25 DE MAYO: DIA DE LA EDUCACIÓN INICIAL
Gabel Daniel Sotil García
Cada 25 de mayo, conmemorando la creación del Primer Jardín de la Infancia en dicha fecha del año 1931, se celebra el DÍA DE LA EDUCACIÓN INICIAL, para consolidar la presencia de este nivel educativo en el sistema de la educación peruana, que fuera incorporado gracias a los esfuerzos y convicciones de las hermanas Emilia y Victoria Barcia Boniffatti, en cuyo honor se ha nominado el principal centro de educación inicial de nuestra ciudad.
La justificación de este nivel se encuentra en los hallazgos científicos que se vienen haciendo y que demuestran la trascendente importancia que tienen los primeros tiempos y las primeras experiencias en la conformación de la personalidad de todos los seres humanos, edad en la que debe haber una intervención educativa altamente especializada para que las influencias que se ejerzan sobre el niño y niña, sean constructivas en el sentido de tener un efecto estimulante en sus potencialidades psicológicas y biológicas.
Es decir que, cuanto más temprano se haga presente la acción formativa especializada, mayores posibilidades existen de conformar niños y niñas con personalidades pletóricas de posibilidades de desarrollar una vida de calidad para sí mismos y para su sociedad, con trascendencia para la dinámica de la colectividad.
Es esto lo que hace que la EDUCACIÓN INICIAL merezca una atención especial en cuanto a profesoras, locales, equipamiento que, infelizmente, no es lo que se viene observando, pues el segmento etario de 0 a 2 años sigue en manos de las denominadas promotoras comunales, cuyos conocimientos y actitudes, por más buena voluntad que tengan, no son los requeridos para cumplir tan delicada e importante labor, afectando de muy diversas maneras la conformación de la personalidad de niños y niñas, no siempre de forma positiva. A ello se agrega la carencia casi absoluta de material, ambientes y condiciones adecuadas para ejercer su labor en los llamados programas no escolarizados, en sus diversas modalidades.
El otro segmento etario, que cae bajo la acción de este nivel, el de 3 a 5 años, no alcanza cuantitativamente a cubrir ni el 50 % de las verdaderas necesidades, siendo este el nivel con menor cobertura, pues en el área rural es casi inexistente. Su equipamiento e infraestructura vienen adoleciendo de muy graves deficiencias, evidenciando que aún no hemos tomado conciencia de su trascendencia, pues nuestras autoridades prefieren destinar los dineros del Estado a otros rubros de menor significado social.
Sin embargo, el personal responsable en las instituciones educativas, generalmente femenino, abriga férreas esperanzas de que algún día se le dé el merecido reconocimiento que le venimos adeudando.
Mientras tanto, niños, niñas, padres, madres, profesoras y auxiliares hacen todos los esfuerzos para decirle a la colectividad que, aún con grandes carencias, su alegría de celebrar esta fecha no tiene límites y la muestran en ceremonias tanto internas como en pasacalles, en cuyas pancartas nos hacen recordar que ser niños no es un accidente de nuestras vidas, sino una etapa de la mayor trascendencia, del ejercicio pleno, sincero, alegre y tierno de nuestra humanidad.
Gabel Daniel Sotil García
Cada 25 de mayo, conmemorando la creación del Primer Jardín de la Infancia en dicha fecha del año 1931, se celebra el DÍA DE LA EDUCACIÓN INICIAL, para consolidar la presencia de este nivel educativo en el sistema de la educación peruana, que fuera incorporado gracias a los esfuerzos y convicciones de las hermanas Emilia y Victoria Barcia Boniffatti, en cuyo honor se ha nominado el principal centro de educación inicial de nuestra ciudad.
La justificación de este nivel se encuentra en los hallazgos científicos que se vienen haciendo y que demuestran la trascendente importancia que tienen los primeros tiempos y las primeras experiencias en la conformación de la personalidad de todos los seres humanos, edad en la que debe haber una intervención educativa altamente especializada para que las influencias que se ejerzan sobre el niño y niña, sean constructivas en el sentido de tener un efecto estimulante en sus potencialidades psicológicas y biológicas.
Es decir que, cuanto más temprano se haga presente la acción formativa especializada, mayores posibilidades existen de conformar niños y niñas con personalidades pletóricas de posibilidades de desarrollar una vida de calidad para sí mismos y para su sociedad, con trascendencia para la dinámica de la colectividad.
Es esto lo que hace que la EDUCACIÓN INICIAL merezca una atención especial en cuanto a profesoras, locales, equipamiento que, infelizmente, no es lo que se viene observando, pues el segmento etario de 0 a 2 años sigue en manos de las denominadas promotoras comunales, cuyos conocimientos y actitudes, por más buena voluntad que tengan, no son los requeridos para cumplir tan delicada e importante labor, afectando de muy diversas maneras la conformación de la personalidad de niños y niñas, no siempre de forma positiva. A ello se agrega la carencia casi absoluta de material, ambientes y condiciones adecuadas para ejercer su labor en los llamados programas no escolarizados, en sus diversas modalidades.
El otro segmento etario, que cae bajo la acción de este nivel, el de 3 a 5 años, no alcanza cuantitativamente a cubrir ni el 50 % de las verdaderas necesidades, siendo este el nivel con menor cobertura, pues en el área rural es casi inexistente. Su equipamiento e infraestructura vienen adoleciendo de muy graves deficiencias, evidenciando que aún no hemos tomado conciencia de su trascendencia, pues nuestras autoridades prefieren destinar los dineros del Estado a otros rubros de menor significado social.
Sin embargo, el personal responsable en las instituciones educativas, generalmente femenino, abriga férreas esperanzas de que algún día se le dé el merecido reconocimiento que le venimos adeudando.
Mientras tanto, niños, niñas, padres, madres, profesoras y auxiliares hacen todos los esfuerzos para decirle a la colectividad que, aún con grandes carencias, su alegría de celebrar esta fecha no tiene límites y la muestran en ceremonias tanto internas como en pasacalles, en cuyas pancartas nos hacen recordar que ser niños no es un accidente de nuestras vidas, sino una etapa de la mayor trascendencia, del ejercicio pleno, sincero, alegre y tierno de nuestra humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario