Datos personales

Mi foto
Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

domingo, 25 de julio de 2010

LAS CARAS DE LA POBREZA


A propósito de nuestra lucha contra la pobreza

Gabel D. Sotil García

Tradicionalmente, el término POBREZA se relaciona con una deficiente disponibilidad de recursos económicos que afecta a una persona, familia, grupo humano, etc. Ser pobre, se piensa, es carecer de dinero para cubrir la atención de las necesidades básicas. Es decir, bajos niveles de ingresos y de consumo, que imposibilitan el acceso a los servicios de salud, de saneamiento, de educación y de trabajo.

Pero, esa percepción de la POBREZA, hace mucho que ha sido superada. Los análisis socio-económicos, las nuevas tendencias socio-políticas, la revolución en los criterios socio-jurídicos, etc. vienen proporcionándonos elementos teóricos para ver a la pobreza como un concepto multidimensional, menos simplista, más elaborado.

Hoy, la POBREZA es concebida como un problema sumamente complejo, de carácter histórico-cultural, político-económico y ético-jurídico.

Por ello es que POBREZA significa también, además de lo dicho, la incapacidad de las personas para ejercer y hacer valer todos sus derechos; es carecer de participación en las decisiones o en las acciones que orientan el vivir como ser social; es la falta de oportunidades para ejercer ampliamente las propias capacidades y habilidades; es no poseer medios para asegurar y vivir la propia cultura, la identidad propia, la etnia propia o la condición propia de ser hombre, mujer o niño/niña. La pobreza significa vivir sin calidad de vida.

En la realidad social concreta, la pobreza se manifiesta de múltiples maneras, que las podemos observar cotidianamente, con tanta frecuencia, que ya no les damos mayor importancia y hasta dejan de preocuparnos, pues nos habituamos a ellas. La pobreza se manifiesta a través de la falta de servicios básicos, del amanecer sin perspectivas, del adormecimiento existencial, de la frialdad ante la vida, de la falta de trabajo, de un ambiente insalubre, de las diversas formas de inequidad, etc.

Ahora, bien, para que se produzca la POBREZA en un determinado escenario humano, tienen que confluir un universo complejo de factores de diversa naturaleza pero todos de origen humano, por cierto.

Pero, entre ellos, hay uno de la mayor importancia: el factor gestión social. Es decir, podemos vivir en la pobreza, sin embargo, estar rodeados de riqueza material, riqueza que se expresa en las materias primas o recursos naturales. Estos pueden ser abundantes, pero por sí solos no generan la riqueza social. Es sólo la gestión social transformadora la que posibilita que la riqueza natural se convierta o devenga en riqueza social.

Esto nos recuerda la conocida e inolvidable frase que se atribuye al sabio A. Raimondi: “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”. El banco de oro son los ingentes recursos naturales que poseemos en este grandioso espacio llamado Perú. Recursos que, por falta de visión de quienes nos gobiernan siguen siendo meras potencialidades sin uso social o al servicio de unos cuantos, o exportados para enriquecer a otros países, mientras que nosotros seguimos empobrecidos y empobreciéndonos cada vez más.

Es a esto a lo que se viene llamando “la maldición de los recursos naturales”, pues la mayoría de países que los poseen en abundancia, son hoy considerados sociedades pobres y muy pobres pues, por acción de una serie de factores confluyentes en sus respectivas realidades, han sido condicionados para percibirse y asumir el rol de simples abastecedores (exportadores) de dichas materias primas, sin preocuparse de preparar a sus miembros para generar las condiciones materiales y subjetivas que las ponga al servicio social.

Países en los cuales predomina toda una estructura psicológica y socio-política, que es alimentada tanto desde adentro de sí mismos como desde afuera, para que sigan manteniendo esa estructura, que es la que los mantiene en la pobreza y la extrema pobreza.

Es el caso de nuestro país y región.

País y región con grandiosos recursos naturales, físico-geográficos y culturales que, sin embargo, son ignorados en su potencialidad generadora de riqueza social, razón por la cual no nos capacitamos cognoscitiva, intelectual y actitudinalmente para activarla.

Nuestra pobreza social no es causada por falta de riqueza natural o recursos naturales, que los tenemos en abundancia. Lo que nos hace falta es dinamizar nuestras potencialidades psicológicas que, también, las tenemos en abundancia, pero que hasta este momento de nuestra historia las dejamos adormecidas, dejándonos dominar por la inercia, el conformismo, la apatía, el “qué me importa”, el “que lo haga otro”, el “por qué voy a trabajar para otro”, y todas esas actitudes que reflejan nuestro negativismo frente a los compromisos o deberes sociales, como producto de un sistema educativo aletargante.

Si tuviéramos una educación que haga una profunda profilaxis de esas cargas negativas que frenan nuestro desarrollo, seríamos una región (y país) no digo de ricos, que no es lo deseable, pero sí con personas y pueblos con un alto nivel de calidad de vida, dando uso adecuado, con sentido social, a nuestras potencialidades naturales.

He allí el rol más trascendente que tiene la educación en cualquier sociedad y, más aún, en nuestra región. Propósito que se ve imposibilitado por la presencia y predominio de una clase política y dirigencial que hasta el momento no ha asumido, por desconocimiento, irresponsabilidad y complicidad, el rol de trascendencia social que debería asumir, y que es el peor escollo para reorientar y replantear a la educación hacia estos fines.

Foto: Preparando la fariña (del autor)

No hay comentarios: