Datos personales

Mi foto
Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

domingo, 22 de abril de 2012

ABRIL EN LA REGIÓN OMAGUA


EL ABRAZO FORESTAL


Prof. Gabel Daniel Sotil García


Espesos nubarrones se solazan  
contemplando al Amazonas, antes 
de engrosar su caudal.
Por una especial deferencia de la madre naturaleza, la selva tiene sus leyes particulares, propias, dentro de las leyes generales que rigen  nuestra Tierra.

Y en este mundo  tropical, abril  tiene su propia manera de ser.

Pues en él continúa el avance indete-nible de las aguas, penetrando y extendiéndose entre los troncos de los árboles que forman nuestro bosque, llevándoles nutrientes para seguir generando la más prodigiosa diversidad de vida.

Un cielo despejado puede ser 
el anuncio de una lluvia 
persistente.
Como si de ello dependiera su existencia, el agua busca al árbol, quien, concupiscente y voluptuoso, deja que ella se abrace cariñosa a sus raíces y  las acaricie deleitosamente en las intimidades igno-tas del bosque, en las soledades  de esta inmensidad telúrica que es la selva, pues sabe que dentro de poco tiempo se alejará para volver al río, que la espera ansioso para continuar su eterno discurrir.

De esa unión amorosa nacen el verdor sempiterno y la belleza esplendorosa de esta región.

Abril es la continuación de la expansión de las aguas. Es la época del máximo estiramiento de la masa acuática.

Mes en que las lluvias intensifican su presencia, ha-ciendo que el ambiente se haga menos caluroso.

Y es que nuestro abril  es el mes de lluvias frecuentes, de amaneceres mustios, fríos y húmedos que, luego, se han de transformar en horas de un intenso sol,  brillando en un profundo cielo azul.

Mes de vientos laboriosos que desplazan sobre sus hombros enormes y grises masas de nubes que cruzan nuestros espacios, dejándonos sus mensajes de lluvias y alagamientos, que desafían renovadamente nuestra inteligencia para aprender a convivir  en mutuo respeto.

Vientos que suelen transformarse en temibles tempestades, pues azotan con fuerzas colosales a los árboles y poblados, dejando en ellos profundas huellas de destrucción.

La belleza natural es el regalo 
de nuestra Amazonía
Aunque después, aplacada ya su furia, se muestren afectuosos transformándose en suaves y frescas brisas que nos brindan sus caricias para calmar nuestro temor.

Por todo ello, abril es un mes que nos invita a cantar a la inmensidad acuática, haciendo que nuestra imaginación  se expanda por los verdes dominios de los árboles y el azul intenso de su cielo.

Y a la lluvia:
Agüita refrescante
que del cielo bajas,
eres alegría,
eres emoción,
eres melodía,
del bosque una canción.

Al caer de las alturas
tus gotas son mensajes,
a todas las criaturas
de mi mundo forestal.

Agüita refrescante
que del cielo bajas
alegras mi chacrita,
alegras mi cochita,
alegras mi pueblito
y también mi corazón 

Los pobladores ribereños disfrutan 
a plenitud de los ríos  pletóricos 
de agua.
Así, pues, abril construye su propia personalidad, su propia manera de ser en el lento devenir de sus días discurriendo por los cauces que le brinda nuestra existencia.

Abril  es único  y, orgulloso, no se cansa de decírnoslo en cada uno de los instantes de su renovado transcurrir.                                                                                                                                    

Para la tipishca, desgajada de su río-madre; para la cocha solitaria, último refugio del lagarto perseguido; para el sombrío aguajal protegido aún por la pavorosa y mítica yacumama; para las restingas remontadas en los lugares aún ignotos, abril se hace presente con su mensaje de unidad, de comunión.

Abril convoca a las fuerzas de nuestra indomable naturaleza expresadas en fulgentes amaneceres, crecientes, alagamientos, vientos, lluvias, tempestades, truenos, relámpagos y esplendentes atardeceres, haciéndonos recordar que somos parte de su creación y que a ella pertenecemos.

Mes de guabasubos y camu camus que son muestras de la riqueza y diversidad de los frutos regionales.  

Pero, como en el cosmos no hay privilegios, las leyes que la naturaleza ha establecido tienen que cumplirse.                                      

Nubarrones en desplazamiento 
anuncian la proximidad de las lluvias.
Y entonces, abril pasará como todos los meses, para dar paso a un nuevo tiempo, a una nueva fase de nuestra corta pero hermosa vida. Y dentro de algunos días también, emprenderá el vuelo para esperar mejores tiempos en el devenir infinito, aunque siempre estará presto para retornar, pues ha hecho de la selva su ensueño, su quimera. 

De nuestros calendarios se habrá ido una de sus hojas, pero habrá también dejado en cada uno de nosotros los recuerdos de vivencias de un mes de especial pluviosidad.

Entonces diremos, entre acongojados y alegres, ¡adiós abril! ¡abril, abril de aguas mil! (*)

Tomado de: "OMAGUA, CANTO AL REINO DE LAS AGUAS Y LOS ÁRBOLES" del autor.

 


EN EL DÍA DE LA TIERRA


22 de abril: DÍA DE NUESTRA MADRE (*)

Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH – UNAP

NUESTRA GRAN MALOCA,
NUESTRA PACHA MAMA,

NUESTRA TIERRA.
La he mirado, con infinito asombro, en la inmensidad inconmensurable del cosmos, como un puntito insignificante en el enjambre luminoso de las estrellas que conforman nuestra galaxia y me parece increíble que tal pequeñez cósmica sea nuestro mundo, el escenario en el cual nos hemos formado como especie en compañía de una multiforme pléyade de otras vidas con las que lo estamos compartiendo.

La he mirado y no puedo dejar de pensar en su grandiosa insignificancia material, desafiando ciclópeas fuerzas siderales en su ruta hacia destinos que sólo ella conoce, en la vastedad infinita que anonada, pero también reta, la inteligencia de la que nos dotó. 

Inmensidades anonadantes de las que
formamos parte
.
Pero, tampoco puedo dejar de pensar en cuánto le costó lograr las condiciones para hacer posible nuestra vida, pues, dicen con certeza indubitable quienes la vienen estudiando a plenitud, que todo en ella se venía predisponiendo, desde sus latidos primigenios, para hacerse propicia a nuestra presencia, la presencia de nosotros los humanos, pues son vastas las evidencias de su intención de crearnos seguramente que para disfrutar al  vernos caminando sus espacios, gozando sus bondades y ayudándola a imaginar su futuro.  

Entonces, la imagino en remotos tiempos pretéritos, convulsionada en sí misma sufriendo milenarios espasmos gigantescos, soportando insufribles estertores originados en su vientre incandescente, para luego calmarse con el arrullo del tiempo indetenible y empezar la ruta que la llevaría a hacerse propicia para la vida.

Vida de la que deberíamos hoy gozar en sublime hermandad con quienes también recibieron este don.

Por ello, también, la imagino moldeando infinitas formas con esmeros especiales y ensayando seres que poblarían sus espacios por tiempos que parecían inacabables, para luego desaparecer engullidos por ella misma, en cumplimiento inexorable de leyes supremas, impuestas a su dinámica evolutiva.

Es tan grandiosa nuestra pequeñez, que
a esta escala no alcanzamos representación.
Y, entonces, no puedo dejar de preguntarme, ¿será ese nuestro destino? ¿Seremos una especie pasajera, caminando inexorablemente hacia el  refugio de los pliegues de su vientre acogedor? ¿O seremos la especie eternamente pasajera caminando hacia la comprensión y disfrute, cada vez mayor, de la compleja realidad en que nos abrimos a la luz?  

Encontrar respuesta a esta interrogante es parte de los desafíos en el incierto camino hacia nuestra realización como especie supuestamente en eterno proceso de construirse hacia niveles superiores, para  hacerse cada vez más humana; designio que seguramente previó para nosotros nuestra MADRE TIERRA y que debemos asumir como una obligación moral de nuestra especie.

Hoy es su día, el día de esta grandiosa insignificancia que es LA TIERRA, nuestra GRAN MALOCA. Nuestra PACHA MAMA.

Nuestro país y la gran Amazonía.
La CASA GRANDE de esta gran comunidad, en la que todos tenemos cabida, en donde siempre hay un banquito o una hamaca para reposar, mientras degustamos las exquisiteces de nuestro bosque, conversamos sobre nuestros anhelos, nuestras inquietudes, nuestros problemas, buscando soluciones y disfrutamos de nuestros sueños, mientras sentimos la estimulante cercanía de la presencia humana en nuestro derredor.

Hoy es SU DIA, el que nosotros, sus criaturas, le dedicamos a ella a cambio de habernos dado la existencia, como un excelso triunfo sobre el caos. ¿Cómo expresarle a esta sublime y grandiosa pequeñez nuestro agradecimiento por habernos dado acogida en su regazo? ¿Cómo decirle en lenguaje de acciones y comportamientos que también la queremos, tanto como ella a nosotros?

Hoy es SU DÍA y es la oportunidad que cada año debemos aprovechar para juzgar nuestras acciones y evaluar si como humanos, estamos a la altura de la gesta portentosa que vivió  NUESTRA MADRE para darnos cabida como seres inteligentes.

... y aquí, parte de nuestro grandioso BOSQUE.
 Y, aquí, en esta región hermosa, de AMAZONÍA plena,  en donde el BOSQUE  es la más grandiosa expresión de diversidad cultural y biológica, cabal expresión de su ser, NUESTRA TIERRA sólo espera merecer nada más que nuestro AMOR. Amor que debemos aprender; Amor que debemos enseñar. 


(*) Artículo publicado en semanario Kanatari, 22-04-12

miércoles, 18 de abril de 2012

LA RONDA DEL AMOR


LA RONDA DEL AMOR

Vengan pajarillos,
vamos a cantar;
vengan mariposas,
vamos a danzar,
en toda nuestra selva
la ronda del amor


Amor por nuestra tierra,
amor por nuestra vida,
amor por nuestro pueblo,
cultura y tradición.


Tomados de las manos
cantemos con fervor,
con la fuerza de los vientos,
con la ternura del amor.

Vengan amiguitos,
vamos a cantar;
vengan pececitos,
vamos a danzar
en todas las riberas
esta gran canción.


Canción de la esperanza,
canción de un cielo azul,
canción de un verde bosque,
de lluvias y de sol.


Prof. Gabel Daniel Sotil García

Ilustraciones: artista plástico Jaime Choclote.

lunes, 16 de abril de 2012

LA UNAP Y LA CRECIENTE


Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP
Creciente excepcional la del presente año, cuyas evidencias 
se muestran en esta imagen.
Quienes vivimos en la región amazónica bien sabemos que el ciclo climático anual com-prende dos momentos o fases netamente diferenciables: la creciente y la vaciante


La creciente, producto del aumento de la frecuencia de las lluvias tanto en los Andes como en nuestra propia región. 

La vaciante, producto del estiaje en los Andes y la menor frecuencia de lluvias en el ámbito del bosque húmedo tropical de nuestro país. 


VACIANTE en el río Marañón, que presenta
la otra cara de nuestra región en sucesión 

alternativa con la CRECIENTE.
En alternancia virtuosa, estas dos fases son características esenciales de nuestra región. 


Así ha sido desde miles de años atrás y lo será, si los humanos no interferimos sus designios, indefinidamente. Ambas fases se dan en tiempos o épocas previsibles del año, dando origen a una secuencia de eventos que tienen lugar en dicho lapso. Eventos que se  expresan en toda la dinámica ecológica, biológica, social, cultural, económica en nuestra Amazonía.


Nada hay en nuestra región que no acuse su impacto, con beneficios y perjuicios; con ventajas y desventajas en cada fase del ciclo.


Los Pueblos Indígenas, culturalmente hablando “hijos del bosque”, conocen muy bien estos condicionamientos, tanto que para ellos nunca fue ni es problema esta alternancia, que aprovechan para hacer su vida de la mejor manera respetando las leyes que gobiernan este mundo diferente. Estableciendo una relación armónica con su entorno, pues, en lo fundamental de su concepción, dichos Pueblos se perciben como parte consustancial de la naturaleza  que los rodea.

Caseríos y chacras sufren el embate de la
creciente.
Es con la llegada de la cultura europea, traída por los españoles, que el bosque pasa a ser percibido como una simple mercancía, sujeto a la compra-venta de sus componentes (mercantilismo extractivo), visión que ha posibilitado los más grandes atropellos contra los pueblos originarios y las riquezas materiales que posee nuestra región.

Es a partir de esta percepción exógena que los fenómenos naturales del bosque se transforman en “problemas  sociales” por el desconocimiento de las leyes que gobiernan este mundo natural.

El agotamiento de especies por sobreexplotación, la tala irracional de árboles por ansias de enriquecimiento, la contaminación de las aguas por carencia de una visualización de su importancia, y cuanto daño y agresión somos capaces de inferirle al bosque, en sus diversos aspectos, tienen un denominador común: la falta de una educación pertinente, en cuyo marco formativo, adquiramos  cono-cimientos, habilidades intelectuales, actitudes y valores que formen a las nuevas generaciones con un sólido compromiso con la preservación de nuestra heredad regional.

Aguas en niveles de crecimiento nunca
antes vistos.


Bien sabemos que en el nivel mundial existe  todo un corpus jurídico dirigido a la protección de áreas como la Amazonía. En el nivel nacional, también existe una normatividad, a la que hacen referencia profesionales con un profundo conocimiento de ella, pero que no se aplica, dando como resultado muy diversas y graves consecuencias en nuestra región.


Es el caso que motiva este escrito: los problemas sociales generados  por una de las más grandes crecientes de que se tenga memoria en los años recientes y que se encuentra en pleno proceso de ocurrencia en los actuales momentos.

Evidencias de la visión mercantilista que aún sigue
destruyendo a nuestra región
Frente a ello consideramos necesario que la UNAP, como centro de formación de los profesionales de nuestra Amazonía, asuma este suceso en toda su transcendencia: no sólo movilizarse para prestar la necesaria ayuda material y soporte moral a la población afectada, sino, fundamen-talmente, comprometerse con la formación de profesionales con idoneidad psicológica para desempeñar un rol orientador de las comunidades hacia el comportamiento respetuoso de las leyes naturales que rigen este mundo peculiar que es la selva, dentro del contexto nacional.

Esta idoneidad, por cierto sólo puede lograrse a partir de la apropiación de un acervo de conocimientos amplios y profundos sobre nuestra realidad ecológica, biológica y sociocultural, dirigido a la asunción de un férreo compromiso con la conservación de la riqueza que posee este prodigio de región que es la Amazonía.

Un simple y somero análisis de las causas de la tragedia actual, sobre todo en nuestra ciudad, nos permite llegar a la conclusión de que el comportamiento social de los afectados no es concordante con la dinámica de las aguas en nuestra región, sencilla y llanamente. De muchas formas (y por múltiples factores, por cierto, no solo el educativo) no se ha tenido en cuenta, no se ha respetado sus leyes naturales.

Alumnos de la UNAP en acción de apoyo a damnificados por
la creciente.


Es, entonces, obligación moral de nuestra institución universitaria el comprometerse con la formación de los profesionales capaces de orientar y promover una relación respetuosa de las poblaciones con su entorno físico-geográfico. Con una opción ideológica de plena defensa de nuestra región. 


El cumplimiento de este compromiso tiene que comenzar incorporando, con la mayor amplitud y profundidad necesarias, en el currículo de cada Facultad, este componente, cuya ausencia, conjugada con otros factores, viene teniendo graves consecuencias sociales.

Más aún, ahora en que las amenazas contra las riquezas materiales y espirituales de nuestra región provienen desde muy diversos sectores e intereses, en la más burda actitud mercantilista.











viernes, 13 de abril de 2012

CRECIENTE CATASTRÓFICA


Prof. Gabel Daniel Sotil García,  FCEH – UNAP

La invasión de las aguas ha
obligado a la construcción
de puentes.
En una exposición que realizara la Dra. Lizzi Wahl, hace algunos años, decía que “la Amazonía es una sinfonía que se toca en dos actos: la creciente y la vaciante”.

La aguas han alcanzado niveles
nunca antes vistos.
Sectores de cierta altura han
sido invadidos por el agua.
En estos momentos nos encontramos viviendo el acto sinfónico de la creciente. Pero, es una melodía que toca la naturaleza para decirnos en su lenguaje propedéutico que es necesario que la escuchemos más asiduamente, con más frecuencia y con más atención para conocerla y comprenderla mejor, pues no es aceptable que viviendo en su seno, no la tengamos en cuenta. 

Es su forma de protestar.

Ella nos dice ahora, con trágicas consecuencias sociales, tanto a nivel regional como local, que no debemos olvidarla. Que aquí, en este mundo verde las leyes que rigen son las naturales, a las cuales debemos sujetar las leyes humanas.

Las aguas están próximas  a los
medidores de corriente.
Puente construido con tablas para
facilitar el acceso de las personas.
Pero, infelizmente, interferencias políticas, ideológicas, mercantilistas, etc. vienen impidiendo que nos eduquemos, quienes vivimos en esta pródiga región, en su conocimiento profundo, en la comprensión de su forma de ser, en la visión de nuestro futuro en su regazo, en la necesidad de una relación respetuosa, armónica con ella.

Al contrario, fuerzas foráneas, con intereses protervos o engaños interesadamente creados, o inocencias cómplices, etc. vienen dirigiendo la conformación de una sociedad amazónica destructora, por acción o por omisión, de su propio patrimonio, cortoplacista,  sin visión de futuro, extractivista, con un actuar conflictivo con su propio entorno. Ignorante y despectiva de los logros culturales de los Pueblos Nativos.
Véase un grifo completamente
inundado

Sector urbano completamente
alagado
Las consecuencias, en su expresión más catastrófica, las estamos viviendo en estos momentos en que la naturaleza recupera su espacio invadido, violentado, ocupado sin su permiso.

Y esto nos demuestra, una vez más, que tenemos que diseñar una educación  con la que construyamos, en cada uno  de quienes vivimos en esta región, lo único que la naturaleza nos pide: AFECTO y RESPETO, a cambio de lo cual nos brinda todas sus bondades que, como sabemos, son grandiosas.

Eso, nada más solicita de nosotros nuestro BOSQUE: cariño por él y todas sus manifestaciones, delineadas en un proceso multimilenario, que hoy pone a nuestro servicio.

¿No seremos capaces de construir  una educación así?

Carpas de los damnificados.

Solo así, evitaremos que dentro de treinta o cuarenta años, tengamos otra tragedia, tal vez con más graves consecuencia. 

domingo, 8 de abril de 2012

EN TORNO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN NUESTRA REGIÓN (*)


Prof. Gabel Daniel Sotil García,   FCEH - UNAP

Los profesionales en proceso de formación deben
lograr un profundo conocimiento de nuestra región
Una de las convicciones que se vienen abriendo paso en el consenso regional es que tanto la educación superior como toda la educación en desarrollo en la Amazonía peruana, no han sido pensadas desde y para esta realidad, pues el trasfondo ideológico sobre el cual se sustentaran las decisiones para su diseño, tanto dentro como fuera de nuestra región, se ha nutrido de una percepción fundamentada en prejuicios y carencias; por lo tanto, equívoca y tergiversada. Trasfondo cuyo componente fundamental es la visión de la Amazonía como tierra de conquista para todo efecto.

 En el documento “Amazonía peruana: investigación para el desarrollo sostenible”, publicado por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana –IIAP, el Proyecto  FAO y el Tratado de Cooperación Amazónica- TCA, en 1998(1), al hacer el análisis de la percepción que la sociedad civil y científica han venido teniendo de nuestra región, estas instituciones expresan: “La falta de categorías epistemológicas para interpretar la diversidad con criterios de diferencia han atribuido a este esplendoroso universo fantasías y falacias que carga a cuestas hasta hoy y que hacen se la ignore en su verdad esencial, en la potencialidad de sus recursos singulares y en las decenas de culturas que mantienen aún, a pesar de la permanente voluntad integradora de la sociedad envolvente, sus raíces milenarias en un armónico diálogo con el hábitat. Espacio fértil, vacío, homogéneo, pulmón del mundo, sociedades originarias obstáculo para el desarrollo, etc., han sido algunas de las voces que en el fondo han significado una ausencia de entendimiento entre el centro, entrampado en la visión lineal del occidente, y los diferentes espacios y grupos humanos que lo pueblan”(1).
Especial cuidado debe merecer la adquisición
de material bibliográfico referido a nuestra
realidad por parte de las bibliotecas
Fantasías y falacias que han funcionado y  vienen funcionando como un conjunto de velos encubridores y deformantes de la realidad amazónica, que han impedido verla a plenitud y en su certeza.

Por cierto que, en la conformación de estas imágenes mentales, interesadas y falsas, el elemento que ha tenido un rol preponderante, aunque no excluyente, ha sido el conjunto de mitos ideológicos que circulan en todas las esferas sociales, induciendo una falsa realidad que, sin embargo, ha sido el referente inspirador de tales decisiones. Mitos que han sido y siguen siendo causa y efecto en este círculo vicioso que hoy tiene manifestaciones contundentes en nuestra región.
        
Algunas de esas manifestaciones no son sino el extractivismo - mercantilista, de predominante carácter exportador, producto de la supuesta inagotabilidad de nuestras recursos naturales, que hoy destruye nuestra riqueza ecológica y sociocultural y que, sin embargo seguimos tolerando y practicando; los solapados, unas veces y abiertos otras, enfrentamientos interculturales productos del racismo, construido sobre el supuesto falso de la inferioridad de las culturas nativas, que nos corroe a todos e impide el logro de los necesarios consensos para lograr nuestro desarrollo, destruyendo nuestra riqueza espiritual; nuestra progresiva despersonalización cultural producida por una persistente y sólida campaña de penetración ideológica mediática, de libre ejercicio destructor y al servicio de intereses transnacionales; la persistencia de  una férrea condición colonial en los paradigmas predominantes que guían nuestra actuación social, esquemas mentales que  nutren y sustentan el universo de decisiones equivocadas al servicio de la consolidación del estatus de dominación en el que hemos caído y del que nos cuesta escapar, por cierto.

Es esta muyuna conceptual, este círculo vicioso, la que nos viene proporcionando los criterios con los cuales enfrentamos los diversos problemas que deseamos resolver tanto en el campo educacional como en los demás de importancia social. Por lo tanto, no debe llamarnos la atención el hecho de que la consecuencia más trascendente de esas decisiones sea la pobreza que hoy nos aflige tan dura, tan despiadadamente, a pesar de ser una de las regiones  con mayores recursos naturales y culturales, recursos que significan riqueza potencial para satisfacer nuestras necesidades sociales a condición de aprender a utilizarlos racionalmente, pero que, sin embargo, vienen siendo mal utilizados, desperdiciados, en su finalidad social.

Inducir un pensar autónomo respecto a
nuestra región debe ser  un propósito
básico en la formación de
profesionales
.
Conforma, por lo tanto, este marco de equívocos históricos la toma de decisiones relativas a la formación del potencial humano, técnicos y profesionales, inspiradas en una percepción tergiversada de la Amazonía, que ya hemos puntualizado y un marco axiológico que sólo ha llevado a formar un capital humano apto para descapitalizar a nuestra región, para atentar contra ella, para destruir sus riquezas con su indiferencia y falta de compromiso, pues la direccionalidad básica de esa formación ha sido la defensa de intereses foráneos, que siempre fueron priorizados frente a los intereses de nuestra región.

El haber considerado a nuestra región como un escenario de exclusivo cumplimiento de las decisiones que se toman fuera de ella; el habernos percibido como la gran despensa de inagotables recursos; el no valorarnos como sujetos agentes de historia; el ignorar nuestra complejidad y peculiaridad situacionales, no son sino las consecuencias lógicas y las expresiones de esa falsa percepción que ha inspirado, entre otros, todo el proceso de formación del potencial humano en  esta región y que continúa siendo la plataforma de sustento incuestionada de dicha formación.

Tengo la impresión vivencial de que las instituciones de educación superior, universitarias y no universitarias, de formación técnica o profesional, no han brindado mayor importancia a dicho entorno ideológico, permitiéndole la más plena libertad de acción para condicionar nuestras decisiones en dicho campo. Es decir, hasta hoy, tales instituciones no han hecho objeto de análisis y reflexión dicho sustrato psicosocial, dándole así, libre curso de acción para ejercer sus influencias.

Entonces, el desbrozamiento de esa tupida maraña o floresta mental, que hemos construido los peruanos, y en especial los mismos amazónicos, desde la invasión de la cultura europea, constituye  uno de los más grandes retos de la educación superior, pues actúa desde lo más profundo de nuestra estructura psíquica, condicionando las decisiones que se toman respecto  a la formación de nuestros profesionales.

Postulamos, por lo tanto, la necesidad de replantearnos el tema de la formación del potencial humano con miras a establecer nuevos criterios que posibiliten formar personas cuyo comportamiento traduzca una plena coherencia con nuestras características, necesidades e intereses   regionales más trascendentes.

Desarrollar un compromiso con la búsqueda  de
soluciones a nuestros problemas debe merecer
una especial atención.
Consideramos prioritario el inducir, en este proceso formativo del potencial técnico y profesional, una estructura axiológica que posibilite la superación del extractivismo mercantilista que hoy nos agobia, y la vigencia de un proceso de elevación de la calidad de nuestra vida social a partir de un uso racional de nuestros recursos y manteniendo el equilibrio ecológico, tal y como se viene planteando formalmente, por acuerdo de foros del más alto nivel mundial,  en el marco doctrinal del desarrollo sostenible; que posibilite la superación de mecanismos de imposición ideológico-política sobre las culturas indígenas y la vigencia de relaciones armónicas con miras a lograr una auténtica democracia intercultural; que posibilite la actuación transformadora sobre nuestros recursos naturales en el marco de una sostenibilidad económica, social y ecológica; que promueva el fortalecimiento de los mecanismos síquicos que posibiliten asumir a plenitud el protagonismo en nuestras propias decisiones, única forma de hacer frente al centralismo, enseñoreado por nuestra propia desidia.

Pero, también es necesario enfatizar la capacitación operativa del nuevo potencial técnico y profesional, en el marco de un fuerte énfasis en la estimulación de la creatividad que posibilite la búsqueda de diversas formas de innovación de los procesos de transformación de nuestros recursos, para un óptimo aprovechamiento de los mismos. Debemos tener muy en cuenta que en los momentos actuales, el proceso de desarrollo y modernización en que está empeñado el gobierno central se basa no sólo en la introducción de conquistas culturales sino en la priorización de la atención a las demandas foráneas (mercado internacional), que no son el producto de nuestra creatividad ni de nuestras necesidades y que, por lo tanto, van a significar la perpetuación de nuestra condición de país subdesarrollado y región con los más altos índices de deficiencias estructurales: pobreza, desnutrición, agresión ambiental, enfrentamientos interculturales, inequidades, etc.
Futuros profesionales que deben ser formados
para ponerse al servicio de la atención
 de nuestras demandas regionales.


Como consecuencia de nuestra maduración social, todo este trasfondo ideológico, debemos someterlo, pues, a los más profundos, serios, cuestionamientos y generar  nuevos comportamientos sociales e institucionales para que nuestra realidad regional comience a ser percibida con nuevos parámetros desde su esencia interior: su forestalidad y su pluriculturalidad.

Son, entonces, las instituciones de educación superior las que deben asumir este reto,  para que devengan en instituciones socialmente significativas, en concordancia con un nuevo universo conceptual para dar nuevas respuestas, orgánicamente planteadas.

(     (1)    CD IIAP-FAO-DGIS-TCJ. 1998. Amazonía Peruana, investigación para el desarrollo sostenible.

      Artículo publicado en la revista ARTERIACULTURAL, abril 2012