A propósito
de la Directiva de inicio de año lectivo 2014 - RM Nº0622-2013-ED
Por criterio de realidad, las normas orientadoras de la educación nacional deben ser pertinentes a nuestra heterogeneidad. Foto: Prof. H. Gaviria |
Un
aspecto fundamental en la creación de las condiciones propicias para generar
planteamientos sociales que posibiliten buscar el mejoramiento de la educación
en nuestra región es la promoción del estímulo a las reflexiones sobre la
misma, en la diversidad y complejidad de su realidad como fenómeno
sociocultural.
De
hecho, todos los fenómenos que conforman lo que se denomina cultura, que es la
creación de los seres humanos, están sujetos a las leyes del cambio, que es
consustancial a la actividad creadora de la humanidad. Las evidencias del
cumplimiento de estas leyes las tenemos en los progresos científicos, tecnológicos
y prácticos dentro de los cuales hacemos nuestra vida en la actualidad.
Uno
de ellos es, precisamente, la EDUCACIÓN. Como tal, la educación no es estática,
pues también está sujeta a un proceso de permanente cambio, por la influencia
de diversos factores; unos, propios del mismo campo educativo; otros,
provenientes del contexto o entorno en el que se desarrolla la educación.
La diversidad de culturas en nuestra región amazónica debe ser preservada desde las normas educativas. |
Sin
negar e impedir que muy diversos factores externos produzcan y repercutan en
innovaciones para mejorar el logro de sus objetivos, una situación ideal
respecto a estos cambios es que ellos se produzcan fundamentalmente por acción
de sus protagonistas para que sean pertinentes: magisterio, sociedad,
autoridades, etc., poniendo en acción su creatividad y sus capacidades
reflexiva y propositiva. Es decir, que la educación cambie por acción endógena
de quienes están concernidos y comprometidos con su realización y sus logros, y
no por imposición y copia de condiciones propias de otras realidades
Hasta
el momento venimos siendo testigos de una política de imposición de disposiciones
e innovaciones en nuestra educación nacional y regional, por decisión del ente
rector de la misma: el Ministerio de Educación - MINEDU. Ente que más se
preocupa por hacer cumplir sus dispositivos de emisión anual que por el
incentivo a la capacidad creativa del magisterio nacional. En consecuencia, la
actividad educativa nacional, y por ende, regional, discurre en cauces muy
estrechos de simple acatamiento de dichos dispositivos que cubren, con la mayor
minuciosidad, hasta las más pequeñas decisiones que se deben tomar en el
trabajo de aula.
El conocimiento y preservación de la riqueza ecobiológica de nuestra región deben ser promovidos por una educación que tenga dichos objetivos. |
En
verdad, dicho dispositivo (Directiva de Inicio de Año Lectivo 2014) que acaba
de emitir el MINEDU peca de detallista y reglamentarista, obligando al magisterio
y a las instancias intermedias de la administración educacional (UGEL, DREL), a
una simple acción de cumplimiento de lo dispuesto. Incluso, los Gobiernos
Regionales estarán restringidos “… a brindar el soporte técnico y el monitoreo
enfocado en el logro de los ocho compromisos de gestión” (5. Disposiciones
generales…). Es decir, su responsabilidad normativa y propiciatoria de la
diversificación curricular, para mejorar la calidad de la educación en su
ámbito jurisdiccional, quedó anulada. Todo estará sujeto a lo dispuesto en este
documento.
A
nuestro entender, es esta la mejor manera de asegurar el estancamiento de
nuestra educación regional, con los resultados ya conocidos por todos. No
propiciar la participación activa de, por lo menos, el Magisterio en la
introducción de innovaciones, obligándolo a que cumpla a rajatabla las normas
impuestas, anemiza e impide el rol que debe cumplir cada uno de los maestros de
nuestra región.
Debilita
convicciones en la búsqueda creativa de soluciones propias, concordantes con
las peculiaridades sociales, culturales, geográficas y ecológicas de nuestro
país. Expresa desconfianza en las capacidades creativas de los maestros del
Perú y de nuestra región, imponiéndose la pseudoconcepción de un país
homogéneo, sin mayores diferencias en sus formas de ser en sus aspectos
esenciales.
No
comprendemos cómo el MINEDU no asume una actitud más crítica y reflexiva de su
actuar institucional, dados los resultados que cada año constata tanto por sí
mismo (ECE) como por organismos internacionales (PISA), introduciendo cambios
en sus estrategias de administración de la educación en nuestro país. Insistir
en el mismo rol y con las mismas características es el camino más seguro para
continuar profundizando las deficiencias ya conocidas de nuestra educación
nacional y regional, en cuya generación tiene un rol de primerísima
importancia.
La Amazonía tiene sus propias manifestaciones culturales en cuyo conocimiento se debe formar a las nuevas generaciones. |
Emitir
documentos normativos con estas características, es la mejor forma de excluir
al magisterio, la sociedad y autoridades del compromiso de contribuir con el
mejoramiento de la calidad de la educación, a partir de una reflexión profunda
y comprometida con dicho propósito, pues con ello se impide su análisis
reflexivo sistemático acerca de los diversos aspectos que comprende la acción
formativa de las nuevas generaciones. Sin esta reflexión es imposible generar
innovaciones que nazcan en la interioridad misma de la acción educacional,
protagonizadas, fundamentalmente, por el magisterio, quien se ve constreñido a
un papel de mero acatamiento ejecutivo.
En
especial los Maestros de esta región debemos reclamar el derecho de participar,
comprometidamente, en la construcción de una nueva educación que responda a
nuestras peculiaridades, necesidades e intereses regionales. Somos parte del
Perú, pero tenemos nuestras propias características diferenciales como región.
Tenemos
capacidades de reflexión, análisis y propuestas; por lo tanto, reclamemos la
oportunidad de activarlas en el ejercicio de nuestra profesión. No sigamos
permitiendo esta conculcación.
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