Prof. Gabel Daniel Sotil García
“EN NUESTRA ESCUELA APRENDEMOS A RESPETARNOS”
Todas las personas
que vivimos en una comunidad somos diferentes.
Y los alumnos y
alumnas del aula también lo son.
Por eso decimos que somos individuos: no habemos
dos personas iguales. Nos diferenciamos por estatura, contextura, color de la piel, de ojos, edad,
sexo, idioma, religión, cultura, peso, hábitos, etc.
Pero, esas
diferencias no significan jerarquía entre nosotros, pues, esencialmente somos
iguales por ser humanos.
Por esta razón es que
debemos propiciar que nuestros niños
se eduquen en el respeto a las
diferencias, la mejor manera para destruir el racismo que nos afecta a todos en
esta región (y país).
Es en el trabajo
cotidiano que realizamos los maestros y maestras en el desarrollo de nuestro
currículo en donde debemos poner las bases psicológicas para establecer
relaciones interindividuales armónicas y de respeto a las diferencias
culturales que existen en nuestra región.
Debemos tener en
cuenta que la diversidad de culturas es toda una riqueza espiritual que debemos
fortalecer en nuestro país. Este objetivo social sólo podrá ser logrado
motivando e instalando en nuestros educandos actitudes de respeto por las
diferencias que tengamos entre unos y otros.
La acción educativa no debe propiciar la homogeneización cultural ni en nuestro país, menos en nuestra región.
SUGERENCIAS:
Debes poner especial
cuidado en la forma en que te diriges a las y los niños. Tus gestos, tus
palabras, tu voz, etc. son vehículos a través de los cuales transmites tus
actitudes respecto a cada uno de ellos; por lo tanto, observa, lo más
críticamente posible, tu forma de dirigirte a ellos, pues es posible que
traduzcas alguna actitud negativa o irrespetuosa de las peculiaridades que
pudieran tener tus alumnos o que pudieran estimular tratos discriminatorios por
parte de sus compañeros.
En el currículo debes
incluir actividades para promover la observación, de parte de los educandos, de
las diferentes formas de ser de las personas de la comunidad.
Que los niños y niñas
describan sus costumbres, hábitos, formas de ser, de hablar, de vivir. Comparar
con las suyas y las de su familia.
Que analicen las
diferencias al interior del aula: la manera de ser de cada uno, sus capacidades
y sus limitaciones o discapacidades particulares, inducir el respeto a la diversidad de formas de ser de las personas de la
comunidad y del aula.
Estimula las
actitudes de respeto las mismas. Hazles notar que estas diferencias son
propias de todos los seres humanos.
Motiva a tus alumnos
para que expresen estas diferencias en dibujos, descripciones verbales,
representaciones teatrales, juegos de roles.
Orienta la
realización de análisis y explicación de estas diferencias.
Precisa el rol de
los educandos ante estas diferencias. Los deberes que tienen frente a los demás
y frente a sí mismos y su familia. Trata
de que el aula sea un escenario de práctica de valores de respeto entre todos,
tú mismo/a tienes que dar evidencias de ese respeto por todas las personas.
Pon todo tu empeño para educar a las nuevas generaciones en una relación armoniosa.
¡Para que la humanidad se haga más humana!
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