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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

viernes, 18 de octubre de 2019

REFLEXIONES EN TORNO A LA GLOBALIZACIÓN

Un ensayo interpretativo
 Gabel Daniel Sotil García
EL GRAN COSMOS, la casa grande
de nuestro planeta


La TIERRA es el planeta en el cual vivimos, compartiéndolo con las demás especies y  ocupando el tercer lugar dentro de nuestro  Sistema Solar. Según los cálculos científicos, actualmente vigentes, su formación habría comenzado hace unos 5 000 millones de años, pero la vida comenzó a germinar en ella hace unos 3 500 millones. Se estima que en estos momentos existen unos 6 millones de especies distintas, de las cuales un millón corresponden al denominado reino animal, dentro del cual se ubica la especie humana, cuyo proceso de formación se habría iniciado, según últimos estimados, hace unos seis a siete millones de años, en sus formas más  primitivas (homínidos), razón por la que podemos afirmar que somos una especie apenas nacida.

Pero, nuestro planeta no es homogéneo y nos ofrece diversidad de ambientes o ecosistemas particulares (ya identificados y clasificados), que han generado, también, diversas especies vivientes, que hoy son agrupadas en cinco grandes reinos.

La nuestra, la ESPECIE HUMANA, a diferencia de las demás especies, está distribuida en todo el planeta: desde las zonas más cálidas a las más frías, desde las más húmedas a las más secas, conservando siempre sus características básicas; en cambio, las demás especies  tienen hábitats específicos con los cuales establecen relaciones determinantes de sus características, a tal punto que fuera de ellos  disminuyen grandemente sus posibilidades de supervivencia.

Sin embargo, nuestra especie no tiene estas limitaciones, pues frente a la diversidad de ambientes que nos ofrece nuestro planeta responde  creando CULTURAS diferentes, que es su manera de adaptarse creativamente al entorno particular, generando así, lo que se llama  la DIVERSIDAD CULTURAL, pero conservando su unidad como especie. Las CULTURAS son el resultado de la interacción de los GRUPOS HUMANOS  con ambientes específicos, razón por la cual son diferentes entre sí. En estos momentos se estima que existen cerca de tres mil culturas en todo nuestro planeta, con diferentes cantidades de integrantes; unas con millones y otras con apenas decenas o centenares de miembros; culturas que diferencian a un grupo humano de otro, pero teniendo el mismo valor. La CULTURA no jerarquiza ni a las personas ni a los Pueblos.

Ahora bien, cada GRUPO HUMANO está integrado por personas o individuos que comparten la base común que  les brinda la cultura de su respectivo grupo, pero que se construyen en forma peculiar, propia. Se estima que en estos momentos existen unos seis mil millones de seres humanos conformantes de los diversos grupos humanos en que se ha dividido  nuestra especie.

Con lo dicho hasta aquí, podemos afirmar sustentadamente que el proceso de diferenciación  cultural e individual de NUESTRA ESPECIE es consustancial a ella. Es una de sus vocaciones dominantes. Es esta diferenciación la respuesta que nuestra especie da a la diversidad de ambientes que conforman nuestro planeta. Pero, ratificamos, con esta diferenciación o diversificación no se pierde lo esencial de nuestra especie: al contrario, se reafirma. Pero, este proceso de diferenciación de ninguna manera implica jerarquización de la PERSONAS y los PUEBLOS, pues conservamos nuestra esencial naturaleza, demostrada con la presencia única de la carga genética (Genoma Humano), en cualquier persona, independientemente de su raza, cultura y proceso de construcción individual.

Pero, la ESPECIE HUMANA ha dado otro paso hacia su diferenciación, que se concreta con la aparición de los PAÍSES, que en estos momentos se estima que existen en una cantidad cercana a los doscientos. En la mayoría de ellos coexisten diversas naciones, como en el caso peruano, conformando un país plurinacional (por su diversidad de culturas), entre las cuales se establecen diversos tipos  de relaciones, infelizmente no siempre armónicas, como es nuestro caso. Además, internamente en cada país se generan estratos sociales, económicos, religiosos, políticos, etc. y diversas formas de diferenciación jerarquizante, que son fuentes permanentes de conflictos y enfrentamientos que afecta la calidad de vida social y, externamente, se han establecido y se vienen estableciendo relaciones sumamente irracionales, injustas, de explotación de  unos países sobre otros, que profundizan los conflictos dentro de nuestra especie; que, por lo demás, es la única que los tiene.

Aupados en este bólido, los humanos 
recorremos el espacio inconmensurable.
Este proceso de diferenciación en países ha llevado a que cada uno adquiera su propia dinámica de desenvolvimiento, haciendo que surjan diversidad de intereses, con lo cual, también, han hecho su aparición los conflictos de intereses de un país respecto a otro, lo cual ha propiciado el surgimiento de la actitud imperialista en lo político, económico, militar, ideológico, científico, etc., expresión máxima de la irracionalidad de nuestras relaciones internacionales (realmente, interpaíses). Sin embargo,  es innegable que, a pesar de este marco conflictivo de relaciones entre países, venimos tomando, cada vez con mayor claridad, conciencia de nuestra interdependencia. Es decir, que todos necesitamos de todos para el logro de nuestros propósitos sociales como sociedad, en una u otra medida y en uno u otro aspecto de nuestro complejo universo de necesidades. Se viene consolidando, de esta manera, la necesaria mutua dependencia.

Es esta toma progresiva de conciencia de nuestra interdependencia, por parte de la humanidad, el marco circunstancial  dentro del que se consolida la GLOBALIZACIÓN, proceso que indudablemente se ha iniciado ante la constatación de la natural diversidad cultural de nuestra especie y la existencia de diversos intereses en el desarrollo de cada país,  que han generado innumerables experiencias traumáticas por los conflictos de tales intereses y la constatación de las irracionales relaciones entre las sociedades humanas, que deseamos superar. Pero, fundamentalmente, así lo consideramos, a partir del reconocimiento de la superioridad de los intereses de la especie humana respecto a los intereses de países, naciones, grupos, clases, empresas, etc.

De esta manera, la GLOBALIZACIÓN deviene en una respuesta racional, inteligente, que da la humanidad a su propio proceso de diferenciación consustancial a ella misma, transformándose en el mecanismo de nuestra especie para buscar el entendimiento entre Pueblos. Es, por lo tanto, un estado superior de su desarrollo, que no implica la desaparición de nuestra diversidad, sino, al contrario, el reconocimiento pleno de la vocación natural de nuestra especie hacia su  diferenciación cultural e individual.

Históricamente hablando, consideramos que la GLOBALIZACIÓN es un proceso que se encuentra en uno de los estadíos de su desarrollo, proceso que comenzó, evidentemente, hace ya mucho tiempo, pero del cual hace poco nos hemos dado cuenta. Sin embargo, nos es evidente también, que existe un claro propósito de los países y sociedades hegemónicas para tergiversarlo y manipularlo a favor de sus intereses, particulares y subalternos,  de dominio mundial: económico, político, militar, ideológico, financiero, etc.
A nuestro entender, el proceso de GLOBALIZACIÓN, actualmente en curso, implica, por un lado, un profundo cuestionamiento a nuestra actual manera de  interrelacionarnos entre países y naciones; es decir, cuestiona  nuestra actual manera de actuar como humanos; cuestiona la irracionalidad de  nuestras relaciones, etc., pero, por otro, entraña un profundo optimismo respecto a nosotros mismos, pues implica que se reconoce la existencia  de una gran potencialidad de ser mejores humanos aún no desarrollada plenamente por nuestra especie y que podríamos poner a caminar con la GLOBALIZACIÓN.

La burbuja en la que hacemos nuestra vida
Reafirmaríamos, finalmente, que la  GLOBALIZACIÓN es un proceso en plena construcción por nosotros los seres humanos, que significa un avance cualitativo hacia la concertación para lograr, en forma conjunta, mejores niveles de calidad de vida humana: para que la humanidad se haga más humana. Por lo tanto, es un desafío para construirla en beneficio de toda la humanidad, no sólo de los países dominantes, para lo cual debemos superar el carácter economicista que se le quiere dar interesadamente, con lo cual se lo tergiversa totalmente, pues ello nos llevaría a una homogeneización cultural, contraria a la vocación de la humanidad, que es su diversificación.

En el marco de este proceso, tenemos que asumir responsabilidades individuales y sociales, tales como la de contribuir a consolidar su significado de mecanismo al servicio de toda la humanidad, pues está en pleno proceso de concreción (no es algo ya acabado); concebirla como debe ser: un instrumento para la búsqueda de la equidad entre las  sociedades humanas. No permitir que se transforme en un arma imperialista en manos de los países hoy poderosos,   para imponernos condiciones a través  de sus instituciones, empresas transnacionales y fuerzas armadas, con lo cual estaremos luchando para superar la irracionalidad delas actuales relaciones entre países, naciones y culturas. No permitir que se la utilice para destruir nuestras respectivas culturas, pues ella debe estar al servicio del ser humano, los pueblos y las culturas.

En resumen, a la GLOBALIZACIÓN debemos entenderla y asumirla como el proceso para hacer de nuestra TIERRA un PLANETA  para el pleno desarrollo con equidad de todos los PUEBLOS con quienes lo compartimos.


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