NUESTRA GRAN MALOKA (*) |
Prof. Gabel Daniel
Sotil García, FCEH - UNAP
El fenómeno de la GLOBALIZACION, que en estos
momentos se viene haciendo más notorio en nuestro planeta, tiene que ser asumido también por la EDUCACIÓN, por su
carácter comprensivo y total, pues nuestro país no puede evitar este proceso.
Pero, para ello se hace necesario
tener una cabal y crítica comprensión de su significado; es decir, debemos
asumirlo con una posición reflexiva y cuestionadora. Para ello se necesita tener
en cuenta que el proceso de diferenciación en países, ha llevado a que cada uno
adquiera su propia dinámica de desenvolvimiento, haciendo que surjan diversidad
de intereses, con lo cual, también, han hecho su aparición los conflictos de
intereses de un país respecto a otro, lo cual ha propiciado el surgimiento de
la actitud imperialista en lo político, económico, militar, ideológico,
científico, etc., expresión máxima de la irracionalidad de nuestras relaciones
internacionales e interpaíses.
Sin embargo, es innegable que, a pesar de este marco
conflictivo de relaciones entre países, venimos tomando, cada vez con mayor
claridad, conciencia de nuestra interdependencia. Es decir, que todos
necesitamos de todos para el logro de nuestros propósitos sociales como
sociedad humana, en una u otra medida y en uno u otro aspecto de nuestro
complejo universo de necesidades. Se viene consolidando, de esta manera, la
necesaria mutua dependencia.
Es esta progresiva toma de conciencia de nuestra
interdependencia, por parte de la humanidad, el marco circunstancial dentro del que se consolida la GLOBALIZACIÓN,
proceso que indudablemente se ha iniciado ante la constatación de la natural
diversidad cultural de nuestra especie y la existencia de diversos intereses en
el desarrollo de cada país, que han
generado innumerables experiencias traumáticas por los conflictos de tales
intereses y la constatación de las irracionales relaciones entre las sociedades
humanas, que deseamos superar. Pero, fundamentalmente, así lo consideramos, a
partir del reconocimiento de la superioridad de los intereses de la especie
humana respecto a los intereses de países, naciones, grupos, clases, empresas,
etc.
De esta manera, la GLOBALIZACIÓN
deviene en una respuesta racional, inteligente, que da la humanidad a su propio
proceso de diferenciación consustancial a ella misma, transformándose en el
mecanismo de nuestra especie para buscar el entendimiento entre Pueblos. Es,
por lo tanto, un estado superior de su desarrollo, que no implica la
desaparición de nuestra diversidad, sino, al contrario, el reconocimiento pleno
de la vocación natural de nuestra especie hacia su diferenciación cultural e individual.
Históricamente hablando, consideramos
que la GLOBALIZACIÓN es un proceso que se encuentra en uno de los estadios de
su desarrollo, proceso que comenzó, evidentemente, hace ya mucho tiempo, pero
del cual hace poco nos hemos dado cuenta. Sin embargo, nos es evidente también,
que existe un claro propósito de los países y sociedades hegemónicas para
tergiversarlo y manipularlo a favor de sus intereses, particulares y
subalternos, de dominio mundial:
económico, político, militar, ideológico, financiero, etc.
A nuestro entender, el proceso de
GLOBALIZACIÓN, actualmente en curso, implica, por un lado, un profundo
cuestionamiento a nuestra actual manera de
interrelacionarnos entre países y naciones; es decir, cuestiona nuestra actual manera de actuar como humanos;
cuestiona la irracionalidad de nuestras
relaciones, etc., pero, por otro, entraña un profundo optimismo respecto a
nosotros mismos, pues implica que se reconoce la existencia de una gran potencialidad de ser mejores
humanos aún no desarrollada plenamente por nuestra especie y que podríamos
poner a caminar con la GLOBALIZACIÓN.
Reafirmaríamos, finalmente, que
la GLOBALIZACIÓN es un proceso en plena
construcción por nosotros los seres humanos, que significa un avance
cualitativo hacia la concertación para lograr, en forma conjunta, mejores niveles
de calidad de vida humana: para que la humanidad se haga más humana. Por lo
tanto, es un desafío para construirla en beneficio de toda la humanidad, no
sólo de los países dominantes, para lo cual debemos superar el carácter
economicista que se le quiere dar interesadamente, con lo cual se lo tergiversa
totalmente, pues ello nos llevaría a una homogeneización cultural, contraria a
la vocación de la humanidad, que es su diversificación. Y es que debemos entender a este proceso en el mejor
sentido de su significado, que implica el disfrute común y en beneficio de
todos de lo mejor que viene produciendo la especie humana, en un marco de
relaciones que deben ser moralmente armoniosas y respetuosas.
En el marco de este proceso, tenemos
que asumir responsabilidades individuales y sociales, tales como la de
contribuir a consolidar su significado de mecanismo al servicio de toda la
humanidad, pues está en pleno proceso de concreción (no es algo ya acabado);
concebirla como debe ser: un instrumento para la búsqueda de la equidad entre
las sociedades humanas. No permitir que
se transforme en un arma imperialista en manos de los países hoy
poderosos, para imponernos condiciones
a través de sus instituciones, empresas
transnacionales y fuerzas armadas, con lo cual estaremos luchando para superar
la irracionalidad de las actuales relaciones entre países, naciones y culturas.
No permitir que se la utilice para destruir nuestras respectivas culturas, pues
ella debe estar al servicio del ser humano, los pueblos y las culturas.
En resumen, a la
GLOBALIZACIÓN debemos asumirla como el proceso para hacer de nuestra TIERRA un planeta para el pleno desarrollo con equidad de todos los PUEBLOS.
Y para ello,
debemos educarnos. Es decir, la GLOBALIZACIÓN es un desafío para la
EDUCACIÓN en nuestro país y región.
(*) Foto bajada de INTERNET
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