Prof.
Gabel Daniel Sotil García, FCEH – UNAP
La invasión de las aguas ha obligado a la construcción de puentes. |
En una exposición que
realizara la Dra. Lizzi Wahl, hace algunos años, decía que “la Amazonía es una
sinfonía que se toca en dos actos: la creciente y la vaciante”.
La aguas han alcanzado niveles nunca antes vistos. |
Sectores de cierta altura han sido invadidos por el agua. |
En estos momentos nos
encontramos viviendo el acto sinfónico de la creciente. Pero, es una melodía
que toca la naturaleza para decirnos en su lenguaje propedéutico que es
necesario que la escuchemos más asiduamente, con más frecuencia y con más
atención para conocerla y comprenderla mejor, pues no es aceptable que viviendo
en su seno, no la tengamos en cuenta.
Es su forma de protestar.
Ella nos dice ahora, con
trágicas consecuencias sociales, tanto a nivel regional como local, que no
debemos olvidarla. Que aquí, en este mundo verde las leyes que rigen son las
naturales, a las cuales debemos sujetar las leyes humanas.
Las aguas están próximas a los medidores de corriente. |
Puente construido con tablas para facilitar el acceso de las personas. |
Pero, infelizmente,
interferencias políticas, ideológicas, mercantilistas, etc. vienen impidiendo
que nos eduquemos, quienes vivimos en esta pródiga región, en su conocimiento
profundo, en la comprensión de su forma de ser, en la visión de nuestro futuro en
su regazo, en la necesidad de una relación respetuosa, armónica con ella.
Al contrario, fuerzas
foráneas, con intereses protervos o engaños interesadamente creados, o
inocencias cómplices, etc. vienen dirigiendo la conformación de una sociedad
amazónica destructora, por acción o por omisión, de su propio patrimonio, cortoplacista, sin visión de futuro, extractivista, con un
actuar conflictivo con su propio entorno. Ignorante y despectiva de los logros
culturales de los Pueblos Nativos.
Véase un grifo completamente inundado |
Sector urbano completamente alagado |
Las consecuencias, en su expresión
más catastrófica, las estamos viviendo en estos momentos en que la naturaleza
recupera su espacio invadido, violentado, ocupado sin su permiso.
Y esto nos demuestra, una
vez más, que tenemos que diseñar una educación con la que construyamos, en
cada uno de quienes vivimos en esta
región, lo único que la naturaleza nos pide: AFECTO y RESPETO, a cambio de lo cual
nos brinda todas sus bondades que, como sabemos, son grandiosas.
Eso, nada más solicita de
nosotros nuestro BOSQUE: cariño por él y todas sus manifestaciones, delineadas
en un proceso multimilenario, que hoy pone a nuestro servicio.
¿No seremos capaces de
construir una educación así?
Carpas de los damnificados. |
Solo así, evitaremos que
dentro de treinta o cuarenta años, tengamos otra tragedia, tal vez con más
graves consecuencia.
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