversificación curricular es la condición más importante para lograr el desarrollo de nuestra región; la DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR es el trabajo que cada profesor y profesora debe realizar en su centro educativo para hacer que su labor tenga verdadero significado social ajustándola y respondiendo a las características, las potencialidades, las necesidades, los problemas y las expectativas de la comunidad (pueblo, caserío, asentamiento, sector de la ciudad, etc.) en la que trabaja, y de las cuales debe tener un profundo conocimiento. Es decir, para que la educación que desarrollen el Maestro y la Maestra sirva para mejorar la calidad de vida de dicha comunidad.

Es decir, la DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR es una tarea que tiene que nacer de lo más profundo del afecto y del conocimiento del Magisterio amazónico, y  que no la vamos a realizar correctamente de la noche a la mañana, sino que tenemos que aprender a hacerla haciéndola y en un fructífero intercambio de experiencias en un ambiente de ínter-aprendizaje entre Maestros y Maestras, plenamente convencidos de que este trabajo nos es vital para el cumplimiento de nuestras responsabilidades en  nuestra región.

Es, pues,  la diversificación curricular la condición fundamental para que se produzca la regionalización educacional como respuesta coherente a la regionalización política en marcha, para consolidarse y lograr sus propósitos.

Por esta razón es que este proceso debe ser claramente orientado para garantizar la elaboración de un CURRICULO PERTINENTE  PARA LA REGIÓN LORETO, en la medida en que se vayan concretando y enriqueciendo las características del currículo que necesitamos, propósito que sólo puede lograrse si se fundamenta en los avances científicos, tecnológicos y consensos  jurídicos supranacionales logrados hasta el momento y aprovechando y potenciando las experiencias que ha venido realizando el magisterio regional, así como captando el aporte de la comunidad en este sentido.

Es la diversificación curricular el mecanismo mediante el cual logramos la PERTINENCIA CURRICULAR.

IMPORTANCIA DE LA DIVERSIFICACIÓN
           
La importancia de la diversificación curricular radica en que sirve, precisamente, para lograr que la educación que se desarrolla en un determinado entorno sociocultural y ecológico, como lo es nuestra región,  sea coherente, responda a dicha realidad.

Más aún hoy, que nos es indispensable pensar nuestro futuro colectivamente, diseñar nuestro desarrollo para beneficio de todos los pueblos y personas que habitamos esta región, nos  encontramos con que carecemos de los conocimientos básicos, de los valores y actitudes indispensables, de las destrezas intelectuales suficientes para abordar tan trascendente tarea social.

En verdad, hemos aprendido mucho, sabemos bastante; pero, lo que hemos aprendido  y sabemos no nos es útil  para pensarnos de manera distinta, único camino para superar nuestra pobreza, nuestro subdesarrollo, los graves problemas que nos afectan socialmente, ambientalmente y culturalmente.
                       
Para lograr esta manera distinta de pensarnos nos es indispensable cambiar la actual educación y, para que ésta cambie, requerimos un NUEVO CURRÍCULO.
                       
He aquí la trascendencia que tiene la diversificación curricular.


ALCANCES DE LA DIVERSIFICACIÓN.

La verdadera y auténtica diversificación no es la que se hace sólo respecto a los contenidos curriculares sino también respecto a los objetivos; lo cual exige la elaboración de perfiles regionales diversificados, es decir que podemos incorporar contenidos propios procedentes de la realidad natural, psicológica y sociocultural de los educandos; pero, también podemos establecer objetivos propios (de nivel regional) a largo plazo que respondan a los propósitos sociales de nuestra región a partir de una propuesta ideal de personalidad (perfil) que, por cierto compatibilicen con nuestra condición nacional.

En el primer caso, esta responsabilidad recae fundamentalmente en cada Maestra y Maestro; pero, en el segundo, es labor de las autoridades regionales y niveles intermedios, quienes tienen que establecerlos, para lo cual se requiere de un Proyecto Educativo Regional, en el cual se establezcan tales finalidades, para que los centros educativos no devengan en instituciones aisladas unas de otras.

Pero, a su vez, el Proyecto Educativo Regional debe elaborarse en el marco orientador de un Proyecto Político-social de Desarrollo de nuestra región, que le permita engarzarse con otros sectores para el logro de los propósitos sociales. 

PROBLEMAS QUE ENFRENTA.
          
Sin embargo, con ser tan indispensable en nuestro país y región, el proceso de diversificación enfrenta grandes dificultades que tienen que ver con los paradigmas con los que tradicionalmente se ha enfrentado la tarea educacional en nuestro país.

Uno de ellos es el temor a la diversidad que ha incubado el ente rector de la educación: el Ministerio de Educación, el que, aún cuando ya ha sido decretada la regionalización político-administrativa como respuesta a nuestra raigal diversidad y promulgado, a través de la DINEBI la denominada Política Nacional de Lenguas y Culturas en la Educación, sigue actuando, a través de sus funcionarios, bajo la percepción de la falsa homogeneidad y ejerciendo un férreo control sobre las Regiones, a las que no deja actuar para que tomen decisiones educacionales en concordancia con sus respectivas realidades.  Hay, pues, un falso temor a la diversidad, pues ésta debería ser percibida, antes que como una amenaza, como una fortaleza por la potencialidad que ella implica.

En el documento que acabamos de mencionar claramente se expresa: “La educación será de calidad en la medida en que recoja las demandas de los diversos sectores de la sociedad y que responda a sus particularidades sociales, culturales y lingüísticas. Para que ello ocurra, se requiere de un sistema educativo descentralizado en el cual los distintos agentes educativos, organizaciones de base y padres y madres de familia se comprometan con la educación de sus hijos e hijas y tengan la posibilidad de participar en la toma de decisiones sobre la gestión escolar y el desarrollo curricular”  (Numeral 1.10)

Este falso temor a la diversidad viene teniendo una grave consecuencia en la elaboración de los Currículos nacionales: no son elaborados para ser diversificados, sino para ser tomados en su plenitud por el magisterio nacional. Su exhaustividad y detallismo evidencian este temor e impiden su adecuada diversificación.

Por otro lado, tenemos las que llamaríamos limitaciones de los maestros y maestras respecto a esta tarea: sus actitudes y su conocimiento de la realidad (en toda su complejidad y diversidad).

En cuanto a la primera limitación, debemos tener en cuenta que la formación estándar de los Maestros y Maestras amazónicas obedece a patrones centralistas (que se han expresado en la vigencia de un currículo único a nivel nacional), ha enfatizado el conocimiento de otras realidades (menos la amazónica), ha acentuado el rol meramente cumplidor de las disposiciones dadas por el Ministerio, nos ha acondicionado para que seamos sólo consumidores de conocimientos científicos y técnicos producidos o traídos desde otros países, etc. Todo ello ha moldeado en el Magisterio una actitud poco propicia para una labor diversificadora en nuestra región. A pesar de lo cual, es necesario decirlo, el magisterio ya viene haciendo esfuerzos e intentos pertinentes que le van a posibilitar un autoaprendizaje en este campo, a falta de una acción en ese sentido de las instancias administrativas regionales.

En cuanto a la segunda limitación, el conocimiento de la realidad, bien sabemos que en el proceso formativo de nuestros maestros y maestras,  nuestra realidad amazónica ha sido clamorosamente omitida; es decir, se ha dado preferencia al conocimiento de la realidad mundial y nacional en lo histórico, geográfico, económico, cultural, demográfico, político, etc.; por lo tanto, los niveles cognoscitivos acerca de nuestra realidad en toda su complejidad y riqueza, son mínimos o, en todo caso, insuficientes para incorporar nuevos contenidos procedentes de nuestro entorno amazónico en el currículo que queremos regionalizar.

A nuestro entender, estas dos carencias dificultan  el proceso de diversificación  curricular en nuestra región. Por ejemplo, es el caso evidente del conocimiento histórico de la Amazonía, sobre lo cual en la formación de nuestros Maestros y Maestras sólo se ha tomado como referente de aprendizaje lo muy poco que se consigna en el material bibliográfico convencional que circula en los ambientes académicos de nuestro país. De manera tal que hay un enorme déficit cognoscitivo en el campo de nuestra historia o, en todo caso, una visión tergiversada de nuestra historia amazónica, que se expresa en el sobre dimensionamiento del llamado “boom” o auge del caucho, como si fuera lo más importante que nos ha sucedido.

Pero, esto mismo podemos decir del campo cultural, ecológico, biológico, etc. acerca de los cuales casi no se hace referencia en el proceso formativo de ellos, haciendo que en estos momentos, los conocimientos acerca de tales campos no puedan incorporarse como contenidos curriculares, para su aprendizaje sistemático. Pero, por cierto que no estamos diciendo que no los haya, sino que aún no han llegado al dominio del magisterio. Es decir, las investigaciones científicas acerca de nuestra región garantizan ya un enorme universo cognoscitivo acerca de la realidad regional, pero que aún no ha sido procesado para fines de enseñanza en los centros educativos, con lo cual, pues, nos plantean el reto de sistematizarlas con dicho fin. Es decir que todos estos conocimientos están dispersos en los centros de generación y distribución (personas e instituciones investigadoras y biblioteca, en menor escala), lo cual exige que hagamos un trabajo de acopio, ordenamiento y procesamiento de tales productos.

Fotos del autor.

sábado, 22 de octubre de 2011

EN TORNO A LA GLOBALIZACIÓN


Un ensayo interpretativo
Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP
EL GRAN COSMOS

La TIERRA es el planeta en el cual vivimos, compartiéndolo con las demás especies y  ocupando el tercer lugar dentro de nuestro  Sistema Solar. Según los cálculos científicos, actualmente vigentes, su formación habría comenzado hace unos 5 000 millones de años, pero la vida comenzó a germinar en ella hace unos 3 500 millones. Se estima que en estos momentos existen unos 6 millones de especies distintas, de las cuales un millón corresponden al denominado reino animal, dentro del cual se ubica la especie humana, cuyo proceso de formación se habría iniciado, según últimos estimados, hace unos seis a siete millones de años, en sus formas más  primitivas (homínidos), razón por la que podemos afirmar que somos una especie apenas nacida.

Pero, nuestro planeta no es homogéneo y nos ofrece diversidad de ambientes o ecosistemas particulares (ya identificados y clasificados), que han generado, también, diversas especies vivientes, que hoy son agrupadas en cinco grandes reinos.

La nuestra, la ESPECIE HUMANA, a diferencia de las demás especies, está distribuida en todo el planeta: desde las zonas más cálidas a las más frías, desde las más húmedas a las más secas, conservando siempre sus características básicas; en cambio, las demás especies  tienen hábitats específicos con los cuales establecen relaciones determinantes de sus características, a tal punto que fuera de ellos  disminuyen grandemente sus posibilidades de supervivencia.

Sin embargo, nuestra especie no tiene estas limitaciones, pues frente a la diversidad de ambientes que nos ofrece nuestro planeta responde  creando CULTURAS diferentes, que es su manera de adaptarse creativamente al entorno particular, generando así, lo que se llama  la DIVERSIDAD CULTURAL, pero conservando su unidad como especie. Las CULTURAS son el resultado de la interacción de los GRUPOS HUMANOS  con ambientes específicos, razón por la cual son diferentes entre sí. En estos momentos se estima que existen cerca de tres mil culturas en todo nuestro planeta, con diferentes cantidades de integrantes; unas con millones y otras con apenas decenas o centenares de miembros; culturas que diferencian a un grupo humano de otro, pero teniendo el mismo valor. La CULTURA no jerarquiza ni a las personas ni a los Pueblos.

Ahora bien, cada GRUPO HUMANO está integrado por personas o individuos que comparten la base común que  les brinda la cultura de su respectivo grupo, pero que se construyen en forma peculiar, propia. Se estima que en estos momentos existen unos seis mil millones de seres humanos conformantes de los diversos grupos humanos en que se ha dividido  nuestra especie.

Con lo dicho hasta aquí, podemos afirmar sustentadamente que el proceso de diferenciación  cultural e individual de NUESTRA ESPECIE es consustancial a ella. Es una de sus vocaciones dominantes. Es esta diferenciación la respuesta que nuestra especie da a la diversidad de ambientes que conforman nuestro planeta. Pero, ratificamos, con esta diferenciación o diversificación no se pierde lo esencial de nuestra especie: al contrario, se reafirma. Pero, este proceso de diferenciación de ninguna manera implica jerarquización de la PERSONAS y los PUEBLOS, pues conservamos nuestra esencial naturaleza, demostrada con la presencia única de la carga genética (Genoma Humano), en cualquier persona, independientemente de su raza, cultura y proceso de construcción individual.

Pero, la ESPECIE HUMANA ha dado otro paso hacia su diferenciación, que se concreta con la aparición de los PAÍSES, que en estos momentos se estima que existen en una cantidad cercana a los doscientos. En la mayoría de ellos coexisten diversas naciones, como en el caso peruano, conformando un país plurinacional (por su diversidad de culturas), entre las cuales se establecen diversos tipos  de relaciones, infelizmente no siempre armónicas, como es nuestro caso. Además, internamente en cada país se generan estratos sociales, económicos, religiosos, políticos, etc. y diversas formas de diferenciación jerarquizante, que son fuentes permanentes de conflictos y enfrentamientos que afecta la calidad de vida social y, externamente, se han establecido y se vienen estableciendo relaciones sumamente irracionales, injustas, de explotación de  unos países sobre otros, que profundizan los conflictos dentro de nuestra especie; que, por lo demás, es la única que los tiene.

Este proceso de diferenciación en países ha llevado a que cada uno adquiera su propia dinámica de desenvolvimiento, haciendo que surjan diversidad de intereses, con lo cual, también, han hecho su aparición los conflictos de intereses de un país respecto a otro, lo cual ha propiciado el surgimiento de la actitud imperialista en lo político, económico, militar, ideológico, científico, etc., expresión máxima de la irracionalidad de nuestras relaciones internacionales (realmente, interpaíses). Sin embargo,  es innegable que, a pesar de este marco conflictivo de relaciones entre países, venimos tomando, cada vez con mayor claridad, conciencia de nuestra interdependencia. Es decir, que todos necesitamos de todos para el logro de nuestros propósitos sociales como sociedad, en una u otra medida y en uno u otro aspecto de nuestro complejo universo de necesidades. Se viene consolidando, de esta manera, la necesaria mutua dependencia.
La burbuja en la que hacemos nuestra vida

Es esta toma progresiva de conciencia de nuestra interdependencia, por parte de la humanidad, el marco circunstancial  dentro del que se consolida la GLOBALIZACIÓN, proceso que indudablemente se ha iniciado ante la constatación de la natural diversidad cultural de nuestra especie y la existencia de diversos intereses en el desarrollo de cada país,  que han generado innumerables experiencias traumáticas por los conflictos de tales intereses y la constatación de las irracionales relaciones entre las sociedades humanas, que deseamos superar. Pero, fundamentalmente, así lo consideramos, a partir del reconocimiento de la superioridad de los intereses de la especie humana respecto a los intereses de países, naciones, grupos, clases, empresas, etc.

De esta manera, la GLOBALIZACIÓN deviene en una respuesta racional, inteligente, que da la humanidad a su propio proceso de diferenciación consustancial a ella misma, transformándose en el mecanismo de nuestra especie para buscar el entendimiento entre Pueblos. Es, por lo tanto, un estado superior de su desarrollo, que no implica la desaparición de nuestra diversidad, sino, al contrario, el reconocimiento pleno de la vocación natural de nuestra especie hacia su  diferenciación cultural e individual.

Históricamente hablando, consideramos que la GLOBALIZACIÓN es un proceso que se encuentra en uno de los estadíos de su desarrollo, proceso que comenzó, evidentemente, hace ya mucho tiempo, pero del cual hace poco nos hemos dado cuenta. Sin embargo, nos es evidente también, que existe un claro propósito de los países y sociedades hegemónicas para tergiversarlo y manipularlo a favor de sus intereses, particulares y subalternos,  de dominio mundial: económico, político, militar, ideológico, financiero, etc.
A nuestro entender, el proceso de GLOBALIZACIÓN, actualmente en curso, implica, por un lado, un profundo cuestionamiento a nuestra actual manera de  interrelacionarnos entre países y naciones; es decir, cuestiona  nuestra actual manera de actuar como humanos; cuestiona la irracionalidad de  nuestras relaciones, etc., pero, por otro, entraña un profundo optimismo respecto a nosotros mismos, pues implica que se reconoce la existencia  de una gran potencialidad de ser mejores humanos aún no desarrollada plenamente por nuestra especie y que podríamos poner a caminar con la GLOBALIZACIÓN.

Reafirmaríamos, finalmente, que la  GLOBALIZACIÓN es un proceso en plena construcción por nosotros los seres humanos, que significa un avance cualitativo hacia la concertación para lograr, en forma conjunta, mejores niveles de calidad de vida humana: para que la humanidad se haga más humana. Por lo tanto, es un desafío para construirla en beneficio de toda la humanidad, no sólo de los países dominantes, para lo cual debemos superar el carácter economicista que se le quiere dar interesadamente, con lo cual se lo tergiversa totalmente, pues ello nos llevaría a una homogeneización cultural, contraria a la vocación de la humanidad, que es su diversificación.

En el marco de este proceso, tenemos que asumir responsabilidades individuales y sociales, tales como la de contribuir a consolidar su significado de mecanismo al servicio de toda la humanidad, pues está en pleno proceso de concreción (no es algo ya acabado); concebirla como debe ser: un instrumento para la búsqueda de la equidad entre las  sociedades humanas. No permitir que se transforme en un arma imperialista en manos de los países hoy poderosos,   para imponernos condiciones a través  de sus instituciones, empresas transnacionales y fuerzas armadas, con lo cual estaremos luchando para superar la irracionalidad delas actuales relaciones entre países, naciones y culturas. No permitir que se la utilice para destruir nuestras respectivas culturas, pues ella debe estar al servicio del ser humano, los pueblos y las culturas.

Nota: Fotos bajadas de INTERNET

martes, 18 de octubre de 2011

LIBRO DE LECTURA: "OMAGUA, CANTO AL REINO DE LAS AGUAS Y LOS ÁRBOLES"


Un aporte para la diversificación curricular en la Amazonía

Carátula del libro
Prof. Gabel Daniel Sotil García
                       
Contexto explicativo de la obra

Veinte  años atrás publicamos nuestra primera obra formal titulada “ESCUELA ÁRBOL, una propuesta de educación para la selva”, que fuera galardonada por la Derrama Magisterial con el Premio “Horacio”, del 1991.

Entre otros cuestionamientos que hacíamos en dicha obra afirmábamos que la educación que veníamos desarrollando en nuestra región, en realidad no tenía ninguna relación con sus necesidades, sus características y sus propósitos sociales. Era tal la desarticulación entre una y otra que calificábamos a la escuela, sin mucho exagerar,  como una piedra preciosa que servía sólo de adorno  a las comunidades y no para fines prácticos, razón por la cual la adjetivamos como una “escuela esmeralda”.

Proponíamos, en consecuencia, su remplazo por una escuela enraizada en el entorno ecológico y sociocultural y diseñada para propósitos tan prácticos como el servir para el desarrollo humano y sostenible de cada comunidad. Y por ello la denominamos  escuela árbol

Desde entonces, hemos venido profundizando nuestras reflexiones, tratando de dar vida a esa escuela árbol, más aún ante las contundentes constataciones de los bajísimos niveles de calidad que venimos logrando con la actual educación, niveles que nos colocan entre las regiones con menores logros de aprendizaje en nuestro país, de acuerdo con los informes del propio Ministerio de Educación; bajos niveles que, dicho sea de paso, no son de exclusiva responsabilidad del magisterio regional.

Es decir, el poco dinero que destinamos para la educación en nuestra región, lo estamos utilizando infructuosamente, con muy poco provecho social, pues se revierte en destrucción de nuestras riquezas materiales y espirituales, como son el medio ambiente, la diversidad cultural y lingüística, nuestra identidad, nuestras posibilidades de desarrollo, etc.

Por nuestro compromiso moral, hemos pasado los últimos años dedicados a escribir análisis y reflexiones sobre la educación, tratando de motivar al magisterio regional, a los funcionarios de educación y a las instituciones concernidas con el campo de la educación.

Allí están las obras, pero, seguimos teniendo reportes cada vez más preocupantes. Los niveles de razonamiento y de comprensión lectora así como la vivencia de valores de nuestros educandos muestran mayores deficiencias. Y, si el Ministerio de Educación evaluara los niveles de información acerca de nuestra realidad regional, con toda seguridad que estos déficits serían mayores, pues si hay algo más ausente en la educación regional, eso es la realidad regional, nuestra realidad amazónica.

Con esta ausencia privamos a las futuras generaciones del instrumento fundamental para tomar decisiones adecuadas a una actuación social racional frente a nuestras riquezas, razón por la cual venimos destruyéndolas trágica e indeteniblemente, pues, como muy bien sabemos, la calidad de nuestras decisiones depende de la calidad de información de que dispongamos activadas en el marco de un apropiado universo axiológico de servicio a la sociedad.

Pero, no sólo ello.

Es toda la educación nacional la que carece de la presencia de la Amazonía. Dentro de dicha educación, nuestra región no merece mayor atención, como si se dijera a la niñez y juventud peruanas que en la Amazonía no hay nada que valga la pena conocer,  no hay nada que tenga potencialidad formativa para ellos: no hay una historia, no hay una geografía, no hay pueblos que deban ser estudiados y comprendidos, no hay sapiencia social que conocer y compartir, etc.

Esto quiere decir que lo más ausente en todo el panorama de relaciones  entre el país y esta región es la necesidad de conocerla y de promover su conocimiento certero, real, más allá de perjudiciales fantasías, que no hacen sino tergiversar nuestra realidad, y, por ende, generar incorrectas decisiones, cuyas nefastas consecuencias las sufrimos todos.

Esta ausencia de la Amazonía en la educación nacional es tan grave, que bien podemos afirmar que en estos momentos la Amazonía es la gran desconocida en nuestro país, desconocimiento que lo compensamos atribuyéndole características y condiciones irreales, tanto que los peruanos hemos hecho de la selva el depósito de nuestras fantasías, de nuestros sueños irrealizados, de nuestros deseos de aventuras, de nuestros impulsos frustrados, etc. Es posible que, como país, necesitemos un sueño colectivo y le hayamos dado a la selva este significado, como lo fueran en su oportunidad “el dorado” o “el país de la canela” que, como lo sabemos, no tuvieron efectos beneficiosos para nuestra región.

Como consecuencia de ello hay en el imaginario nacional una falsa imagen de Amazonía en la mente de los peruanos, con componente mórbido incluido.

Esta omisión por cierto que tiene como consecuencia que nuestra región siga siendo vista a través de viejos y obsoletos filtros ideológicos, que han condicionado que nuestra región sea destinataria de graves falsedades y tergiversaciones, tales como que nuestros recursos son inacabables, que somos una despensa para el Perú, que nuestra región se desarrollará sólo si exportamos nuestras materias primas, que en ella se hace dinero rápida y fácilmente, que tenemos un suelo prodigiosamente fértil, que  la selva es un infierno verde y que en ella sólo viven los chunchos, que es una inmensidad despoblada y sin dueños,  etc.

Falsedades que sólo expresan la gran ignorancia que tenemos los peruanos acerca de la más extensa  región de nuestro país y la de mayores posibilidades, pues sus recursos son renovables.

Por esta ignorancia o falso conocimiento  es que las más grandes depredaciones de que es objeto el bosque amazónico no provienen de los pueblos originarios o indígenas, pues éstos tienen un milenario respeto y conocimiento acerca del mismo, sino de quienes se acercan a él con fines mercantilistas, víctimas de aquellas falsedades, pues en el imaginario social vigente nuestros recursos naturales sólo tienen valor mercantil, es decir, para extraerlos y venderlos; nuestro bosque sólo sirve cuando se lo transforma en campo de cultivo y para extensos pastizales.

Realidad trágica ésta que ha llevado al Dr. Antonio Brack Egg, insigne ecologista peruano, ex - ministro del ambiente, a decir que la mayor estupidez que estamos haciendo los peruanos es talar nuestra riqueza forestal  para realizar actividades agropecuarias y ganaderas, queriendo con ello trastocar la natural vocación de nuestro bosque que es la de seguir siendo bosque.

Hoy vemos, con mucho dolor, cómo se deforestan extensas superficies de bosque para extender la frontera agrícola y ganadera, que sólo brindarán frutos pocos, muy pocos años, luego de los cuales serán abandonadas por la irrecuperable pérdida de su fertilidad, pasando a engrosar los suelos en proceso de desertificación, que ya sobrepasan los ocho millones de hectáreas. Con ello no sólo perdemos árboles, sino suelos, biodiversidad, agua, evaporación, regularidad climática, belleza paisajística, atractivos turísticos y cuanto servicio forestal nos puede brindar el bosque, servicios a los que en la actual educación no les brindamos ninguna importancia.

La obra: su significado

Es la constatación de  esta ausencia de Amazonía en la educación tanto nacional como regional, con sus gravísimas consecuencias en el comportamiento social e individual,  la que nos ha llevado a cambiar de estrategia de acción en nuestra producción intelectual, pues nos  hemos convencido de que, en donde debemos actuar con mayores esperanzas de logros positivos, es en la conciencia de los niños y jóvenes de nuestro sistema educativo, en quienes radican  las esperanzas de construir una Amazonía emporio de diversidad cultural y biológica, en el marco doctrinal del desarrollo sostenible, propósito de la humanidad desde que en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, se acordara la Agenda 21, a la que aún no le hemos dado mayor importancia como política de estado ni como política de gobierno en nuestro país.

Es a nuestros estudiantes a quienes debemos enseñarles a conocer nuestra realidad, enseñarles a amarla y enseñarles a comprometerse con su preservación. Sus mayores posibilidades de sensibilizarse y de comprometerse en la lucha por ideales de la mayor trascendencia para nuestra región es lo que nos ha llevado a elaborar este libro.

En un arduo pero placentero trabajo de cinco años hemos recopilado información observando tanto nuestra compleja y hermosa  realidad como leyendo las obras de insignes ecologistas entre los que podemos mencionar, con orgullo y mucho respeto, a la Dra. Bárbara d´Achille, trágicamente desaparecida tiempo atrás, al P. Avencio Villarejo, también ya desaparecido, al Dr. Antonio Brack Egg, al Dr. Marc Dourojeani, al biólogo José Álvarez Alonso y muchos otros, cuya sapiencia me motivara para que yo también mirara hacia el bosque, descubriera su trascendencia y me comprometiera con su defensa.
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Procesada dicha información, la hemos  convertido en el libro de lectura que es hoy, como producto final destinado a las aulas de las instituciones educativas, en donde, esperamos que tenga un uso lo más creativo posible por parte de los y las profesoras, para que se transforme en un instrumento de conocimiento inicial de nuestra realidad ecológica e inductor de actitudes positivas de las nuevas generaciones respecto a nuestro ambiente.

Y con ello, de seguro que la comprensión lectora, que tanta preocupación nos viene causando, ha de mejorar ostensiblemente; pues, ¿qué niño y niña no comprende cuando se le habla con las palabras que hacen referencias a objetos que conoce, de las cosas, animales y plantas que son propias de su comunidad, de situaciones que enfrenta cotidianamente? No es que nuestros niños sean deficientes mentalmente, sino que los obligamos a leer acerca de realidades totalmente extrañas o con muy poca significatividad psíquica, para las que no están motivados apropiadamente.

Teniendo en nuestra propia, hermosa y compleja realidad todo un universo de hechos, situaciones, fenómenos que deben conocer inicialmente para comenzar placenteramente su acercamiento a los dominios de la lectura, a nuestros niños los obligamos a incorporar a sus mentes todo un mundo simbólico foráneo, que bien podría ser asumido en momentos posteriores de su proceso formativo, como lo propone el constructivismo sociopedagógico, para evitar la simple y burda memorización.

Pues es una ley psicopedagógica que cuando se lee sin comprender, simplemente se memoriza.

En consecuencia, para la superación de estas deficiencias del sistema, será necesario que las autoridades regionales tomen las medidas adecuadas, para que en el nivel interno se enfatice y priorice el estudio de nuestra región y en el externo  exigir al Ministerio de Educación que, en el currículo nacional, la selva merezca un sitial relevante, pues, con toda seguridad, a las instituciones educativas de las demás regiones no llegan mensajes de la realidad amazónica, con lo cual se fortalece y profundiza el más grande vacío de los peruanos respecto a la realidad nacional, pues hemos construido y estamos construyendo un Perú sin la verdadera Amazonía. Lo cual constituye un imperdonable engaño nacional, frente a lo cual no debemos quedarnos indiferentes.

Silenciarnos ante dicho Ministerio por esta omisión no es sino traicionar nuestros compromisos para con nuestra Amazonía, pues esta ausencia  es la más grande agresión a nuestra región.

Más aún cuando hoy sabemos que las agresiones que le inferimos tienen un efecto desencadenante de muy graves consecuencias en el sistema climático de nuestro planeta, contribuyendo a ese fenómeno global llamado cambio climático que, si no lo afrontamos con estrategias apropiadas, va a causarnos gravísimos problemas; estrategias entre las que se encuentra, ineludiblemente, una adecuada y pertinente educación.

Al magisterio regional  le solicito, además de la aplicación rigurosa y creativa, como libro de lectura y como libro de consulta, el compromiso de profundizar cada vez más el conocimiento de nuestra realidad y fortalecer las motivaciones indispensables para que nuestros niños aprendan a conocer,  amar y preservar a nuestro bosque.
  
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La obra: sus características

Como bien sabemos, hasta  el presente, a las instituciones educativas de nuestra región sólo llegan textos y libros de lectura elaborados por autores fundamentalmente de la costa  o por el Ministerio de Educación, cuyos contenidos, por cierto no posibilitan un conocimiento adecuado de nuestra realidad, pues no la toman como referencia, ni permiten establecer adecuadas relaciones con el entorno amazónico.

Por esta razón es que hemos sentido la necesidad de elaborar esta obra, pretendiendo coadyuvar al proceso de creación del material que necesitamos para reorientar la formación de nuestros alumnos en dichas instituciones regionales.

El  contenido de “OMAGUA, canto al reino de las aguas y los árboles” describe con sencillez expresiva, corrección lingüística, belleza literaria (es nuestra pretensión) y  veracidad científica, el discurrir del proceso de la dinámica ecológica  en el lapso de un año, en nuestra región  Loreto, descripción que nos permite inducir mensajes cognoscitivos, axiológicos y actitudinales, cuyo aprendizaje por parte de nuestros educandos debemos promover a través de los contenidos curriculares de la educación formal en nuestras instituciones educativas.

Es decir, porta un mensaje científico en formato literario, para hacer más ameno el aprendizaje de los alumnos. Cabe mencionar que la veracidad científica del contenido ha sido verificada, en su oportunidad, por profesionales de gran prestigio en nuestra región, tales como los biólogos José Álvarez Alonso, Gonzalo Tello, Pekka Soini (ya fallecido),  Mg. Luis Sinacay Bardales, etc.

Este libro está concebido para ser utilizado como LIBRO DE LECTURA en las  instituciones educativas de Primaria (4º y 5º grados) y Secundaria (todos los grados), tanto urbanos  como rurales; además de ser un libro de interés general, por su contenido. Es decir, puede funcionar como material de apoyo para el desarrollo de diversas asignaturas, por la diversidad de información bio-ecológica y sociocultural que porta.

Su cuerpo central está conformado por doce narraciones (descripciones)   de los sucesos ecológicos y biológicos que se dan en el transcurso de un año, en el decurso de la vaciante y la creciente. Incluye, también, un glosario o vocabulario especial para que pueda ser entendido incluso fuera de nuestra región. Se adiciona una extensa bibliografía utilizada como consulta para reforzar las observaciones del autor en cada uno de los temas.

A todo ello deben agregarse las respectivas fotografías para hacerlo más objetivo y atractivo.

El contenido central y explícito del libro, tanto literal como fotográficamente, está referido, esencialmente, al aspecto ecológico de nuestra región, haciendo resaltar su:

§  Riqueza de ambientes o ecosistemas particulares,
§  Relaciones entre el ser humano y su entorno,
§  Riqueza frutícola, piscícola, ornitológica, etc.
§  Diversidad de actividades comunales
§  Sucesión de eventos ecológicos,
§  Riqueza paisajística
§  etc.

 Ahora bien, siendo verdad que el referente cognoscitivo del libro “OMAGUA, canto al reino de las aguas y los árboles” es la realidad ecológica de la denominada Selva Baja, sin embargo, en el desarrollo de dicho contenido se enfatiza la inducción de valores, tales como:

§  la valoración del entorno ecológico,
§  el uso racional de nuestros recursos,
§  la actitud conservacionista frente a nuestras riquezas,
§  el respeto a la diversidad cultural,
§  el compromiso individual y colectivo frente a nuestro desarrollo regional.

Esperamos que este libro contribuya a un mejor conocimiento de nuestra hermosa región y a una mejor formación de nuestras futuras generaciones.
Pero, para que todo lo dicho se haga realidad en cuanto a beneficios del libro, se requiere que llegue a las aulas de las instituciones educativas. ¿Será posible que las autoridades educativas regionales asuman esta responsabilidad? 

"OMAGUA, CANTO AL REINO DE LAS AGUAS Y LOS ÁRBOLES"
ISBN: 978-9972-33-541-9