En verdad, estamos transformando a Iquitos en una ciudad inhabitable para árboles, aves y humanos. Ilust. José Morey Ríos. |
Gabel Daniel Sotil
García
Deleitosas y de mil colores?
¿Adónde
habrán ido
Con sus trinos y cantares? (*)
Por la falta de una educación ambiental
pertinente a nuestras características geo-ecológicas, nuestra ciudad viene
siendo agredida indeteniblemente en cuanto a su riqueza natural referida a los
árboles y las aves silvestres, con quienes armónicamente podríamos muy bien
compartir el espacio urbano, de no haberlo transformado en un entorno realmente
agresivo para su subsistencia.
De un tiempo a esta parte hemos venido siendo
testigos de la insania con la que las recientes gestiones edilicias compiten
para destruir aquellos elementos naturales que representan las prodigiosas
características con las que la naturaleza nos ha dotado. Regalos portentosos
que deberíamos aprender y enseñar a valorar, amar y conservar para disfrutar de
sus beneficios.
Los árboles, lo sabemos bien a partir de
investigaciones científicas, nos brindan grandes servicios ambientales: su
belleza, su frescor, la purificación del aire, hogar para el reposo y anidación
de las aves silvestres, etc.
Aves que huyen de las condiciones deprimentes de la ciuddad. El PAUCAR. Ilust. Jaime Choclote |
Sin embargo,
es fácil ver cómo son maltratados: erradicados, cortados, destruidos con podas
hechas con sadismo, sin un elemental criterio estético, como si tuviéramos una
profunda aversión a su presencia. Es decir, tratados con caprichos propios de
quienes ignoran su importancia, que hacen que muchos de ellos más parezcan
esperpentos que nos enrostran, con sus rictus de dolor, sus reproches a nuestro
incomprensible proceder.
Debemos inculcar a los niños el amor y respeto por los árboles y las avecitas silvestres. |
Hace tiempo que se fueron
Hace tiempo que no están
Hace falta su presencia
Y su canto forestal
Pues sus vuelos ondulantes
Que orlaban el espacio
Se hacen extrañar.
A nuestras
autoridades se les ha ocurrido quitar frondosos árboles y remplazarlos por
palmeras que, si bien son hermosas y pudieran ser sembradas en determinados
ambientes decorativos, no poseen las propiedades protectoras que tienen los
árboles, tanto para nosotros como para las propias aves silvestres.
¿A quién se
le ocurriría reposar disfrutando el frescor de una de las palmeras que hoy
vemos en calles y plazas? ¿Anidan en ellas los pajaritos silvestres?
Al ritmo depredatorio de nuestro bosque que hasta el momento venimos imprimiendo, dentro de muy poco este será el paisaje que tendremos. Ilust. Jaime Choclote. |
Sembrémosles más árboles
Que protejan su vivir
Limpiemos nuestras calles
Y toda la ciudad.
Si bien es
verdad que los Municipios no pudieran contar, por motivos presupuestales o de obtusa
percepción, con el personal idóneo para tomar este tipo de decisiones, muy bien
podrían entrar en convenios con las instituciones que sí les podrían brindar un
excelente asesoramiento, como las universidades y centros de investigación. De
manera que podamos hacer de la nuestra una ciudad con las características
físico-ambientales que requerimos para vivir en un entorno saludable, no solo
para los seres humanos, sino también para las plantas y avecitas que demandan nuestra
inteligencia para vivir en paz, que es lo que nos reclaman en cada uno de sus
cantos matinales y vesperales. Pero, no sigamos maltratando a los pocos árboles
que tenemos, con caprichosas podas que afean y destruyen su natural belleza,
que tanto requerimos para un mejor vivir.
Recién entonces volverán
Cantarán cada mañana
Y en cada atardecer
Nos darán sus melodías
Y también su amistad.
Depende de nosotros que las avecitas silvestres vuelvan a adornar nuestros cielos en amaneceres y atardeceres. Ilust. Jaime Choclote |
No sigamos
pues, con tanta tozudez, destruyendo nuestra ciudad. En nombre de las avecitas
silvestres, que aún quieren venir a embelesarnos con sus melodías, pido a
quienes tengan oídos para escuchar, poner término a este injusto exilio y decretar
su retorno triunfante para deleite de nuestra vida.
(*) Fragmentos del poema “Mis penas forestales”, publicado en Sotil,
Gabel. (2009) “Alegre Amanecer”, poemario para la educación forestal, AECID.
Iquitos.
Artículo publicado en semanario KANATARI, 02-06-13, www.ceta.org.pe
Artículo publicado en semanario KANATARI, 02-06-13, www.ceta.org.pe
1 comentario:
Es muy lamentable que nuestra ignorancia ecológica nos está llevando a destruir elementos básicos que son parte de un ecosistema, que son parte para nuestra existencia de la humanidad.
Está cultura consumista nos esta llevando a un mundo deshumanizado
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