Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP
Los profesionales en proceso de formación deben lograr un profundo conocimiento de nuestra región |
Una de las convicciones que se vienen
abriendo paso en el consenso regional es que tanto la educación superior como
toda la educación en desarrollo en la Amazonía peruana, no han sido pensadas
desde y para esta realidad, pues el trasfondo ideológico sobre el cual se
sustentaran las decisiones para su diseño, tanto dentro como fuera de nuestra
región, se ha nutrido de una percepción fundamentada en prejuicios y carencias;
por lo tanto, equívoca y tergiversada. Trasfondo cuyo componente fundamental es
la visión de la Amazonía como tierra de conquista para todo efecto.
En el documento
“Amazonía peruana: investigación para el
desarrollo sostenible”, publicado por el Instituto de Investigaciones de la
Amazonía Peruana –IIAP, el Proyecto FAO
y el Tratado de Cooperación Amazónica- TCA, en 1998(1), al hacer el análisis de la percepción que la sociedad
civil y científica han venido teniendo de nuestra región, estas instituciones
expresan: “La falta de categorías
epistemológicas para interpretar la diversidad con criterios de diferencia han
atribuido a este esplendoroso universo fantasías y falacias que carga a cuestas
hasta hoy y que hacen se la ignore en su verdad esencial, en la potencialidad
de sus recursos singulares y en las decenas de culturas que mantienen aún, a
pesar de la permanente voluntad integradora de la sociedad envolvente, sus
raíces milenarias en un armónico diálogo con el hábitat. Espacio fértil, vacío,
homogéneo, pulmón del mundo, sociedades originarias obstáculo para el
desarrollo, etc., han sido algunas de las voces que en el fondo han significado
una ausencia de entendimiento entre el centro, entrampado en la visión lineal
del occidente, y los diferentes espacios y grupos humanos que lo pueblan”(1).
Especial cuidado debe merecer la adquisición de material bibliográfico referido a nuestra realidad por parte de las bibliotecas |
Fantasías y falacias que han funcionado
y vienen funcionando como un conjunto de
velos encubridores y deformantes de la realidad amazónica, que han impedido
verla a plenitud y en su certeza.
Por cierto que, en la conformación de estas
imágenes mentales, interesadas y falsas, el elemento que ha tenido un rol
preponderante, aunque no excluyente, ha sido el conjunto de mitos ideológicos
que circulan en todas las esferas sociales, induciendo una falsa realidad que,
sin embargo, ha sido el referente inspirador de tales decisiones. Mitos que han
sido y siguen siendo causa y efecto en este círculo vicioso que hoy tiene
manifestaciones contundentes en nuestra región.
Algunas de esas manifestaciones no son sino
el extractivismo - mercantilista, de predominante carácter exportador, producto
de la supuesta inagotabilidad de nuestras recursos naturales, que hoy destruye
nuestra riqueza ecológica y sociocultural y que, sin embargo seguimos tolerando
y practicando; los solapados, unas veces y abiertos otras, enfrentamientos
interculturales productos del racismo, construido sobre el supuesto falso de la
inferioridad de las culturas nativas, que nos corroe a todos e impide el logro
de los necesarios consensos para lograr nuestro desarrollo, destruyendo nuestra
riqueza espiritual; nuestra progresiva despersonalización cultural producida
por una persistente y sólida campaña de penetración ideológica mediática, de
libre ejercicio destructor y al servicio de intereses transnacionales; la
persistencia de una férrea condición
colonial en los paradigmas predominantes que guían nuestra actuación social,
esquemas mentales que nutren y sustentan
el universo de decisiones equivocadas al servicio de la consolidación del
estatus de dominación en el que hemos caído y del que nos cuesta escapar, por
cierto.
Es esta muyuna
conceptual, este círculo vicioso, la que nos viene proporcionando los criterios
con los cuales enfrentamos los diversos problemas que deseamos resolver tanto
en el campo educacional como en los demás de importancia social. Por lo tanto,
no debe llamarnos la atención el hecho de que la consecuencia más trascendente
de esas decisiones sea la pobreza que hoy nos aflige tan dura, tan
despiadadamente, a pesar de ser una de las regiones con mayores recursos naturales y culturales,
recursos que significan riqueza potencial para satisfacer nuestras necesidades
sociales a condición de aprender a utilizarlos racionalmente, pero que, sin
embargo, vienen siendo mal utilizados, desperdiciados, en su finalidad social.
Inducir un pensar autónomo respecto a nuestra región debe ser un propósito básico en la formación de profesionales. |
Conforma, por lo tanto, este marco de
equívocos históricos la toma de decisiones relativas a la formación del
potencial humano, técnicos y profesionales, inspiradas en una percepción
tergiversada de la Amazonía, que ya hemos puntualizado y un marco axiológico
que sólo ha llevado a formar un capital
humano apto para descapitalizar a nuestra región, para atentar contra
ella, para destruir sus riquezas con su indiferencia y falta de compromiso,
pues la direccionalidad básica de esa formación ha sido la defensa de intereses
foráneos, que siempre fueron priorizados frente a los intereses de nuestra
región.
El haber considerado a nuestra región como un
escenario de exclusivo cumplimiento de las decisiones que se toman fuera de
ella; el habernos percibido como la gran despensa de inagotables recursos; el
no valorarnos como sujetos agentes de historia; el ignorar nuestra complejidad
y peculiaridad situacionales, no son sino las consecuencias lógicas y las
expresiones de esa falsa percepción que ha inspirado, entre otros, todo el
proceso de formación del potencial humano en
esta región y que continúa siendo la plataforma de sustento
incuestionada de dicha formación.
Tengo la impresión vivencial de que las
instituciones de educación superior, universitarias y no universitarias, de
formación técnica o profesional, no han brindado mayor importancia a dicho
entorno ideológico, permitiéndole la más plena libertad de acción para
condicionar nuestras decisiones en dicho campo. Es decir, hasta hoy, tales
instituciones no han hecho objeto de análisis y reflexión dicho sustrato
psicosocial, dándole así, libre curso de acción para ejercer sus influencias.
Entonces, el desbrozamiento de esa tupida
maraña o floresta mental, que hemos construido los peruanos, y en especial los
mismos amazónicos, desde la invasión de la cultura europea, constituye uno de los más grandes retos de la educación
superior, pues actúa desde lo más profundo de nuestra estructura psíquica, condicionando
las decisiones que se toman respecto a
la formación de nuestros profesionales.
Postulamos, por lo tanto, la necesidad de
replantearnos el tema de la formación del potencial humano con miras a
establecer nuevos criterios que posibiliten formar personas cuyo comportamiento
traduzca una plena coherencia con nuestras características, necesidades e
intereses regionales más trascendentes.
Desarrollar un compromiso con la búsqueda de soluciones a nuestros problemas debe merecer una especial atención. |
Consideramos prioritario el inducir, en este
proceso formativo del potencial técnico y profesional, una estructura
axiológica que posibilite la superación del extractivismo mercantilista que hoy
nos agobia, y la vigencia de un proceso de elevación de la calidad de nuestra
vida social a partir de un uso racional de nuestros recursos y manteniendo el
equilibrio ecológico, tal y como se viene planteando formalmente, por acuerdo
de foros del más alto nivel mundial, en
el marco doctrinal del desarrollo
sostenible; que posibilite la superación de mecanismos de imposición
ideológico-política sobre las culturas indígenas y la vigencia de relaciones
armónicas con miras a lograr una auténtica democracia
intercultural; que posibilite la actuación transformadora sobre nuestros
recursos naturales en el marco de una sostenibilidad económica, social y
ecológica; que promueva el fortalecimiento de los mecanismos síquicos que
posibiliten asumir a plenitud el protagonismo
en nuestras propias decisiones, única forma de hacer frente al centralismo,
enseñoreado por nuestra propia desidia.
Pero,
también es necesario enfatizar la capacitación operativa del nuevo potencial
técnico y profesional, en el marco de un fuerte énfasis en la estimulación de
la creatividad que posibilite la búsqueda de diversas formas de innovación de los
procesos de transformación de nuestros recursos, para un óptimo aprovechamiento
de los mismos. Debemos tener muy en cuenta que en los momentos actuales, el
proceso de desarrollo y modernización en que está empeñado el gobierno central
se basa no sólo en la introducción de conquistas culturales sino en la
priorización de la atención a las demandas foráneas (mercado internacional),
que no son el producto de nuestra creatividad ni de nuestras necesidades y que,
por lo tanto, van a significar la perpetuación de nuestra condición de país
subdesarrollado y región con los más altos índices de deficiencias
estructurales: pobreza, desnutrición, agresión ambiental, enfrentamientos
interculturales, inequidades, etc.
Futuros profesionales que deben ser formados para ponerse al servicio de la atención de nuestras demandas regionales. |
Como consecuencia de
nuestra maduración social, todo este trasfondo ideológico, debemos someterlo,
pues, a los más profundos, serios, cuestionamientos y generar nuevos comportamientos sociales e
institucionales para que nuestra realidad regional comience a ser percibida con
nuevos parámetros desde su esencia interior: su forestalidad y su
pluriculturalidad.
Son, entonces, las
instituciones de educación superior las que deben asumir este reto, para que devengan en instituciones
socialmente significativas, en concordancia con un nuevo universo conceptual
para dar nuevas respuestas, orgánicamente planteadas.
( (1)
CD
IIAP-FAO-DGIS-TCJ. 1998. Amazonía Peruana, investigación para el
desarrollo sostenible.
Artículo publicado en la revista ARTERIACULTURAL, abril 2012
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