Hurgar en el inconsciente colectivo para acercarnos a las
imágenes que tenemos formadas acerca de nuestra región es de suma importancia
para entender nuestra actuación social a través del tiempo.
Haciendo un ensayo de exégesis, nos vamos a atrever a hacer este intento.
![]() |
Comportamientos tradicionales consolidados en el actuar colectivo |
Por lo tanto, siempre signados por el fracaso.
Una segunda imagen característica en la
percepción de nuestra Amazonía es
considerarla como poblada por personas incapaces para buscar y encontrar
soluciones a sus problemas, por lo tanto, hay que decidir por ellas. El
tutelaje ejercido sobre nosotros a
través de la presencia controlista del estado y el asistencialismo practicado
por los gobiernos de turno e instituciones, no expresan sino este prejuicio
que, al final, le sirve para justificar el centralismo político-administrativo,
del cual somos víctimas. Según esta percepción, sea por nuestro atraso o por
nuestra condición cultural no merecemos
confianza en que vamos a tomar adecuadas decisiones, por lo tanto, deciden por nosotros. Recordemos,
hasta hace poco, la designación de las autoridades políticas y tendrán la evidencia más contundente de aquello que
estamos puntualizando en estos momentos. Para la visión del gobernante, incluso
para nosotros mismos respecto a otros segmentos poblaciones y a las otras
culturas, también somos incapaces de encontrar soluciones. Se nos percibe y a
la vez percibimos a los demás como personas minusvaloradas.
Eso no es sino la expresión de que
tenemos tremendos prejuicios sobre
nuestras culturas indígenas.
Otra visión que tenemos de la Amazonía,
que incluso es parte de nosotros los amazónicos, como consecuencia de uno de
los mitos que ya mencionamos, es que no
somos sino una región abastecedora de materias primas. No pasamos de ese rol.
No tenemos más qué reclamarle al país sino esa ubicación: ser la despensa que
tiene que darle al Perú lo que necesita.
Esa es nuestra ubicación que se nos ha dado lógicamente: proveedores de recursos,
y que nosotros hemos aceptado, entre otros, vía la educación formal.
![]() |
Centro del poder político-administrativo, Iquitos represente el conjunto de los intereses de nuestra capital nacional. |
Finalmente debemos decir que, tanto para fines de política
nacional como de referente psicológico en la mente de los peruanos, somos
percibidos como una región sin importancia. Miren que al Perú se le define como
país andino y Uds. saben que la mayor parte del Perú está ocupada por la
Amazonía; las dos terceras partes son amazónicas ecológicamente y, sin embargo,
el Perú es considerado un país andino. A nadie se le ocurre que el Perú es un
país amazónico o, en todo caso, amazónico-andino; pero no, la designación
termina con andino y punto. Las dos terceras partes que son amazónicas no
tienen importancia para el país.
Y eso tiene otra
consecuencia: que en la educación nacional no está presente tampoco la
realidad amazónica. Nadie estudia nada de la Amazonía ni acá mismo, como ya lo
acabamos de decir. No merecemos estar presentes en el currículo de estudio
nacional. La Amazonía sigue siendo una gran ignorada porque no tiene
importancia. Pareciera que el Perú carece de región amazónica.
Ahora bien, si analizamos la actuación de personas e
instituciones referida a la solución de los problemas que afectan a nuestra región,
encontraremos que esta actuación está definitivamente determinada por la forma en
que es percibida esta región, por la imagen que tenemos de ella. Es decir, cada
persona e institución, define su rol dentro de nuestra región en función a la
concepción que tenga de ella. No es un
componente psicológico pasivo y neutro. Al contrario, es actuante en y
desde nuestra interioridad. Dicho de
otro modo: esa concepción es fuente de decisiones respecto a qué hacer y qué no
hacer en y con la Amazonía. Es evidente, entonces, que detrás de las
decisiones políticas, administrativas,
organizacionales, culturales, científicas, prácticas, etc., que se toman
respecto a nuestra región, tanto por personas como por instituciones, está
presente una forma de percibirla en su dinámica histórica, actual y en cuanto a
su significado que, incluso, implica una pre-visión de su futuro.
Por ello es que es de suma importancia el que seamos
conscientes de estas percepciones o imágenes vigentes en el imaginario nacional
y regional.
Pues no debemos olvidar que Marc Dourojeanni, en su libro “Amazonía,
¿Qué hacer?”, dice, lapidariamente: “Es así como la Amazonía continúa siendo, hoy como en el pasado,
inspiración para las más disparatadas opiniones y fantasías”.
![]() |
Iquitos y otras ciudades amazónicas cumplen la función de engarce de los intereses extractivistas capitalinos frente a los recursos naturales de los pueblos amazónicos. |
En el caso de
la Amazonía, si bien los indígenas no sufrieron las consecuencias de las Encomiendas, sí sufrieron las de las Reducciones, en un primer momento y,
luego, las de las diversas formas de explotación inventadas por los invasores
de sus territorios y arrebatadores de sus recursos en la época republicana. En
todo este proceso, los nativos vieron conculcados sus derechos como personas y
como Pueblos, ante lo cual, por cierto que se rebelaron férreamente. (Ver “Panorama histórico de la Amazonía, una
visión desde la selva)
En
los últimos años la sociedad nacional ha venido madurando por influjo de ideas
y doctrinas que han hecho cambiar su forma de percibir a los indígenas,
cambiando sus actitudes hacia ellos, todo lo cual se ha expresado en leyes o
normas jurídicas protectoras de dichos derechos, que tampoco se han hecho
realidades plenas, no pasando de ser sólo buenas intenciones expresadas en
papel.
Sin
embargo, es interesante hacer notar el sentido y la naturaleza de este proceso
de cambios de percepción de los indígenas por la sociedad nacional.