Gabel Daniel Sotil García
Otra de las
omisiones más graves del sistema educativo formal, por sus consecuencias en la
conformación de la personalidad de los amazónicos, es el haber obviado la
enseñanza acerca de la riqueza cultural que es consustancial a nuestra
Amazonía. En la educación que todavía viene siendo promovida en las
instituciones educativas, todo lo referente a nuestra grandiosa diversidad
cultural no alcanza el énfasis que
deberíamos darle en la formación educativa de nuestra niñez y juventud.
Al contrario,
de muchas maneras sutiles se difunde y consolida el mensaje de que tener en
nuestro ámbito regional amazónico diversas nacionalidades indígenas es un signo
y causa de atraso, de subdesarrollo, de imposibilidades de lograr mejores
condiciones de vida social.
Diversos ceramios utilitarios que expresan las particularidades culturales amazónicas. |
Son muy
diversos y eficaces los mecanismos que la cultura mestiza, que tiene el poder
político, utiliza para lograr que las nuevas generaciones de los Pueblos
Indígenas aprendan a sentirse minusvalorados por el uso de sus códigos
culturales tradicionales, incluida la lengua materna (la de sus ancestros),
quienes terminan reconociendo que sus oportunidades se reducen enormemente en
caso de seguir actuando en el marco de su cultura ancestral.
Todo ello
repercute, por cierto, en el empobrecimiento cultural de nuestra región. La
pérdida indetenible hasta ahora de las culturas tradicionales y sus respectivos
idiomas significa empobrecimiento espiritual, debilitamiento de nuestras
identidades culturales, pérdida de creatividad para crear nuestro futuro con
originalidad, pérdida de conocimientos tradicionales y certeros acerca de
nuestro bosque, etc.
Formas de vida propias del poblador mestizo amazónico. |
Por todo ello
es que nos es indispensable que desde el campo educacional hagamos los
esfuerzos necesarios para revertir esta situación de progresivo empobrecimiento
cultural de nuestra Amazonía, pues es la ESCUELA, adecuadamente orientada, el
escenario más propicio, aunque no exclusivo, para superar dicha situación. En
ella, tanto estudiantes mestizos como indígenas, deben formarse en nuevos
valores de relaciones interculturales, para promover la superación del racismo
que se ha venido consolidando en estos últimos cinco siglos, causa de nuestras
relaciones conflictivas que impiden la búsqueda de consensos para coordinar
nuestros planes de desarrollo con el debido respeto a la personalidad cultural
de cada pueblo.
Nos es
indispensable que la población mestiza aprenda a percibir al bosque de una
manera distinta, ajena a los mitos ideológicos creados para posibilitar su
aprovechamiento mercantilista que viene destruyéndolo hasta el presente. Es
necesario que aprendamos a percibirlo como escenario en el que germinaron grandiosas culturas, cuyas conquistas, si
bien no han sido espectaculares, han
tenido un profundo contenido espiritual que debemos aprender a valorar en la
complejidad de su significado.
Mujer indígena en su ambiente cultural, aún desconocido para la mayoría de ama- zónicos. Foto: Archivo CETA. |
Allí, en sus
entrañas, y en el lapso de más de 20 000 años, según estimaciones que aún no
terminan de hacerse, germinó un grupo de pueblos distintos con sus propias
características que los hacían diferentes entre sí pero que compartieron,
y aún comparten, el profundo amor por su
entorno, un acendrado respeto por el bosque, dueños de una cultura
eminentemente forestal con diversidad de manifestaciones y cuyos saberes
milenarios han sido minusvalorados por la cultura dominante y, por lo tanto,
nos siguen pasando desapercibidos.
Hoy, aunque no
tengamos un conocimiento preciso del proceso vivido por ellos desde sus
orígenes; aunque las disquisiciones
teóricas y científicas no nos expliquen con claridad su génesis, lo importante es que aprendamos a reconocerlos
como realidades milenarias contundentes, con quienes compartimos este hermoso,
complejo y diverso escenario que es la selva, y tratemos de entendernos con
características diferentes para nutrirnos mutuamente en un intercambio
armonioso de saberes, sin pretensiones de imposición, para hacer que nuestras
respectivas culturas sean cada vez más fuertes y respetuosas entre sí.
Apu indígena, cuyo rol hasta el presente no es entendido por la cultura mestiza. Foto: El Ojo Verde, FORMABIAP, Telefónica |
Más aún cuando
sabemos que en ese largo pero ignoto lapso supieron construirse como unidades demográficas
totalmente originales, creativas, que las convierte en nuestra única reserva
nacional para buscar las soluciones a nuestros graves problemas, cuando
aprendamos a recurrir, con humildad, a sus capacidades y sus saberes
milenarios. Cuando reconozcamos que son nuestra última fuente de creatividad,
labrada en este larguísimo lapso, todavía cubierto por un manto de obscuridad. Cuando respetemos sus
sentimientos de libertad motivados por la misma
naturaleza, de la que han sabido construirse como parte consustancial, con la
más absoluta coherencia existencial.
Por ello es que se hace
indispensable que nos aboquemos a la construcción de un proyecto de desarrollo
común que, respetando nuestras
respectivas personalidades culturales, nos lleve a la concreción de un
escenario en el que nos realicemos en el marco de la más auténtica democracia
intercultural.
Entre otros, uno de los aspectos en
los que debemos concentrar nuestros esfuerzos, por la inminencia de los
peligros que los asechan, es en el reconocimiento del valor de sus idiomas, de
los sistemas que crearon sistematizando espontáneamente sus experiencias
milenarias de comunicación para entregarnos un tesoro de lenguas, cuyas
características expresan la sublime creatividad de estos pueblos, que hoy
deberían ser reconocidos como componentes fundamentales de nuestra riqueza
espiritual, conformantes de nuestra identidad cultural, tanto regional
como nacional.
Sólo a partir de este reconocimiento
haremos los esfuerzos necesarios socialmente para emprender las acciones y
proyectos que eviten la indetenible extinción
de la que hoy son objetos por incuria e irresponsabilidad sociales.
Artículo publicado en semanario KANATARI, 30-06-2013. www.ceta.org.pe
Artículo publicado en semanario KANATARI, 30-06-2013. www.ceta.org.pe
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