Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH – UNAP
Por efectos de la educación actual, nuestra niñez y juventud tienen una muy superficial o falsa imagen de nuestro BOSQUE.
Mediante múltiples mecanismos, la escuela hoy vigente ha logrado que en sus aulas los educandos ignoren, de mil formas, el BOSQUE.
Ignorancia que los lleva a establecer una relación tergiversada con nuestro bosque.
En la mente de nuestros niños y adultos citadinos y mestizos hay un profundo temor por el Bosque. Se le teme todo contacto y, por lo tanto, se lo evita. Peor aún, se trata de destruir todo aquello que provenga del bosque.
El sentimiento "natural" que experimenta un niño frente a una avecilla, una mariposa, un nido de pajaritos silvestres, etc., es el de destrucción.
El sentimiento que los adultos inducimos a nuestra niñez frente al bosque es el de temor. Les inducimos así, una imagen negativa, de manera que, cuando se hacen adultos, conservan y expresan este temor de múltiples maneras.
En el hogar y en la escuela es frecuente y normal constatar las advertencias y consejos que implican temores, reservas, desprecios, agresión, etc., contra el bosque.
Siendo tan inmenso como es, siendo tan variado como es, siendo tan trascendente como es, sin embargo, la escuela aún no toma conciencia de esa realidad; no lo "ve".
Desiertos, montañas, nevados, cañones, volcanes, cordilleras, maremotos, primaveras, etc., entran a las aulas de nuestras escuelas; pero, menos el BOSQUE.
A esta altura de nuestra historia regional, por lo menos los maestros deberíamos tener un pleno conocimiento de la importancia del BOSQUE, de sus características, de sus problemas, de las leyes que rigen sus fenómenos climáticos y biológicos, etc., para poder enseñarlos a nuestros alumnos; pero, infelizmente no es así.
Tremendo vuelco sufriría nuestra educación con sólo enfatizar el conocimiento del BOSQUE por nuestros educandos; muchísimas actitudes negativas, falsas creencias, ideas tergiversadas, comportamientos inadecuados, etc. serían eliminados con el sólo hecho de hacer de nuestro BOSQUE el referente de estudio en nuestras escuelas.
Las agresiones que hoy sufre nuestro BOSQUE no son sino la lógica consecuencia de esa formación antiforestal que hemos dado y seguiremos dando a nuestra niñez y juventud.
Los grandes problemas que hoy afectan al BOSQUE amazónico, no son problemas que se han generado por leyes propias del BOSQUE.
Son problemas que nosotros le venimos causando. Es en nuestro comportamiento individual y social en donde radican las causas de tales problemas.
La sobre explotación de algunos recursos, la deforestación, la erosión, la contaminación, la desertificación, etc. que afectan a nuestro bosque son enfermedades que nacen en nosotros los humanos que vivimos en esta hermosa región.
Enfermedades mentales que tenemos que curar a la brevedad posible a partir de una terapia pedagógica que tiene que ser hecha en la escuela, la mejor clínica para este tipo de enfermedades.
Si continuamos enfermando la mente de nuestros niños con falsas informaciones y actitudes negativas acerca de nuestro BOSQUE, sus enfermedades continuarán agravándose.
De nosotros depende.
El BOSQUE es grandioso, pero requiere de nosotros para continuar viviendo, así como nosotros requerimos de él para continuar viviendo.
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