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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

domingo, 29 de septiembre de 2013

CREACIÓN DE UN CENTRO DE PRODUCCIÓN DE PROPUESTAS EDUCACIONALES

Prof. Gabel Daniel Sotil García
Estimular el procesamiento de las experiencias
de cada docente es fundamental para
la elaboración de propuestas. 

 Mientras el Ministerio de Educación (MINEDU) no reciba propuestas de proyectos educacionales elaborados para responder a nuestra realidad amazónica, no nos quedará sino que acatar o cumplir sus decisiones. Si desde Loreto, que bien sabemos tiene una realidad particular dentro de nuestro país, no hacemos llegar con la debida fundamentación, propuestas pensadas desde dicha particularidad, nos va a ser imposible contribuir con la mejora de la calidad en función a nuestras características y necesidades, teniendo que atenernos a las respuestas que elabore el ministerio desde su particular punto de vista, como lo viene haciendo hasta ahora.  

El MINEDU acaba de informar que habrá un incremento presupuestario para el ejercicio fiscal 2014. Que dichos fondos serán destinados a “entrega de materiales educativos, programas de especialización docente y evaluación a los profesores” (www.educaciónenred.com, 10-09-13).

La elaboración de proyectos educativos regionales exige
el conocimiento integral del niño amazónico. 
Es decir, ya estableció las prioridades en la dinámica educativa nacional, incluyendo, por cierto, a nuestra región; en consecuencia, el próximo año seguiremos recibiendo el material educativo diseñado y elaborado por especialistas y empresas que designe. Sin embargo, conociendo el tipo de material que remite a las regiones, no esperamos mayores cambios en cuanto a las impertinencias del mismo. Las bibliotecas de las instituciones educativas de nuestra ciudad están pletóricas de libros y material informativo con muy poca funcionalidad con los objetivos educacionales que establecen los docentes en cada una de ellas.

¿No sería mejor que la Dirección Regional de Educación de Loreto –DREL, llamara a concurso para conocer propuestas elaboradas por los mismos profesores en los distintos niveles educativos? Así, a la vez que se incentiva la creatividad de los docentes de nuestra región, consolidamos el proceso de regionalización curricular. De otro modo, nunca podremos romper la dependencia pedagógica de la que somos víctimas.

Para el logro de este propósito, se requiere de un cambio de actitud respecto a la conducción de la educación regional. Cambio que podría expresarse en la creación de un CENTRO DE PROPUESTAS EDUCACIONALES, dependiente de la misma DREL, cuya misión sería incentivar, recopilar, procesar y elaborar propuestas educacionales en los diversos aspectos que comprende el accionar educativo en nuestra región. Sería una dependencia con autonomía para trabajar propuestas enriquecedoras de la dinámica pedagógica amazónica.
Tenemos que hacer esfuerzos para interpretar la realidad
sociocultural y psicológica que nos caracteriza como región.

Comprendo que esta idea no será del agrado del MINEDU, pues por “tradición” centralista, esta prerrogativa ha sido suya en forma excluyente; pero, viendo los resultados en nuestra educación regional (hoy que tanto se habla de proyecto por resultados), tenemos que reclamar el derecho que nos asiste de elaborar nuestro propio material educativo y aprender a administrar nuestra propia educación.

Con la creación de este CENTRO, a cargo de profesionales de la educación de la más alta calificación, ajenos a las manipulaciones políticas y con un alto sentido de responsabilidad con la calidad educativa, empezaríamos a concretar el camino de nuestra autonomía decisional en este campo, por cierto que con la necesaria coordinación con el ente rector nacional que, hasta el momento, no demuestra un real interés en la diversificación curricular y la incentivación de la creación de respuestas educacionales pertinentes a nuestra heterogeneidad nacional.

En lo referente a la especialización docente, a la que destinará parte de los fondos de incremento presupuestario del próximo año, sería bueno que la DREL elabore un diagnóstico de necesidades en función a nuestras prioridades regionales, no las que el ministerio decida, pues ya demostró con programas como PRONAFCAP que la homogeneización en acciones de capacitación, no es la mejor respuesta que podemos dar. En el caso de nuestra región considero necesario profundizar el conocimiento del magisterio en la realidad regional en sus aspectos histórico y actual en toda su riqueza, con miras a sentar bases para una urgente diversificación. Igualmente es de la mayor urgencia la especialización  en el campo de la educación rural, de frontera e intercultural.
El auto e interaprendizaje de los docentes es requisito
para la elaboraciòn de proyectos educativos con pertinencia
educacional.

La educación en proyectos productivos que posibilite el pleno uso de nuestros recursos edáficos, acuícolas, agroforestales, etc., es de la mayor urgencia para revertir el extractivismo mercantilista, depredador de nuestros recursos. Así le daríamos a la educación el verdadero significado de instrumento para nuestro desarrollo regional.

En fin, lo expuesto no tiene sino la sana intención de superar aquel dicho: “Si siempre hacemos lo mismo y de la misma forma, obtendremos los mismos resultados”. (*)

(*) Art. publicado en KANATARI, 29-09-13, www.ceta.org.pe/kanatari



CUMBRE REGIONAL POR LA DEFENSA DE LA AMAZONÍA

DECLARACIÓN DE IQUITOS

Los que suscribimos la presente declaración:
Integrantes de organizaciones sociales, comunidades, pueblos indígenas, estudiantes, vecinos de barrios populares, profesionales, representantes de gobiernos locales, congresista de la república, en nuestra condición de ciudadanos y ciudadanas peruanos, reunidos en la ciudad de Iquitos, Loreto;
Al culminar este evento, y luego de una reflexión intensa, problematizadora  y propositiva respecto de los desafíos profundos de la defensa y la afirmación de la vida en la Amazonía;
Queremos compartir nuestro diálogo con el conjunto de pueblos, comunidades e instituciones públicas del país y del mundo, en los términos siguientes:
MOTIVADOS y animados por la pasión y convicción de afirmar la Mega Biodiversidad de la Amazonía y preservarla como riqueza, invalorable desde un punto de vista economicista y mercantil, para nuestros pueblos y la humanidad entera.
PREOCUPADOS e INDIGNADOS por la persistencia y extensión de actividades que producen graves impactos negativos sobre la naturaleza y los pueblos. Actividades tales como la proliferación descontrolada e invasiva de la industria petrolera, los megaproyectos hidroeléctricos, los monocultivos como la palma aceitera, etc. Todos ellos contaminando y usando de modo excluyente y privatizador: el aire, la tierra, el agua, los bosques, etc.
MÁS INDIGNADOS AUN:
Cuando estas actividades se pretenden legitimar mediante normas y procedimientos altamente cuestionables, como los Estudios de Impacto Ambiental incompletos, parcializados y poco transparentes. 
Cuando comprobamos que la institucionalidad estatal que debiera garantizar los derechos de las personas y comunidades opera negligente y/o dolosamente amparados en sistemas deliberadamente débiles y faltos de recursos.
Cuando observamos que los promotores del modelo actual extractivista y primario exportador como las grandes empresas petroleras y minera, ejercen inaceptables prácticas de apropiación de espacios públicos y territorios de pueblos indígenas y originarios, presión y divisionismo de las organizaciones sociales, etc.
Cuando apreciamos que sectores crecientes de comunidades y poblaciones sufren enfermedades provocadas por la presencia de las industrias extractivas. Peor aún, cuando todo esto ocurre bajo decisiones tomadas por funcionarios del Estado, políticos y gobernantes que desprecian la participación de las poblaciones y sus derechos a tomar decisiones sobre medidas que afectan sus vidas. El ejercicio de la consulta previa y otros derechos de los pueblos y comunidades constituyen un desafío y una lucha frente a autoridades y poderes facticos que la obstruyen.
SOMOS CONSCIENTES que salvar la Amazonía nos exige superar el actual modelo de desarrollo entendido solo como crecimiento económico dependiente del extractivismo. Superarlo por considerarlo incompatible con la afirmación de la vida. Es inaceptable que el 45% del territorio nacional esté concesionado para actividades extractivas y el 50% del territorio de las comunidades de Loreto se encuentre en esta misma condición. Las promesas del desarrollo “economicista” y “extractivista”  de más de 40 años de actividad petrolera en la Amazonía contrastan con la situación de contaminación grave ambiental y el sufrimiento que la imposición del modelo genera en peruanos y peruanos asesinados, criminalizados y perseguidos por defender su derecho a vivir según sus sueños y proyectos de vida autónomos.
CONSCIENTES y COMPROMETIDOS con la importancia de unir fuerzas entre la diversidad de sectores y sujetos de las ciudades, del campo y de los pueblos indígenas para construir formas de vida alternativas amigables con nuestra madre tierra, profundamente interculturales y participativas, desplegando nuestra creatividad y recuperando los saberes y conocimientos de nuestros pueblos.  
DECLARAMOS NUESTRA VOLUNTAD de luchar e impulsar procesos y esfuerzos que permitan recuperar nuestro derecho al buen vivir y ser sujetos de derechos. Entre estos procesos fundamentales se encuentran:
a) Impulsar y enriquecer las experiencias y formas de vida alternativas al extractivismo en las ciudades y en las comunidades. Las formas de vida comunitaria, las actividades basadas en el respeto de la biodiversidad como eje del buen vivir, las prácticas culturales e interculturales autónomas de la mercantilización y de la dictadura de los ciclos compulsivos de consumir y producir propios del modelo hegemónico actual.   
b) Reforzar las capacidades y la autonomía de pueblos y comunidades para defender su territorio. Las experiencias de monitoreo ambiental independiente son fundamentales. Su reconocimiento e institucionalización sin perder su autonomía se convierte en una tarea principal.
c) Apoyar los esfuerzos para impulsar procesos de Ordenamiento Territorial participativo de modo tal que queden claramente establecidos con aprobación de las comunidades, los usos posibles y limitaciones para las actividades económicas y productivas.
d) Afirmar las experiencias de reivindicación del territorio integral. Reconocimiento del territorio de las comunidades.
e) Ejercicio del derecho a la consulta previa libre e informada con las garantías necesarias para su realización evitando toda clase de manipulación y remediando pasivos dejados por las empresas extractivas incluidas las del estado peruano. Esto incluye la participación en las comisiones de concesiones ofrecidas por el Estado a las industrias extractivas, y los comités de vigilancia. Asegurando la participación de representantes de la región Loreto.  
f) Exigir  la exclusión de la cuenca del Nanay y de las cabeceras  de cuencas de Loreto de cualquier proceso extractivo que pueda vulnerar la calidad de sus aguas y medio ambiente. Cabeceras de cuencas de Loreto libres del extractivismo. Por eso decimos: ¡Paremos ya la destrucción de la amazonia! 
g) Garantías para todos los peruanos y peruanos a ejercer su legítimo derecho a la defensa de y autodeterminación. Respeto a las libertades ciudadanas de opinión, de organización autónoma y de movilización pacífica y democrática. Fin de la política de criminalización de la justa protesta social.
h) Impulsar procesos de sensibilización, comunicación y educación social y ambiental para compartir nuestro mensaje a los más amplios sectores del país.
Este es momento de la mayor unidad de nuestros pueblos. Estamos aquí para comprometernos para afirmar la vida. Este evento es un hito. Retomamos un camino y vamos juntos. Unidad amplia y fraterna desde las bases de las organizaciones y movimientos sociales. Transformando estilos de participación social y política. Viviendo en cada organización y cada pueblo lo que planteamos para la región y el Perú.
Otra amazonía es posible, otro Perú es posible, otro mundo es posible.
Iquitos 25 de Septiembre del 2013

 MANIFESTACIONES DE LA TRAGEDIA DESTRUCTIVA DE LA QUE ES OBJETO NUESTRA AMAZONÍA


Deforestación para cultivo de palma aceitera en
Shanusi

Deforestaciòn en Tamshiyacu, Iquitos.

Destrozo ambiental para extracción de oro, Madre de Dios.

Contaminación de ríos y cochas por desechos urbanos.

jueves, 26 de septiembre de 2013

UNAP: NECESIDAD DE PRONUNCIARNOS

 Gabel Daniel Sotil García

Frontis del antiguo local de la UNAP, plaza "Serafín Filomeno",
Iquitos.

Una de las premisas que fundamentan la existencia de nuestra universidad es su necesario involucramiento, no adhesivo sino comprometido, en la dinámica de su entorno, en este caso, nuestra Amazonía, pues, si hay una institución, entre otras, con mayores compromisos con los intereses regionales, somos nosotros, la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, pues contamos en nuestro seno, con profesionales de las más altas calificaciones y, por ende, con idoneidad, para conocer y sentir en lo más profundo de su ser, las gravísimas agresiones de las que viene siendo objeto nuestra región por parte de una diversa gama de agentes que han asumido a la Amazonía como botín para satisfacer sus intereses, sin importarles sus consecuencias destructivas.  

Si bien es verdad que por políticas estatales e iniciativas particulares, unas individuales, otras institucionales, nuestra región siempre sufrió el embate depredante de muy diversos agentes, para aprovecharse a cualquier costo de sus riquezas físicogeográficas, ecobiològicas, socioculturales y espirituales, en los actuales momentos de exacerbación de estas acciones se hace incomprensible que una institución que representa el súmmum  intelectual en cuanto a conocimiento y lucidez de sus miembros, permanezca en silencio, indiferente y distante de la tragedia que vienen viviendo los pueblos que han hecho de nuestro maravilloso bosque su tradicional referente de vida individual y social, de la manera más integral que pudiera concebirse.

¿Cuándo esperamos pronunciarnos como corresponde a nuestros deberes y responsabilidades sociales? ¿Cuando ya no haya bosque que talar, cuando el mercurio haya contaminado todos nuestros ríos, cuando las petroleras hayan envenenado ríos y cochas, cuando los buscadores de oro hayan dragado todos los lechos de ríos y quebradas, cuando la siembra de cocales haya devastado nuestra floresta, cuando los sembríos de palma aceitera hayan transformado en desierto nuestro llano amazónico, cuando hayamos alterado todos los hábitats de la prodigiosa biodiversidad que poseemos, cuando a todos los pueblos indígenas se les haya arrebatado sus tierras, cuando nuestros ríos estén colmatados por la erosión, cuando los pueblos indígenas hayan sufrido el total arrebato de sus territorios?

¿No contamos, acaso, con profesionales con idoneidad analítica e interpretativa de nuestra realidad para que nos ilustren de la gravedad de la situación? ¿Esperamos, acaso, pronunciarnos cuando ya no haya remedio para nada?

¿Qué dicen nuestros profesionales biólogos, agrónomos, forestales, abogados, enfermeros, médicos, químicos, docentes, etc.,  sin y con maestría y doctorado? ¿O es que nos hemos insensibilizado ante la tragedia regional? La búsqueda de nuestra acreditación académica no puede ser ajena al logro previo de nuestra acreditación social. Si la colectividad a quien pretendemos servir no se siente interpretada en sus problemas por la universidad cuyo funcionamiento logró con luchas generacionales, careceremos del sustento moral y fáctico para pretender actuar en nombre de ella.
Ámbito de  acción de la UNAP.

Somos nosotros, por nuestras propias características, quienes estamos obligados moralmente a generar corrientes de opinión, actitudes, valores a partir de las expresiones de un pensamiento crítico y colectivo nacido en nuestra interioridad institucional. Si queremos trascender significativamente nuestro rol meramente académico, tenemos la obligación de crear condiciones estimulantes para generar una ciudadanía activa, participante desde  un pensamiento comprometido con nuestros supremos intereses regionales. Tenemos que superar nuestro autismo institucional y dirigir nuestra atención a nuestro entorno. Centrarnos, excluyentemente, en nuestra interioridad institucional no hace sino consolidar una inconcebible actitud solipsista en el marco de una tragedia regional en indetenible y trágico proceso de agravamiento. Teniendo posibilidades de hacer oír nuestra voz de protesta fundamentada, en cuanto foro o circunstancia sea posible, estamos optando por un ominoso y doloroso silencio.

¿No es acaso una responsabilidad social que tenemos todos los profesionales que trabajamos en la UNAP el asumir una posición en defensa de nuestra región? Expresar nuestra protesta institucional, es lo mínimo que podemos hacer, pues nuestro silencio expresa aceptación, complicidad, con los agentes destructores, salvo, lo que sería inconcebible, que no nos hayamos dado cuenta de la gravedad de la situación.

Y este silencio también implica a los estudiantes, quienes, se supone, se están formando para luchar por los intereses de nuestra AMAZONÍA, más allá de lograr su profesionalidad. Y a los trabajadores administrativos pues también son usufructuarios de los bienes y servicios que nos brinda.

Frente a este mutismo multilingüe y multilaboral la colectividad amazónica debe estar preguntándose, ¿entonces, para qué tenemos un centro de estudios superiores? ¿Para qué formamos profesionales?

Urge, pues, que nuestra UNIVERSIDAD exprese y fije su posición jurídica, moral, científica, principista, etc. frente a estos atropellos, oficiales y particulares, que hacen de nosotros, pueblos y personas, simples cosas sin ningún valor frente a las veleidades de quienes tienen los poderes económico y político.


Hagamos respetar nuestra dignidad, que nunca hemos perdido, y hagamos sentir nuestra protesta frente a cada atropello que se infiera a nuestra región amazónica. El silencio ominoso nos descalifica moralmente

jueves, 12 de septiembre de 2013

EN TORNO AL FESTIVAL DEL BOSQUE (2)

Prof. Gabel Daniel Sotil García

El FESTIVAL DEL BOSQUE en nuestra región
expresa el compromiso del magisterio con la creación de
una nueva educación.
De acuerdo a los paradigmas tradicionales, en nuestra región (como en todo el país) en el mes de septiembre se celebraba la llegada de la PRIMAVERA,  estación climática que, en teoría para nosotros, representa el reinicio del ciclo vital de la naturaleza, manifestado en el reflorecimiento (rejuvenecimiento) de las plantas, el alegre cantar de las aves silvestres, la sensación de una nueva vitalidad en el ambiente, etc. Es la expresión de la JUVENTUD, como época de las mayores ganas de vivir la vida. En los centros educativos, todos ellos poblados por niños y jóvenes, a la supuesta llegada de esta estación se le dedicaba especiales actividades, entre las que invariablemente se elegía a la niña o señorita REINA DE LA PRIMAVERA, que presidía todo un programa celebratorio que copaba hasta una semana de festejos en homenaje a dicha estación climática.

Niños aprendiendo a celebrar la hermosa
naturaleza en la que vivimos. 
Pero, en la medida en que los conocimientos científicos acerca de nuestra región se han hecho más extensos y profundos, los maestros y maestras, sobre todo, nos hemos dado cuenta de que en ella no existen las notables diferencias climáticas entre una y otra estación que se dan en otros lugares de nuestro planeta ubicados en determinadas latitudes, dado que las variaciones de la condiciones ambientales son mínimas, distinguiéndose solamente las épocas de vaciante y de creciente, según que disminuya o aumente la frecuencia de las lluvias, de acuerdo a las leyes que gobiernan la dinámica de los fenómenos meteorológicos y, con ello, el incremento o reducción leve del promedio de temperatura. Por lo tanto, se nos ha hecho evidente que la PRIMAVERA es una estación plenamente incompatible con nuestras condiciones climáticas, que a estas alturas de los avances científicos ya no pueden ser ignoradas, por lo que celebrar su presencia constituye un total engaño a nuestros educandos.

A ello se agrega que las nuevas corrientes tanto pedagógicas como ambientalistas, vienen exigiendo de los Maestros y Maestras una mayor atención al entorno inmediato del niño, para que la acción formativa sea cada vez más coherente con las características y condiciones de los componentes de su escenario existencial: lo ecológico y lo sociocultural; lo cual, sin duda repercutirá en un proceso formativo más rico y significativo, tal y como lo plantea la corriente del constructivismo pedagógico, en el cual confluyen los aportes tanto del constructivismo sociológico como los del constructivismo psicológico.

Todo ello ha repercutido en el surgimiento de la necesidad de crear en nuestra región una festividad escolar plenamente coherente con nuestras condiciones ecológicas, en cuyo marco celebratorio se promueva el conocimiento de nuestra realidad ambiental, el establecimiento de relaciones afectivas con sus componentes y se comprometa a las nuevas generaciones a una férrea defensa  de nuestro ambiente. Esa festividad es, precisamente, el denominado FESTIVAL DEL BOSQUE, cuya celebración  tiene una especial trascendencia formativa.

Aprendiendo a expresar compromisos y protestas
 ante las agresiones a nuestro bosque.
La cifras que expresan el avance destructor de nuestro bosque, así como las referidas a la consecuente extinción de especies florísticas y faunísticas en nuestra región, tienen que merecer respuestas sociales dirigidas a morigerar y anular tales efectos, pues no se trata de tragedias causadas por fenómenos naturales, sino por la irreflexiva e irresponsable acción humana, producto de una malformación psicológica, de la que hemos sido víctimas desde que se cambiaran los patrones tradicionales de relación con nuestro entorno ambiental.

Cambio que, no sólo afecta al ambiente físico en el que vivimos, sino, y fundamentalmente, a los Pueblos cuyas culturas tienen raigambre y esencia forestal, quienes hoy vienen sufriendo los embates depredantes de la cultura dominante, regida por patrones contrapuestos a los suyos.

Por cierto que la acción para cambiar estos efectos tiene que, ineludiblemente, involucrar a la EDUCACIÓN FORMAL, es decir, a la acción que se realiza en los Centros Educativos, en los cuales nuestros  niños reciben los mensajes cognoscitivos, intelectuales, actitudinales y axiológicos a partir de los cuales determinan sus relaciones con su universos existencial

Niños asumiendo la caracterización de los seres de su entorno
forestal, así aprenden a quererlos.
Es en la intimidad de estas instituciones en donde los niños y niñas deben ser formados cotidianamente para establecer nuevas relaciones con su ambiente, más aún ahora que las tentaciones  de la artificialidad tienen un carácter agresivo para nuestra juventud, en ambientes en los cuales aprenden cada vez más a alejarse de lo natural, a pesar de tener una naturaleza tan pródiga en todas sus manifestaciones.

Son, justamente, éstos los propósitos de esta creación llamada FESTIVAL DEL BOSQUE que, iniciado en 1989, viene siendo una festividad integrante de la actividad escolar anual en los centros de nuestra región, oficializada por la Dirección Regional de Educación el 22 de junio del 2000, mediante Resolución Directoral N° 02642-2000-CTAR-L-DREL-D.

Debe tenerse en cuenta que esta propuesta tenía por finalidad dar inicio al proceso de diversificación curricular en nuestra región, reconociéndola como una actividad con el mayor potencial formativo, a condición de ir enriqueciéndola progresivamente, para nuestros educandos, pues se inscribe en el marco doctrinal de la EDUCACIÓN AMBIENTAL, que para nosotros es, más estrictamente, EDUCACIÓN FORESTAL, planteada como instrumento para superar nuestro actual subdesarrollo regional.

Aprendiendo a vivir emociones relacionadas con su
riqueza forestal.
De esta manera aseguraremos que este FESTIVAL DEL BOSQUE sea un aporte significativo para la construcción de la educación nueva que requiere nuestra REGIÓN  LORETO que, hoy, con todo derecho y con la participación de todos sus pobladores, debe construir su propia ruta histórica, en el marco de nuestra nacionalidad peruana. 




domingo, 8 de septiembre de 2013

EN TORNO AL FESTIVAL DEL BOSQUE



ACERCA DE LA PRIMAVERA (*)

Gabel Daniel Sotil García

Por características ecológicas, en nuestra Amazonía
no pueden darse las estaciones climáticas de otras
zonas terráqueas.
En nuestro calendario anual existe una fecha de un singular significado: el 23 de setiembre. Con ella se inicia la PRIMAVERA; lo cual es motivo de grandes celebraciones, especialmente a nivel escolar, durante las cuales manifestamos nuestra alegría por su llegada y le rendimos honores por la belleza que ella representa y que se expresa a través del canto de los pajarillos, el florecer del campo, amaneceres más hermosos y en una sublime alegría de la naturaleza que podemos captarla por doquier. En los textos escolares se la describe profusamente y se le dedica varias poesías que los profesores nos esmeramos en hacer que nuestros niños aprendan y luego las reciten en una ceremonia celebratoria que organizamos en nuestros centros educativos presidida, invariablemente por una alumna “Reina de la Primavera”.

A nuestros alumnos les enseñamos que la primavera es la estación más hermosa del año porque, durante los meses que dura, hay algo muy especial en la naturaleza que nos infunde alegría, mayores energías, una mejor disposición de espíritu para afrontar los problemas y, en fin, muchas cosas más. Su significado es mucho más notorio si la comparamos con el Otoño, estación durante la cual , decimos a los niños, la naturaleza se pone triste, tristeza que dura todo el invierno, para luego, trocarse como por encanto, en una explosión de alegría y color en plenitud: es la PRIMAVERA.

En verdad de verdades, todo lo que decimos de la primavera es rigurosamente cierto. No hay nada falso porque, efectivamente, la Primavera como el Otoño, el Invierno, el Verano son cuatro momentos en el ciclo anual terráqueo que se presentan muy distinguiblemente en ciertas zonas  de nuestro planeta. No en todas. Sólo en las zonas intermedias o templadas. Pero no en las zonas polares y, menos, en las tropicales.

En un bosque  húmedo y tropical, es
un contrasentido celebrar la fiesta de la Primaver
a como 

estación climática. 
Foto: Biólogo José Álvarez A.
Nuestro país, por su ubicación geográfica, no tiene primavera. Nuestra región selvática es absolutamente tropical, por tanto, tampoco tiene primavera. Basta hacer un recuento anual de los cambios que se producen en la naturaleza que nos rodea y quedaremos convencidos que en setiembre nada de aquello que hemos descrito se produce. Lo que sí se produce, y a todas luces lo podemos constatar , es un periodo de creciente de los ríos y otro de vaciante, que tienen profundas consecuencias económicas y socio-culturales en nuestra actividad, tanto en el área rural como urbana, en un ciclo repetitivo anual, con fechas de inicio y término bastante precisables.

Entonces, ¿cómo explicamos el especial esmero que ponemos los profesores al celebrar la llegada o el inicio de un fenómeno anual que no tiene lugar en nuestra realidad? ¿Por qué creamos en nuestros niños y jóvenes la percepción de algo que no se da en nuestro medio? ¿Por qué inducimos en ellos una realidad ficticia?

No creemos que basta decir que, como los libros de texto hablan de la primavera, así como de las demás estaciones, la celebremos. Tampoco creemos que sea por disposición de las autoridades educativas, quienes nos obligan a celebrar un fenómeno natural, que no es natural para nosotros.

Creemos que la explicación radica en algo más profundo, sobre lo cual los profesores debemos meditar, también, profundamente. Nos referimos al rol que tradicionalmente viene cumpliendo la educación formal frente a nuestra realidad, rol dentro del cual los profesores tenemos una función muy específica.

Veamos nuestro caso, el caso de la educación en la selva.

Para nadie es un secreto que nuestros niños y jóvenes más conocen la historia de las culturas andinas y costeñas que de las culturas nativas. La palabra Chimú tiene mayor significado que la palabra Asháninka, por ejemplo. Más conocen los niños y jóvenes loretanos del elefante o del león que de la sachavaca o del puma. Los niñitos en los jardines se extasían cantando al “elefante que se balancea sobre la tela de una araña”. Sin embargo, al tuqui-tuqui no le dedican ningún canto, ni una poesía, ni una adivinanza.  Las palabras rey, reina, príncipe, princesa, abundan en los cuentos que relatamos a los niños. ¿Alguien de nosotros ha conocido alguna vez a una princesa?

Sólo son distinguibles las épocas de
vaciante y creciente en nuestra región.
En el proceso educativo de nuestra niñez y juventud, el gran ausente es nuestra realidad natural y sociocultural. Así como no enseñamos nuestra historia regional, nuestras culturas nativas, tampoco promovemos el aprendizaje de nuestra flora y nuestra fauna. En los textos escolares, por ser hechos a nivel nacional, nuestra realidad amazónica es soslayada. Apenas hay referencias vagas, tangenciales, de la realidad selvática. Y nosotros los profesores caemos en el juego de los textos y también ignoramos nuestro contexto circundante y, en vez de promover, dirigir y consolidar un proceso de profundo enraizamiento en nuestra realidad natural y sociocultural  a partir de su conocimiento, lo que hacemos es estimular un profundo enajenamiento de nuestros alumnos respecto a dicha realidad amazónica. Sus adivinanzas deberían referirse a lo nuestro, al igual que las poesías, fábulas, trabalenguas, cuentos, etc.

Todos los medios pedagógicos deberían servir para portar mensajes educativos de nuestro mundo existencial inmediato.

Pero, infelizmente, no es así. En nuestra praxis educativa formamos educandos para otra realidad, realidad ajena, desubicándolos, enajenándolos de la suya. Y con ello los hacemos dependientes y admiradores de otras realidades, otros valores, otras culturas, despreciando lo nuestro. Entonces pues, dentro de este tipo de educación alienante, no es nada raro que celebremos con tanta dedicación y esmero, la fiesta de la primavera. Podríamos decir que, precisamente, tenemos en esta celebración la muestra más contundente de la función alienante que cumplimos los profesores en el proceso formativo de nuestros niños y jóvenes.
¿Por qué no celebramos el inicio de la vaciante de los ríos? ¿O de la creciente? ¿Quién de nosotros ignora la gran importancia que  tienen ambos fenómenos en nuestra vida?

Estos sí son fenómenos naturales que nos afectan  directamente. Son fenómenos que vemos con la contundencia de la realidad. La agricultura, la pesca, la extracción de madera, en fin, toda actividad económica de nuestra región, está signada por tales fenómenos naturales.
Sin embargo, en el devenir de los Jardines, y Escuelas, pasan ignorados tales fenómenos, como si no tuvieran lugar en nuestra realidad. En los Colegios, igualmente.

Bendecidos por la NATURALEZA, debemos aprender y 
enseñar a celebrar las características de las que nos dotó.
No podemos, nosotros los profesores, eximirnos  de la responsabilidad que tenemos en este proceso de alienación. Somos nosotros, en el trabajo curricular diario, quienes generamos, dirigimos y mantenemos este desligamiento de nuestros educandos de su realidad inmediata con la consecuente formación de una personalidad dependiente.

Por ello, creemos, que en algún momento tenemos que iniciar la búsqueda de comportamientos magisteriales más coherentes con nuestra realidad natural y sociocultural. Tenemos que comprometernos en la construcción de una educación acorde con nuestras características, nuestras necesidades, nuestras aspiraciones propias.

El encuentro de una praxis educativa con características regionales, pasa por el abandono de muchos prejuicios que nos hacen conducir un proceso formativo de nuestros niños y jóvenes que sólo acentúa  nuestros problemas sociales antes que contribuir a solucionarlos.

                 
(*)  Artículo publicado por el autor el 11-09-1988, en el semanario KANATARI, pág. 3, para                            fundamentar la propuesta de celebrar un Festival del Bosque en nuestra región, festival                        que fuera aprobado por la Dirección Regional de Educación de Loreto, mediante RD N°                        02642-2000-CTAR-DREL-D, del 22-06-2000.


viernes, 6 de septiembre de 2013

LA RESISTENCIA INDÍGENA AL PODER REPUBLICANO (6)

Gabel Daniel Sotil García

EN EL SUR ORIENTE AMAZÓNICO PERUANO

Escenario de las acciones de resistencia desplegadas por
HUARAYOS (Esse' eja), MASHCOS, AMAHUACAS y
MACHIGUENGAS.
         El Sur Oriente Amazónico Peruano, que viene a ser la cuenca del gran río Madre de Dios, tuvo una historia desde el tiempo del incario de no dejar entrar a las huestes conquistadoras del Inca.

       Garcilaso de la Vega en su “Comentarios Reales”, libro IV, Cap. XVI, relata la expedición enviada por Inca Roca a la conquista del Antisuyo. Diez mil hombres avanzaron por el río Carbón al Alto Madre de Dios, en embarcaciones con 30 a 50 hombres cada una. Todos los indígenas se unieron y los atacaron con arcos y flechas rechazando la conquista. Sucumbieron 9,000 hombres.
        
         La leyenda del Paititi, un lugar en donde existía cuantiosas riquezas, motivó a muchos aventureros a internarse en esta zona de Selva Alta y Baja, que es actualmente el departamento de Madre de Dios; allí perdieron la vida muchos de ellos a manos de los Mashcos y Huarayos, que desde siempre defendieron sus territorios con bravura y decisión.

         En 1840, el Sur Oriente Amazónico había sido invadido por numerosos colonos que establecieron haciendas para el cultivo de varios productos, que en aquel tiempo tenían demanda en el mercado como el cacao y la  castaña.

      El trayecto de los colonos fue desde las cabeceras del Madre de Dios, el valle Paucartambo, hacia las bajadas de la Selva Alta y Baja, la mayoría de ellos provenientes del Cusco, y teniendo siempre la oposición de los indígenas que defendían sus territorios  desde tiempos inmemoriales.

         Fueron 300 las haciendas destruidas principalmente por los guerreros Mashcos,  destrucción que no pudo ser entendida por la opinión de muchos, incluso por personalidades como el sabio  Antonio Raimondi que, incomprensiblemente calificó de invasores a los indígenas cuando dijo “teatro de sangrientas luchas por la invasión de los salvajes Huachipairis y Fuyeneris” (que destruyeron en pocos días el trabajo de 2 o 3 siglos). “Aquí la barbarie ha invadido la civilización”. “Los operarios que trabajan en los cocales están siempre acompañados de hombres armados...planté mi campamento de exploración en la hacienda Ccosñipata, la única que ha escapado a la acción devastadora de los salvajes”. Estas afirmaciones del erudito causan pavor, dice el antropólogo Dávila Herrera, en su trabajo sobre rebeliones indígenas. Nosotros, además, afirmamos que muchas personalidades han tenido una equivocada posición frente a la problemática indígena; no han podido salir de sus esquemas etnocentristas, según los cuales  todas las naciones indígenas eran consideradas como “salvajes a quienes hay que civilizar”, sin comprender que sus culturas tienen valiosos elementos que deben ser parte de un auténtico desarrollo de nuestra región, pues muchos aspectos del futuro amazónico los tendremos que buscar en el pasado indígena.

         Los sucesos en 1840 dejaron en pie nada más que dos haciendas de un total de trescientas iniciales. Imperó un ambiente caótico, pues los patrones armaron a otros indígenas para que guerreen entre ellos; incluso entre los mismo colonos hubo  rencillas que terminaron en dolorosas contiendas.

         Un hecho lamentable fue cuando tomaron prisionero a un indígena Huachipaire, lo amarraron a un árbol y lo acribillaron con 25 balazos, cerca de la misión de Ccosñipata. Curiosamente, se hicieron informes en los que se expresaba que los hacendados eran pacíficos moradores; pero, cuando se recogió algunas declaraciones de los indígenas, éstos dijeron que luchaban en defensa de su patrimonio territorial que pasaría a poder de sus descendientes, que luchaban por el honor de sus mujeres y rechazaban la desmesurada ambición de los hacendados que les obligaban a hacer trabajos forzados, injustos y excesivos.

         En 1873 una expedición por el Madre de Dios fue atacada por los Sirineiris, en el que fue víctima de un flechazo Baltazar La Torre (Jorge Von Hassel. Expedición al Madre de Dios).

         En 1891, se realizó la más dura batalla entre caucheros e indígenas. Fue en la zona del Madre de Dios y el Manú. El cauchero Fitzcarrald (ver capítulo del caucho) armó a centenares de mestizos, Piros y Campas para poder entrar en la zona y combatir a los Mashcos y Huarayos que se oponían tenazmente a la presencia de extraños y mucho menos de colonos y caucheros. El autor Reyna, en su libro “Fitzcarrald, el Rey del Caucho”, Lima 1942, narra que después de la batalla el río se tiñó de sangre, tanto de Mashcos y Huarayos como de mestizos y caucheros; los cadáveres flotaban llevados por la corriente a tal punto que el agua no se podía beber. Esa vez nuevamente se dió la desigualdad de una lucha entre escopetas y flechas. Los Mashcos dieron ejemplo de heroísmo, aunque muchos apologistas de Fitzcarrald, dicen que los héroes fueron  los caucheros. La guerra contra los invasores se extendió por seis años hasta 1897.

         En 1894 en la búsqueda de una nueva ruta para la exportación del caucho en la zona del Madre de Dios, frente a la oposición de los Mashcos, Fitzcarrald avanzó hacia su territorio  e hizo todo lo posible para llegar a un acuerdo pacífico con los indígenas, para lo cual, les mandó muchos obsequios, pero a la brevedad posible estos presentes fueron devueltos en las puntas de las lanzas, como un signo negativo a la intromisión. Entonces, Fitzcarrald organizó una acción genocida en la que participaron sus subordinados e indígenas adictos.  Natividad Maldonado liquidó a los Mashcos del Shahuinta; Sánchez a los de Sotilije; y Mariano Galdós a los de la Quebrada de Fierro. Fueron terribles masacres con la destrucción de casas y pillaje de las chacras. En el Manu sometieron a “juicio” y mataron a 30 Mashcos rebeldes (Marcel D´Ans 1976).

         En 1895-96, mientras que en Iquitos se realizaba el movimiento federalista dirigido por el coronel Ricardo Seminario y Aramburú, en la zona del Madre de Dios, los Exe-Exa (Huarayos) se levantaron y atacaron diferentes poblados y haciendas. Asimismo, obstaculizaron las expediciones que querían entrar en esa región, algunas por razones de exploración, otras en busca de cauchales. En Maridi, los Huarayos cometieron una matanza, pero fueron alcanzados y muertos en número de ochenta.

         Estos alzamientos realizados al mismo tiempo, el de Seminario y el de los Huarayos, no tuvieron relación alguna. El primero fue una protesta contra el centralismo limeño, que no cumplió con  promulgar la Constitución federalista prometida por Piérola, anhelo de la población urbana, cuyas necesidades y formas de ver la realidad de aquel tiempo, eran muy distintas a las de los grupos indígenas del Sur Oriente. Esto significa que no solamente en la Amazonía sino en todo el Perú ha habido y hay dos historias: una la gobiernista y oficial; la otra, es la historia del pueblo, de aquello que entendemos como Perú profundo que, poco a poco, se irá definiendo con mayor claridad.

         En 1898, los Amahuacas atacaron a los caucheros del río Piedras, después de la muerte de Fitzcarrald. Más adelante veremos que el llamado período del caucho tuvo dos fases entre 1880 a 1914, representadas  la primera, por Fitzcarrald en el sur y la segunda, por Julio C. Arana en el norte.

         En las primeras décadas del siglo veinte,  el sur oriente, que abarca las actuales provincias del Manu, Tambopata y Tahuamanú del actual departamento de Madre de Dios, fue el escenario de sucesos dramáticos y trágicos, principalmente en la segunda fase del período cauchero, en los primeros años de mil novecientos. Se realizaron correrías, mejor dicho, cacerías y secuestros, de nativos para utilizarlos como esclavos en la extracción del caucho. Además, los colonos unos a otros se compraban y se vendían indígenas, como si fueran herramientas de ferretería.

         Los ríos de Madre de Dios, el Manu, las Piedras, Carbón, Inambari, se tiñeron de sangre indígena y también de sangre de caucheros.

         De 1902 a 1920, el proceso de penetración en el sur oriente se fue consolidando sobre la base de empresas que se fueron creando una tras otra, como la Minning Co. y la Inca Ruber Co. por la vía Tiripata. Luego, por la trocha abierta por la Forga & Hnos. al río Tambopata. La casa más importante fue la “Máximo Rodríguez”. Con  mucha estrategia salvando los lugares peligrosos, se fueron constituyendo empresas como Balta en Maldonado, Santa Rosa en el Manuripe, Fortaleza en el Mayumanu, Iberia y San Lorenzo en el Tahuamanu, Yaverija en un afluente del Acre, y la casa central en Iñapari, puesto fronterizo con Brasil y Bolivia. Otras casas fueron : Paucartambo Ruber, en el alto Madre de Dios; Casa Comercial Bernardino Perdiz, en el Manu; Inca Rubber, en el Tambopata; Braillard de Francia; Paulse de Alemania; Hidalgo-Hidalgo; Ipinza-Vargas; Rivero; Carlos Scharf; Bartra; Izurieta, etc.

         En 1895, los Exe-Exa o Ese Ejja (Huarayos), pertenecientes a la familia lingüística Tacana, del río Madre de Dios y Tambopata, se dedicaron durante dos años a obstaculizar y atacar a los expedicionarios que se atrevían a entrar en el río Madre de Dios. En un lugar llamado Maridi una de las comunidades Huarayo hizo una horrible carnicería con los grupos de caucheros, principalmente bolivianos, que se asentaron allí para extraer el jebe, motivados los indígenas por las informaciones que recibían sobre el maltrato criminal que los caucheros daban a los nativos como ellos. Esa vez, los caucheros mataron a cien Huarayos.

         En 1898, Wara Compa, jefe Amahuaca, organizó una fuerza guerrera para combatir a los colonos caucheros del río Piedras. Mataron a diez hombres de la compañía extractora de caucho de Carlos Scharf. En aquel año muchos indígenas poseían carabinas Winchester que les habían entregado los mismos colonos con el fin de que combatan a otros guerreros indígenas, a favor de ellos; pero esa vez, voltearían las armas en contra de los que se las otorgaron.

            En 1902, se encuentran muchos informes sobre el tráfico de indígenas. No todos los indígenas defendían sus territorios; algunos grupos eran demasiado dóciles y pacíficos, por lo  que eran fáciles de reclutar por los caucheros para llevarlos al Alto Madre de Dios y otros lugares en donde eran vendidos como pagos de deudas. También eran vendidos como si fueran bestias de carga en sumas que iban de los 200 a 400 soles cada uno. Este cruel tráfico que se hizo con el grupo Machiguenga, hizo que estos huyeran a lugares inaccesibles de los ríos Tambopata e Inambari.

         En 1908 otros grupos de Machiguengas, más decididos, asaltaron la Misión de San Luis del río Manu, en la desembocadura del Pantiacolla. Las víctimas fueron un gran número de indígenas conversos, originando que los misioneros se retiraran para siempre de aquel lugar.

         En 1909, en la misma zona del Madre de Dios, los Piros se sublevaron debido a los maltratos de que eran víctimas por parte de los caucheros. En los campamentos del río Piedras dieron muerte a 13 colonos.

         En 1915, los Exe-Exa (Huarayos) mataron al explorador norteamericano Nelson y sus tres compañeros, por el temor que desde hacía ya mucho tiempo tenían los indígenas a la costumbre criminal de los caucheros de secuestrar a sus niños para convertirlos en sirvientes. En muchas ocasiones, al enterarse de la cercanía de alguna expedición exploradora, el pánico cundía en los nativos. Esa vez, el mencionado explorador y sus tres compañeros no pudieron realizar su execrable cacería humana.

         En 1920, se sentía en toda la región de la selva los efectos de la caída del caucho; desde hacía unos cinco años los ingleses no compraban ni un kilo de caucho, porque éstos lo habían conseguido en forma agrícola en sus colonias de Malasia, cuyo costo de producción le daba un precio menor al caucho del Perú y Brasil.

         Los caucheros se retiraban en su mayoría, otros pocos se quedaban como dueños de fundos para dedicarse a las actividades agropecuarias propias de la zona.

         En un informe de las Misiones dominicanas del Perú, se destaca que en el año de 1920 hubo una fuerte persecución de misioneros en Maldonado, Madre de Dios,  causada  por las “calumnias de un desgraciado cobijado y luego despedido de las misiones”. A este se juntó un célebre anarquista Nicolás Gutarra, desterrado de Lima a ese lugar (Madre de Dios), desde el paro general de los últimos días del gobierno de Pardo. En un mitin y enardecidos por el alcohol, atacaron los colegios (de las misiones). No lo permitió la Fuerza Armada, por más que lo intentaron varias veces y en varios días consecutivos.

         Queremos hacer notar, aparte del tema del fin de la Misión de Maldonado,  que la presencia del líder Nicolás Gutarra, nos da una imagen distinta de la que nos pinta el informe de las Misiones dominicanas del Perú, porque hay que destacar positivamente a Gutarra, pues él fue un luchador del Grupo “La Protesta” de Lima que, junto con otros líderes de los trabajadores lograron arrancar del gobierno de don José Pardo el dispositivo que consagró la jornada de las ocho horas diarias para los obreros del Perú, por la presión del Paro General del 15 de enero de 1919.

         El ataque se produjo el 19 de octubre de 1920. Fue un momento muy dramático para la región del Madre de Dios, era el momento de la caída y el final del período económico de bonanza que para muchos ilusos iba a durar siempre. El impacto fue duro y originó una total recesión en toda la región amazónica. En este escenario se originaron en Madre de Dios incidentes y convulsiones sociales. Los indígenas habían quedado golpeados por la ambición e insensibilidad de los caucheros y resentidos también contra un estado que nunca supo defenderlos. Los Mashcos atacaron en muchos lugares, logrando que la provincia estuviera un buen tiempo sin autoridades oficiales.

         En 1925, en el primer cuarto del siglo, los indígenas del llano amazónico, que no habían olvidado los abusos, no habían olvidado a sus muertos víctimas de la esclavitud y el genocidio, que conservaban en su memoria, transmitida por medio de la oralidad, las secuelas de la injusticia cometida por peruanos como ellos, nuevamente se enfrentaron contra otros invasores: los madereros, empeñados en un afán de lucro ilimitado, sin importar que en su satisfacción podrían convertir a la selva en un futuro desierto. Hay que tener en cuenta que nuestros hermanos nativos tienen una vocación ecológica heredada desde hace siglos para conservar la naturaleza que les ha permitido vivir milenios sin afectarla significativamente
La población mestiza, con sangre indígena por su parte, es un contingente humano que tiene en su conciencia colectiva una reserva de rebeldía que aflora cuando las situaciones de injusticia social empeoran         

En 1926, los ecos de la sublevación de trescientos años se repiten cuando los Huarayos (Esse-Eja), asaltan y matan a Fr. Manuel Marina que cumplía su labor misional en el río La Torre, afluente del Tambopata.

En ese mismo año aparece un rebelde, el jefe y líder Huarayo, Shajao, que para algunos viene a ser el último de los rebeldes indígenas. Shajao se movía por las zonas del Tambopata y sus afluentes como el río La Torre, pero su centro de operaciones se encontraba en el Alto Bauaja.  Desde allí atacó a otros pueblos indígenas. Ataques que generalmente tenían su origen en la necesidad de  dominio del hábitat de donde extraían los recursos que la naturaleza ofrece para la supervivencia. Igualmente Shajao tenía un profundo rencor contra los indígenas que habían sido dóciles con los caucheros.

Atacó a los misioneros que se dirigían en expedición por el río La Torre, encabezados por el Hno. Manuel García, para entrar en contacto casualmente con los Huarayos, cosa que Shajao no aceptó porque veía que nuevamente se trataba de aculturar a su pueblo, tal como lo quisieron hacer unos trescientos años atrás.

         El curaca mató con su carabina al Hno. Manuel García y lo remató a flechazos. El gobierno hizo gestiones para disolver ese foco de rebelión pero sin ningún resultado. En 1933 se estableció la misión del lago Valencia, organizada por el P. Alvarez. Los PP. Gerardo y Alvarez, en 1933, se dirigen al lugar en donde fue muerto el Hno. Manuel García, no pudiendo contactar con Shajao, quien huyó a las profundidades de la selva, para después seguir atacando a varias agrupaciones de su etnia y otras.
        
En 1941, después de muchas andanzas, llenas de incidentes  a lo largo de muchos años, Shajao, el rebelde, fue víctima de una trampa tendida por un reaccionario llamado José Alvarez, por lo que fue tomado preso, muriendo después de 20 años de lucha, torturado en la cárcel de Puno.


Shajao cierra la epopeya del mundo indígena que luchó 400 años por su libertad.