1962 – 04 de junio -2017
Prof. Gabel Daniel Sotil García
Dicen
las crónicas de la época que el 4 de junio del 1962 fue un amanecer muy
especial en Iquitos, pues fue escenario de un inusitado ajetreo en algunos
hogares, cuyos hijos se alistaban, con una emoción muy especial, para comenzar
sus clases en la casa de estudios superiores que acababa de ser creada y que,
habiendo superado los trámites pertinentes, esa fecha debería dar inicio a sus
labores académicas, con 243 jóvenes que habían logrado su ingreso en el examen
que rindieron, en el local de la G.U.E. “Mariscal Óscar R. Benavides”.
Esa casa de estudios
superiores era nada menos que la Universidad
Nacional de la Amazonía Peruana – UNAP, que, habiendo sido creada por Ley
13498, de 13 de enero del 1961, iniciaba su entrada a la senda institucional
para formar a las futuras generaciones de profesionales para nuestra región.
Han pasado ya cincuenta y
cinco años desde entonces, acompañando el discurrir de nuestro Amazonas. Lapso
en el cual se han venido haciendo realidad las intuiciones y convicciones de
quienes la concibieron, dándole forma definitiva a sueños que lentamente se
vienen renovando al compás de los cambios que le presenta como retos el mundo
en el cual vivimos.
Hoy cumple la UNAP un
aniversario más, 55 AÑOS, tiempo propicio para dar una mirada, tanto hacia lo
recorrido como hacia adelante, para intuir la senda que debe desbrozar para
seguir fiel a sus postulados primigenios, que la acompañan desde su nacimiento:
servir a la Amazonía, para que siga
siendo Amazonía.
Indudablemente, las sucesivas
gestiones administrativas han sabido dar los pasos pertinentes para consolidar su institucionalidad. Como
tal, ha sabido dialogar mirando de frente a su realidad para intuir las
necesidades básicas de este formidable, hermoso y promisorio escenario que es
la selva para interpretar sus más íntimas necesidades. Ha sabido, cual
institución inteligente, superar muy diversas limitaciones. Ha sabido, también,
responder a sus requerimientos y a sus sueños de devenir en la región con aún
un desconocido potencial que debe ser develado para seguir creando nuevas
especialidades o profesiones para consolidar su esencia forestal, integrante de
ese grandioso y formidable espacio llamado Amazonía, cuyo rol planetario en lo
ecológico, social, cultural, económico y espiritual ya está siendo conocido por
los estudios científicos de la que es objeto.
Su contundente realidad, que
hace que esté presente en todo su ámbito de influencia amazónico, nos exige
pensar y ensayar posibles rutas en su futuro, para superar algunas deficiencias
que hasta hoy subsisten.
Y una posible primera ruta es
el abordaje de una reflexión consistente y sistemática de la reflexión sobre
nuestra realidad amazónica dentro del contexto nacional. Hasta el momento esta
tarea no ha sido abordada con la insistencia y consistencia necesarias. Nuestra
universidad, así lo considero, no ha sentido como necesaria la preocupación por
hacer y crear lo que bien podríamos
llamar un “pensamiento amazónico”, que responda a las esenciales
características del ser amazónico: su forestalidad, su multiculturalidad, su
ruralidad, su espiritualidad.
La presencia imponente del
pensamiento foráneo, no nos ha posibilitado el generar líneas de pensamiento
que respondan a lo que somos, a nuestras características, a nuestras
necesidades regionales. Hemos asumido que lo que se diga de y para el Perú, es
también aplicable a la Amazonía. Lo cual, por cierto, es una verdad a medias,
dado que la selva tiene sus peculiaridades distintivas que bien pueden y de
hecho son fundamentos para generar un
pensar autónomo. Un mirarnos desde nuestra interioridad para identificar esos
componentes trascendentes que son la esencia de las cosmovisiones de los
pueblos originarios, que hasta hoy nos negamos a conocer o despreciamos sin
intentar aproximarnos para sentir su plena vigencia, pese a las agresiones de
la cultura oficial y dominante.
Por otra parte, se necesita
trabajar explícitamente un modelo societal para nuestra Amazonía, por cierto que en el
marco de la nacionalidad peruana, cuyas características posibiliten responder a nuestra condición forestal
y multicultural, dinamizada en el marco de un desarrollo endógeno,
transformador de sus propias riquezas naturales, formada por personas y pueblos
con un profundo conocimiento crítico de su realidad y plena identificación con
los intereses regionales. Por cierto que este propósito solo será logrado si
promovemos la más plena participación de los Pueblos Indígenas en su
construcción, cuyas propuestas y formas de pensar deben ser tenidas en cuenta
por el trato milenario de sus relaciones con el bosque amazónico.
Pensarla y aceptar su
heterogeneidad cultural y biológica nos va a permitir la formación de profesionales
críticos, reflexivos, comprometidos con la preservación de los valores que
fueran creados, por experiencias vivenciales, por la acción creadora de quienes
hoy representan las reservan morales de una ética basada en el respeto y
armonía con nuestro entorno.
Otro aspecto que considero
esencial para concretar en nuestro futuro institucional es el referido a la
percepción que tiene la sociedad nacional de nuestra Amazonía que, hasta el
momento, es percibida con una serie de prejuicios que hemos heredado desde la época colonial, época en la cual se
construyó una percepción fragmentada, negativa, tergiversada de nuestra región,
la misma que se expresa en una serie de prejuicios respecto a su aspecto humano
y físico-geográfico. Nuestra universidad debe plantearse como uno de sus
objetivos el acercar a la sociedad nacional a un mejor conocimiento de nuestra
compleja realidad, más allá de lo superficialmente turístico.
En la medida en que se
visibilice nuestra presencia en el concierto nacional, seremos destinatarios de
mejores decisiones gubernamentales y referentes de las políticas económicas,
sociales, culturales, etc. Sólo así generaremos el conocimiento respetuoso de
la colectividad nacional, que aún nos mira como si fuéramos una región de libre
disposición para los fines de los gobiernos de turno.
Sean, pues, estas reflexiones
un pequeño aporte en este aniversario de nuestra institución, para seguir
buscando las sendas de realización de sus más altos intereses.
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