Por
el día mundial del medio ambiente – 05 de junio, 2020
Gabel
Daniel Sotil García
Como bien sabemos, la nuestra, la especie a la que
pertenecemos, la HUMANA, es la que más diversidad de necesidades posee. Es a
impulso de dichas necesidades, que actúa sobre su medio ambiente, modificándolo
de acuerdo con intereses propios de una época, lugar, clase social, etc. determinados.
Es esta acción de alteración de su entorno la que viene adquiriendo caracteres
destructivos en algunos sectores de la humanidad, a tal punto que viene
significando inminente peligro para la supervivencia de nuestra especie, pues,
al parecer de eminentes investigadores, las alteraciones que venimos causando a
los diversos entornos ambientales, vienen liberando fuerzas o factores que aún no
estamos en condiciones de controlar, y que se transforman en causas de muy diversos perjuicios para las condiciones sanitarias de nuestras
sociedades.
Hoy, en este DÍA DEL MEDIO AMBIENTE, celebrado en
condiciones muy especiales por la pandemia de la que somos víctimas a nivel
mundial, debemos hacerlo propicio para seguir esclareciendo y tomando
conciencia del rol que, como especie, tenemos: la obligación de asumir el conocimiento cada vez más profundo del fragmento de suelo en nuestro planeta
TIERRA, en el que hacemos nuestra vida individual y social. Pero no solo conocimiento sino,
también, afecto, amor a esta porción de superficie que compartimos con los
demás seres humanos, a cuyo cuidado debemos abocarnos para que siga siendo
nuestra eterna morada en esta maravillosa inmensidad cósmica.

Es bien cierto que, por efectos de la educación
tradicional, en nuestra mente carecemos de un imaginario que se correlacione
con nuestra realidad, tanto en cuanto a conocimientos como en cuanto a valores
y actitudes relacionados con nuestro ambiente; sin embargo, el daño que venimos
causándole directamente nos obliga, en todas las dimensiones, a incorporarlo
como referente de urgentes decisiones individuales e institucionales dirigidas
a su conocimiento, comprensión, valoración y preservación.
Esta decisión es mucho más urgente ahora que tenemos
mayores y contundentes evidencias de que las graves agresiones que le
inferimos, finalmente repercuten mucho más gravemente sobre los seres, humanos
y no humanos, de nuestra región, país y planeta en que vivimos; consecuencias del progresivo
agravamiento hasta límites incontrolables si no tomamos las decisiones
adecuadas oportunamente. Aunque, a estar por los informes de las instituciones
del nivel mundial, interesadas en el tema ambiental, ya estamos sobrepasando,
si no lo hemos hecho ya, los límites de
tolerancia de nuestro planeta.
De aquí que sea de prioritaria
importancia inducir en nuestros educando las imágenes mentales adecuadas para
garantizar una actuación coherente con el entorno externo, pues de la calidad
de ellas depende la calidad de nuestra actuación ambiental.

Por esta razón, los niños que
ingresan al sistema educativo formal, acumulan sentimientos negativos,
actitudes despectivas frente a nuestro excepcionalmente hermoso ambiente,
belleza que pasa inadvertida la mayor de las veces, pues no hemos sido
capacitados mentalmente para valorarla, para disfrutarla, para enriquecernos
con ella, al igual que su riqueza material, frente a la cual sólo se nos ocurre
extraerla para comercializarla hasta el exterminio.
Es así, pues, cómo la actual
educación trasunta el total desconocimiento de quienes la diseñaron en otras
realidades y, por lo tanto, viene construyendo una negativa imagen mental de
nuestro ambiente, sea por omisión o por tergiversación, a partir de la cual los
educando de hoy y los ciudadanos del mañana, definen su posición existencial
frente a nuestra región.

Mientras este trabajo, delicadísimo
por cierto, no se realice, no tendremos ninguna garantía de recuperar la
convivencia armónica con nuestro ambiente, lección que hemos olvidado de los
Pueblos Originarios de nuestra región y del mundo entero.
Pero, con ser necesaria esta
condición, no es suficiente, pues, mientras vamos educando de una nueva manera
a las nuevas generaciones bajo el lema “AMOR AL MEDIO AMBIENTE”, las
instituciones públicas y privadas, existentes hoy, cuyas responsabilidades
tienen que ver con el medio ambiente, deben desarrollar una acción más decidida
en defensa de este patrimonio de la