Nuevamente nos encontramos a las puertas de una
celebración más de la FIESTA DE SAN JUAN, festividad en la que expresamos y
fortalecemos nuestras raigambres cultural-espirituales propias y diferenciales
de la región selvática, mediante diversos comportamientos sociales.
Sin embargo, algunas reflexiones se hacen necesarias
acerca de nuestra identidad cultural a partir de este hecho.
Sabemos que la identidad cultural se expresa mediante un
conjunto de actitudes que nos predisponen a sentirnos pertenecientes a una
cultura, sentirnos parte de esa cultura y actuar como miembros de esa cultura.
Ella es la resultante de la acción del grupo humano sobre la persona cuando
ésta establece un íntimo contacto con su entorno físico y socio-cultural. Es
parte de la herencia social que recibimos cada uno de los que integramos un
grupo humano.
Esta herencia recibida se hace realidad, se expresa, de
muy diversas maneras a través de comportamientos característicos, es decir, que
llevan un sello común, en acontecimientos que la misma comunidad determina como
ocasiones propicias para dicha expresión.
El JUANE, plato típico que se degusta en esta festividad amazónica. |
La fiesta de San
Juan es, precisamente, una de estas ocasiones de expresión de nuestra
identidad. Pero no sólo eso. Es también ocasión para enseñar y aprender, para
asumir una identidad.
Los niños aprenden de lo que ven en sus padres, sus
hermanos, los mayores en general, que son los referentes comportamentales para
asumir las actitudes básicas con las que se expresa la identidad cultural.
San Juan, como fiesta tradicional, en resumen significa
ocasión para expresar nuestra identidad, pero, más que eso, ocasión para
enseñar identidad a las nuevas generaciones.
Desde ese punto de vista, cabe preguntarnos si los
adultos de hoy le estamos dando un carácter celebratorio coherente con nuestra
cultura regional. Si en ella están presentes manifestaciones básicas y propias
de nuestro ser cultural regnícola.
Las personas o instituciones que tienen a su cargo su
organización, así como de la Comunidad en general, tenemos la grave y
trascendente responsabilidad de hacer que la fiesta de San Juan conserve su
sabor a fiesta selvática así como preservamos el sabor de nuestro delicioso
juane.
Expresión de las habilidades artesanales del pueblo amazónico. |
En consecuencia, esperamos que en el presente año se
pueda revitalizar ese mensaje espiritual que fortalezca nuestra identidad
amazónica, muy ajeno a la avaricia mercantilista que vienen dándole las
empresas que se han apoderado de las iniciativas
celebratorias y terminan imponiendo sus intereses comerciales para incrementar
sus ganancias, sin importarles los aspectos esenciales a los que acabamos de
hacer referencia, aspectos que deberían ser los ejes alrededor de los cuales
giren todas las decisiones de las comisiones edilicias, comunales y vecinales a las que se les
encargue o asuman esta especial misión de organizar una festividad que exprese
nuestra particular forma de ser amazónica.
Con ello enriqueceríamos los atractivos turísticos de
esta hermosa y peculiar región y preservaríamos su esencia espiritual.
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