In Memorian:
DON ARNALDO HUANAQUIRI HA MUERTO. ¿QUIÉN ERA DON ARNALDO?
Zachary O'Hagan
Dn. Arnaldo Huanaquiri, en una de sus visitas a Iquitos. |
Arnaldo Huanaquiri Tuisima, uno de los últimos hablantes de
la lengua omagua, falleció en Iquitos, Loreto, Perú, el 20 de diciembre de 2016
a la edad de 83 años. Arnaldo nació el 7 de febrero de 1933 en San Joaquín de
Omaguas – una comunidad en la margen izquierda del Río Amazonas, entre Nauta e
Iquitos, siendo sus padres don Lizardo Huanaquiri Tamani y doña Amalia Tuisima
Huaní.
Lizardo fue un hombre kukama nacido en los 1890 en Lagunas,
en el Río Huallaga, hijo de Antonio Huanaquiri y Marcela Tamani. (Antonio
quizás naciera en 1870 en Nauta.) Amalia fue una mujer omagua nacida en 1900 en San Joaquín de Omaguas, hija de
José María Tuisima Ipuchima (1872-1946) y Lucía Huaní Cahuasa (1873-1946).
En
1943, Arnaldo entró a la escuela primaria de San Joaquín, donde completó tres
grados, aprendiendo a leer y escribir bien. Salió de la comunidad en 1948 en
busca de trabajo, sirviendo en las fuerzas armadas y volviendo a San Joaquín en
junio de 1965. Llegó a servir como teniente gobernador de la comunidad en
varias oportunidades: desde octubre de 1965 hasta abril de 1968, desde mayo de
1973 hasta abril de 1978, y desde 1981 hasta agosto de 1989.
El 17 de setiembre de 1971 Arnaldo se casó con Celestina
Marín Pizango (fallecida 2005), y tuvieron 13 hijos: Onila, Zoila, Welinson
Arnaldo, Edinson Lizardo, Ricardo, Jaír, Lita Gertrudis, Emerson Luís, Luz
Victoria, José Francisco, Sahuar, Nerci Amalia, y Pablo José.
En 2003 Arnaldo comenzó una colaboración con Lev Michael,
Christine Beier, y Catherine Clark, antropólogos norteamericanos, para
documentar la lengua omagua, la
cual, junto con la lengua estrechamente emparentada kukama-kukamiria, pertenece
a la familia lingüística tupí-guaraní, miembros de la cual estaban
originalmente extendidos por la mayor parte de Sudamérica, desde la costa
atlántica, tierra adentro hasta Bolivia, y en el norte desde Guyana hasta el
Perú y por toda la Amazonía brasileña.
En este emprendimiento Arnaldo acompañó a su primo hermano
Manuel Cabudivo Tuisima (1925-2010), y los primeros trabajos lingüísticos
fueron hechos por Edinson Huamancayo Curi, en 2004, seguido en 2006 por Brianna
Grohman, en ese entonces una estudiante de posgrado en la Universidad de Tejas
en Austin (Estados Unidos).
Posteriormente, Arnaldo escribió doce cuadernos de cuentos
en omagua con traducción al castellano, los cuales formaron una base de datos
para el proyecto de un equipo de investigadores que empezó en la Universidad de
California, Berkeley (Estados Unidos) en 2009.
Desde junio hasta agosto de 2010 Arnaldo continuó su
trabajo lingüístico conmigo, con Clare Sandy, Tammy Stark, y Vivian Wauters en
San Joaquín de Omaguas. Esto continuó en 2011 conmigo y con Clare Sandy. En
2013 él participó en investigaciones lingüísticas nuevamente conmigo durante
una estadía de algunos días en San Joaquín.
Arnaldo vivió en su casa, aguas arriba del propio San
Joaquín hasta 2014, año en que vino a vivir con su hija Zoila en Iquitos. Nunca
pudo regresar a su casa, pero tenía la buena fortuna de poder visitar
frecuentemente a su hermana mayor, Amelia, quien vive en Iquitos. Su deseo era
estar enterrado al lado de su madre en el cementerio de San Joaquín, y su
familia pudo devolver su cuerpo allí para el entierro.
Los Omagua, contactados primero en 1538, habitaban en el
curso principal del alto Río Amazonas, desde aguas abajo de la desembocadura
del Río Napo en Perú hasta el Río Putumayo/Iça en Brasil; dos grupos más
pequeños habitaban en el Río Coca y en la desembocadura del Río Curaray, en la
cuenca del alto Napo.
Los Omagua eran una de las sociedades más numerosas de la
Amazonía, el resultado de una rápida migración por el Amazonas probablemente a
principios del segundo milenio. De una población de probablemente muchas
decenas de miles de personas, los omagua fueron gravemente reducidos, quizás a
unos pocos miles, por 1710, siguiendo a
severas epidemias y décadas de ataques y esclavitud por parte de los
portugueses.
A mediados del siglo dieciocho se reagruparon en algunas
comunidades afuera de su territorio tradicional, aguas arriba de la actual
ciudad de Iquitos. San Joaquín parece ser el último sitio donde sobreviven los
hablantes del omagua, pero puede ser que haya otros en localidades tales como
San Salvador de Omaguas, Puritania, Porvenir, y otras.
Los Omagua nacidos en los primeros años de los 1920
aprendieron a hablar omagua como su lengua materna dominante, al menos cuando eran
jóvenes. Sin embargo, cuando Arnaldo era niño en los últimos años de los 1930,
muchas familias habían llegado a hablar castellano en sus casas; su hermana y
él asocian el monolingüismo omagua con sus abuelos y tías, eso es, los que
nacieron durante los treinta años desde 1870 hasta 1900.
Arnaldo no podría haber estado más orgulloso de su herencia
omagua, y fue él quien principalmente motivó el comienzo del Proyecto de
Documentación de la Lengua Omagua. Soñó con ver la lengua enseñada en la
escuela primaria de San Joaquín, sueño
que todavía espera realizarse.
Arnaldo querría que leyeran más sobre la historia omagua,
lo cual pueden hacer aquí:
Puede leer más sobre el Proyecto de Documentación de la
Lengua Omagua aquí:
Sus cuadernos pueden ser leídos aquí:
Y su historia de la
comunidad y diccionario personal pueden ser descargados aquí: http://cla.berkeley.edu/item/23732.
El borrador de un diccionario del omagua, al cual Arnaldo
contribuía de manera significativa, está disponible aquí:
Todos los materiales del Proyecto de Documentación de la
Lengua Omagua a los cuales Arnaldo contribuyó pueden ser vistos aquí:
Enlace a la versión en
inglés (http://amazonzach.blogspot.com/2017/08/arnaldo-huanaquiri-tuisima-1933-2016_24.html),
Obituario del don Lino
Huanío Cabudivo, que queda solamente en inglés: (http://amazonzach.blogspot.com/2017/08/lino-huanio-cabudivo-1936-2017.html).
Nota: Quedan tres señoras que hablan
omagua, Amelia Huanaquiri Tuisima (87), Alicia Huanío Cabudivo (84), y
Guillermina Moena Cahuasa (87). La primera vive en Iquitos, y las demás en San
Joaquín. Aparte de ellas no conozco a nadie más. Zachary O’Hagan
P.D. Conocí
a don Arnaldo, con quien disfrutamos alguna conversación en su idioma materno,
el Omagua. Fue una experiencia maravillosa escuchar, en boca de un
nativohablante, un idioma tan forestal, tan amazónico, tan ribereño, tan ancestral.
Se nos ha ido y una parte de la Amazonía se fue con él. Lo siento don Arnaldo,
pero me queda su voz, su imagen y las ganas de seguir defendiendo el legado
creativo de los pueblos originarios de nuestra región. (Gabel D. Sotil García)
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