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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

jueves, 31 de marzo de 2011

EL PROBLEMA DEL DESPOBLAMIENTO DEL MEDIO RURAL





Gabel Daniel Sotil García

A estar por las informaciones estadísticas recientes, el 95% de los núcleos demográficos de nuestra región tienen una población inferior a los 500 habitantes. No llegan al 1% los poblados con cinco mil o más personas; sin embargo, más del 50% de la población total está concentrada en menos del 1% de los núcleos poblacionales.

Algunos de los centros demográficos más grandes, como Iquitos, Yurimaguas, Pucallpa, Tarapoto, Contamana, Requena, etc., han tenido un crecimiento explosivo recién desde la década de los 70s; pero, este crecimiento no ha sido causado por inmigración extra regional exclusivamente, sino a expensas, en gran parte, del propio medio rural regional, más mestizo que indígena. El poblador rural, fundamentalmente el mestizo, se ha visto y viene siendo influenciado grandemente por una serie de agentes y mecanismos, cuyo resultado viene siendo el progresivo e indetenible despoblamiento, hasta límites peligrosos, de las áreas interiores y fronterizas.

Pueblos como “El Estrecho” y “Flor de Agosto”, por ejemplo, situados a orillas del río Putumayo, que es la línea fronteriza con la República con Colombia, han visto disminuir su población no precisamente para dar origen a nuevos caseríos en dicha línea, sino para desplazarse a Iquitos, Nauta, etc., en busca de “mejores condiciones de vida”.

Igual ha sucedido con caseríos de la provincia de “Ramón Castilla”, tales como Vista Alegre, isla Tigre, etc. cuyos habitantes se han movilizado, por las mismas razones, hacia Caballo Cocha o Iquitos.

Pueblos interiores también han sufrido igual fenómeno. Sus vivientes, en grupos familiares completos, han hecho abandono de sus tierras, unas veces convencidos por los regatones; otras, acosados por los habilitadores, pero siempre por las insatisfacciones frente a su realidad comunal, es decir, a las condiciones de su propia realidad.

El motor constituido por la búsqueda de mejores condiciones de vida ha sido y viene siendo encendido en grandes sectores poblacionales por la acción de diversos vectores de difusión cultural, entre los cuales se encuentra la escuela rural.

Es decir que, quienes deberían ser los guardianes naturales de nuestra integridad territorial, vienen siendo condicionados para que hagan abandono de su medio, aceptando vivir en peores condiciones reales, pero con la única ilusión de tener a la ciudad al alcance de su vista.

De seguir incrementándose, como que de hecho está sucediendo, este movimiento interno, vamos a tener graves problemas geopolíticos, por nuestra condición de región con fronteras con tres países.

Urge, por lo tanto, que hagamos un muy serio análisis de las políticas que afectan directa e indirectamente al sector rural de nuestra región: salud, agricultura, pesquería, educación, etc., para efectuar las correcciones que sean necesarias para crear las condiciones materiales y psicológicas para promover la permanencia de los pobladores, a partir de la toma de conciencia de que el cambio de condiciones hacia mejores niveles de vida sólo será posible por el trabajo y participación activa de todos y cada uno de los miembros de la comunidad; es decir, que el mejoramiento cualitativo de un caserío o poblado no puede lograrse al margen de la acción transformadora de sus propios vivientes. Mejor dicho, que las condiciones de vida de una comunidad son el producto de la acción del propio grupo humano, trabajo creativo que debe ejercerse en su propio seno. Que huir hacia nuevos lugares, en donde supuestamente hay mejores condiciones de vida, no soluciona los problemas, sino que, por lo contrario, los agrave.

Todas las instituciones deben colaborar con este propósito, de lo contrario, seguiremos promoviendo directa o indirectamente el despoblamiento del medio rural de nuestra región, con graves consecuencias políticas, sociales, culturales, ecológicas, económicas, etc.
Foto del autor: Caserío rural amazónico.

domingo, 27 de marzo de 2011

VISIONES QUE PERDURAN (*)

Reflexiones sobre nuestra región

Gabel Daniel Sotil García

Apacible caserío ribereño en perfecta simbiosis
con el entorno forestal.
La irrupción en nuestra región del mundo cultural europeo generó una total desestructuración del mundo indígena. Ello significó la incorporación en las culturas regnícolas de nuevos productos culturales, unos enriquecedores, por cierto, pero otros antagónicos, que colisionaron muy violentamente, tanto por su naturaleza como por la forma en que fueron impuestos, con los ya existentes, ocasionando graves conflictos intra e interculturales. Sin embargo, este proceso que pudo haber generado un mutuo enriquecimiento cultural, de haber sido abordado desde otra perspectiva, ha tenido graves implicancias para nuestra región en su relación con el resto del país. Sus consecuencias aún perduran.


Así, nuestra Amazonía no deja de ser percibida con los iniciales mitos ideológicos generados por el conquistador, a los cuales se han adicionado otros creados por sus herederos políticos (el ribereño es haragán, el indio es el freno para el desarrollo, las culturas nativas son la causa de nuestro subdesarrollo nacional, la selva es el infierno verde, en la selva se hace dinero fácil y rápidamente, etc.) con la misma finalidad encubridora de aquéllos.

Caserío ribereño, cuyos habitantes poseen
mecanismos psicoculturales propios
En el marco de este racismo formalizado en nuestro país, nuestra región no ha dejado de ser un escenario de conquistas, en el cual se viene experimentando sucesivamente la extrapolación de modelos alienígenas, incompatibles con nuestra realidad, en un vano intento por adecuarla a aquéllos. Por lo tanto, siempre signados por el fracaso. Racismo que también se expresa en la desconfianza que tenemos en las capacidades de los pueblos y personas de esta región para buscar y encontrar soluciones a sus propios problemas.

La visión del conquistador aún perdura tanto en los agentes del gobierno central como en las personas e instituciones que se acercan a la Amazonía, víctimas de engaños o prejuicios, con los cuales justifican sus agresiones y ansias de dominación.


Lo prueban las sucesivas épocas de falsas ilusiones sociales generadas en los encuentros de recursos de duración pasajera que, más que soluciones, han significado la creación de nuevos problemas. Lo prueba también el extractivismo mercantilista, que nos empeñamos en practicar, pese a sus efectos negativos. Lo prueba, también, el protagonismo excluyente que la sociedad mestiza viene desempeñando al margen de los diversos grupos socioculturales presentes en este escenario, cuyo núcleo de dominación tiene como principal propósito centralizar el poder y aprovechar los recursos naturales al margen de consideraciones de carácter ético y axiológico, tales como la equidad, el respeto, la democracia intercultural, etc.


Cielo, árboles y agua conforman el hábitat
del ribereño amazónico de donde extrae su
cosmovisión.
Nos encontramos, pues, en una región esencialmente desarticulada del resto de nuestro país, considerada sólo como proveedora de materia prima, en la cual el Estado se hace presente sólo en forma controlista y punitiva, como protector de los bienes que le significarán divisas para las arcas nacionales. El rol promotor, organizador, estimulante que debería asumir para crear condiciones endógenas para nuestro desarrollo, se ve sobrepasado por la presencia impositiva que cada gobierno central se empeña en ejercer para demostrarnos su poder, a través de representantes que sólo esperan cumplir las órdenes que les imparten, incluido el tan dañino asistencialismo que se viene poniendo en práctica para demoler nuestras fuerzas psicosociales.


Sin embargo, a pesar de todo ello, en nuestra región se ha incubado un acendrado patriotismo nacido al calor de los sucesos que le ha tocado vivir en su peculiar recorrido histórico. Sentimiento que se fortalece pese a la sensación de abandono que experimentamos respecto a gobiernos que sin prestarnos mayor atención, quieren que sigamos sometidos al centralismo que no posibilita que busquemos nuestras propias soluciones.


          (*) Tomado de:
               “PANORAMA HISTÓRICO DEL PERÚ, una visión desde la Amazonía”; H. Morey Alejos                 y G. Sotil García; Imp. Gráfica Amazonas, IQUITOS, 2000.
               Fotos del autor: Caseríos ribereños