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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

miércoles, 10 de diciembre de 2014

MISHO


A la memoria de un ser querido

El gato más hermoso que tuvimos
Gabel Daniel Sotil García

Solías mirarnos con tus ojos chinitos, somnolientos, presas de un cansancio infinito, desde la cima de tu mueble predilecto. Nos auscultabas por un momento y los volvías a cerrar, seguro que para disfrutar tus pensamientos gatunos. Sonreías y te quedabas inmóvil en tu postura favorita de gato engreído, sabiendo que nadie te disputaría esa envidiable condición en el hogar.
Todos te queríamos. Mejor, te hiciste querer por toda la familia, desde que llagaras aún tierno, necesitado de alimento y cariño materno, que te dimos en abundancia.

Te vimos crecer, hasta hacerte un gato hermoso con el amor de toda esta familia que hoy te extraña y que siente en su alma un inmenso dolor por haberte perdido.

Nos bastaba mirarte en algún lugar de la casa para sentirnos tranquilos. Nos bastaba escuchar tu maullido en alguna parte de la casa para sentir que nada nos faltaba.

¡Ah! Pero cuando desaparecías por algún tiempo, todos nos preguntábamos, ¿Y dónde está el misho? ¿Y dónde está el “tigro”? Pues el “tigro” eras tú, ¿no lo sabías?, por tu raza felina.

Entonces aparecías campante, soberbio, con algunos arañazos en tu rostro.
-        ¡Seguro que has pasado la noche peleando! - Te reprochaba mi esposa.
Y tú, con toda la tranquilidad del mundo, mirándola con paciencia y comprensión, pasabas rozándole sus piernas como queriendo decirle
-        ¿Y qué quieres que haga?

Así eran nuestros días mientras viviste, misho amado. ¿Entiendes, ahora, por qué es dolorosa tu partida? ¿Por qué hablamos cada día de ti como si estuvieras en la sala adormitado luego de una de esas noches de peleas y maullidos estentóreos y agresivos, correteando por los techos?

Ahora que te has ido a otros mundos felinos, no sabes cuánta pena nos dejaste. Cuánto dolor se respira hoy en nuestra casa, esa que fue tuya también. En donde disfrutábamos cada día de tu silenciosa compañía.

Mis hijos te recuerdan pues ya no te ven en tus lugares favoritos, de donde tenían que sacarte para que durmieras con más tranquilidad.

Ya sé que cada día hablaremos menos de ti, hasta que seas un lejano recuerdo, pero debes saber, misho querido, que ocupaste un lugar muy profundo en nuestro corazón familiar y que siempre reaparecerás en nuestras mentes para dedicarte un recuerdo así como cuando te ibas de aventuras a lugares que nunca quisiste que supiéramos.

Hoy todos quisiéramos seguir viéndote siempre durmiendo, invitándonos al descanso, para luego ir a buscar tu comida, que te esperaba siempre lista. Así te queríamos y así te seguiremos recordando.

En verdad, ya no tengo palabras para despedirme. Quisiera seguir hablando de ti y tus inocentes ocurrencias; pero, ¿para qué alargar más este dolor? 

Sólo quiero despedirme con una sola palabra que aprendí de ti:

¡Miau!

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