Reflexiones sobre nuestra región
Gabel Daniel Sotil García
Las peculiaridades geoecológicas y socioculturales de nuestra región nos obligan a crear respuestas educacionales coherentes con su realidad. |
Riqueza cultural que es
nuestra riqueza espiritual,
encarnada en la diversidad de Pueblos que, en el transcurso de los años de su
existencia milenaria, han creado, en
el más auténtico sentido de la palabra, sus propias maneras de responder a las
condiciones del ambiente particular en el que decidieron hacer su vida social.
Pero, también sabemos que,
pese a esta grandiosa riqueza cultural, la educación formal actual se ha puesto
al servicio de la imposición de la cultura oficial, determinada por el
centralismo omnímodo vigente en nuestro país. Por ello, es muy fácil que
constatemos la gran ignorancia que hoy poseemos acerca de las culturas
indígenas de nuestra región, a las que aún seguimos considerando como bárbaras,
primitivas, atrasadas.
Es decir que, viviendo
aquí en la Selva, somos quienes más ignoramos nuestra riqueza cultural.
Un aspecto de la realidad educacional de nuestra región. |
En ellas nuestros niños no
aprenden a conocer, respetar y cultivar el aporte cultural regional. Antes
bien, a despreciarlo.
Conocemos más de leyendas
griegas o de dioses greco-latinos que de los de nuestras culturas. Los idiomas
nativos no son usados como instrumentos de educación, como elementos portadores
de culturas, como expresión de nuestro potencial creador. Los dioses que
conforman el imaginario cultural indígena son unos grandes desconocidos. En
resumen, nada de nuestras creaciones, indígenas y mestizas regionales, figura
como contenido educativo.
Aunque en los últimos años
se ha querido cambiar esta situación en el marco declarativo de la Educación
Intercultural Bilingüe, lo cierto y real es que esta política dista mucho de
tener prioridad para las esferas oficiales. Es decir, sigue estando la
educación al servicio del mestizaje u homogeneización cultural, iniciado desde
la época de la Conquista.
EL AMAZONAS AL REVÉS
Por ello es que en los
grandes centros urbanos selváticos cada vez más se viene respirando una
atmósfera indefinida, “universal”, que es lo más próximo a no ser nada. Por
allí entran aportes culturales externos, asumidos sólo por el hecho de ser
extranjeros. Y la escuela los enfatiza y consolida. Ella es un Amazonas a la inversa. En vez de formar su caudal con lo
que viene de nuestra interioridad, lo forma con lo que viene de afuera. Y lo
distribuye hacia todos los caseríos y comunidades de nuestra región, generando
la cada vez mayor incomodidad de las nuevas generaciones con sus actuales
condiciones, lo que las obliga a emigrar en búsqueda de nuevos y promisorios
horizontes.
Vigencia plena de los Pueblos Originarios en la lucha por sus culturas |
Realidad que debemos tener en cuenta en un nuevo currículo. |
La Caperucita Roja, la princesita que vivía en el castillo, el
príncipe valiente que venció a un dragón, etc. son los personajes comunes en
las aulas de nuestras escuelas. No es inexplicable, entonces, que en muchos
centros educativos tengamos murales con castillos brumosos, picos nevados,
ardillas traviesas, osos gigantes, patos vanidosos, etc. Como tampoco es
inexplicable que nuestros jóvenes y adultos adopten actitudes negativas
respecto a la cultura nativa y terminen convencidos de que ella tiene que
desaparecer. ¿Les estamos enseñando a conocerla, a amarla, a valorarla? ¿Les
enseñamos que todos en esta región, de una u otra manera, somos parte del
complejo cultural nativo?”
Riqueza que queda al margen del conocimiento de nuestros educandos por el tipo de currículo que desarrollamos. |
La educación oficial, diseñada en el centro del poder político-económico, inspirada en el racismo, sigue ignorando el valor de estos universos culturales, tratando de profundizar su debilitamiento, pese a las declaraciones que, en sentido contrario, se viene haciendo al respecto por parte de las entidades oficiales. En términos generales, pues, dicha situación sigue igual o agravándose, pues el avasallamiento cultural, vía los nuevos medios de comunicación, productos de la revolución informática en actual desarrollo, se hace más intenso, en el marco del denominado proceso de globalización, frente al cual el Estado Peruano, a través de los Gobiernos Nacional y Regional, aún no diseña una política cultural que involucre a la educación en la defensa de nuestro patrimonio espiritual.
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