Arquitecta
Gabriela Vildósola Ampuero
DISERTACIÓN realizada el 09 de agosto de 2016 en la
presentación del número especial de KANATARI 1600: “BELÉN HOY”
Quiero
partir diciendo que desde siempre ha existido una relación
estrecha de la ciudad de Iquitos con el río al haber nacido en su relación con
éste al instalarse el apostadero naval en 1864 y casi con él nació también el
barrio de Belén con una propuesta propia de arquitectura popular amazónica sobre
el agua. Ya lo han dicho los que me
precedieron…
El Plan de Desarrollo Urbano
Sostenible de Iquitos al 2021 lo reconoce así y lo plantea en una de sus
visiones de desarrollo “CIUDAD DEL RÍO” que
me permitiré citar textualmente “La ciudad de Iquitos se articula de manera
sostenible con los cuerpos de agua que la rodean mediante espacios públicos,
infraestructura de transporte, áreas verdes y barrios salubres, eficientes y accesibles a todos los habitantes y
visitantes de la ciudad. Los aspectos históricos y ambientales relacionados con
el río se han incorporado a la identidad
de la ciudad mejorando la calidad de vida de sus habitantes.”
Lástima que esto ha quedado en el papel y guardado
en algún escritorio municipal.
La falta de conocimiento y la poca identidad
cultural amazónica no solo ha dejado de lado lo planteado en el Plan de Desarrollo
Urbano sino que ha fortalecido el paradigma de lo ajeno y la imposición desde
arriba y desde afuera, como bien dice el padre Joaquín García. Hemos construido
urbanística y arquitectónicamente nuestras certezas a partir de lo que se
produce y discute en otros lugares. En un país con una sola centralidad y una
sola verdad, la hemos aceptado silentes porque nos han hecho creer que es única
y absoluta, orientada a la homogeneización cultural y arquitectónica en un país
de diversidad cultural resulta paradójico y poco creíble. La historia y el tiempo nos ha demostrado y
nos seguirá demostrando lo errados que estamos.
En un mundo global, lo local
cobra gran dimensión en tanto fortalece el vínculo de lo interno con lo externo,
nos da identidad y nos diferencia.
Las ciudades sobre el agua,
con palafitos o flotantes no solo son una realidad nuestra, las hay en muchos lugares
alrededor del mundo. La arquitectura popular o arquitectura vernácula es una
arquitectura nacida desde adentro y en relación armónica con el medio donde se
desarrolla, comprende y responde mejor el lugar y produce de modo natural y
tradicional su propio hábitat. Tiene coherencia de estilo, forma y apariencia.
Es una respuesta directa a los requerimientos funcionales, sociales y
ambientales.
Sin embargo, estas
estructuras vernáculas son extremadamente vulnerables y se enfrentan constantemente
a serios problemas como los que estamos viviendo actualmente con la propuesta
del Ministerio de Vivienda de erradicar Belén zona baja y el proyecto de ciudad
satélite en la carretera Iquitos Nauta que urbanística y arquitectónicamente es
ajena completamente a nuestra realidad cultural y ambiental.
Los gobiernos y autoridades
deben reconocer el derecho de todas las comunidades a mantener su modo de vida
tradicional y a protegerlo contra toda forma de afectación.
Entendamos que nuestra relación
con el río es innata y necesaria económica, social y culturalmente.
Entendamos también que
debemos partir por reconocer la diversidad cultural, que no todos somos,
pensamos o vivimos igual. Debemos aceptar que todas las formas culturales de
habitar son respetables y responden a un tiempo y a un espacio y debe
corresponderle su defensa, cuidado y gestión en primer orden, a la comunidad
que lo ha generado es decir a nosotros, a los beleninos, a los loretanos.
Tuve la experiencia de
participar en el programa SOS ciudades Taller Sudamérica en el año 2011 con
arquitectos y estudiantes de arquitectura de Argentina, Chile, Brasil, Paraguay,
Uruguay y Perú aquí en Iquitos para trabajar propuestas de desarrollo urbano
sostenible en nuestra ciudad. Increíblemente
la mirada desde adentro era distinta a la de los que venían de fuera. Ellos
veían posibilidades y potencialidades donde nosotros solo veíamos límites y
dificultades, es innegable que es mucho más fácil trabajar sobre lo seguro y no
sobre la incertidumbre. La relación con el agua, su colonización, el trabajo
del borde como una conexión, como una interface y no como un límite era uno de
los mayores atractivos urbanos que ofrecía la ciudad de Iquitos y ellos lo
visualizaron claramente. Aquí seguíamos y seguimos negando esa innata relación.
La precariedad, inseguridad
e insalubridad que hoy se vive en Belén no destierra lo dicho hasta aquí. Ha
correspondido y corresponde a las autoridades dotar de soluciones adecuadas (Y
si que las hay) para que las condiciones de habitabilidad sean mejores y más
sostenibles. El problema no radica en vivir sobre el agua, ni en la respuesta
arquitectónica de casas de madera sobre palafitos o flotantes. Es un tema de
desatención del gobierno local y nacional de no dotar de los servicios adecuados
para cubrir las necesidades básicas de los pobladores, lo que se ha dado a lo
largo de los años.
Hemos pretendido siempre buscar y
aceptar la solución menos compleja, menos reflexiva y más facilista. La
erradicación como respuesta única al problema de Belén zona baja. No hemos sabido asumir el reto.
Como ciudadanos, como
autoridades, como arquitectos, como ingenieros como historiadores, sociólogos,
desde la academia, las universidades etc. debemos asumir el reto, el desafío de
construir cultura y transformar la realidad y la arquitectura es una
herramienta para ello.
Construir cultura supone una
actitud comprometida con el tiempo y el espacio en el que vivimos. Una actitud
reflexiva que va más allá del oficio. En mi campo, la arquitectura adquiere una
dimensión social y cultural y tiene valor en tanto haga un aporte que
transcienda la obra específica y ayude a transformar la realidad en la mejora
de la calidad de vida de sus habitantes sin trastocar los modos de ser y vivir,
en el respeto absoluto de las diferencias culturales y en la aceptación de que
no existe una forma única de entender la vida y el hábitat así como de resolver
los problemas que en el cotidiano caminar se suscitan.
¡MUCHAS GRACIAS!
(*) Esta disertación contiene los argumentos de la autora, de diversa naturaleza, respecto al denominado proyecto "BELÉN SOSTENIBLE" , en los que ella fundamenta su oposición a dicho proyecto. Como bien sabemos, el gobierno central viene desarrollando un plan para trasladar a la población de Belén sin la debida y necesaria discusión y análisis. Leamos con atención los mencionados argumentos.
1 comentario:
Interesante post, aunque creo que seria interesante reflexionar a profundidad sobre los orígenes de estos asentamientos sobre el agua en las urbes amazónicas, para tener un diagnostico mas preciso. Sospecho que es mas una dinámica urbana la que los genera, además de la inercia del estado para generar una propuesta de vivienda urbana para las ciudades, no veo mucha diferencia entre estos asentamientos y las invasiones en la costa, o las ocupaciones de quebradas en el norte. No se, los dueños de estas tierras, los nativos amazónicos, vivían sobre el agua?, creo que no, por temas sanitarios. Igual me parece un horror la idea de trasladarlos a 90kms de la urbe, a un ghetto en pleno siglo XXI, concuerdo que un proyecto complejo es la solución, pero mis dudas sobre si esto es una expresión de "cultura" local o mas bien una muestra de supervivencia ante el abandono. Los extranjeros es verdad que pueden ver mas posibilidades, pero también pueden equivocarse en sus definiciones sobre lo que es "cultura local" ante cualquier expresión distinta a la de ellos.
Podría decirme en que etapa están ahora? soy Arquitecto y estoy haciendo una investigación en Pucallpa en una zona similar.
Saludos.
Chrisian Vaquez
cvs-arq@hotmail.com
Publicar un comentario