22 de agosto:
DÍA MUNDIAL DEL FOLCLOR
Gabel
Daniel Sotil García
Aunque la palabra nos es un
poco extraña por no ser de uso frecuente, sin embargo, cuando identificamos su
referente en la realidad sociocultural, no podemos sino asombrarnos de la
riqueza de su significado, pues ella alude a toda creación nacida en la
dinámica consuetudinaria de una comunidad respondiendo a sus múltiples
necesidades.
Como dice
la UNESCO, institución que estableció la fecha de conmemoración, “El folclore es
la expresión auténtica de un pueblo que abarca sus tradiciones, leyendas,
costumbres, música, danzas, etc. Precisamente estas peculiaridades distinguen
una cultura de otra.”
Y eso, precisamente, es el folclor: el sello de la personalidad
sociocultural de una comunidad. Es eso que hace que ella sea lo que es de
diferente por obra y gracia de la relación de sus miembros con su entorno: su
peculiar forma de satisfacer sus necesidades y que luego es trasmitida a las
nuevas generaciones en el proceso de socialización.
En el caso de nuestra región, no podemos sino alegrarnos y sentirnos
orgullosos de la creatividad de los pueblos tradicionales que, en íntima
relación con el entorno forestal, han sabido crear, en el más estricto sentido
de la palabra, todo un conjunto de respuestas que expresan estas
peculiaridades.
Tanto indígenas como mestizos se han visto expuestos a una férrea e
ineludible influencia del entorno forestal, habiendo elaborado respuestas
coherentes en sus prácticas cotidianas para enfrentar las diversas situaciones
exigidas por la satisfacción de sus necesidades: en valores, actitudes, alimentación,
habitación, vestimenta, uso de instrumentos domésticos, laborales, música,
canto, pintura, relaciones interpersonales, relaciones y percepciones del
entorno, organización social, etc.
Todo, todo ello expresa su sapiencia social, su equipamiento con el que
se relacionan con su mundo para mantenerse como lo que ellos consideran que
debe ser.
Si hay algo que exprese con mayor autenticidad la esencia de un pueblo,
eso es el folclor. Por ello es
necesario que aprendamos a respetar y defender el folclor de cada uno de los
pueblos que conforman la grandiosa diversidad de nuestra región.
Pero, no solo respetarlo, sino también apoyar los esfuerzos por
fortalecerlo, pues es de su intimidad de donde han se surgir las fuerzas para
comprometernos con la construcción de un país
y región sólidos, orgullosos de su forma de ser creada por quienes lo
integramos.
Es de sus propias entrañas de donde han de emanar los auténticos
compromisos sociales e individuales para construirnos como el país en donde
todos, personas y pueblos, encontremos las condiciones indispensables para
percibirnos como auténticos protagonistas de nuestra historia individual y
colectiva.
Hoy, en este DÍA MUNDIAL DEL FOLCLOR, debemos mirar la esencia social de
cada uno de nosotros para vernos reflejados en lo que tenemos de elementos
sociales y culturales compartidos con los demás de nuestra colectividad.
Y, entonces, descubriremos cuánto hay de los demás en cada uno de
nosotros, pues nuestra formación como individuos es el efecto de la acción del
grupo en el proceso constructivo de nuestra personalidad.
Acción que se ejerce desde cada uno de los componentes del folclor de
cada comunidad: costumbres, creencias, instrumentos operativos, influencias
interindividuales, arte, y cuanta creación es posible concretar en la dinámica
de una sociedad para satisfacer sus muy diversas necesidades.
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