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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

domingo, 22 de abril de 2012

ABRIL EN LA REGIÓN OMAGUA


EL ABRAZO FORESTAL


Prof. Gabel Daniel Sotil García


Espesos nubarrones se solazan  
contemplando al Amazonas, antes 
de engrosar su caudal.
Por una especial deferencia de la madre naturaleza, la selva tiene sus leyes particulares, propias, dentro de las leyes generales que rigen  nuestra Tierra.

Y en este mundo  tropical, abril  tiene su propia manera de ser.

Pues en él continúa el avance indete-nible de las aguas, penetrando y extendiéndose entre los troncos de los árboles que forman nuestro bosque, llevándoles nutrientes para seguir generando la más prodigiosa diversidad de vida.

Un cielo despejado puede ser 
el anuncio de una lluvia 
persistente.
Como si de ello dependiera su existencia, el agua busca al árbol, quien, concupiscente y voluptuoso, deja que ella se abrace cariñosa a sus raíces y  las acaricie deleitosamente en las intimidades igno-tas del bosque, en las soledades  de esta inmensidad telúrica que es la selva, pues sabe que dentro de poco tiempo se alejará para volver al río, que la espera ansioso para continuar su eterno discurrir.

De esa unión amorosa nacen el verdor sempiterno y la belleza esplendorosa de esta región.

Abril es la continuación de la expansión de las aguas. Es la época del máximo estiramiento de la masa acuática.

Mes en que las lluvias intensifican su presencia, ha-ciendo que el ambiente se haga menos caluroso.

Y es que nuestro abril  es el mes de lluvias frecuentes, de amaneceres mustios, fríos y húmedos que, luego, se han de transformar en horas de un intenso sol,  brillando en un profundo cielo azul.

Mes de vientos laboriosos que desplazan sobre sus hombros enormes y grises masas de nubes que cruzan nuestros espacios, dejándonos sus mensajes de lluvias y alagamientos, que desafían renovadamente nuestra inteligencia para aprender a convivir  en mutuo respeto.

Vientos que suelen transformarse en temibles tempestades, pues azotan con fuerzas colosales a los árboles y poblados, dejando en ellos profundas huellas de destrucción.

La belleza natural es el regalo 
de nuestra Amazonía
Aunque después, aplacada ya su furia, se muestren afectuosos transformándose en suaves y frescas brisas que nos brindan sus caricias para calmar nuestro temor.

Por todo ello, abril es un mes que nos invita a cantar a la inmensidad acuática, haciendo que nuestra imaginación  se expanda por los verdes dominios de los árboles y el azul intenso de su cielo.

Y a la lluvia:
Agüita refrescante
que del cielo bajas,
eres alegría,
eres emoción,
eres melodía,
del bosque una canción.

Al caer de las alturas
tus gotas son mensajes,
a todas las criaturas
de mi mundo forestal.

Agüita refrescante
que del cielo bajas
alegras mi chacrita,
alegras mi cochita,
alegras mi pueblito
y también mi corazón 

Los pobladores ribereños disfrutan 
a plenitud de los ríos  pletóricos 
de agua.
Así, pues, abril construye su propia personalidad, su propia manera de ser en el lento devenir de sus días discurriendo por los cauces que le brinda nuestra existencia.

Abril  es único  y, orgulloso, no se cansa de decírnoslo en cada uno de los instantes de su renovado transcurrir.                                                                                                                                    

Para la tipishca, desgajada de su río-madre; para la cocha solitaria, último refugio del lagarto perseguido; para el sombrío aguajal protegido aún por la pavorosa y mítica yacumama; para las restingas remontadas en los lugares aún ignotos, abril se hace presente con su mensaje de unidad, de comunión.

Abril convoca a las fuerzas de nuestra indomable naturaleza expresadas en fulgentes amaneceres, crecientes, alagamientos, vientos, lluvias, tempestades, truenos, relámpagos y esplendentes atardeceres, haciéndonos recordar que somos parte de su creación y que a ella pertenecemos.

Mes de guabasubos y camu camus que son muestras de la riqueza y diversidad de los frutos regionales.  

Pero, como en el cosmos no hay privilegios, las leyes que la naturaleza ha establecido tienen que cumplirse.                                      

Nubarrones en desplazamiento 
anuncian la proximidad de las lluvias.
Y entonces, abril pasará como todos los meses, para dar paso a un nuevo tiempo, a una nueva fase de nuestra corta pero hermosa vida. Y dentro de algunos días también, emprenderá el vuelo para esperar mejores tiempos en el devenir infinito, aunque siempre estará presto para retornar, pues ha hecho de la selva su ensueño, su quimera. 

De nuestros calendarios se habrá ido una de sus hojas, pero habrá también dejado en cada uno de nosotros los recuerdos de vivencias de un mes de especial pluviosidad.

Entonces diremos, entre acongojados y alegres, ¡adiós abril! ¡abril, abril de aguas mil! (*)

Tomado de: "OMAGUA, CANTO AL REINO DE LAS AGUAS Y LOS ÁRBOLES" del autor.

 


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