Pro Reflexiones sobre la literatura infantil: a propósito de la VII Semana de la Literatura Infantil Regional.
Pr Prof. Gabel Daniel Sotil García
Una de las convicciones más firmes que debemos tener los Maestros respecto a la educación actual es que ésta es mucho más que un servicio social. Es decir, que el rol de la educación trasciende, va más allá de ser un servicio que brindamos a la comunidad. Ella es, fundamentalmente, un instrumento que hoy es utilizado para fines de dominación cultural y de imposición ideológica. Que es éste, justamente, uno de los roles principales que cumple la actual educación en nuestro país y, claro, en nuestra región.
Pluricultural y
multilingüe como es, la región amazónica es hoy mismo el escenario de un
enfrentamiento entre culturas; más precisamente, entre las culturas indígenas, originarias de esta región, y la cultura llamada occidental, de raigambre europea,
a cuyo marco formativo pertenecen quienes hoy detentan el poder
político-ideológico.
Hay, por lo
tanto, una implícita aceptación de que la cultura que hoy domina, consolide su
dominación a costa de las demás culturas. Es decir, a costas de su destrucción
lenta pero progresiva. En un proceso de etnocidio generalizado en nuestra
región.
Ello implica que
las nuevas generaciones aprendan a comportarse dentro de los patrones de la
cultura dominante, dejando de lado, en forma progresiva, las formas de
comportamiento de sus culturas de origen.
Es aquí en donde
entra a tallar la educación formal. La educación que promovemos los Maestros en
las instituciones llamadas centros educativos.
Es en estos
escenarios en donde los educandos, hoy en día, aprenden los patrones
comportamentales que la educación oficial difunde, por haber sido,
precisamente, pensada desde la perspectiva de la cultura euro-occidental. Es el
instrumento homogeneizador en nuestro país. Lo que quiere decir que tal y como
está diseñada, la educación actual tiende a la desaparición de las diferencias
culturales.
Uno de los
recursos que se nos enseña a utilizar, cuando estamos aprendiendo a ser
Maestros, es la Literatura Infantil, que proviene de la llamada “cultura universal”.
Cuentos, cantos, poesías, fábulas, refranes, rimas, trabalenguas, etc.
conforman el universo de contenidos explícitos a través de los cuales hacemos
llegar contenidos implícitos a nuestros alumnos.
Con una eficacia
formativa ya comprobada, tales componentes literarios van siendo aprendidos por
los niños y niñas y, con ellos, actitudes, valores, formas de ser, de pensar,
expectativas, concepciones, etc., se van instalando en lo más profundo de su
estructura psíquica.
Cuentos como la
“Caperucita Roja”, “Blanca Nieve…”, “Los tres ositos”, “La bella durmiente”,
“El Príncipe encantado”, etc., que circulan en nuestras aulas y hogares, no son
sólo piezas literarias. Ellos son instrumentos de difusión ideológica. Difunden
una forma de pensar. Una forma de afrontar los problemas. Una forma de actuar
individual y socialmente. Detrás de su forma estética, hay un fondo ideológico.
Igualmente lo
tienen las poesías, las fábulas, las canciones, etc. que enseñamos a nuestros
niños y niñas tomados de las enciclopedias escolares. Y que nosotros enseñamos
a memorizar para que las reciten o canten en cuanta ocasión encontramos
propicia en la dinámica escolar.
Es verdad que
tienen valor estético que es el que les da carácter literario, pero, su
presencia en la escuela cumple otro rol: coadyuvar a la imposición cultural.
Es, entonces, la
literatura infantil que circula en nuestros centros educativos, uno de los
medios utilizados por la educación actual para conseguir uno de sus propósitos
más importantes.
Por ello es que
es de la mayor trascendencia que los Maestros que estamos comprometidos con la
defensa y preservación de nuestro patrimonio
multicultural y ecológico, que debemos ser todos, utilicemos una nueva
literatura infantil. Que creemos una literatura infantil que sirva a los
propósitos de preservar nuestros valores regionales, nuestra cosmovisión
particular, el aporte creador y milenario de nuestros Pueblos Nativos,
indígenas y mestizos, etc. Una literatura infantil a través de la cual
induzcamos en nuestros niños y niñas la formación de las actitudes básicas que
los capacite para conocernos mejor como región, para comprendernos como
peculiaridad histórica y actual, parta abordar la solución de nuestros
problemas propios desde nuestra propia perspectiva, para relacionarnos mejor
entre culturas, respetándonos mutuamente, sin buscar hegemonismos de un pueblo sobre otro.
Una literatura que coadyuve a la destrucción de los mitos ideológicos que hoy
condicionan una relación tergiversada con nuestra región.
Nuevos cuentos,
nuevas canciones, nuevas poesías, nuevas fábulas deben circular en nuestros
ambientes escolares para que la educación sea un instrumento que apoye la
creación de las condiciones psíquicas y materiales para lograr nuestro
desarrollo social; para que el enfrentamiento cultural se transforme en diálogo
intercultural; para que nuestra identidad se fortalezca.
Los Maestros
tenemos una obligación moral de estar al servicio de objetivos trascendentes:
los intereses de nuestra región. Tenemos que defender nuestro patrimonio
ecológico y paisajístico. Tenemos que preservar nuestra diversidad cultural y
lingüística. Tenemos que luchar por fortalecer nuestra identidad cultural.
Tenemos que luchar por nuestra descolonización.
Hay ya algunos
esfuerzos en este sentido. Algunos literatos y profesores vienen entregándonos
sus creaciones. A ellos tenemos que recurrir para educar a nuestros niños y
niñas de una manera diferente. Con nuevos valores. Con nuevas formas de
percibir su rol dentro de la sociedad.
Para eso sirve,
también, la literatura infantil.
Si constituimos
una peculiaridad dentro del contexto nacional, por lo tanto, debemos tener una
literatura formativa que responda a dicha peculiaridad.
Por ello es que
invitamos a los Maestros a hacer un esfuerzo de creación individual y colectivo
para dar vida a nuevos cuentos para nuestros niños y niñas. Nuevas poseías en
que aparezcan nuestras palabras, nuestras expresiones propias, nuestra flora,
nuestra fauna. Cuentos, poesías, etc. que porten un mensaje lleno de
significado para nuestros educandos.
Cuentos y poesías
con resonancia psíquica profunda en nuestros niños. Que los capacite para una
nueva percepción de sus responsabilidades con nuestra región.
Es necesario que
nos propongamos superar la actitud imitativa que se nos enseñó a adoptar en
nuestra labor docente. Actitud que nos ha llevado a enseñar contenidos
educativos referidos a otras realidades. No a nuestra realidad inmediata. No a
nuestro entorno. Razón por la cual nuestros niños salen de la escuela sabiendo
más del mundo que de nuestra propia región. Y sin amor por ella, por cierto.
¿Qué
responsabilidades sociales queremos que asuman con relación a nuestra región en
tales condiciones?
Como puede
inferirse de todo lo dicho hasta aquí, nuestra propuesta es que todos los
Maestros asumamos la responsabilidad de crear una nueva educación, para lo cual se requiere recrear sus diversos
componentes, en un esfuerzo conjunto y complementario.
Nota: Las fotos mostradas hacen referencia a obras poéticas y de cuentos creadas en nuestra región.
Nota: Las fotos mostradas hacen referencia a obras poéticas y de cuentos creadas en nuestra región.
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