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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

viernes, 7 de junio de 2013

LO QUE DECÍAMOS HACE 25 AÑOS (6)

Gabel Daniel Sotil García

LA ESCUELA ESMERALDA EN ACCIÓN

LA ESCUELA Y NUESTRO DESARRO­LLO SOCIAL

Todos los grupos humanos están en
permanente búsqueda de su bienestar.
El desarrollo social integral es entendido como un estado superior de sa­tisfacción de las necesidades socioindividuales, que va siendo alcanzado por un pueblo mediante sucesivas etapas de aproxima­ción; por lo tanto, tiene un ca­rácter procesal en su génesis y su naturaleza, por cuanto los grupos huma­nos están en búsqueda permanente de un mejor nivel de satisfacción de todas sus necesidades vitales, psicológicas, socia­les y espirituales; con lo que queremos decir que, de ninguna manera, es un estado definitivo al cual llega y en el cual permanece indefinidamente el grupo hu­mano.

A la consecución del Desarrollo Social Integral contri­bu­yen varios desarrollos parciales, tales como el econó­mi­co, el científico, el tecnológico, el religioso, el estéti­co, el organizacional, el educativo, el sanitario, etc., que cumplen diferentes roles dentro de dicho Desarrollo. Un pue­blo logra, pues, su Desarrollo Social como consecuen­cia del desarrollo de todos los componentes de su dinámi­ca interna.

Idealmente, el Desarrollo Social Integral debe ser armonioso y homogéneo, pero, sucede que en la realidad histórica de un pueblo, generalmente no es logrado en igual magnitud en todos sus componen­tes internos (armoniosidad) ni alcanza el mismo nivel cualitativo en todos los com­ponentes del grupo humano (homogenei­dad). Esto quiere decir que, en el evolucio­nar histórico de cada pueblo, dicho desarrollo va siendo logrado acentuando uno o más de sus componentes, obedeciendo a muchos factores condicionantes, lo cual es traducido o expresado por su estado cultural, que diferencia a un pueblo de otro pero no expresa una jerarquiza­ción cultural entre el uno y el otro.

Cada pueblo aspira a un desarrollo social propio,
que responda a sus características.
Ahora bien, el Desarrollo Social Integral de un pueblo presenta caracterís­ticas que traducen la peculiaridad cultural histórica del mismo, es decir que responde con absoluta coherencia a la personalidad cultural lograda por dicho pueblo en el contacto con su medio a través del tiempo. Dicho de otra manera: cada pueblo con una personalidad cultural definida aspira a un Desarrollo Social propio, cuyas características van implícitas en dicha personalidad, de manera que, desde este punto de vista, no es posible impo­ner un modelo de desarrollo social de una cultura a un pue­blo ajeno a dicha cultura.

Cuando un modelo de desarrollo inte­gral es transferido e impuesto de una cultura a otra: o el modelo se tergiver­sa o la cultura pierde su personalidad (etnocidio). Lo más probable es que la imposición de modelos de desarrollo termi­ne siempre, a la corta o a la larga, hacien­do desapa­recer la cultura del pueblo domi­na­do.

Por otro lado, si bien al parecer todo grupo humano tiene una tendencia y direc­cionalidad espontáneas hacia la búsqueda y logro de su Desarrollo Social Integral, acentuando uno u otro componente en su evolucionar histórico y como consecuencia de la vigencia de diversas fuerzas internas del grupo, sin embargo, es factible su búsqueda y logro intencional­mente mediante la administra­ción racional de las fuerzas psico-sociales del grupo y de sus recursos disponibles, para lo cual se re­quiere de la elaboración de un plan de desarro­llo social integral, que posibilite la conjugación y organiza­ción de todos los agentes y elementos condu­centes a dicho fin. Es aquí en donde a la Escuela le cabe desempeñar un rol coherente y activo dentro del grupo social, con una finalidad preestablecida y en complemen­tariedad funcional con otros agentes de dicho desarrollo.

Cada una de las culturas de nuestra
región tiene derecho a aspirar a un
desarrollo social propio.
En el caso de nuestra región, dada su pluriculturali­dad debemos reconocer que cada una de las culturas existen­tes tiene sus propias aspiraciones en cuanto a las carac­terísticas de su Desarrollo Social y que, en conse­cuencia, es improcedente querer imponer un modelo de desarrollo social proveniente de la cultura oficial a las culturas nativas, tal y como la venido sucediendo hasta la fecha, entre cuyos mecanismos de imposición se ha contado con la Educación, la misma que ha asigna­do a la Escuela una misión eminentemente etnocida.





En nuestra región los planes de desarrollo
elaborados hasta hoy no han respetado la
personalidad histórica de los Pueblos.
 
Por lo tanto, se hace indispensable, por necesidad histórica, la elaboración de un plan regional de desarro­llo social integral, entre cuyos linea­mientos fundamenta­les se considere, en condición de principio inviolable, el res­peto a la direcciona­lidad histórica de cada cultura de los pueblos de nuestra Región y se reconozca el absoluto derecho que tienen a aspirar a su propio Desarrollo Social cohe­rente con su personalidad histórica.

Infelizmente, al no haberse elaborado jamás este plan, todo cuanto se ha hecho en nuestra Región ha obedecido taxativamente a lineamientos centralistas en todos los aspectos de nuestra vida social y la Educación ha venido siendo ejecutada sin sufrir la más leve modifica­ción y, por tanto, la Escuela ha venido actuando, antes que como agente de Desarrollo Social, como agente depredador y mecanismo de imposición cultural. No viene sirviendo exprofesamente para promover el Desa­rrollo Social Integral sino para desactivar las energías y mecanismos de desarrollo de los pueblos de nuestra región, cumplien­do así el encargo de la cultura dominan­te. Las formas en que viene actuando las hemos ya descrito anteriormente.

Para elaborar un plan de desarrollo integral
tenemos que conocer y reflexionar sobre nuestra
realidad regional. Crías de charapa en eclosión.
Por cierto que la elaboración de un plan regio­nal de desarro­llo social integral requiere el conocer y reflexio­nar sobre nuestra realidad, para ser capaces de inven­tar un modelo pluricultu­ral que incentive y consolide el protago­nismo histórico de nuestros pueblos con absoluto respeto a sus caracterís­ticas. Es en este marco que a la Escuela deberá asignárse­le un rol con absoluta compatibi­lidad funcional con las culturas de los pueblos de nuestra región y en absoluta coherencia con las aspiraciones de desarrollo social de los mismos.

Esa es la escuela que tenemos que inventar con la participación de todas las culturas y comunidades regiona­les.


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