Nació en las cochas
De la selva palpitante.
Por las quebradas bajó
Hasta los ríos caudalosos.
Al pie de las restingas.
Y todo el bosque
Se alagó de su calor.
El rumor se hizo murmullo
Y luego
Un grito de fragor
¡No!
Los árboles gritaron.
La brisa se detuvo
Y dijo
¡No!
Las nubes se elevaron
Gritando
¡No!
En la colpa las fieras se juntaron
Y a coro dijeron
¡No!
Entonces
El Hombre,
Absorto hasta ese instante,
Mirando al bosque, las nubes y la brisa,
Irguióse de pronto enfurecido,
Golpeó su pecho
Y dijo
¡NO!
¡Mucho también ya fue!
De hoy en adelante
¡Yo!
¡Yo seré el señor!
Gabel Daniel Sotil García
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