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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

domingo, 18 de noviembre de 2012

REQUENA: REMINISCENCIAS Y REFLEXIONES DESDE LA LEJANÍA (*)

Plaza principal, iglesia y C.E. PALP
de la ciudad de Requena

Prof. GABEL DANIEL SOTIL GARCÍA

Como muchos núcleos demográficos de nuestra región, transformados hoy en ciudades, Requena nació en la noche de los tiempos forestales, cuando aún se movían en absoluta libertad, por bosques, ríos y cochas, los pueblos de la familia Pano que se asentaran a la vera del Apu Paru (Gran Río), hoy Ucayali, con algún nombre que los regnícolas le asignaran de acuerdo con sus patrones culturales.

Hasta que, ya en el siglo XIX,  tenemos datos históricos de un pueblo llamado  San Martín del Tapiche, ubicado allí donde hoy está Requena. A comienzos del siglo XX resurge como centro misional por obra del P. Agustín López Pardo, honrando, a propuesta del escritor Genaro Herrera, el nombre de Dn. Francisco de Requena y Herrera,  quien gestara la reincorporación de los territorios que comprendía la Gobernación de Maynas al Virreinato del Perú.

Desde 1907, año en que fuera fundada dentro de los cánones de la cultura mestiza, Requena se incorpora a la vida oficial de la nación, con todos los beneficios y perjuicios que ello implicaba,  pues recibe la presencia de instituciones y funcionarios nominados por el poder central, muy prestos a dar cumplimiento a los mandatos recibidos.
Llegada de pasajeros en motonave fluvial.
  
Esta incorporación implicaba una nueva dinámica sociocultural a cargo de agentes que van apareciendo en la medida en que se incorporan nuevas personas y surgen inéditas necesidades nacidas, unas, al calor de su relación con el entorno inmediato y, otras, de las urgencias administrativas del lejano poder central, que la llevaría, años después, a convertirse en ciudad capital de la provincia del mismo nombre, integrando el entonces Departamento, hoy Región, Loreto, para orgullo de sus pobladores.

Con su nuevo ropaje mestizo, pero con fuertes reminiscencias indígenas, Requena ciudad empieza a auto construirse, aprovechando su alejamiento y relativo aislamiento,  como un pueblo en cuyas intimidades bullen  nuevas preocupaciones que nacen tanto del precioso escenario forestal que la rodea, caracterizado por la presencia de muy diversos y respetables Pueblos Indígenas y zonas privilegiadas por su biodiversidad, como de su propia interioridad comunal.
Vista parcial de la ciudad con el río Ucayali
al fondo.
 Hacia mediados del siglo próximo pasado, ya Requena se había labrado, en silente bregar,  una dinámica sociocultural que la hizo merecedora del epíteto de “La Atenas del Ucayali”, pues era el foco de irradiación de actividades que hacían recordar a esa antigua  y maravillosa ciudad griega, que deslumbró a los pueblos de su tiempo y marcó un rumbo de creación cultural para la posteridad. Sus pobladores, entusiasmados y comprometidos, hacían esfuerzos colectivos para mejorar su ciudad, pues era fácil ponerse de acuerdo.

Ubicada en la confluencia del río Tapiche con el Ucayali, era el centro de referencia más importante para los pueblos del llamado Bajo Ucayali que habían aceptado su hegemonía y colaboraban con ella. 

Vista de la ribera desde el promontorio
 El Peladillo.
Cuando tuve la oportunidad de conocerla, en la década de los 70s, conservaba aún ese halo, aunque ya sin mucha intensidad, de ser un foco irradiante de inquietudes culturales, que se materializaba, fundamentalmente, en sus instituciones educativas, que habían adquirido, en décadas de esfuerzos institucionales, un nombre propio: “Padre Agustín López Pardo” y  “María Inmaculada”, cuyos sistemas formativos, a cargo de órdenes religiosas católicas, gozaban de un gran prestigio, no sólo local. 

Todavía se podía respirar una dinámica interna de personas e instituciones preocupadas por darle prestigio, por hacerla importante. Tenían un norte, un propósito social.

Aún su radio demográfico tenía límites visuales y en su discurrir cotidiano se podía apreciar imágenes de un pueblo tranquilo, con sus aguateros madrugadores ofreciendo  sus servicios en acémilas pacientes y su bullicioso y efervescente mercado tempranero.   Ligados a la actividad forestal, orgullosos de sus ríos, cochas y lugares turísticos, sus pobladores generaban un ambiente con sabor a recuerdos ribereños, de feroces incursiones indígenas y  olor a tiempos difusos.
Casas ribereñas mostrando las condiciones
socio-económicas de un sector de moradores.

Ambiente en donde la inspiración de bardos apasionados, creativos y enamorados de las hermosas mujeres que adornaban el diario discurrir, se expresaba en serenatas medianochescas, a la luz de una Luna esplendorosa o en la penumbra nocturnal generada por la luz de las estrellas, frente a puertas o balcones, que no siempre respondían a las promesas o súplicas expresadas en versos portadores de los más profundos sentimientos. Noches románticas aquellas. Conmovedores hasta lo más profundo.

Muchas amistades, que sólo viven hoy en mis recuerdos, se hicieron inolvidables por su generosidad y su entusiasmo por mostrarme lo mejor de sus conquistas culturales con las cuales me enriquecí. Pese al tiempo pasado, aún escucho las notas dolientes o alegres de voces y guitarras en perfecta armonía, expandirse por los aires de aquella plaza central tranquila, serena y oscura, que invitaban al disfrute del paisaje cósmico en las horas de mayor oscuridad o a la vivencia de un furtivo y apasionado idilio en las penumbras callejeras de Manaos, el Peladillo y las pocas calles en donde ya tomaban formas urbanas la creciente ciudad.

Años después volví a visitar a la Requena de mis recuerdos.

La encontré efervescente como antes pero había ya perdido su tranquilidad, su sosiego, su romanticismo. Aquellos lugares con los que asocié hermosas vivencias, ya no existían. Mis recuerdos perdieron su referente objetivo, lo externo; pero, aún siguen en mi interioridad.

Puente sobre la quebrada "Camaná"desde 
el cual se puede apreciar el río y su febril 
actividad.
Requena era, como tenía que serlo, diferente. En parte,  yo había cambiado. Los ojos ilusos con los que la miré años atrás, se habían endurecido. Los avatares de la vida habían hecho mella en mi persona. Ya no era yo el mismo y, por lo tanto, Requena no podía seguir siendo igual.

Y no podía seguir siendo igual no sólo por mi manera de percibirla, sino porque ella misma había cambiado radicalmente como consecuencia de los cambios sociales y culturales producidos en la región, el país y el mundo entero.

Pues de pronto Requena empezó a recibir un flujo inusitado de vivientes, primero mayoritariamente provenientes del medio rural inmediato, movilizados por la búsqueda de mejores condiciones de vida. Luego, vendrían personas de otras regiones, andinas y costeñas. Con un flujo poblacional en constante aumento, la expansión se hizo incontrolada, sin horizonte. La fiebre del petróleo se calmaba, la desilusión teñía los rostros de niños y adultos y las necesidades desbordaban las previsiones y normas.

Con la expansión urbana, expresada en nuevos servicios sociales, pistas y calles y otros propios de las ciudades, Requena recibe el contingente de ruidosos motocarros que abren caminos hacia nuevos espacios siguiendo la línea de las riberas o invadiendo tradicionales lugares “afuerinos”. Se intensifica el comercio y la movilización incansable de pasajeros que tienen como puntos de destino y procedencia Iquitos y Pucallpa. De estos lugares se llevan no sólo mercadería material sino los patrones mentales con los que se afrontan las nuevas circunstancias. Los nuevos comportamientos empiezan a llegar en formatos electrónicos.
   
La población flotante se incrementa. Los conflictos sociales se hacen presentes y la desorientación social se hace cada vez más profunda.

La “Atenas” es hoy sólo un recuerdo de una época de esplendor que se generó en las convicciones de las generaciones que vieron un horizonte promisorio en el tiempo y  el espacio y lucharon por alcanzarlo.

Pero fueron otras circunstancias, otros tiempos, diríamos mejor.

El incansable Apu Paro de otras épocas, siglos mejor dicho, sigue hoy discurriendo con un nombre distinto. En sus aguas y palizadas se han ido algunas ilusiones; pero, ellas mismas siguen trayendo nuevos desafíos que las actuales generaciones deben aprender a interpretar para asumir las responsabilidades que les competen por ser vivientes de aquellos espacios que ancestralmente fueran vistos como escenarios de promisión, condición que no han perdido mientras existan personas pletóricas de amor por su terruño.  

Casas flotantes en la entrada de la ciudad.
Es, pues, plena responsabilidad de las actuales generaciones el construir una nueva Requena en consonancia con su forestalidad, su prodigiosa biodiversidad, su multiculturalidad, el respeto por su pasado y su fe en el futuro. Construcción que sólo puede ser hecha por quienes la aman plenamente, contando con una educación que propicie en las nuevas generaciones mejores capacidades de comunicación, el respeto por su memoria cultural, el más profundo conocimiento de sus riquezas culturales y naturales y las capacite para transformarlas en riqueza social para todos. Una educación al servicio de la elevación de las condiciones de vida social.

Sólo la decisión de personas e instituciones comprometidas con el desarrollo de su pueblo hará posible el cambio de las actuales condiciones, pues Requena ciudad y Requena provincia tienen el potencial humano y natural suficientes para construirse dentro de nuevos paradigmas de justicia social.

El tiempo es oportuno para  decidirse a inventar esa nueva Requena, original, auténtica, para orgullo de todos sus descendientes y de quienes la queremos.

(*) Artículo publicado en: KANATARI 1200, Requena, un siglo de historia. Iquitos, setiembre, 2007.


sábado, 17 de noviembre de 2012

ENTREVISTA POR BODAS DE ORO "MORB"


ENTREVISTA CONCEDIDA A LA REVISTA “VISIÓN EDUCATIVA”
CON MOTIVO DE LAS BODAS DE ORO DEL
C.E. (Ex G.U.E.) “MARISCAL ÓSCAR R. BENAVIDES”

 Prof. Gabel Daniel Sotil García

¿Cree Ud. que las propuestas educativas que vengan del gobierno central van a solucionar los problemas educativos de nuestra región?

Hasta hoy, la historia nos viene demostrando, convincentemente, que las medidas adoptadas por el Gobierno Central, frente a cualquiera de nuestros problemas, sean de salud, económicos, políticos, culturales, ecológicos, etc., no han logrado solucionarlos; antes bien, han venido agravándolos o, en en mejor de los casos, paliándolos. En el marco del centralismo tradicional en nuestro país, el subdesarrollo se ha fortalecido y la pobreza se ha agravado. Precisamente, la descentralización político-administrativa, que se ha puesto en práctica  con la creación de los Gobiernos Regionales, que debería tener como objetivo que las decisiones sean tomadas lo más cerca posible de la realidad para que sean efectivas, hasta el momento demuestra lo contrario. De ello deducimos que cualquier decisión que venga impuesta desde el centro del poder, aún prevalente, no tendrá sino el efecto de prolongar la vigencia de nuestros problemas; por lo tanto, a pesar del cambio de nombres, considero que las diversas decisiones relacionadas con la educación en nuestra región  no tendrán ninguna efectividad o tendrán efectos muy relativos y, en consecuencia, los problemas educacionales seguirán sin solución.

Con su experiencia pedagógica, ¿cómo cree que se pueda superar los problemas educativos de nuestra región?

La  receta es sencilla: que se nos permita participar en la búsqueda y construcción de las soluciones tanto al magisterio como a la comunidad de nuestra región, respetando nuestra diversidad tanto cultural como ecológica. Si nosotros  participamos en la búsqueda de las soluciones, con toda seguridad que adoptaremos las mejores decisiones; y, si nos equivocamos en un primer intento, aprenderemos para la siguiente oportunidad. Eso se llama aprendizaje social, que no lo tendremos jamás mientras las decisiones las sigan tomando los funcionarios del Ministerio, marginándonos a nosotros, que somos quienes mejor conocemos nuestra realidad, y restringiendo nuestro rol sólo al de simples cumplidores.

¿Por qué hasta ahora no se ha llegado a un acuerdo sobre una propuesta educativa regional?

Pues porque no se ha buscado ese acuerdo con absoluta seriedad. Propuestas existen, pero nadie las analiza y evalúa. Los Directores Regionales, absorbidos por  las tareas administrativas que les impone el Ministerio y Gobierno Regional en el corto tiempo que tienen de permanencia en el cargo, no han dedicado tiempo para tal cosa, a pesar de que en las normas emitidas y vigentes ya disponen tal propósito. Mientras haya precariedad en el desempeño de sus funciones, los directivos educacionales no podrán dedicarse a la promoción y construcción de un proyecto educativo regional. Sin embargo, tenemos que confesar que ya hay un gran avance en ese sentido, que se plasma en los proyectos de desarrollo tanto institucionales  como curriculares, que algunos centros ya han elaborado. Allí tenemos experiencias que habría que aprovechar, para que la construcción de dicho proyecto regional vaya en sentido ascendente, inductivamente. Tengo la impresión de que el actual estancamiento en el avance del PER se debe a intereses políticos de las autoridades. Avance teórico hay, pero no hay inicio financiado de programas para hacer realidad los postulados regionales.

¿Qué mensaje daría al Magisterio?

Que asuma a plenitud su responsabilidad de contribuir con la construcción del proyecto educativo de nuestra región amazónica con total coherencia con nuestras características, nuestros problemas, nuestras potencialidades, pues es el que mejor los conoce.
De nosotros depende que dentro de algunos años tengamos la educación que merecemos y necesitamos para promover nuestro desarrollo regional, es decir, para la elevación de la calidad de vida de las personas y pueblos que compartimos esta región.
Para poder participar en esta tarea es indispensable que nos aboquemos a un profundo conocimiento de nuestra realidad, pues, como sabemos, la educación tradicional no nos posibilitó el necesario conocimiento que debemos tener de ella y, por lo tanto, no podemos tomar las decisiones adecuadas. Vaya pues mi invocación para dedicarnos a tratar de comprender a plenitud nuestra región, superando los falsos conocimientos o conocimientos tergiversados que tenemos de ella. No debemos olvidar que, sin este previo conocimiento de nuestra parte, no podremos realizar la DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR, que es lo único que posibilita la PERTINENCIA CURRICULAR.

Opinión sobre la BODAS DE ORO  del C.E. “MORB”.

Ante todo, quiero decir que mi ejercicio magisterial lo inicié aquí, en abril de 1966. Entonces para mí, este centro educativo tiene un gran significado existencial así como profesional, pues aquí comencé  a aprender a ser Maestro, tarea que, por cierto, aún no termino. Pero, no sólo eso. Lo he visto en gran parte de su trayecto histórico, construyéndose como institución educativa con su propia personalidad, por el esfuerzo de los profesores, profesoras y personal administrativo que ha pasado por sus ambientes.

Considero, pues, que  estas BODAS DE ORO deben ser una oportunidad propicia para la reflexión colectiva de la comunidad “benavideña”, que le permita una clara y lúcida toma de posición frente a la educación amazónica, definir sus roles en este proceso de regionalización y establecer sus pautas institucionales para contribuir con la construcción de nuestro desarrollo regional. 

Este centro educativo requiere, por sus dimensiones históricas, ubicarse como un centro de donde emanen análisis de nuestra realidad educativa, reflexiones sobre nuestros problemas, propuestas para solucionarlos, etc.

Finalmente, quiero expresar a la comunidad de este centro, nuestro saludo y felicitaciones con motivo de estas BODAS DE ORO institucionales.




domingo, 11 de noviembre de 2012

EDUCACIÓN Y SALUD


Para regionalizar nuestro currículo
Prof. Gabel Daniel Sotil García

Es en el ámbito escolar en donde los niños
deben adquirir los conocimientos y actitudes
fundamentales para conservar su salud como
producto de un currículo pertinente.
Increíblemente, pese a la permanente referencia del Ministerio de Salud a estadísticas de morbilidad y mortalidad de niños y madres y otros graves problemas que afectan a nuestra población urbana y rural, en especial la infantil, en lo que se refiere a los aspectos de salud en nuestra región, las autoridades educacionales no se atreven aún a dar un viraje respecto a los contenidos curriculares de  los niveles inicial, primaria y secundaria.

La actuación desarticulada entre las entidades de los sectores educación y salud, producto de una visión obsoleta de ambas dimensiones del quehacer sociocultural, viene  generando que cada uno de estos sectores trabaje por su cuenta en forma paralela sin las necesarias coordinaciones e integración de programas con los que, actuando en forma conjunta y coordinada, podrían optimizar sus logros, fundamentalmente en el aspecto preventivo del cuidado de la salud.

Obedeciendo a la unidireccionalidad de actuación impuesta desde las sedes centrales y centralistas de cada uno de los sectores, educación y salud, sólo establecen coordinaciones superficiales y de endebles estrategias por el carácter ocasional con que se desarrollan acciones coyunturales respecto a objetivos puntuales relacionados con el componente SALUD de los educandos (desinfecciones, vacunaciones, desparasitaciones, etc.).

El potencial piscícola nos asegura, con un uso
racional, el desarrollo armónico de
nuestra niñez. 

Esta forma de actuar es una herencia tradicional, y por cierto que obsoleta ya, en la actuación de ambos sectores claves tanto para fines de formación integral de las nuevas generaciones como  para responder a los requerimientos de desarrollo de nuestros pueblos y comunidades que, de esta manera, se ven privados del potencial humano con el necesario substrato psico-biológico para transformarse en verdaderos promotores y gestores del mejoramiento de las condiciones de vida de sus respectivas comunidades.

Y es que un niño entregado socialmente al riesgo de sufrir cuanta enfermedad lo pueda afectar SE ENFERMA, así, contundentemente. Se enferma por falta de prevención, por falta de nutrientes o por falta de medicamentos y de la atención con los servicios pertinentes. Pero, se enferma más por falta de educación, de formación para administrar su comportamiento defendiéndose de los agentes que atentan contra su integridad orgánico-psicológica.

Si se enferma o no se nutre bien, su organismo se verá afectado, tanto en lo biológico (no crece adecuadamente, se debilitan sus defensas, no madura oportunamente, etc.) como en lo psicológico (aprende menos, o con mayor dificultad a pesar de sus esfuerzos, no puede concentrarse, no se desarrolla psico-espiritualmente, etc.). 

Con proyectos de zoocría (sajinos, añujes, etc.)
 tanto en las escuelas como en las comunidades
 contribuiríamos con una mejor alimentación
de nuestra niñez.
En consecuencia, para no enfermarse debe vivir en un ambiente limpio, debe aprender a alimentarse y a asearse. Para prevenir muchas de las enfermedades y evitar los peligros,  el niño  debe ser  preparado  con conocimientos, actitudes, valores y destrezas apropiadas.
Sólo así aprenderá a leer mejor, a comprender y razonar, a  apreciar  lo bueno y lo bello, a tener una actitud positiva ante la vida, una más alta autoestima y podrá contribuir con el desarrollo de su comunidad.

¿Se puede lograr esto con acciones eventuales, esporádicas y fragmentadas de las instancias de salud?

Por razones obvias, provenientes de los efectos de los programas epidemiológicos y otras acciones de atención social, la respuesta es NO.

Soy de la opinión, y no desde ahora sino desde hace más de treinta años, que lo que debemos hacer es incorporar el componente sanitario y alimenticio - nutricional al currículo de la escuela.

Extraordinaria fuente de proteínas, el PAICHE debe ser
componente de una política de salud y nutrición  para
la educación regional. 
Una actuación coordinada entre los profesionales de ambas entidades regionales (médicos, enfermeras, nutricionistas y profesores) dará como resultado que se incorpore los contenidos formativos fundamentales en el desarrollo curricular y la educación de las nuevas generaciones alcanzará mejores niveles cualitativos. El conocimiento de la realidad socio-sanitaria y alimentario-nutricional de nuestra región posibilitará una selección coherente de contenidos funcionales con los requerimientos individuales y comunales de los educandos de inicial, primaria y secundaria.  

Entonces, las acciones de capacitación, elaboración de material didáctico y una estrategia de acciones de coordinación estructural  serán necesarias para el logro de este propósito del más alto interés de nuestra región, pues sus resultados se verán a mediano y largo plazo en el desempeño de los futuros ciudadanos.

Diversidad de frutos con potencial nutricional que
nos ofrece nuestra región.
Bien sabemos que muchos de los aprendizajes a que obligamos adquirir a nuestros educandos no tienen mayor significatividad en su vida individual y socio-comunal; sin embargo, dejamos de lado aquellos aprendizajes estimulantes de dimensiones cognitivas, axiológico-actitudinales, volitivas, etc.  de verdadera trascendencia, entre los cuales, indudablemente se encuentran los aprendizajes relacionados con la salud de los educandos.
En consecuencia, si en verdad, más allá de las  promesas, queremos que mejore la calidad de la educación en nuestra amazonía, y la AMAZONÍA misma, debemos ya regionalizar nuestro currículo incorporando el componente de salud y nutrición.


Art. publicado en semanario KANATARI,  11-11-12, WWW.CETA.ORG.PE/KANATARI


miércoles, 7 de noviembre de 2012

LA UNAP EN SU CONTEXTO


-MIRANDO NUESTRO ENTORNO PARA ENTENDER NUESTRA INTERIORIDAD-
Prof. Gabel Daniel Sotil García

Introducción
Entre los días 12 y 13 de enero de 2001 se llevó a cabo el I SEMINARIO DE AUTOEVALUACIÓN INSTITUCIONAL, por acuerdo de las autoridades de aquel entonces y dando respuesta a necesidades expresadas por la comunidad académica. El producto tangible de aquel evento fue el libro LA UNAP EN SU CONTEXTO, conformado por las diversas exposiciones desarrolladas en dicha ocasión. Dada la importancia de su contenido, queremos compartir lo expresado en el discurso de presentación en la ceremonia que con dicho fin se realizó, pues es nuestra obligación preservar y difundir los productos de nuestros esfuerzos institucionales.
Local de la Facultad de Medicina Humana.
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"Para abordar el análisis del libro LA UNAP EN SU CONTEXTO, se hace necesario que puntualicemos las premisas que, a nuestro entender, fundamentan y orientan dicho análisis.

Consideramos que la primera que debemos puntualizar es la relativa a la peculiaridad o unicidad de nuestra región por ser, precisamente, el entorno de nuestra Universidad. Y esta unicidad se refiere a lo ecológico, lo histórico, lo cultural y lingüístico, lo político, lo económico, etc. como se puede constatar en las exposiciones conformantes de dicho libro. Es decir, tenemos un entorno construido con características propias que constituyen su PERSONALIDAD HISTÓRICA Y SOCIOCULTURAL sobre la base de un substrato ECOLÓGICO también único en nuestro país, y que expresa su vocación más dominante: la heterogeneidad propia.

Una segunda premisa, que no por obvia debe dejarse de tener en cuenta, sino todo lo contrario, es el proceso de globalización en el cual nos encontramos inmersos de múltiples maneras, cuya vocación es la homogeneización más plena,  en el tono más amenazante para nuestros pueblos y mediante  mecanismos cada vez más contundentes.

Local de la Facultad de C. de la Ed. y Humanidades.
Este proceso de globalización tiene un doble significado para nuestra región: por una lado es una invitación a incorporarnos indistintamente en el concierto de los pueblos absorbidos, perdiendo nuestros rasgos distintivos; pero, por otro, que es el más importante, un reto para incorporarnos  al proceso de disfrute de lo mejor que la sociedad humana puede ofrecernos pero sin perder nuestra personalidad. Es decir, seguir siendo distintos, para enriquecer lo más hermoso que tiene nuestra especie: su diversidad.

Por cierto que nuestra propuesta es que en el fragor de ambas fuerzas, que generan un campo de tensión, tenemos que tomar una decisión colectiva para construirnos como una institución que, respondiendo a nuestra peculiaridad regional, seamos parte también del mundo globalizado, en condiciones de exhibir nuestro ser propio, es decir, de lograr el reconocimiento de las demás instituciones por lo que tenemos de propio y diferencial y no por lo que nos parecemos a  otras. El logro de este propósito implica enfatizar  nuestros esfuerzos en el proceso creativo, autoconstructivo, en consonancia con nuestra natural y milenaria vocación diversificadora regional, pues no debemos olvidar que la nuestra es la región con mayor diversidad biológica y lingüístico-cultural, para hacer de nuestra universidad no una institución más sino una  universidad única.

Talvez por ello sea que en la introducción de este libro, cuya presentación nos convoca en esta oportunidad, se expresa que (y cito) “La Universidad es una institución creada por el esfuerzo de la sociedad humana. Su justificación se halla en el seno mismo de la comunidad que la alberga, en donde encuentra su origen y su sentido.
Local de la Facultad de Farmacia y Bioquímica.

Para nosotros, esa comunidad es nuestra región amazónica, por lo tanto, la finalidad más trascendente de la UNAP es la de servir a su desarrollo, posibilitando la solución de sus problemas y contribuyendo a la construcción de una sociedad regional con plena coherencia con su entorno ecológico, histórico y sociocultural, orientando su accionar a la creación de una perspectiva de enfoque cultural propio de nuestra realidad”.

Dicha presentación culmina diciendo que este documento ha sido (vuelvo a citar) “elaborado con la finalidad de que sirva como documento base para  el diseño de nuestra actuación institucional, expresada en el propósito de construirnos como UNIVERSIDAD AMAZÓNICA al servicio de nuestra AMAZONÍA”.

Es decir, reconocemos la peculiaridad de nuestro entorno  y la tomamos como el referente primigenio no sólo para juzgar nuestra institucionalidad sino para crear su intencionalidad teleológica, aunque reconocemos que no es un referente excluyente sino complementario con otros referentes.

Por cierto que este reconocimiento expresa, a su vez, nuestra decisión de aprender a percibirnos con nuestros propios ojos y no a través de ojos ajenos; así como también el dejar de lado el afán de parecernos a quien creemos o considerarnos superior, lo cual de no ser así, no expresaría sino una profunda debilidad institucional y una evidente alienación a intereses que no son los nuestros.

Es en este sentido que el diagnóstico general que constituye el libro “LA UNAP EN SU CONTEXTO” expresa una automirada regional, una autorreflexión relativizadora de las decisiones internas que hemos venido tomando en estos cuarenta años de vida institucional, período que nos brinda los suficientes elementos de juicio para abordar, con toda objetividad, la otra autorreflexión que inevitablemente debemos realizar: la interna, la dirigida a nuestra actuación.

Por ello es que es necesario, para nuestros intereses institucionales, que conozcamos las consecuencias más saltantes de las diversas rutas de acceso, o trochas de análisis, como diríamos en nuestro lenguaje regional, que se consignan en el documento en mención.

Local de la Facultad de Ciencias Biológicas.
La primera ruta de análisis nos lleva a los campos ideológico y psicológico, en los cuales el autor, luego de hacer el reflotamiento de los implícitos ideológicos que han tenido y tienen aún vigencia en nuestra región, y la atmósfera que ha actuado como placenta psicológica para nuestra dinámica social a partir del coloniaje, concluye poniendo al desarrollo humano como el  referente más trascendente de nuestra institución, es decir , aquella dinámica para el logro de mejores condiciones de vida que tenga al ser humano como el origen y el fin de toda acción, promoviendo la plena gestión de las comunidades para lograrlas, dando vida, así, a un desarrollo endógeno, por lo cual se hace necesario que nuestra universidad realice la labor de armonizar los avances científicos y tecnológicos con los saberes tradicionales de dichas poblaciones en la más plena actitud de respeto por nuestra ancestralidad. Como consecuencia de ello, tendremos a una UNAP abierta a la universalidad pero desde su singularidad, es decir, sin perder sus características propias.

La segunda ruta de aproximación a nuestro contexto está dirigida a su aspecto ecológico y de recursos naturales, cuya riqueza y diversidad se describe, que es el que constituye el substrato material sobre el que discurre nuestra vida, individual y social, respecto al cual se reclama una universidad plenamente consciente de sus características, potencialidades y problemas generados por la actuación de las comunidades que comparten este espacio. Por lo tanto se exige una acción institucional dirigida a la gestión ambiental de profundo  conocimiento y de pleno uso de los recursos naturales en condiciones de sostenibilidad, para cuyo logro se le propone  priorizar el ordenamiento ambiental como instrumento  dirigido a orientar y establecer las condiciones de uso del espacio y de sus componentes de acuerdo a sus características ecológicas, económicas, culturales y sociales. En todo caso, se propone que la Universidad defina con claridad el rubro en el cual debe liderar en cada una de sus funciones: docencia, investigación y proyección social, para una labor de mayor trascendencia o significado para nuestra región.

El tercer aspecto analizado corresponde al componente histórico, en el cual el autor, luego de  presentarnos el panorama de las decisiones colectivas tomadas a lo largo una ruta milenaria, que se inicia con el accionar de los Pueblos Indígenas y continúa en el presente, con todos nuestros aciertos y errores colectivos, nos invita a construir una universidad con mayores compromisos con su entorno social, posibilitando la formación de profesionales científicos sociales que nos posibiliten lograr mayores niveles de conocimiento y entendimiento de nuestro decurso histórico, como requisito indispensable para interpretar y entender  nuestro presente y vislumbrar reflexivamente  nuestro futuro. En el marco de análisis de este aspecto contemplamos un decurso histórico al que se ha pretendido  ignorar en la historia oficial peruana, a pesar de la  riqueza y significado para la historia nacional, por ello es que el autor, con legítima preocupación se pregunta en qué medida nosotros en la Amazonía tenemos una clara y transparente memoria del proceso histórico regional. Creemos que la respuesta es un reto para nosotros, individual e institucionalmente.

Local de la Facultad de Odontología.
Una cuarta ruta de acceso nos permite llegar al campo político-administrativo de nuestra región en el cual encontramos todo un proceso de permanente experimentación de modelos político-organizacionales extrapolados de otras realidades para lograr el control de esta dimensión desconocida que siempre fue nuestra región para todos los gobernantes de turno, desde la época colonial. Vemos aquí que, a  partir de 1542, año en que oficialmente diríamos se obstruye el normal discurrir de la dinámica de los Pueblos Indígenas, hasta el presente no hemos sido sino un escenario de imposición política, para satisfacer afanes de dominio de grupos, castas o clases sociales a los mayores costos medioambientales, socioculturales y psicológicos. Vemos aquí a una Amazonía víctima de los prejuicios de sus conquistadores, sean militares, misioneros, empresarios, políticos, funcionarios, etc. quienes han asumido su conducción político-administrativa sin tener un mínimo del necesario conocimiento sobre su realidad, ejerciendo un poder lejano y sólo interesado en el aprovechamiento de nuestras riquezas, sin importarle atender a nuestra peculiaridad social, cultual y geográfica y desarrollar una política en consonancia con tales característica. Frente a este panorama la UNAP se ve retada a dar respuestas creativas para lograr sistemas racionales y eficaces para administrar políticamente la participación comunal, la creatividad colectiva y  el logro del bienestar social con los menores costos culturales, ecológicos y sociales. Es decir, sistemas al servicio de los más altos intereses de nuestra región, para superar el nefasto y arraigado centralismo que hoy nos agobia castrando toda iniciativa provinciana exitosa en la solución de nuestros problemas, impidiendo así nuestro desarrollo.

La quinta trocha está dirigida al aspecto económico. El autor nos invita a hacer un recorrido por los diversos momentos distinguibles en la secuencia de los diversos modelos o sistemas de uso de nuestros recursos naturales. Aquí aparece, desde sus lejanos orígenes, dibujado a plenitud el extractivismo mercantilista de carácter  exportador impuesto a  nuestra región desde los tiempos coloniales para saciar la voracidad destructora de nuestras riquezas materiales, a despecho de todo un pasado de uso racional de nuestros recursos.  Y con ello, las consecuencias depredantes de nuestros legados culturales y lingüísticos, es decir, el etnocidio y el genocidio al que contribuyeron estos sistemas económicos impuestos. En este campo, nuestra universidad enfrenta el reto de planear soluciones sistematizadas para la defensa y preservación de nuestros recursos dentro del marco conceptual y criterios de operativización del desarrollo sostenible, que no es un invento de la ciencia moderna sino de los Pueblos regnícolas de nuestra región,  quienes supieron comprender los múltiples mensajes forestales.

En el aspecto demográfico, que es el objetivo de la sexta ruta de acceso analítico, el autor hace una presentación panorámica de la dinámica, orientación y características de las poblaciones conformantes de nuestra región en los diversos hábitat distinguibles, los mismos que han generado, a su vez, formas de actuación propias de cada grupo humano, surgiendo de ello propuestas económicas de uso de nuestros recursos, tales como la campesino ribereña, la indígena y la tecnológica.  En este sentido, la UNAP se ve enfrentada al reto de profundizar la comprensión de dicha dinámica y dar respuestas adecuadas para atender las respectivas peculiaridades. En todo caso se le propone elaborar una visión integral, que articule los aspectos sociales, económicos, tecnológicos, culturales y ambientales para diseñar una óptima estrategia de acción, para atender las demandas de un universo demográfico bullente, cambiante, inestable pero siempre lleno de potencialidades que debemos interpretar para su mejor administración.

La sétima ruta de acceso está dirigida al campo de la salud regional, en el cual la autora hace una presentación de los aspectos generales mediante índices cuantitativos con abundante material gráfico objetivador para facilitar nuestra comprensión. La configuración de nuevos escenarios, la aparición de nuevos actores y demandas de los servicios y la conformación de un nuevo perfil epidemiológico, significan nuevos desafíos para nuestra universidad, a consecuencia de los cuales debe replantear, muy creativamente, su estrategia de formación de los profesionales de la salud, para lo cual debe insertarse en el ámbito de las decisiones en el campo de la salud, asumiendo un rol cada vez más activo dentro de la colectividad.

En el aspecto cultural, la autora nos presenta la mega diversidad sociocultural característica de nuestra región, puntualizando los factores que le han dado origen, así como las interacciones que se han establecido entre sus diversos componentes, enfatizando el principios de que una diversidad inteligentemente gerenciada, antes que un problema para nuestra región, incuba grandiosas posibilidades para encontrar soluciones a nuestros problemas. Vemos, así, a una Amazonía en cuyo seno se vienen generando procesos de enfrentamientos, adaptaciones y transformaciones políticas, sociales, culturales y económicas, evidenciando la gran heterogeneidad sociocultural y lingüística, que hoy constituye nuestra mayor riqueza espiritual y que, de ninguna manera, es antinómica a un proceso de articulación armoniosa y respetuosa, que es el fundamento para una educación intercultural, hoy tan necesaria en nuestra región y país. Es así como nuestra Universidad se ve requerida para la profundización  del conocimiento  de este proceso diversificador, la preservación de la heterogeneidad cultural y la destrucción de esa enfermedad social que afecta a toda la colectividad nacional que es el racismo. De aquí que debamos asumir el reto de privilegiar los estudios científicos sociales mediante la creación de las especialidades pertinentes, tales como Etnohistoria, Arqueología, Antropología, Lingüística, etc., para lo cual tenemos todo un universo de informaciones que debemos levantar, sistematizar y aplicar para la solución de nuestros problemas.

El aspecto educacional es el objetivo de la novena ruta de análisis. Esta sección se inicia con la puntualización de los roles reales que desempeña la educación en nuestro país y región, a despecho de los visibles y aparentes. Luego se puntualizan las características más saltantes de dicha educación, las mismas que han tenido un  efecto determinante en la construcción colectiva de una imagen tergiversada de nuestra región, a partir de la cual hoy día decidimos nuestros comportamientos, tanto individuales como colectivos respecto a ella.  Por cierto que estos comportamientos no son los más propicios para nuestra región, pues ella es visualizada a través de mitos ideológicos, prejuicios y paradigmas mentales generados para mantener a nuestra región como el botín de libre disposición para quienes aún dominan y quieren seguir dominando a nuestro país. A partir de la toma de conciencia de esta realidad, nuestra universidad se ve enfrentada a tres retos fundamentales: la promoción de una educación realmente amazónica, la promoción del cambio de la imagen interna que los peruanos y nosotros mismos tenemos de ella y la promoción de nuestro desarrollo. Por cierto que las respuestas a teles retos tienen que ser construidas con la más plena participación de todos nosotros, como evidencia de nuestro supremo compromiso con nuestra región.

En el último componente del libro se aborda el tema de la administración universitaria, para lo cual se esboza el panorama general dentro del cual se genera la institución llamada Universidad; luego se puntualiza el caso particular de nuestra universidad desde su creación y su inserción en el cuerpo jurídico nacional así como los efectos de la actual ley universitaria en nuestra marcha administrativa y académica.

Finalmente, es nuestra obligación expresar que emanan del libro LA UNAP EN SU CONTEXTO múltiples perspectivas, cuya concreción depende de nosotros mismos, en la medida que nos atrevamos a superar los límites de nuestros respectivos campos profesionales. La necesidad de un cambio generado en nuestra interioridad y la de crear nuestra propia manera de ser universidad en nuestro país, caracterizada  por la  permanente búsqueda de respuestas propias, la incorporación de un universo cognoscitivo conformado por los aportes tanto de la cultura mestiza como del mundo indígena y la construcción de un nuevo universo valorativo que guíe nuestra actuación institucional, teniendo como referentes primordiales la defensa y conservación de nuestra riqueza ecológica y nuestro patrimonio sociocultural y lingüístico.

Construirnos así implica insertarnos en el proceso de globalización mundial con nuestra propia personalidad institucional y no en condiciones de subordinados.

martes, 6 de noviembre de 2012

LA CONSTRUCCIÓN DE UN IMAGINARIO FORESTAL


A propósito de la semana forestal

Prof. Gabel D. Sotil García, FCEH - UNAP

Atardecer en carretera Iquitos- Nauta
Foto: G. Sotil Flores
Se hace necesario que escenarios celebratorios como la presente “Semana forestal”, sean dedicados tanto para la descripción y el festejo como para la reflexión comprometida, en este caso concreto, acerca de nuestra forestalidad.

En este sentido, deseamos contribuir con este propósito, abordando un aspecto de la problemática ambiental regional que lo consideramos de primerísima importancia: el componente psicológico.

Para muchos de los que vivimos en esta pródiga región nos es familiar el universo de problemas que vienen afectando al ambiente, al bosque, en el que hacemos nuestra vida: deforestación, contaminación en sus diversas formas y agentes, destrucción de hábitats naturales, sobreexplotación de especies florísticas y faunísticas, degradación de los suelos, etc.

Sin embargo, hasta el momento no estamos enfatizando suficientemente el componente psicológico que, a nuestro entender, es el causante más decisivo en el origen de esta problemática; es decir, estamos dejando de lado el aspecto formativo de las personas en su relación con nuestro bosque.

Pareciera que no damos importancia al conjunto de imágenes mentales que, en cada  uno de nosotros se construye  a lo largo de la vida, por efectos de la confluencia de variados factores, que es el que determina la percepción de nuestro entorno ambiental, por parte de cada persona.
La construcción de un imaginario coherente con
el entorno forestal debe tener la máxima
prioridad educativa.

Es de la calidad de este imaginario que depende, también, la calidad de la actuación de cada persona respecto a su ambiente. Por ello es que es de suma importancia dar una mirada a esas imágenes colectivas que hoy rondan en nuestras mentes, si queremos detener o morigerar los efectos destructivos que venimos generando en nuestro ambiente amazónico.

En el nivel nacional, es evidente, la palabra selva tiene connotaciones muy diversas, que nos llevan a imaginar o representarnos un espacio sin mayor importancia para nuestro país (pensemos en los 777 000km2 de territorio selvático  que hemos cedido a los vecinos como consecuencia de diversos tratados), sumamente despoblado o un “inmenso vacío demográfico” (pensemos en los diversos proyectos de colonización agraria de esta región promovidos por las esferas oficiales o espontáneos, para poblarla con personas nacionales o extranjeras o la subasta de los bosques, sin conocimiento ni participación de las poblaciones afectadas, etc.), con recursos inagotables que sólo deben ser extraídos para  exportarlos (la selva “es la despensa del Perú”), un espacio aún disponible para la conquista o que es el infierno verde, etc. En suma, no se ha aprendido a percibir a nuestra región como lo que es: un espacio también peruano, esencialmente forestal, ocupado por poblaciones que manejan criterios muy propios, con enormes potencialidades ecológicas y socioculturales, diferente al resto del país, que requiere una política promotora, coherente con sus características.
Tenemos que aprender a percibir al bosque tal
 y como es, no como quisiéramos que sea.

En el nivel interno, regional, pero sólo en el ámbito de la cultura mestiza, que es la que tiene excluyentemente el poder político, falsas imágenes  mentales gobiernan la actuación de quienes la conforman (con mayor peligrosidad aún en las esferas del poder administrativo, una de las caras del poder político). Se sigue viendo a nuestra región “carente de bosque” (el bosque real no hemos aprendido a percibirlo pues ni en los libros escolares está presente; en todo caso, hay que destruirlo para hacer grandes extensiones agrícolas, ganaderas o grandes ciudades),  una futura región agraria (tenemos Ministerio de Agricultura, no Forestal), que requiere de innumerables carreteras (aún no vemos los ríos, que hacen que ésta sea la región más intercomunicada de todas  en nuestro país), de exclusivo dominio de las sociedades mestizas (ni en las decisiones para planificar nuestro desarrollo regional tomamos en cuenta a quienes mejor conocen al bosque: los indígenas), etc.

Es decir, un imaginario impuesto, artificial, falso, destructivo, etc. es el que hoy rige nuestros comportamientos sociales, con las consecuencias que fácilmente podemos constatar en la actualidad.

En fin, por la importancia que tiene en la cotidianeidad de nuestra actuación como ciudadanos comunes y corrientes, como en el diseño de políticas coherentes con nuestras características regionales, por parte de las personas con la respectiva autoridad, consideramos necesario poner un especial esmero en la sustitución de tales imágenes, tanto a nivel nacional como regional y fortalecer la construcción, tanto desde la educación formal como de los medios de comunicación social, de un imaginario propicio para una acción social que garantice la defensa y preservación de las riquezas ecológicas, paisajísticas, sociales y culturales de esta hermosa región, tal y como lo tienen los Pueblos Indígenas .

Imágenes que correspondan a lo que realmente somos como unidad diversa, con potencialidades que tenemos que aprender a descubrir,  valorar y aprovechar constructivamente, para beneficio de todos quienes habitamos en ella.

Pletórico de mensajes estéticos, nuestro bosque
hoy sólo sirve para extraer sus riquezas materiales.
Foto: IIAP
De ese imaginario va a depender que sigamos contando o no indefinidamente con nuestra región como un emporio forestal, propicio para una vida humana superior de todos los Pueblos y Culturas que la habitan.

Pero, dicho imaginario, en el marco de la cultura mestiza, predominante en estos momentos en nuestra región, no se construirá solo. Tenemos que hacer esfuerzos sociales, a partir de una educación forestal pertinente, para lograr dicho propósito.

Es éste, así lo consideramos, un aspecto justificatorio de la celebración de esta SEMANA FORESTAL.

 


domingo, 4 de noviembre de 2012

REGIONALISMOS LINGÜÍSTICOS AMAZÓNICOS (11)


Prof. Gabel Daniel Sotil García 

UBILLA, uno de los diversos y exquisitos
frutos amazónicos.
Árbol que produce la UBILLA.

Ubilla: (Pourouma cecropiaefolia) Árbol de nuestra región que da unos frutos en racimos, redondos, dulces y jugosos, parecidos a las uvas.








Árbol que produce los UBOS

 Ubos: (Spondias mombin) Fruto tropical, de agradables olor y sabor. Rico en hierro y vitaminas A y C. En refresco es exquisito. Uno de los frutos preferidos de los motelos (tortuga de tierra).

  Ungurahui: (Oenocarpus bataua) Fruto de la palmera del mismo nombre, con el que se prepara un riquísimo refresco. Tiene otros usos industriales.

UMARÍ, en una de sus variedades.
Foto: Prof. Héber Sánchez.
 Umarí:(Poraqueiba sericea) Fruto amazónico de olor y sabor muy agradables. Aparece por temporadas y es consumido untándolo en el pan, como si fuera mantequilla o, también, directamente, pelándolo con los dientes.


Urcututu: (Otus choliba) Lechuza. Ave rapaz nocturna; su canto  ondulante, del cual deriva su nombre regional, "urcutututuuuu", augura sucesos, según creencias selváticas.
Par de URCUTUTUS o lechuzas.
Foto: Biól. José Álvarez