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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

domingo, 28 de abril de 2013

CONSTRUYENDO UNA ESCUELA AMAZÓNICA DE CALIDAD (10)


GABEL DANIEL SOTIL GARCÍA





“EN NUESTRA ESCUELA APRENDEMOS A JUGAR

REFLEXIÓN:

Es fundamental, para concretar el cambio de nuestra
 educación, que incorporemos sistemáticamente
el juego a la acción formativa.
El juego es una dimensión de la actuación de toda persona en su sociedad. Niños y adultos jugamos, pero no de la misma manera ni con las mismas finalidades.

Como actividad infantil tiene un significado de alta trascendencia estimuladora de las capacidades y potencialidades de niños y niñas, razón por la cual es realizada permanentemente y en cuanto escenario es posible en el ámbito de la comunidad. Por ello,  puede ser utilizado para fines formativos, es decir, para que los educandos asuman valores y actitudes positivas frente a sí mismos, frente a las demás personas, frente a su cultura, frente a su entorno ambiental. Así mismo, como medio para desarrollar capacidades cognitivas, desde las más simples a las más complejas.

Visto así, el juego es medio de primera importancia para la formación y estructuración de la personalidad de los niños que los profesores podemos poner al servicio de su formación en el ámbito escolar.

En consecuencia, se hace necesario que los docente recurramos intencionadamente al uso del juego, para promover la construcción de una personalidad pletórica de potencialidades para un permanente enriquecimiento cognoscitivo, axiológico, comportamental, etc. dentro de su tiempo y sociedad.

La tendencia lúdica de los niños le es connatural.
Por ello debemos aprender a orientarla con fines
de formación de su personalidad.
Es excelente como medio para la socialización, para enseñar el respeto a las normas de relación interindividual, como fuente de información acerca de las tendencias, capacidades y preferencias de los niños, la práctica de valores relacionales, etc.

Es decir, en el juego tenemos un potencial de uso pedagógico, que lo hacen mercedor de ser incorporado sistemáticamente a la actividad didáctica que realizamos cotidianamente en nuestras instituciones educativas.

SUGERENCIAS:

Tienes a tu disposición todo el universo de ocasiones que la dinámica escolar  y comunal te brinda para propiciar la formación de valores y actitudes positivos, así como también para la adquisición de nuevos conocimientos por parte de los niños.

En las fiestas comunales o institucionales, en los aniversarios de la escuela, en las celebraciones del calendario cívico escolar, en las competencias festivas, en las excursiones o paseos que organicen, en los descansos, etc. habrá siempre la oportunidad de  promover el ejercitamiento de los educandos en los aspectos físico, espiritual, intelectual,  etc. con  miras a inducir en ellos una vida individual y social saludable en lo material y en lo psicológico. 

La actividad lúdica se desarrolla en función
al entorno ambiental de los niños.
En las competencias no incentives la rivalidad.  Induce, en cada uno de tus  alumnos y alumnas, que la verdadera competencia es la que tenemos con nosotros mismos, tratando de ser mejores que lo que antes fuimos. Es decir, ser hoy mejor que ayer. Así aseguramos un infinito  camino autónomo de superación constante de las personas.

Puedes crear juegos de acuerdo con el entorno cultural de la comunidad. Preguntando a las personas mayores muy bien podrías recuperar o revivir formas lúdicas de antaño.

Sugiere, con la debida coordinación con los vivientes de la comunidad, que incentiven los juegos comunales e intercomunales (con otras escuelas), sin centrarse en un solo deperte. De haber posibilidad de contactar con un pueblo indígena cercano, sería de gran importancia que invites a sus representantes a participar y demostrar los juegos que le son propios.

En este como en los demás aspectos aquí expuestos, debes poner en juego tu más dinámica creatividad, para encontrar nuevas formar de educar a tus alumnos.

EPÍLOGO

Este documento, presentado en una serie de diez segmentos, sólo tiene la finalidad de estimular la mejora de la práctica educativa en nuestra región amazónica.

Para los niños toda ocasión es propicia para jugar,
al margen de los peligros que pudiera haber.
Sus vacíos y deficiencias son muchos, pero creo que, tomado con las mejores intenciones puede servir de punto de partida para iniciar y/o fortalecer un proceso formativo coherente con nuestras necesidades y características, tanto psico-individuales de los educandos amazónicos como eco-socio-culturales de las comunidades de nuestra región, en especial las del área rural.

A mis colegas docentes les pido someterlo a prueba, corregirlo, complementarlo o, en el mejor de los casos, elaborar otros documentos  que tengan mayor pertinencia para el desarrollo de nuestra educación regional.  

Pero, no lo dejemos inactivo.

lunes, 22 de abril de 2013

NUESTRA GRAN MALOKA


22 de abril:  DÍA DE LA TIERRA

Gabel Daniel Sotil García

NUESTRA TIERRA es sólo una nota en el
concierto infinito de nuestro universo.
Nuestros Pueblos Indígenas crearon, como respuesta a sus necesidades socioculturales, ese ambiente comunal llamado MALOCA, que no era sino la casa grande en la cual se reunían, seguramente que para pasar los mejores momentos de comunicación grupal, entre otros fines. Es seguro, también, que en su seno vivían la seguridad que brinda la cercanía de los demás miembros de su comunidad, con quienes compartían ese mundo especial, creado por cada grupo humano, llamado cultura.

Como escenario privilegiado de las vivencias comunales, la MALOCA no  es sino la reproducción a escala pequeña de la MORADA GRANDE que es la TIERRA para la especie humana. En ésta también  los seres humanos vivimos los mejores momentos de nuestra existencia, como una especie peculiar entre un número infinito de otras,  con quienes compartimos este hermoso escenario que es nuestro planeta,  incansable navegante de los espacios siderales, dentro de cuya inmensidad no somos sino una prodigiosa pequeñez.

Pequeñez que, sin embargo, predestinó su milenaria existencia para ser nuestra morada, pues todos los estudios que sobre ella se han hecho, han demostrado que, desde sus más remotos orígenes, toda su dinámica no fue sino una búsqueda y creación sucesiva de condiciones para, finalmente, darnos cabida en su regazo.

Es así que nuestra GRAN MALOCA nos dio el albergue que requeríamos para ser entre los demás seres que nos precedieron  en ese largo caminar y para existir en armonía con ella, en gratitud a todos los esfuerzos que realizó para hacerse propicia a nuestra existencia.

Creación de los Pueblos Indígenas amazónicos,
la MALOCA representa nuestra amada Tierra
para la especie humana y todo lo que ella ha
generado.
Ha pasado ya mucho, muchísimo tiempo desde que  nos concretáramos como especie diferente. Hemos tenido el tiempo suficiente para que nuestras potencialidades, de las que fuéramos dotados como tal, se evidencien y desarrollen. Hemos tenido diversas oportunidades en que nos hemos visto enfrentados a nosotros mismos, durante las cuales nuestros propios demonios y nuestros propios ángeles, nos han mostrado de lo que son capaces dentro de nosotros mismos. Y aún seguimos optimistas desplazándonos en la corriente infinita del tiempo, aupados en esta nave maravillosa que es la TIERRA, llevándonos hacia destinos que sólo ella y el cosmos, al que pertenece,  conocen y nos tienen reservados; destinos intrigantes y retadores, a cuya construcción coadyuvamos haciendo uso de esa maravillosa capacidad de la que hemos sido dotados: nuestra inteligencia

Este reconocimiento, que hacemos hoy por nuestra madurez como especie, nos obliga, al igual que como estamos haciendo con nosotros mismos, a hacerla objeto del más profundo conocimiento para entenderla, para hacerle más fácil el arduo trabajo de llevarnos como pasajeros, eternamente temporales, en permanente renovación de nuestras esperanzas de hacer una vida cada vez mejor; camino en el cual los estándares comparativos son los que establecemos nosotros mismos  en nuestro cotidiano discurrir  y descubrimos al mirar hacia atrás, hacia el tiempo vivido en este sorprendente escenario.

Hoy es el DIA DE LA TIERRA.  Día de nuestra GRAN MALOCA. Día de NUESTRA CASA GRANDE. Mejor, de nuestra GANDIOSA CASA, en la que hacemos nuestra vida; a la que estamos ligados por nuestra propia naturaleza como especie, pues somos su creación. Somos su máxima, su más sublime creación.

Ella nos creó en un esfuerzo multimilenario, tal vez como especie única en el universo o tal vez compartiéndolo con otras especies humanas, en dimensiones a las cuales aún no hemos logrado acceder. Pero, seamos únicos o compartamos  nuestra presencia en el cosmos, tenemos la obligación moral de educar y educarnos en el AMOR A NUESTRA TIERRA.

Infinita y grandiosa pequeñez la de nuestra
GRAN MALOCA , nuestra PACHAMAMA.
Hoy es su día.

Démosle un GRAN ABRAZO en nuestra imaginación. Entonémosle, susurrantes, la más dulce, telúrica, bucólica y forestal canción en nuestra intimidad. Demostrémosle que esta grandiosa creación suya, que somos nosotros, somos capaces también de usar las dotes que ella nos legó para hacernos cada vez más dignos de vivir en su regazo, bajo su estimulante protección.

AMADA GRAN MALOCA, ¡FELIZ DÍA!

domingo, 21 de abril de 2013

¿DEFICIENTES NIVELES DE APRENDIZAJE?



Gabel Daniel Sotil García

En la región con mayor diversidad biológica en nuestro
país, suena muy descortés y agresivo,  narrar un cuento

 acerca de este hermoso espécimen a niños de 8 años
para evaluarlos, siendo ellos poseedores de infinidad de
narraciones propias.
Los resultados sobre la comprensión lectora y resolución de problemas matemáticos, recientemente publicados por el Ministerio de Educación, a partir de la Evaluación Censal de Estudiantes – ECE-,  han corroborado los deficientes niveles de aprendizaje de años anteriores logrados por los estudiantes loretanos.

La disconformidad y el asombro en unas y otras personas han sido evidentes y el consecuente reclamo para que las autoridades concernidas tomen decisiones para superar esta situación ha sido inevitable.

Considero que dada la gravedad y complejidad del problema, es necesario analizarlo desde diversas perspectivas para superar el facilismo interpretativo que nos lleva a culpar al magisterio como el causante de mayor responsabilidad en esta situación, pues, en verdad, somos muchos los culpables de esta situación: unos por acción y otros por omisión.

Desde mi punto de vista, cometeríamos un gravísimo  error el abocarnos, mediante la elaboración de proyectos específicos, a afrontar esta situación aislándola del contexto general de la educación en nuestra región. Estos resultados son sólo consecuencias, no las causas. Es a estas a las que debemos identificar.

El personaje a quien queremos recordar con
este festival merece nuestro total reconocimiento,
pero el festival suena muy extraño en Loreto.
Las capacidades de comprensión lectora y resolución de problemas son logros progresivos que los profesores vamos estimulando en el desarrollo de la personalidad de los educandos en conjunto con otras: observar, analizar, comparar, expresarse, escribir, coordinar, imaginar, relacionarse, etc. No se desarrollan aisladamente, sino que son parte de las conquistas cognitivas, valorativas, actitudinales, volitivas, psicomotrices, etc. que cada estudiante va concretando en el marco de una intensa dinámica interna de interrelaciones de sus propias potencialidades, como respuesta a los estímulos de sus profesores en un ambiente propiciatorio de tales logros. En consecuencia, medir aisladamente estas capacidades es una artificialidad cuyos resultados debemos tomarlos con mesura y sin perder de vista la totalidad del proceso formativo que se realiza en las instituciones educativas. Por lo tanto, no debemos perder de vista al conjunto.

La comprensión de este proceso de transformación formativa de la personalidad del educando ha sido y viene siendo de la máxima prioridad para educadores y pedagogos, a tal punto que diversas teorías o corrientes pedagógicas se han formulado al respecto. Igualmente tiene que serlo para las sociedades, pues de él dependen sus logros cualitativos.

Una de ellas, que actualmente tiene una gran difusión y aplicación por sus fundamentos y resultados, es la denominada Corriente Constructivista o Constructivismo Sociopedagógico, entre cuyos postulados se hace referencia a la naturaleza del aprendizaje y al rol del profesor.  Para el constructivismo, el aprendizaje no es un sencillo asunto de transmisión y acumulación de conocimientos, sino "un proceso activo" por parte del alumno que ensambla, extiende, restaura e interpreta, y, por lo tanto, "construye" aprendizajes partiendo de su experiencia e integrándola con la información que ya posee. En cuanto al rol del profesor, expresa que éste debe propiciar condiciones que posibiliten que el educando se apropie de nuevos aprendizajes en contextos  significativos: que posibiliten empalmar las experiencias previas con las nuevas experiencias para generar y construir aprendizajes significativos, es decir, aprendizajes que generen comprensión.

Pues bien, teniendo en cuenta lo dicho sobre el aprendizaje y la necesidad de abordar esta problemática de la comprensión lectora y la resolución de problemas matemáticos, en el marco de la situación general de nuestra educación loretana, se hace necesario preguntarnos cuánto de nuestra realidad geo-ecológica y socio-cultural está presente en el proceso formativo de nuestros alumnos que comienzan a asistir a las escuelas. Cuánto de lo que tiene significado para ellos es incorporado  a su educación.

El pastoreo de ovejas es una actividad
absolutamente extraña en la selva.
Para encontrar respuestas de aproximación descriptiva y explicativa hemos analizado los instrumentos elaborados y aplicados por el Ministerio de Educación, a partir de los cuales nos viene calificando como la región con más bajos rendimientos en las capacidades evaluadas. Lo que a continuación exponemos, ojalá que sirva a las autoridades regionales como un indicador de lo que no deben permitir en nuestra región, pues desconocer el mundo de las vivencias propias de niños de siete u ocho años no es sino una agresión a su integridad psicológica. Significa minusvalorar lo que es sustancial psico-espiritualmente para un niño, que tiene el derecho de ver y sentir respetada  su cultura.




En los cuadernillos para evaluar la comprensión lectora se ha seleccionado lecturas relacionadas con el ¿KOALA?, con el pastoreo de ¡OVEJAS?. Se incluye una narración acerca un ¡BICHITO DE LUZ?, así como una acerca del festival “José María Arguedas”. Expresiones como: Carla come pan con mantequilla y Jorge toma su leche. Preguntas que miden la memorización y no la comprensión. Etc. Para objetivar lo dicho, adjunto las fotocopias respectivas.

En las pruebas de matemática, el universo vocabular  está conformado por palabras como: tarjetas, botellas de gaseosa, chompas, mandarinas, galletas, boletos de rifa, polos, castillo, tren, camión, sacos de azúcar, pulseras, chupetines, bizcochos de quinua, etc. que sirven como marco circunstancial para  plantear una situación problemática.
Estoy pensando que el "bichito de luz" de la
historia se refiere a la luciérnaga que, en
términos amazónicos se llama AYA ÑAHUI,
AÑAÑAHUI también. ¿Sí?
Es decir, nuestra riquísima diversidad geográfica, ecológica, biológica, social, cultural y lingüística queda totalmente al margen de los instrumentos elaborados por el Ministerio de Educación. Todo aquello que es significativo para nuestros niños, tanto urbanos como rurales, es marginado de estas pruebas. En los cuatro cuadernillos no aparece el río, la cocha, el tunchi, los peces, la balsa, el remo, etc. ¿Por qué? Las respuestas son múltiples, desde  el desconocimiento de la realidad amazónica hasta la actitud despectiva respecto a nuestra riqueza material y espiritual de nuestra región por parte de quienes han elaborado dichos instrumentos.

Entonces, no es que nuestros niños estén mal o muy  deficientemente preparados. ¿No será que están siendo mal evaluados? ¿No será que en dichos instrumentos falta su realidad que sí tiene repercusión afectiva en nuestros niños, en función a lo cual pudieron expresar mejores niveles de comprensión lectora y solución de problemas?¿No tenemos acaso un contexto cultural y ecológico diferente, propio, cuyos mensajes ya instalados en el mundo psíquico de los niños son las bases para asumir nuevos aprendizajes significativos?

¿Cuándo dejaremos de agredirlos dándoles a entender
que su cultura no tiene ningún valor? ¿Cuándo apare-
cerán las culturas amazónicas en el currículo nacional?
Entonces, creo que a quien le falta comprensión lectora de nuestra realidad diversa es al propio Ministerio de Educación, pues tengo la seguridad que elaborando dichos instrumentos con nuestros mensajes culturales propios,  por profesionales que conocen y aman a nuestra amazonía, nuestros niños evidenciarían  muchos mejores logros. Aunque no los ideales, pero sí mucho mejores.




miércoles, 17 de abril de 2013

CONSTRUYENDO UNA ESCUELA AMAZÓNICA DE CALIDAD (9)


Gabel Daniel Sotil García 

“EN NUESTRA ESCUELA APRENDEMOS A VALORARNOS”

REFLEXIÓN:

Los educandos deben recibir un trato respetuoso
tanto de parte de sus profesores como de
sus compañeros para desarrollar su autoestima.
La autoestima o valoración de sí mismo es un requisito indispensable para que cada persona asuma el protagonismo en la construcción de su propia vida.

La autoestima da seguridad, confianza en las propias capacidades. Posibilita un comportamiento autónomo, autocontrolado por reglas morales que la misma persona adopta de su comunidad para contribuir con su continuidad en el tiempo.

Este sentimiento y actitud se aprenden practicándolo cotidianamente en el aula.

Tú, colega, debes ser la mejor  guía para que tus niños aprendan a respetarse a sí mismos y, con ello, lograremos que en el aula comience  a germinar una nueva sociedad  con los más altos valores de respeto a sí mismos, de identidad comunal y cultural.

La relación armoniosa en el salón de clase
repercute en la formación de una pesonalidad
equilibrada en cada niño.
Es este sentimiento del valor de sí mismo el que permitirá valorar a las demás personas por ser solamente personas. Por ello debes fortalecerlo lo más temprano posible en cada niño, para que se despliegue en la actuación comunal en su adultez.

Así, comenzaremos a destruir la alienación de la que somos víctimas en estos momentos y el racismo que impregna nuestros actos en las relaciones con los demás miembros de la sociedad..

SUGERENCIAS:
  

Son múltiples los caminos que puedes recorrer para construir una personalidad autónoma y con alta autoestima en tus educandos.


  • Brinda especial atención a tus palabras, a tus gestos, a tu tono de voz, a tu forma de tratar a tus niños para que ellos no sientan ninguna minusvaloración de tu parte. Ellos deben vivenciar el respeto hacia lo que son de parte tuya.


  • Para ello no tienes sino que  promover que se sientan orgullosos de sus nombres, sus apellidos, su idioma, su herencia cultural, sus rasgos físicos.

Incentivar la iniciativa de cada niño fortalece su
autoestima, su confianza en sí mismo.

  • Exponerlos a situaciones en que ejerciten su capacidad de decisión o al logro de un propósito contribuye a convencerlos o a descubrir  sus posibilidades de acción. A confiar en sí mismos.


  • Debes, también, estar atento a las formas de tratarse entre ellos. Oriéntalos para que no se agredan por razones de sus nombres, rasgos, ademanes, etc.


  • Incentiva el ejercicio de su iniciativa para organizarse, para descubrir problemas o campos de acción, para planificar la búsqueda de soluciones. Los educandos deben vivir la satisfacción de haber cumplido un deber, una buena acción en el aula o en la comunidad.


  • Debes estar atento a la actuación social del alumno, es decir, cómo actúa en su casa, en el pueblo, etc. y no sólo en la escuela. No olvides que el verdadero aprendizaje es el que se expresa en la actuación  comunal del educando.

La significatividad de la actuación social de un adulto
depende del fortalecimiento de su personalidad
desde su época escolar.

  • Organiza un sistema de estímulos para incentivar las acciones positivas.


  • Involucra a los padres de familia y a los pobladores en general a contribuir con este propósito. Que cada viviente del caserío se sienta responsable del proceso formativo de las nuevas generaciones que se van desarrollando, así tomará conciencia de que él es protagonista del desarrollo de su pueblo orientando a las nuevas generaciones.

jueves, 11 de abril de 2013

LA RESISTENCIA INDÍGENA AL PODER COLONIZADOR EN LA AMAZONÍA PERUANA (2)


Prof. Gabel Daniel Sotil García

      LEVANTAMIENTOS INDIGENAS 
DURANTE LA COLONIA 
           
Aún hoy, los Pueblos Indígenas continúan su lucha por
ser reconocidos como tales.
En la segunda mitad del siglo XVI los encomenderos y  misioneros jesuitas, desde su base de operaciones de Quito, ya habían organizado pueblos en lugares estratégicos para asegurar la penetración hacia las selvas orientales, utilizando los caminos fluviales del Aguarico, Napo, Morona, Pastaza y Marañón.
        
         La vastedad del territorio en cuyos ríos se navegaba semanas y meses motivaba en los españoles un sentimiento desmesurado de posesión, que no tenía en cuenta ni remotamente la presencia de los indígenas, en quienes se iba fortaleciendo un sentimiento de rechazo y resistencia que terminó en estallidos de rebelión que se fueron extendiendo por toda la región amazónica, en sus zonas norte, centro y sur a través de doscientos cincuenta años y, que continuaron durante la República, constituyendo una gran rebelión inconclusa que se ha desarrollado en incidentes esporádicos, levantamientos aislados y grandes sublevaciones que han abarcado tiempos y espacios considerables.

         Durante el siglo XVI los españoles ya habían organizado pueblos en la parte norte de la Amazonía, para la reducción (*) de indígenas como Baeza, Archidona, Logroño, Sevilla del Oro, Valladolid, Santa María de Nieva, Santiago de las Montañas, lugares en donde se realizaron levantamientos de la nación indígena Jíbara, ubicada en el Alto Marañón y afluentes.

         En 1562, los Quijos que ocupaban el valle del mismo nombre, hoy territorio del actual Ecuador, en el Alto Napo, se rebelaron intentando matar a todos los españoles que se asentaban en esas zonas de la Selva Alta.

         En 1578, en el poblado de Archidona se sublevaron los indígenas reducidos (indígenas que vivían en las  Reducciones). Nueve años después se rebelaron nuevamente en  1587, pero esta vez fue un movimiento de grandes proporciones, en el que participaron unidos los jefes indígenas como Jumandi, Beto, Guami, Jumbate, Paujimato y Busi. Después del ataque a la ciudad de Baeza, la rebelión fracasó, los jefes fueron hechos prisioneros y luego ajusticiados en Quito.

         En 1599, la nación Jíbara no soportó la organización impuesta de formar reducciones en los poblados como Logroño, Valladolid, Santiago de las Montañas, Santa María de Nieva y Sevilla del Oro. Fueron más de veinte mil los sublevados bajo el mando del jefe Quiruba, que arrasaron la ciudad de Logroño. Aparte de no aceptar el sistema de reducciones, la motivación fue también un tributo impuesto que se tuvo que pagar en oro, como una colaboración para las actividades de coronación del nuevo Rey de España,  Felipe III. Después de arrasar Logroño, los rebeldes se dirigieron a Sevilla del Oro que corrió la misma suerte de aquélla.

         En 1615, la nación Jíbara vuelve a rebelarse en todo el territorio de Macas, en la cuenca del Morona y del Alto Marañón; todos los vecinos de Sevilla del Oro fueron atacados.

        En 1631, en la zona del Huallaga se levantaron grupos de Chunatahuas, Chiquidoanas y Tinganeses contra los misioneros franciscanos cuyo centro de operaciones era la ciudad de Lima. “Querían penetrar en sus selvas, que ellos consideraban inviolables” (Izaguirre. Historia de las  Misiones Franciscanas...”).

         En 1634, nuevamente los Jíbaros se sublevaron en la zona de Macas, en el Alto Marañón, e invadieron el pueblo de San Pedro de Upano al que destruyeron, dando muerte al encomendero capitán Pedro Díaz de Moreto. La Selva Alta fue apta para hacer grandes fundos que administraban los encomenderos que siempre eran a la vez militares y que, establecidos en ellos, servían para cautelar las acciones de los misioneros.

         En 1636, los Encabellados, que se ubicaban en las alturas de ceja de selva en la zona del río Aguarico, afluente del Napo, en el Ecuador actual, se sublevaron atacando a los expedicionarios que, bajo el mando del capitán Palacios,  tenían la misión de penetrar con fuerzas militares para respaldar la labor de los misioneros jesuitas. El capitán Palacios fue muerto con un gran número de expedicionarios. Una parte de la expedición quedó aislada y tuvo que seguir la ruta que años atrás había seguido la expedición de Orellana, llegando hasta la ciudad de Belém Do Pará, en la desembocadura del Amazonas, ciudad fundada por los portugueses en 1616. La llegada de estos fugitivos expedicionarios motivó después el viaje del capitán portugués Pedro de Texeira, por todo el Amazonas en contra de la corriente para luego llegar hasta Quito, cuya presencia preocupó de sobremanera a las autoridades españolas, pues  la oculta tendencia de los portugueses, y después heredada por los brasileños, fue ampliar sus dominios hasta las mismas playas del Océano Pacífico.
Sus convicciones culturales permitieron a los Pueblos 
Indígenas superar las agresiones de las que fueron 
víctimas, en el marco de una férrea resistencia
 de su parte. 

         En 1637,  la sublevación fue en la Selva Central. Hay que anotar que la penetración en toda la Amazonía tuvo la forma de una tenaza: los misioneros jesuitas entraron por el norte desde Quito utilizando las entradas fluviales al Marañón y Amazonas, y los franciscanos desde Lima alcanzaban el Huallaga y el Ucayali. En este año los Campas (Asháninkas) urdieron una trampa para crear bajas en los invasores. El cacique Zampati de Quimiri, invitó a los misioneros franciscanos y a los soldados por el río Perené; los invitados partieron de Quimiri en dos grupos, uno de ellos fue atacado el 8 de diciembre (Bernardino Izaguirre –“Historia de las Misiones Franciscanas...”) matando al P. Jerónimo Jiménez y a sus soldados acompañantes. El 11 del mismo mes el segundo grupo fue asaltado siendo victimado el misionero P. Larios y todos los soldados, menos dos que huyeron para contar lo sucedido. De regreso a Quimiri, Zampati, quemó la iglesia, pero algunos indígenas conversos mataron al líder campa a garrotazos.

         En 1638, al año siguiente de lo sucedido en la Selva Central, en el norte se sublevaron los Maynas o Zaparos que dominaban desde siglos el área de los ríos Morona, Pastaza, Alto Nanay,  (familia lingüística a la que pertenece el sub grupo de los Iquitos). Toda la región del Morona y el Pastaza se convulsionó. Los Maynas, como se les llamaba en aquellos años, habían sido reducidos en número de 4,000, en 1619 y llevados a la ciudad de Borja. “Casi toda la provincia de Maynas se alzó contra los encomenderos. En una noche mataron a todos los que vivían en esa ciudad”. (Chantre y Herrera-“Historia de las Misiones de la Compañía de Jesús en el Marañón”).

         En 1642, los Panatahuas del Huallaga atacaron las misiones franciscanas, motivados por la acusación que hizo un brujo en contra de los españoles, en el sentido de que ellos eran los culpables de las epidemias mortales producidas en la región. (Y  estaba en lo cierto. Hay que imaginar qué ideas fantásticas y mágicas especularían los shamanes de aquellos años con respecto al azote de las epidemias). Los Panatahuas culparon de esa desgracia a Fr. Juan de San Antonio, quien fue ultimado de un hachazo por los seguidores del cabecilla Hijuoba; igualmente, causaron la muerte a los soldados guardianes de la misión de Juan de San Antonio y a varios indígenas conversos.

         En 1643, se levantaron nuevamente los Maynas (Zaparos) extendiéndose el movimiento en una gran área que comprometió a los indígenas Jeberos. Una de las dificultades para articular un movimiento masivo y general en toda la Amazonía fue la diferencia de lenguas entre las comunidades indígenas, que hacía difícil la comunicación interétnica. En algunos casos los líderes conocían otras lenguas y entonces podían establecer alianzas en contra de la invasión. Según lo que dice Pedro Mercado en su “Historia de la Provincia del Nuevo Reino de la Compañía de Jesús”, T. IV p.155/56, uno de los líderes del movimiento de los Maynas, sabía hablar la lengua de los Jeberos, lo que facilitó la extensión del levantamiento

         En 1645, los Paratoas se sublevan en contra de los misioneros jesuitas, a quienes los sacerdotes quisieron agregarlos a San José o Santa María de Guajoya. Este fue un problema permanente en el período de las misiones.  Los jesuitas y franciscanos obligaron a etnias distintas a vivir en una misma Reducción de Misiones, para lo cual se organizaban traslados a largas distancias; por supuesto que a la fuerza. Este mismo   fenómeno se volvió a repetir en posteriores etapas de la República, cuando los caucheros de finales del siglo diecinueve y comienzos del veinte, trasladaron a la fuerza grupos étnicos de un lugar a otro, sin considerar la tradicional y remota permanencia en su propio hábitat.

         En 1653 los Jíbaros asaltaron una expedición que sursaba por el río Santiago,  matando al Maese de Campo Antonio Carreño.  Como ésta, hubo infinidad de emboscadas que se realizaron en diferentes ríos amazónicos contra expediciones de soldados y misioneros que no han sido registradas y que a través de la investigación quizás se pueda identificar, unos cuantos de estos hechos incidentales que mantuvieron viva la rebeldía  en toda la región.

         En 1659, en el río Huallaga se rebelaron los Cocamas que junto con los Cocamillas y Omaguas, conforman la Familia Lingüística Tupi Guaraní. Los Cocamas, como las otras etnias, no podían soportar la invasión cultural y militar de los extranjeros. Esta rebelión fue importante porque consiguió convocar a otros grupos étnicos a participar como los Chepeos, logrando grandes contingentes de rebeldes que pudieron ofrecer resistencia por largo tiempo utilizando la estrategia de guerrillas por el Marañón y el Huallaga, consiguiendo además la alianza de Ucayalis y Maparinas.  La rebelión fue dirigida por el cacique Pacaya. Chantre y Herrera afirman que el misionero P. Francisco Figueroa fue muerto por los Cocamas incorporados a esta rebelión.

         En 1660 los Cocamas se unen a los Shipibos y atacan las misiones ubicadas a lo largo del Bajo Huallaga. Esta alianza fue duradera, pues en 1670 atacan a las misiones Panatahua, y en 1698 logra liberarse de la dominación blanca.

         En 1664, una gran población indígena quedó liberada del yugo español. En muchos momentos del transcurso de la dominación se realizaron independencias de grupos nativos que se desprendieron de las Reducciones. Una de esta fue la ocasionada por la gran rebelión de los Cocamas de 1659. Se calcula, según Marcel D áns, que unos 10,000 a 11,000 indígenas volvieron a organizarse de acuerdo a sus costumbres ancestrales. Igualmente los Avijiras en número de 3,000 y Oas en un grupo de 3,400 lograron en 1677 organizarse en comunidades fuera del alcance de los conquistadores.

         En 1666, en el Nor Oriente Amazónico, señala el padre Juan Marcos Mercier, basado en Chantre y Herrera, los Avijiras se levantan y matan al P. Pedro Suárez en una pequeña población arriba de los ríos Napo y Curaray.

         En 1670, nuevamente los Shipibos aliados con los Shetebos atacan la misión de Panatahua en el río Huallaga.

         En 1674, en la selva central se llevaron a cabo sucesos sangrientos ocasionados por desentendidos e incomprensión de algunas costumbres que practicaban los caciques de las comunidades nativas, como por ejemplo la poligamia de éstos, que era aceptada por la misma comunidad. Resulta que, según lo que da a conocer Bernardino Izaguirre, el indígena asháninka (Campa) Mangoré vivía con tres mujeres, situación que no aceptó el misionero P. Izquierdo.  Entonces, el cacique Siquincho, indignado por la amonestación del sacerdote, ordenó a Mangoré que matara a los misioneros de Pichana, entre ellos el P. Izquierdo. El 4 de setiembre de ese año Mangoré juntó a su gente y quemaron la iglesia, no sin antes ultimar al hermano Pinto. Luego Mangoré partió hacia Quimiri, en el actual Junín. En el camino por el río Perené mataron al P. Francisco Carrión y al lego Fr. Antonio Cépeda. El 9 de setiembre llegó a Quimiri con la intención de matar a los misioneros de ese lugar, principalmente al P. Robles. Un pariente del alzado no estuvo de acuerdo, por ser un converso, con las acciones de Mangoré, por lo que fue muerto por un grupo de indígenas conversos, también.

         En 1686, los Piros, posiblemente venidos del Urubamba, atacaron las

Si bien las agresiones desembozadas a
los Pueblos Indígenas se han morigerado,
continúan siendo víctimas de nuevas
modalidades de despojo y
 desestructuración cultural.

misiones jesuitas del Huallaga, en cuya incursión murió el P. Francisco Herrera junto con 4 cunibos conversos.

         En 1687, 100 asháninkas  de San José de Savini abandonaron la misión internándose en la selva y aislándose de los blancos, según informa el P. Manuel Biedma en su carta al Comisario  General, 13 de abril de 1687. Fueron numerosas las deserciones y abandonos que hicieron los indígenas de los pueblos misionales, porque no soportaban la imposición de nuevos estilos de vida, muy distintos a sus formas ancestrales. Algunos se acercaban a los misioneros atraídos por las herramientas de metal como los serruchos, martillos, azuelas, clavos, machetes, etc. y una vez en sus manos desaparecían en las profundidades de la selva.

         En 1661, los jesuitas de Maynas reaccionan contra los Jíbaros y otras etnias. Organizaron una expedición para cazar a Jíbaros; para ello enrolaron a 60 españoles y 600 indígenas conversos pero belicosos sacados de las misiones del Marañón y del Ucayali. Los Jíbaros como buenos guerreros se defendieron muy bien de los secuestradores, pero los que caían prisioneros eran mandados a las antiguas misiones de Jeberos y Lagunas. Los Jíbaros por medio de su sistema de guerrillas hicieron fracasar a la expedición de cazadores de seres humanos.

         En 1695, los Conibos parientes de los Shipibos, se alzan en contra de la manipulación de los misioneros que consistía en enrolarlos en grupos armados para combatir a los rebeldes Jíbaros del Marañón. Los Conibos se rebelan y un cacique Conibo mata al misionero Richter en el Ucayali.

         Los misioneros enterados de las rivalidades que había entre algunas etnias, las utilizaban en su favor para lograr una fácil dominación, pero este aprovechamiento en algunos casos no dio resultado, porque las rivalidades tenían causas diferentes, como por ejemplo la lucha por determinados recursos naturales existentes en diferentes  áreas.

         En 1698, las autoridades coloniales y los misioneros indignados por el asesinato del P. Richter, organizaron un contingente de soldados complementado con un mayor  grupo de Shipibos reclutados y marcharon contra los rebeldes Conibos, quienes sacaron mucha ventaja en la lucha matando a unos veinte españoles y un centenar de Shipibos. Estos, que no aceptaron de buena voluntad reprimir a los Conibos, se levantaron, convirtiendo a todo el Ucayali en un gran escenario bélico (Marcel D´Ans).

         En 1704, los Shipibos, grupo de la gran familia lingüística Pano, ubicados desde épocas inmemoriales en el río Ucayali, se sublevaron y llegaron a entrar en el Huallaga en donde destruyeron todas las misiones de este afluente . El P. Jerónimo de los Ríos fue la víctima principal de esta sublevación que se  dio a inicios del siglo XVIII.

         En 1737, se realizó una célebre rebelión de Asháninkas (Campas). Los Asháninkas, pertenecientes a la familia  lingüística Arahuaca Pre-Andina (ver cuadro lingüístico), habitantes del Gran Pajonal y de las orillas de los ríos Apurimac, Ene, Perené, Tambo y Urubamba, lucharon por su libertad contra los misioneros franciscanos. En la historia de las misiones franciscanas, de Bernardino Izaguirre, el autor transcribe las palabras pronunciadas por Torote, cuando en la misión de Socomoro asesinaba a flechazos al P. Manuel Bajo, quien le preguntó
-        “¿ pues, Ignacio, por qué nos matáis...?"
Torote respondió:
         - “Porque tú y los tuyos nos estáis matando todos los días con vuestros sermones y doctrinas, quitándonos nuestra libertad”.

         Estas breves palabras del jefe Torote tienen una gran significación que los franciscanos de ese tiempo no pudieron comprender, en el sentido que cualquier adoctrinamiento impuesto atenta contra la libertad del que se pretende adoctrinar. Los misioneros no tuvieron capacidad de comprender que estaban frente a culturas nada más que distintas a la de ellos,  y las calificaron de “infieles” o de “paganos”, adjetivos con los que justificarían todo el proceso de  evangelización.

lunes, 8 de abril de 2013

EL MODELO EDUCATIVO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONÍA PERUANA


Prof. Gabel Daniel Sotil García
En la búsqueda compartida tanto en la propia realidad
como en las fuentes bibliográficas tienen que fundamentarse
los pilares para la mejor calidad de los servicios formativos
de la UNAP.

En los actuales momentos, dadas las evidencias que tenemos de los avances humanistas, científicos y tecnológicos en las diversas sociedades que forman parte de nuestra especie, es imposible dejar de tomar conciencia de la importancia que tiene la educación superior.

Hay ya suficientes constataciones de que de su calidad depende la calidad del  desarrollo sociocultural y económico de dichas sociedades así como la construcción del propio futuro social y personal, que son los criterios que sirven de referentes para la preparación de las nuevas generaciones con nuevos conocimientos,  capacidades e ideales. Lo cual tiene manifestaciones concretas  en diversos países de nuestro planeta.

En consecuencia, concretar una educación superior de calidad tiene que ser una de las preocupaciones de mayor prioridad en una institución dedicada, precisamente, a la formación del potencial profesional, como lo es la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana – UNAP, en la plena conciencia de que este logro no es un fin en sí mismo sino un instrumento que le permite dar las respuestas coherentes a los desafíos que le plantea su entorno tanto físico como cultural en el cual desarrolla su actuación institucional.

Nuevas actitudes frente a la propia formación
tienen que ser inducidas en la población
estudiantil de la UNAP.
Ubicada en el corazón mismo de la selva, que actúa como un núcleo irradiante desde la interioridad del bosque amazónico, la UNAP no sólo ha sido una institución en acción, sino que pretende hacer de ella un motivo de reflexión que le permita construirse caminos de actuación con trascendencia social para seguir en una constante ruta de mejoramiento institucional, inspirados en el anhelo permanente de servir mejor tanto a la juventud que nos  confía su formación   como a la compleja y diversa realidad en la que nos situamos. 

Este propósito es el que se expresa en el documento MODELO EDUCATIVO DE LA UNAP(*), que acaba de ser publicado, en el cual se manifiesta nuestra vocación de ser una institución que aprende de su propia experiencia en intercambio permanente con su entorno, en lo que hoy día se denominan instituciones inteligentes, pues actuando con reflexión, autocrítica  y actitud propositiva, expresa su decisión de incorporar nuevos criterios que se están generando en los escenarios de las nuevas doctrinas socio-pedagógicas y filosófico-educativas, que nos van permitiendo reconceptualizar la naturaleza y operatividad  curricular en la formación profesional.

Fortalecer  la formación teórica con una intensa
práctica de los aprendizajes
Elaborado a lo largo de más de un año de trabajo colaborativo e intercambio fructífero de un equipo de especialistas de nuestra propia universidad con los directores de escuela y decanos, el documento mencionado fue aprobado por el Consejo Universitario con la finalidad de contar con un documento orientador y normativo, en el que se exprese “…la síntesis diagnóstica y filosófica que le permite definir y fundamentar sus intencionalidades educativas más relevantes, para orientar con coherencia y pertinencia sus procesos de enseñanza en las áreas básica, formativa, de especialidad y complementaria”, según lo expresado en la introducción de dicho documento.

Tengo entendido  que es esta la primera vez que las autoridades universitarias expresan un propósito sistematizador de esta naturaleza, que nace de la plena toma de conciencia de que “… la UNAP requiere la redefinición de políticas, planes, programas, visiones orientadoras, currículos, capacidad de gestión y sobre todo, un compromiso con la innovación y la transformación profunda y abarcadora”, tal y como se expresa en las palabras que el rector consigna en el mencionado documento.

Sus dos componentes, El Modelo Educativo y El Modelo Académico, ensamblados con coherencia teórica, expresan la decisión de dotar a nuestra universidad de la necesaria coherencia externa que nos posibilite el logro de superiores respuestas a los requerimientos de nuestro entorno geo-ecológico y socio-cultural, cuyas peculiaridades deben ser tomadas como desafíos a nuestra institución, asumiéndolos desde el trabajo académico, investigativo y de proyección que evidencie una renovada forma de concretar nuestra responsabilidad social.
Pero, es necesario puntualizar que esta coherencia con la comunidad en general, el sector empresarial, la diversidad cultural y la riqueza ecobiológica que debemos fortalecer a partir de los lineamientos contenidos en este documento, no será posible lograrla si en la interioridad institucional no logramos los consensos cognoscitivos y actitudinales que toda obra de trascendencia requiere.

Construir, cotidianamente, una atmósfera estimulante
para la formación profesional es un reto tanto de docentes
como de estudiantes.
Por ello, el contenido de este documento requiere ser socializado para su pleno entendimiento teórico y sus consecuencias prácticas en el trabajo que realizamos quienes conformamos la comunidad unapense.

En resumen, este documento expresa, a plenitud, que estamos en capacidad de mirar a nuestro futuro con plena confianza por ser una institución de educación superior capaz de autoanalizarse, reflexionar y aprender de sí misma y proponerse nuevas metas de cambios cualitativos en concordancia con sus responsabilidades de mayor trascendencia, pues el futuro nos ha de exigir nuevos  comportamientos  institucionales para abordar nuestra realidad, sobre todo regional, que comienza a ser percibida desde nuevos parámetros.

(*)   Universidad Nacional de la Amazonía Peruana. Modelo educativo de la UNAP. Inversiones Shankata  EIRL. Iquitos. 2013. 88pp.