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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

lunes, 28 de mayo de 2012

EDUCACIÓN Y DIVERSIDAD BIOLÓGICA (*)


Día mundial de la biodiversidad

Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP

Este pequeñísimo bólido cósmico que es nuestro planeta no es sino el hábitat de una maravillosa complejidad de vida, generada por fuerzas que poco a poco estamos comprendiendo a partir de nuestros esfuerzos investigativos que, como especie, venimos realizando desde hace muy poco tiempo.

Esfuerzos que, sin embargo, ya nos permiten saber que compartimos esta beldad, a la que hemos dado en llamar Tierra, con otros millones de especies surgidas al compás evolutivo de este nuestro mundo, en el cual se ha plasmado la más prodigiosa efervescencia creativa en cuanto a formas florísticas y faunísticas, cuya mayor expresión la tenemos en nuestro, infelizmente aún poco conocido, BOSQUE.

Diversidad que, sin embargo, y a causa de múltiples factores, hoy se encuentra amenazada por acción directa de quienes constituimos la especie humana.

Es decir, somos nosotros, la especie Homo Sapiens Sapiens la que hoy representa el mayor peligro para la continuidad de esta diversidad de vida, de la que somos parte, dados los niveles de irracional destrucción que estamos alcanzando.

En el caso específico de nuestra región las amenazas a nuestra diversidad biológica se concretan de muy diversas maneras. Es el caso del extractivismo mercantilista de carácter exportador, las concesiones petroleras y madereras, la absurda e incoherente ampliación de la frontera agrícola a costa del bosque, la práctica de la ganadería extensiva, las “pseudo-modernizaciones” de nuestras ciudades convirtiéndolas en espacios imposibles para la vida natural, la degradación de nuestro suelo por la tala mercantilista y el irracional cambio de uso, las prácticas de monocultivo para satisfacer las demandas del mercado internacional, la contaminación de nuestros ríos y cochas por aguas servidas, relaves mineros, desechos urbanos, explotación de oro y sembríos ilegales, y un largo y trágico etc., al que hay que agregar las amenazas que significan los proyectos de desvío de agua hacia otras regiones, las represas para generación de energía eléctrica y los megaproyectos viales, algunos de los cuales ya se encuentran en sus fases iniciales.

Todo, todo ello significa atentados contra nuestra diversidad biológica regional, sea por destrucción de los hábitats, alteración de los mismos o por sobre explotación de las especies. A lo cual debe agregarse la ausencia de una educación con un real compromiso con la formación de actitudes y valores que posibiliten la preservación de esta riqueza natural, partiendo de un pertinente conocimiento de todo este universo de diversidad de vida, del que estamos dotados por la madre naturaleza.
 
Por esta razón es que necesitamos realizar todos los esfuerzos que nos sean posibles en esta región, para detener este ritmo de irracional depredación biológica en el que estamos empeñados, tanto por factores nacionales como de índole intrarregional.

Es en este sentido que queremos pronunciarnos a favor de un profundo viraje de la educación regional y nacional para hacerlas concordantes con las preocupaciones que ya se han expresado en foros internacionales respecto a este mismo asunto, que ha pasado a ser planetaria.

Al respecto, debemos recordar que desde hace veinte años está vigente el Convenio sobre Diversidad Biológica (Río de Janeiro, 1992), con la explícita finalidad de poner en las mesas de análisis y discusión de la sociedad mundial la importancia de la diversidad biológica, tanto respecto a nuestro planeta como respecto a quienes conformamos la sociedad humana y promover que cada país incorpore en sus respectivas políticas de estado nacionales el tratamiento para la conservación de la biodiversidad propia por su valor intrínseco.

En el caso de nuestro país, pródigo en diversidad biológica, desde nuestra selva hasta nuestro mar, sin embargo es muy poco lo que se ha hecho al respecto en los niveles oficiales.
Siendo lo que somos, la región con mayor megadiversidad biológica en nuestro país, en nuestra amazonía deberíamos enfatizar la formación de nuestros educandos en un sólido y amplio conocimiento y desarrollo de actitudes que propicien una armónica y racional relación con esta riqueza natural, un profundo conocimiento de los problemas que afronta en sus diversos aspectos causados por los factores que ya hemos precisado y consolidar una férrea posición de defensa y conservación de dicha diversidad.

En el marco de esta política se requiere, también, fortalecer la formación del magisterio regional con amplios conocimientos y sólidos compromisos con su preservación; todo ello complementado con una política de promoción y elaboración de material didáctico (textos y otros) en el cual se exprese el debido énfasis en esta diversidad, teniendo en cuenta que en los libros de texto que elabora el Ministerio de Educación, esta riqueza se expresa muy deslucidamente.

Tiene, pues, la educación un papel de especial trascendencia en esta lucha por preservar nuestra maravillosa biodiversidad y ponerla al servicio racional de las comunidades que habitamos esta región.

(*)Artículo publicado en el semanario KANATARI, 27-05-12
Fotos del autor.


martes, 22 de mayo de 2012

ALEGRE AMANECER


                                                                                              Prof. Gabel Daniel Sotil García

Cobija
El árbol en su fronda
Las gotas
Del rocío matinal.

Cantan
Las aves su alegría
Elevando
Sus trinos de cristal.

Es la hora
En que en el aire ronda
La frescura
De la brisa forestal.

Es la hora
De la tierna melodía
Que cantan
Las crías del nidal.

Ya se enciende
El alba luminosa
Irradiando
Su belleza por doquier.

Ya despierta
La algarabía prodigiosa
Anunciando
Un alegre amanecer.

Nota: Ilustraciones del artista plástico Jaime Choclote


LA UNAP Y LA BIODIVERSIDAD


En el “Día mundial de la biodiversidad”: 22 de mayo

Uno de los compromisos de mayor trascendencia
de nuestra universidad es con la preservación
de nuestra biodiversidad
Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH – UNAP

Bien sabemos que la universidad como institución no justifica su existencia en sí misma sino en tanto y en cuanto devenga en una entidad con roles precisos de defensa de los intereses de mayor jerarquía del entorno ecológico y sociocultural en el cual se ubica y desde donde hace su contribución al desarrollo de la cultura universal, enriqueciéndola con su accionar académico, investigativo y de extensión.

Formar a los futuros profesionales en un intenso
 y extenso contacto con nuestras riquezas
naturales.
En el caso de nuestra universidad, cuya misión la cumple en el corazón mismo de la amazonía peruana, se entiende que uno de los compromisos de mayor trascendencia es con la preservación de la proverbial megadiversidad de esta región, riqueza natural que en las actuales circunstancias se ve amenazada a tal punto que, conjuntamente con la diversidad planetaria, viene siendo motivo de profundas preocupaciones por la acción destructora de la especie que debería ser la llamada a luchar por la defensa de su integridad: la humana.

Es decir, somos nosotros, la especie Homo Sapiens Sapiens la que hoy representa el mayor peligro para la continuidad de esta diversidad de vida, de la que somos parte, dados los niveles de irracional destrucción que estamos alcanzando.

Formar a nuestros profesionales en la toma de
conciencia de todo lo que significa un atentado
contra nuestra región
En el caso específico de nuestra región las amenazas a nuestra diversidad biológica se concretan de muy diversas maneras. Es el caso del extractivismo mercantilista de carácter exportador, las concesiones petroleras y madereras, la absurda e incoherente ampliación de la frontera agrícola a costa del bosque, la práctica de la ganadería extensiva, las “pseudo-modernizaciones” de nuestras ciudades convirtiéndolas en espacios imposibles para la vida natural, la degradación de nuestro suelo por la tala mercantilista y el irracional cambio de uso, las prácticas de monocultivo para satisfacer las demandas del mercado internacional, la contaminación de nuestros ríos y cochas por aguas servidas, relaves mineros, desechos urbanos, explotación de oro y sembríos ilegales, y un largo y trágico etc., al que hay que agregar las amenazas que significan los proyectos de desvío de agua hacia otras regiones, las represas para generación de energía eléctrica y los megaproyectos viales, algunos de los cuales ya se encuentran en sus fases iniciales.

Todo, todo ello significa atentados contra nuestra diversidad biológica regional, sea por destrucción de los hábitats, alteración de los mismos o por sobre explotación de las especies. A lo cual debe agregarse la ausencia de una educación básica con un real compromiso con la formación de actitudes y valores que posibiliten la preservación de esta riqueza natural, partiendo de un pertinente conocimiento de todo este universo de diversidad de vida, del que estamos dotados por la madre naturaleza.

Desarrollar actitudes que propicien una
armónica y racional relación con nuestro entorno
Dado este panorama de amenazas reales en curso de acción, vía políticas explícitas del gobierno nacional y acciones y omisiones del gobierno regional, es necesario que nuestra universidad asuma una clara y decidida opción por la defensa y conservación de nuestra diversidad biológica, la misma que debe expresarse enfatizando la formación de nuestros futuros profesionales de todas las Facultades en un sólido y amplio conocimiento científico y el desarrollo de actitudes que propicien una armónica y racional relación con esta riqueza natural, así como un profundo conocimiento de los problemas que afronta en sus diversos aspectos causados por los factores que ya hemos precisado, para que en su actuación cívico-social sean referentes de compromisos con la preservación de esta riqueza, tanto por el valor que en sí misma tiene como para la supervivencia de nuestra propia especie, pues somos parte de ella.

Al respecto, debemos recordar que desde hace veinte años está vigente el Convenio sobre Diversidad Biológica (Río de Janeiro, 1992), con la explícita finalidad de poner en las mesas de análisis y discusión de la sociedad mundial la importancia de la diversidad biológica, tanto respecto a nuestro planeta como respecto a quienes conformamos la sociedad humana y promover que cada país incorpore en sus respectivas políticas de estado nacionales el tratamiento para la conservación de la biodiversidad propia por su valor intrínseco; pese a lo cual, en nuestro país, pródigo en diversidad biológica, desde nuestra selva hasta nuestro mar, es muy poco lo que se viene haciendo, teniendo en consideración la gravedad de la situación.

Como universidad, pues, tenemos un compromiso de la más alta jerarquía, al que no debemos fallar y, al contrario, fortalecer en fechas como la presente.


jueves, 17 de mayo de 2012

CRITERIOS PARA MODERNIZAR NUESTRA EDUCACIÓN REGIONAL



Prof.   Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP

Modernizar  la educación  amazónica implica
asignarle un rol activo en la construcción de
nuevas condiciones de vida.

Hemos dicho, en capítulo anterior, que hay necesidad impostergable de modernizar nuestra educación.

Pero, estando advertidos de los conceptos erróneos que hay al respecto, tenemos la obligación de buscar nuestro propio camino modernizador, poniéndonos a buen recaudo de tales errores.

En este sentido, consideramos que  modernizarla debe significar para nosotros asignarle un rol activo en la construcción de nuevas condiciones favorables a la vida individual y social de todos los pueblos asentados en el ámbito de la Amazonía.

Demostrado como está hasta la saciedad, que la actual educación es obsoleta, que ya perdió vigencia significativa en nuestra región, debemos hacer los esfuerzos necesarios para asignarle nuevos roles diseñándola a partir de los intereses superiores de nuestra región. 

Para ello se hace indispensable reconocer que su actual diseño nunca la tuvo en cuenta, deviniendo en instrumento impuesto por el centralismo político-cultural vigente en nuestro país

En consecuencia, se hace necesario identificar y establecer nuevos criterios para lograr esta modernización.

Fortalecer nuestra diversidad cultural debe ser
objetivo primordial de la nueva educación
amazónica.
Un primer criterio, así lo consideramos, que debe tenerse en cuenta es su funcionalidad con nuestras características; es decir que, para modernizar nuestra educación tenemos que hacerla funcional con las características propias y diferenciales de nuestra región. En este sentido, la verdadera educación amazónica que requerimos en la actualidad, debe ser instrumento para el fortalecimiento de nuestra diversidad sociocultural y la preservación de nuestra diversidad ecológica, en sus componentes biológico y paisajístico. Esto por un lado; por otro, debe ser instrumento para el fortalecimiento de nuestra idiosincrasia sociocultural, de la manera de ser que cada uno de los Pueblos ha construido, algunos en un lapso multimilenario (indígenas) y otros en un lapso multisecular (mestizos) y que ha producido las respectivas identidades, hoy debilitadas por el imperialismo cultural ejercido desde el poder central a través de sus diversos y eficientes agentes.

En segundo lugar, para modernizar a nuestra educación debemos hacerla funcional con nuestras necesidades. Y la primera necesidad surge de la diversidad cultural que nos caracteriza, en el sentido de construir una educación que, a diferencia de la actual, que viene incentivando el racismo, por acción o por omisión, incentive la comunicación intercultural. Es decir, que sea instrumento de interculturalidad; para generar relaciones armónicas entre las muy diversas culturas asentadas en esta inmensa región.





Una segunda necesidad es la preservación de nuestras riquezas regionales: la diversidad biológica y diversidad cultural. Ambas constituyen para nosotros dos tesoros que debemos conocer y preservar, a partir de una educación pensada ex profeso para dicho fin, formando a las nuevas generaciones con los conocimientos, actitudes y valores que hagan posible una actuación individual y social que propicie la defensa y preservación de tales riquezas. Una tercera necesidad que tenemos en nuestra región es la puesta en vigencia del desarrollo sustentable, partiendo de la constatación de que el extractivismo mercantilista, hoy vigente,  es totalmente nocivo para la preservación de las riquezas ya mencionadas. 
Los educandos de la amazonía deben ser formados
para  establecer relaciones armónicas con
su entorno.

En el logro de este propósito social, la educación tiene que jugar un papel de primera importancia, pues sólo ella posibilita la inducción de los contenidos psicológicos propicios tanto para superar el extractivismo mercantilista como para reemplazarlo por el sistema de uso de nuestros recursos naturales dentro del marco axiológico del desarrollo sustentable, cuyos antecedentes los tenemos en las cosmovisiones de los Pueblos Originarios  de nuestra región, quienes han hecho praxis social de dicho desarrollo en sus relaciones con su entorno ambiental. Finalmente, una cuarta necesidad que tenemos en nuestra región es la de promover la vigencia de capacidades psicosociales caracterizadas por la autonomía decisional de las personas; es decir, que superen la dependencia, la pasividad y el conformismo, fortalecidos por el asistencialismo y sus diversas variantes, que hoy impiden a las comunidades asumir un rol protagónico en la solución de sus problemas y la construcción de proyectos sociales endógenos, que nazcan participativamente desde su propia interioridad.
  
Un tercer criterio que debemos tener en cuenta para la modernización de nuestra educación amazónica, es que tenga potencialidad prospectiva. Con ello queremos decir que la nueva educación debe ser pensada para que posibilite, en nuestros educandos, la búsqueda de mejores niveles de vida. Que nos provea de actitudes y habilidades analíticas, cuestionadoras, reflexivas, creativas y propositivas frente a nuestra realidad. Además, debe proveernos de una visión a largo plazo, para superar el cortoplacismo, inmediatismo, que hoy signa nuestra percepción de la dinámica social. Con ello ganaríamos en capacidad previsora para elaborar proyectos sociales que involucren nuestro futuro y el uso racional de nuestros esfuerzos comunales para la búsqueda de nuestro bienestar social.

El estímulo de nuestras potencialidades
psicoculturales debe ser uno de los objetivos
de la nueva educación amazónica.
Un cuarto criterio que debe servirnos para  la modernización de nuestra educación es el incremento de la eficiencia social. Es decir, que sirva para la creación de riqueza para el bienestar social. Para ello se requiere el diseño de una educación que estimule nuestras potencialidades psicosociales para organizarnos y actuar en forma conjunta, sinérgica, para la solución de nuestros problemas; que estimule nuestras capacidades y destrezas transformadoras de nuestros recursos naturales con criterios de sostenibilidad, con lo cual superaríamos el nefasto teoricismo que  signa a la educación de nuestros tiempos, con lo cual hacemos que la educación devenga en un gasto y no una inversión social. Esta actuación transformadora devendría en factor que estimularía nuestra autoestima, la confianza en nosotros mismos y, por ende, propiciaría nuestro protagonismo social. Para ser los autores conscientes de nuestro devenir histórico, y no las víctimas del mismo.

En resumen, debemos decir que la modernización de la educación amazónica, la educación de nuestra selva:
§  no puede ser hecha afuera de nuestra región, pues ésta  tiene que ser su referente fundamental, en toda su integridad.
§  tiene que ser una creación nuestra, de quienes vivimos aquí, pues somos quienes mejor la conocemos y, por lo tanto, la amamos. Sin conocer a la Amazonía, no podemos modernizar su educación; y, menos sin amor ella.
§  Por lo tanto, requiere de nuestra más plena participación, desde cualquiera de los roles socio-culturales que desempeñemos.




domingo, 13 de mayo de 2012

REGIONALISMOS LINGÜÍSTICOS AMAZÓNICOS (7)


Prof. Gabel Daniel Sotil García

Quebrada: Riachuelo.  Río de poco caudal.

Quiruma o tocón.
Ilustración del artista plástico Jaime Choclote.
Quiruma: Tocón. Parte del tronco de un árbol que aún permanece en pie luego de haber sido talado.


Raizal: Lugar en el que predominan 
  las raíces de plantas.





Regatón o vendedor - comprador de las riberas.


                                             Regatón: Comerciante ribereño que se desplaza en un bote, vendiendo y comprando en los caseríos. 


       Renacal: Lugar en el que abunda
 el   renaco. El renaco es un árbol muy
  frondoso con características muy especiales.





Casa en altura o restinga.

      



Restinga: Terreno elevado que no se inunda en época de creciente, aunque excepcional-mente puede quedar bajo las aguas en crecientes grandes.








Ribereño: Morador de las riberas de ríos y cochas. Por extensión, todo poblador del campo.



RIBEREÑOS o  moradores de las riberas
 amazónicas.


El RONSOCO  es un roedor de gran  tamaño.

Ronsoco: (Hydrochaeris hydrochaeris) Roedor silvestre que alcanza gran  tamaño. Su hábitat son las orillas de ríos y cochas. Se lo conoce, también, como Capibara.

LA MODERNIZACIÓN DE NUESTRA EDUCACIÓN

Prof. Gabel D. Sotil García, FCEH - UNAP

Desde hace ya una buena cantidad de años que los Maestros, Maestras y comunidad en general venimos escuchando que cada gobierno que entra se propone MODERNIZAR a nuestro país sea en su organización, sea en su economía, sea en su EDUCACIÓN, etc.

Nueva generación de ciudadanos amazónicos
 que debe ser educada en nuevos valores y
conocimientos.
Por cierto que éste es un buen propósito, con el cual seguramente que la gran mayoría de peruanos estamos de acuerdo, y, sobre todo, en esta región. Pero hace tanto tiempo que venimos escuchando esta promesa, aplazada indefinidamente en su concreción, que ya hasta dudamos de que se concrete algún día.

Sin embargo, no debemos ser pesimistas; por el contrario, debemos  (un deber moral) contribuir para que ese anhelo se haga realidad lo más pronto posible, pues bien que lo necesitamos para los intereses de nuestra región amazónica, hoy amenazada por muy diversos intereses y peligros.

Por ello es que queremos hacer algunas contribuciones reflexivas sobre este tema de tanta importancia para nuestra región y país, sobre todo en lo que a la EDUCACIÓN se refiere.

Empezaremos por decir que uno de los significados o acepciones de la palabra MODERNIZAR es actualizar  o poner al día  algo; que ese algo adquiera características del momento actual; que adquiera vigencia. En este sentido, podemos modernizar la organización de una institución, el funcionamiento de una empresa, nuestras ideas, nuestros conocimientos acerca de nuestra región, nuestras actitudes acerca de la misma, etc.

Y, a la EDUCACIÓN, por cierto.

Desde nuestro punto de vista, asumir que debemos MODERNIZAR la EDUCACIÓN que se viene desarrollando en nuestra región, implica aceptar que la actual  educación es una educación obsoleta, no válida para nuestros tiempos actuales.

La niñez amazónica tiene derecho a educarse en
armonía con su ambiente.
Foto: Prof. J. Trigoso
Pero, ¿en qué radica su obsolescencia?

Para nosotros, son tres las razones por las cuales la educación actual es obsoleta. En primer lugar, porque no responde ya a las demandas o necesidades individuales, sociales y ecológicas de la actualidad. En segundo lugar, porque, a nuestro entender, ha agotado sus posibilidades de ser instrumento para nuestro desarrollo regional y, por ende, en tercer lugar, porque ya no nos garantiza el logro de mejores niveles de calidad de vida individual y colectiva.

Es decir, con la educación actual sólo podremos lograr el empeoramiento  o deterioro, cada vez más profundo, de nuestras condiciones socioculturales y ecológicas.

Aunque, la verdad, es que nunca fue diseñada para responder a nuestras necesidades, ni para ser instrumento de nuestro desarrollo, ni para lograr el mejoramiento de la calidad de vida en nuestra región. Los referentes que se tuvieron en cuenta en su diseño fueron ajenos a nuestra realidad amazónica, de aquí que ella haya devenido en un freno para nuestro desarrollo, desactivadora de nuestras energías sociales, instrumento de imposición cultural, política e ideológica; al pleno servicio de la clase dominante en nuestro país y región, reforzadora del centralismo, incentivadora del extractivismo mercantilista, etc.

Entonces, si tenemos una educación afectada por estas carencias, no nos queda otra salida que MODERNIZARLA.

Pero, ¿qué queremos decir con modernizarla, más allá de los alcances gramaticales de la palabra?
Los elementos agua y bosque no pueden faltar
como referentes fundamentales de la educación
amazónica.  Foto: Prof. J. Trigoso

Pues, nada más ni nada menos, que darle significatividad social a la educación. Y dotarla de significatividad  social quiere decir vincularla con nuestra realidad regional en sus características, sus problemas, sus potencialidades. Es decir, crear una educación que sirva a los más trascendentales intereses de nuestra región.

Sin embargo, creemos necesario puntualizar que respecto a la MODERNIZACIÓN  hay algunos conceptos equívocos o erróneos, que nos han sido inducidos interesadamente, con fines de dominación cultural y que debemos conocerlos, para estar alertas y no dejarnos engañar.

Un primer concepto erróneo acerca de la modernización es considerar que existe una sola forma de concretarse en las diversas sociedades; es decir, que hay una única manera de lograr nuestra modernización. Es ésta una concepción homogeneizante, que parte del supuesto de que cualquier unidad sociocultural que quiera modernizarse, tiene que adoptar patrones únicos, de validez mundial, para lograr la condición de MODERNA. Por cierto que esta percepción carece de asideros que le den fundamentación, a no ser el interés de las clases dominantes que no quieren un mundo diverso, pues esta diversidad es un obstáculo para su hegemonía. Aplicada al campo educativo, esta percepción implica graves riesgos para nuestra región: la destrucción de su diversidad.
El desarrollo de habilidades para la transforma-
ción racional de nuestros recursos tiene que ser
un componente fundamental en la educación
 amazónica.

Un segundo concepto equívoco es considerar que modernizar es imponer lo que está de moda. En el campo educativo implicaría incorporar las innovaciones tecnológicas generadas en los centros de producción mundial, que, por su novedad, llaman la atención de nuestras autoridades, quienes se verían tentadas a imponer cambios parciales por el mero hecho de ser novedosos y deslumbrantes, aunque no necesariamente compatibles o pertinentes para nuestra realidad.

Un tercer concepto,  erróneo también, es el considerar que modernizar nuestra educación es imponer modelos exitosos en otras realidades. En este caso se trata de transferir o extrapolar a nuestra realidad sociocultural y ecológica particular de país y región, un instrumento que fue diseñado para una realidad distinta y, por lo tanto, resultó funcional en ella, bajo el supuesto, ingenuo o interesado, de que si funcionó allá, debe también funcionar en nuestra realidad.




miércoles, 9 de mayo de 2012

MAYO EN LA REGIÓN OMAGUA


Prof. Gabel Daniel Sotil García

 El LETARGO DE LAS AGUAS

P
ara nosotros,  el mes de mayo se ubica en la cúspide de la época de  mayor intensidad de las lluvias, pero también en el inicio de su declive, al igual que en las entrañas de los Andes,  donde  también éstas han empezado ya a languidecer.

Victoria Regia luciendo su esplendente
belleza en aguas tranquilas, aletargadas 

por la paz forestal.
Mayo es el tiempo en el cual las aguas se estabilizan, tomándose un refrescante respiro bajo las sombras de los árboles.

Tiempo en el que ellas permanecen como aletargadas regocijándose con el rumor del viento, el suave canto de la brisa que repta entre el boscaje y el melodioso trinar de las aves silvestres, escondidas entre el verde y tupido ramaje.



Adormecidas, las aguas disfrutan de los últimos días de su cita anual con el bosque, pues pronto empezarán a retirarse tan lenta y suavemente como penetraron en las entrañas de la floresta.

Pero ya están cumpliendo, en sus últimos pasos,  con la misión que se les encargó: depositar los nutrientes para restaurar la fertilidad de los suelos inundables o bajiales, en donde el ribereño amazónico realizará  la poca agricultura estacional que se puede hacer en esta región, pues el  suelo que se extiende hacia el interior del bosque tiene una predominante vocación forestal.

Vocación determinada por las leyes que dieron forma a nuestra región y que, por ignorancia o intereses mercantiles, está siendo hoy desconocida y tergiversada, infiriéndole así las más graves violaciones a su esencia forestal. 

Nutrias o lobos de río disfrutando a plenitud la
abundancia de agua y de peces.
Mayo nos regala una atmósfera sensiblemente húmeda, con nubes al acecho y  lluvias frecuentes que se alternan con horas de sol intenso, que  pueden ceder el paso a una borrasca o a una llovizna persistente, somnolienta e inmovilizante hasta el hastío.

Pero, también nos regala deliciosas frutas como la pomarrosa y la sabrosa guaba que son muestras de la diversidad de los frutos regionales, que tienen en el taperiba, el casho, el caimito, el arazá, la yarina, el ungurahui, la cocona, el aguaje, el pandisho, la tansharina y muchos más,  cabales expresiones de la riqueza de nuestro suelo.

Mayo pues, representa para nosotros un mes de frescura amazónica.

De frescura que viene desde las alturas convertida en gotas de intensas y frecuentes lluvias que corren juguetonas por cauces improvisados; muchos de los cuales se transforman en heridas profundas en los suelos indefensos, deforestados por las manos caprichosas e inconscientes de los hombres que actúan sin  mirar las consecuencias destructivas en su entorno.

Aguas tranquilas en bosques, cochas y quebradas, 
disfrutando del sosiego forestal.
Aguas que, finalmente, engrosarán el gran caudal de un río, cocha o quebrada, en donde, nuevamente, se alistarán para reiniciar el eterno ciclo de convertirse en vapor para elevarse a las alturas y nuevamente volver a las entrañas de su amado e inolvidable bosque, al que nutren y regeneran conforme a las leyes naturales.

Mayo se nos va convertido en mensajes de esperanza que se han de concretar en el verdor de las riberas, cuando las playas se ofrezcan como una tentación a las ansias laborales de los vivientes ribereños, quienes buscarán sus nutrientes para nuevas cosechas, con las cuales cobrarán el  tributo de la Madre Tierra, siempre presta y generosa para entregarles sus preciados frutos.

Es mayo un mes de ajetreos comunales, pues en los pueblos ribereños, acariciados por la brisa de los ríos y las cochas, todos sus vivientes dormitan inquietos esperando los días propicios para salir de madrugada a las playas, las purmas y el bajial, aunque tengan que cruzar extensos aguajales o un espeso yarinal.

Es, pues, mayo un mes de aprestos laborales.

En las entrañas recónditas del bosque, que ya presiente el inminente abandono de las aguas, el venado, la sachavaca,  la huangana, el otorongo, el sajino, y cuanta fauna caminante lo habita, al oler el nuevo perfume del ambiente, se aprestan a volver a sus antiguas querencias, que dejaron abandonadas al ritmo creciente de las aguas.

Aguas que se resisten al inevitable abandono que deben hacer  del bosque amado.

Sachavaca o tapir,  miembro de la rica fauna
amazónica
.
La enorme sachamama, saliendo de su profundo letargo en el que cayera tiempo atrás, se agita  perezosamente estremeciendo los árboles cercanos, quedando a la espera del paso distraído de  sus presas favoritas para atraerlas con el hilo invisible de su mirada irresistible, en medio del silencio profundo reinante en la extensión de sus dominios.

Y los peces, cebados hasta el hartazgo, vuelven su mirada hacia el río, como respondiendo a una invitación que sólo ellos comprenden.

Empiezan, entonces, a  prepararse para salir a disfrutar de nuevos espacios hacia donde se desplazarán,  obedeciendo a incontrolables impulsos que les vienen desde muy lejos en el tiempo.

Así, mayo habrá sido el escenario de nuestras vivencias en este mundo forestal, que nos ha de dejar una gran riqueza espiritual en el disfrute de todo cuanto la madre naturaleza nos ofrece, como invitándonos a poner en juego la inteligencia colectiva para crear nuevas formas de convivencia pacífica y armoniosa con ella.


Lluvias, tempestades, inundaciones, no son sino los retos que nos plantea este mayo desafiante, para que aprendamos a convivir con la naturaleza sin violentarla ni desconocer sus designios.

Diversidad florística, propia de nuestra región.
Mayo, pues, es la ventana para mirar a la naturaleza en todas sus manifestaciones, y aprender que aquí, en la Amazonía, es a ella a quien tenemos que obedecer y respetar, pues ignorándola y destruyéndola, a quien mayor daño hagamos será a nosotros mismos.

Mayo nos deja esa gran lección que debemos recordar  en cada ocasión en que pase por nuestras vidas.

¡Hasta la vista, mayo!

¡Espero tu eterno retorno, hasta que ya no me encuentres!