Prof. Gabel
Daniel Sotil García, FCEH - UNAP
Modernizar la educación amazónica implica asignarle un rol activo en la construcción de nuevas condiciones de vida. |
Hemos dicho, en capítulo anterior, que hay necesidad
impostergable de modernizar nuestra educación.
Pero, estando advertidos de los conceptos erróneos que hay
al respecto, tenemos la obligación de buscar nuestro propio camino
modernizador, poniéndonos a buen recaudo de tales errores.
En este sentido, consideramos que modernizarla debe significar para nosotros
asignarle un rol activo en la construcción de nuevas condiciones favorables a
la vida individual y social de todos los pueblos asentados en el ámbito de la
Amazonía.
Demostrado como está hasta la saciedad, que la actual educación es obsoleta, que ya perdió vigencia significativa en nuestra región, debemos hacer los esfuerzos necesarios para asignarle nuevos roles diseñándola a partir de los intereses superiores de nuestra región.
Para ello se hace
indispensable reconocer que su actual diseño nunca la tuvo en cuenta,
deviniendo en instrumento impuesto por el centralismo político-cultural vigente
en nuestro país
En consecuencia, se hace necesario identificar y establecer
nuevos criterios para lograr esta modernización.
Fortalecer nuestra diversidad cultural debe ser objetivo primordial de la nueva educación amazónica. |
Un primer criterio, así lo consideramos, que debe tenerse en cuenta es su funcionalidad
con nuestras características; es decir que, para modernizar nuestra
educación tenemos que hacerla funcional con las características propias y
diferenciales de nuestra región. En este sentido, la verdadera educación
amazónica que requerimos en la actualidad, debe ser instrumento para el
fortalecimiento de nuestra diversidad sociocultural y la preservación de
nuestra diversidad ecológica, en sus componentes biológico y paisajístico.
Esto por un lado; por otro, debe ser instrumento para el fortalecimiento de
nuestra idiosincrasia sociocultural, de la manera de ser que cada uno de
los Pueblos ha construido, algunos en un lapso multimilenario (indígenas) y
otros en un lapso multisecular (mestizos) y que ha producido las respectivas
identidades, hoy debilitadas por el imperialismo cultural ejercido desde el
poder central a través de sus diversos y eficientes agentes.
En segundo lugar, para modernizar a nuestra educación debemos hacerla funcional con nuestras necesidades. Y la primera necesidad surge de la diversidad cultural que nos caracteriza, en el sentido de construir una educación que, a diferencia de la actual, que viene incentivando el racismo, por acción o por omisión, incentive la comunicación intercultural. Es decir, que sea instrumento de interculturalidad; para generar relaciones armónicas entre las muy diversas culturas asentadas en esta inmensa región.
Una segunda
necesidad es la preservación de nuestras riquezas regionales: la diversidad
biológica y diversidad cultural. Ambas constituyen para nosotros dos tesoros
que debemos conocer y preservar, a partir de una educación pensada ex profeso
para dicho fin, formando a las nuevas generaciones con los conocimientos,
actitudes y valores que hagan posible una actuación individual y social que
propicie la defensa y preservación de tales riquezas. Una tercera necesidad
que tenemos en nuestra región es la puesta en vigencia del desarrollo
sustentable, partiendo de la constatación de que el extractivismo
mercantilista, hoy vigente, es
totalmente nocivo para la preservación de las riquezas ya mencionadas.
Los educandos de la amazonía deben ser formados para establecer relaciones armónicas con su entorno. |
En el
logro de este propósito social, la educación tiene que jugar un papel de
primera importancia, pues sólo ella posibilita la inducción de los contenidos
psicológicos propicios tanto para superar el extractivismo mercantilista como
para reemplazarlo por el sistema de uso de nuestros recursos naturales dentro
del marco axiológico del desarrollo sustentable, cuyos antecedentes los tenemos
en las cosmovisiones de los Pueblos Originarios
de nuestra región, quienes han hecho praxis social de dicho desarrollo
en sus relaciones con su entorno ambiental. Finalmente, una cuarta necesidad
que tenemos en nuestra región es la de promover la vigencia de capacidades
psicosociales caracterizadas por la autonomía decisional de las personas;
es decir, que superen la dependencia, la pasividad y el conformismo, fortalecidos
por el asistencialismo y sus diversas variantes, que hoy impiden a las
comunidades asumir un rol protagónico en la solución de sus problemas y la
construcción de proyectos sociales endógenos, que nazcan participativamente desde
su propia interioridad.
Un tercer criterio que debemos tener en
cuenta para la modernización de nuestra educación amazónica, es que tenga potencialidad
prospectiva. Con ello queremos decir que la nueva educación debe ser
pensada para que posibilite, en nuestros educandos, la búsqueda de mejores niveles
de vida. Que nos provea de actitudes y habilidades analíticas, cuestionadoras,
reflexivas, creativas y propositivas frente a nuestra realidad. Además, debe
proveernos de una visión a largo plazo, para superar el cortoplacismo,
inmediatismo, que hoy signa nuestra percepción de la dinámica social. Con ello
ganaríamos en capacidad previsora para elaborar proyectos sociales que
involucren nuestro futuro y el uso racional de nuestros esfuerzos comunales
para la búsqueda de nuestro bienestar social.
El estímulo de nuestras potencialidades psicoculturales debe ser uno de los objetivos de la nueva educación amazónica. |
Un cuarto criterio que debe servirnos
para la modernización de nuestra
educación es el incremento de la eficiencia social. Es decir, que sirva
para la creación de riqueza para el bienestar social. Para ello se requiere el
diseño de una educación que estimule nuestras potencialidades psicosociales
para organizarnos y actuar en forma conjunta, sinérgica, para la solución de
nuestros problemas; que estimule nuestras capacidades y destrezas
transformadoras de nuestros recursos naturales con criterios de sostenibilidad,
con lo cual superaríamos el nefasto teoricismo que signa a la educación de nuestros tiempos, con
lo cual hacemos que la educación devenga en un gasto y no una inversión social.
Esta actuación transformadora devendría en factor que estimularía nuestra autoestima,
la confianza en nosotros mismos y, por ende, propiciaría nuestro protagonismo
social. Para ser los autores conscientes de nuestro devenir histórico, y no las
víctimas del mismo.
En resumen, debemos
decir que la modernización de la educación amazónica, la educación de nuestra
selva:
§ no
puede ser hecha afuera de nuestra región, pues ésta tiene que ser su referente fundamental, en
toda su integridad.
§ tiene
que ser una creación nuestra, de quienes vivimos aquí, pues somos quienes mejor
la conocemos y, por lo tanto, la amamos. Sin conocer a la Amazonía, no podemos
modernizar su educación; y, menos sin amor ella.
§ Por lo
tanto, requiere de nuestra más plena participación, desde cualquiera de los
roles socio-culturales que desempeñemos.
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