Por el DÍA DEL IDIOMA NATIVO:
Un homenaje a la creatividad lingüística de nuestros Pueblos Originarios.
Doña AGUSTINA YAREJA, hablante ikitu, San Antonio de Pintuyacu. Entre nuestros más gratos recuerdos. |
Gabel Daniel Sotil García
La
Cultura es la máxima creación de un Pueblo.
Ella
expresa la forma peculiar en que se construye un pueblo a través del tiempo,
actuando en un determinado escenario, con el cual establece una íntima relación
de mutua influencia. Por ello, todas las culturas son diferentes.
Ella es un producto sumamente
complejo.
Conforman
la cultura, el arte, la religión, los utensilios, los mitos, las tradiciones, los afectos, los pensamientos, las costumbres, el IDIOMA, etc.
Sí, el IDIOMA.
El idioma es un componente fundamental de una cultura.
En él un pueblo
expresa su forma peculiar de captar su mundo circundante y el tipo de relaciones
que ha establecido con dicho entorno. En él se encuentran simbolizadas las
situaciones que más frecuentemente enfrenta el grupo humano en su vida cotidiana
y que fueron las que obligaron a crear un sistema de comunicación. Es decir, a
un intercambio de mensajes.
Cada
logro o conquista cultural hecha por el pueblo está presente en el idioma. Es
el idioma la expresión más elevada de la cultura. El sirve para expresar nuestras
alegrías, nuestras penas, nuestros sueños, nuestras frustraciones; en fin, todo
ese riquísimo mundo psíquico que poseemos las personas y los pueblos, cuyo
contenido proviene del entorno inmediato.
Conservarlo,
es conservar la cultura; perderlo, es perder la cultura.
Pues el
idioma sintetiza la experiencia acumulada de un pueblo y, a la vez, la expresa.
Es gracias al idioma que esta experiencia es transmitida de generación en
generación. Así, las nuevas generaciones continúan la labor creativa de sus
antecesores. No tienen que volver a inventar, sino incorporar nuevos inventos
al bagaje social.
En este
sentido, nuestra región amazónica, expresa una efervescencia creadora singular
dentro de nuestro país. Aquí tenemos la más rica diversidad de idiomas (no dialectos) creados por los pueblos originarios. Lo que quiere
decir, diversas formas de describir y explicar el entorno. Diferentes formas de
referirnos a nuestro escenario existencial.
La presencia
de esta diversidad lingüística en nuestra región es la muestra más contundente
de la capacidad creativa de los pueblos amazónicos. El argumento más sólido
para demostrar que la búsqueda de las soluciones a nuestros problemas sociales
tenemos que hacerla recurriendo a nosotros mismos, a nuestra interioridad y no
traer soluciones de afuera, de otros países.
Respecto
a esta riqueza lingüística, todos debemos asumir el deber moral de luchar por
su conservación. Por ayudar a defenderlos. Todos, personas e instituciones,
debemos sentirnos comprometidos en la lucha para que ningún idioma de nuestra
región, producto de ese prodigioso esfuerzo creador de los pueblos amazónicos,
se pierda.
Lo que ha
costado miles de años construir no debemos permitir que se pierda en un
instante por irresponsabilidad, por dejadez, por conformismo, y por prejuicios.
En este
sentido, se hace necesario que en la educación actual, se trabaje intensamente
por despertar afecto y respeto de nuestros niños por los idiomas de esta región,
sean los nativos o sea nuestro propio idioma mestizo. Por lo tanto, los
maestros, desde su proceso de formación, deben asumir actitudes de valoración
del legado lingüístico ancestral de nuestra amazonía. Y también del idioma que,
desde hace cinco siglos, está presente en este escenario amazónico. Deben
aprender el significado, la trascendencia de esta riqueza. Deben formarse en
una atmósfera valorativa de este aporte creador.
Por
cierto que este tipo de formación implica un claro propósito de superar el
racismo que hoy cruza todo el espectro de la educación peruana, racismo que es
el que ha impedido que reconozcamos valor a los aportes culturales de los
Pueblos Indígenas de nuestro país en general, y de nuestra región, en particular.
Felizmente,
nuestro despertar, aunque lentamente, se está produciendo; nuestra toma de
conciencia de este racismo, es más evidente cada día y tenemos la seguridad de
que, en un futuro, relativamente cercano, estaremos superando nuestro desprecio
por lo indígena y, entonces, comenzará una era de profunda valoración de cuanta
creación hicieran estos Pueblo.
Entonces,
recién, valoraremos nuestras capacidades colectivas para buscar y encontrar las
soluciones que hoy nos empeñamos en buscar fuera de nuestro país.
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