Para quienes vienen luchando por el poder político
En ambientes como éste se forma la personalidad de los educandos. |
Un tema que tiene muy poca presencia en los idearios
de los políticos en actual pugna es el referido a la educación. Sea porque no
le reconocen su importancia o porque es muy poco atractivo para la población y,
por lo tanto, no les atraerá votos, el hecho contundente es que no aparece con
el relieve que debería tener.
En realidad,
debería merecer mayor atención pues de la educación dependen no solo los
conocimientos científicos y tecnológicos que van logrando las nuevas generaciones,
sino, fundamentalmente, los valores que rigen su comportamiento en la sociedad,
sus actitudes con las que afrontan el acontecer cotidiano, la calidad de sus
capacidades para desenvolverse en la actuación social, la percepción de la
dinámica sociocultural, etc.
En este sentido, ningún proyecto
político-social serio, debería dejar de tener a la educación como componente
preponderante, pues la trascendencia de sus postulados de cambio respecto a la
situación actual está en función de cuánto sean asumidos por la colectividad,
lo cual sólo puede ser logrado mediante un proceso educativo, salvo que sólo se
quiera la captura del poder por el poder mismo, para propósitos subalternos, y
no de lograr mejoras cualitativas en la sociedad.
Ante esta dolorosa ausencia es que deseamos
compartir algunas reflexiones acerca de la educación en nuestra región, dada la
necesidad de promover una profunda y seria preocupación por este instrumento de
la mayor trascendencia para nuestro desarrollo humano, acerca de lo cual parece
no haberse dado cuenta la clase política regional, en pugna en estos momentos.
Especial atención se debe brindar a los locales escolares de las áreas rurales mestizas e indígenas. |
Y es que, sin el componente educativo
priorizado, un cuerpo de propuestas para acceder al poder político deja de
tener mayor trascendencia para los propósitos de transformación de nuestras
actuales condiciones regionales, pues sin propuestas de cambios radicales
expresaríamos plena conformidad con dichas condiciones.
¡Y vaya que tenemos tanto por cambiar
en nuestra región!
Muchos de esos cambios pueden ser
promovidos desde la educación, a condición de cambiar los criterios,
orientación y ejecución de la que actualmente venimos ejecutando en nuestras
instituciones educativas. Es decir, debemos hacer que una nueva educación se
ponga al servicio de los intereses de nuestra Amazonía.
Por ejemplo, por acción u omisión, la
actual es una educación pensada y ejecutada para fortalecer y hacer
perdurable el racismo respecto a las
creaciones culturales de los pueblos originarios de nuestra región. Es decir
que en nuestro paso por la escuela aprendemos a ignorar y minusvalorar todo el
esfuerzo creador de los diversos Pueblos Indígenas.
En este sentido debemos darnos cuenta
de la ausencia de esta riqueza material e inmaterial que poseemos, pues nunca
la hemos hecho objeto de conocimiento, valoración, respeto y menos desarrollado
una actitud de compromiso con su preservación. Los contenidos curriculares que
desarrollamos en la escuela mestiza y citadina la marginan e ignoran.
La educación debe merecer un trato especial en la política de desarrollo regional |
Es por esta razón que, “Para
muchísimas personas (sean profesionales o no), e instituciones (sean oficiales
o privadas: empresariales, sindicales, recreacionales, etc.), tanto el ribereño
como el indígena viven en un mundo de ignorancia del cual tenemos la obligación
de sacarlos. Para ellas, las palabras “ribereño”, “chacarero”, “indio”, etc. se
asocian con suma facilidad con la palabra “ignorante”, ”primitivo”,
“atrasado”. “El indio es un ignorante” o
“El ribereño es ignorante”, son expresiones que traducen una “realidad
fácilmente comprobable” para sus esquemas mentales y, por lo tanto, suenan de
la forma más natural, para ellas. Para su percepción, el poblador nativo, es
carente de todo conocimiento válido, a quien
hay que enseñar a vivir en su ambiente.”
“Este
prejuicio nos ha llevado a desconocer el valor de las grandes conquistas de los
pueblos indígenas, como por ejemplo la relación armoniosa, de equilibrio, que
supo establecer con la naturaleza, el percibirse como parte consustancial de
ella, su cosmovisión forestal, la curación de enfermedades a partir del uso de infinidad
de plantas, la domesticación de animales y plantas, el descubrimiento de
técnicas agrícolas (policultivo, rotación en el uso del suelo, etc.), el
conocimiento de las propiedades de las plantas (alimenticias, medicinales,
psicotrópicas, ornamentales, etc.), uso agrícola adecuado de los suelos de
acuerdo a sus propiedades, uso racional de los recursos forestales, etc. Con lo
que quedaría demostrado que la tal ignorancia no es real, sino supuesta,
atribuida interesadamente para justificar nuestras acciones (agresiones)
respecto de ellos.”
Los planes de desarrollo de partidos y movimientos políticos de nuestra región deben privilegiar el tema del cambio educativo. |
Es, entonces,
inexplicable, racionalmente hablando, que en una región pluricultural y
multilingüe, la educación siga siendo instrumento para consolidar el racismo y
la marginación de una de las mayores
riquezas que tenemos y permitamos que siga siendo destruida, tanto por
mecanismos educacionales como jurídicos, económicos, culturales, etc.
Y más inexplicable, que en las
propuestas de los partidos y movimientos políticos de nuestra región, que
quieren hacerse del poder político, no brinden casi ninguna importancia al tema
de la educación regional.
Fotos: Cortesía del Prof. Hitler Gaviria
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