Prof. Gabel Daniel
Sotil García, FCEH - UNAP
Para
lograr el objetivo de conocernos mejor como región, tenemos disponibles muchos
caminos en la actualidad. Unos más claros que otros, por cierto; pero, todos
útiles para lograr una comprensión cada vez mayor.
Es
éste el caso de la ARQUEOLOGÍA, una de las disciplinas integrantes de las
denominadas Ciencias Sociales, que nos provee de información acerca de estadios
lejanos, cronológicamente hablando, de nuestro proceso cultural.
En
la medida en que se logra mayores avances en las investigaciones en este campo,
vamos confirmando que nuestra región ha sido asiento de Pueblos que, desde
muchos miles de años atrás, decidieron establecerse, sea temporalmente, sea
definitivamente en un determinado lugar, transformándolo en su hábitat.
Estos
estudios vienen arrojando interesantísimos resultados, tanto en el aspecto
cultural como en el referido a las características geográficas, climáticas,
geológicas, etc. de este extenso territorio en el que se ubica hoy nuestra
región.
Restos arqueológicos en La Luna, río Morona, Datem investigaciones de Arqueólogo Santiago Rivas (foto Prof. J. Trigoso) |
En
lo relativo al aspecto físico-geográfico, hay evidencias de que en los últimos
veinte mil años ha sufrido profundos cambios en su configuración externa.
Debemos imaginarla como una zona boscosa, inestable relativamente, pues ha
tenido grandes períodos (miles de años) en que ha dejado de ser, por lo menos
en dos oportunidades, un bosque homogéneo y continuo, que es como lo vemos hoy
en día. En esos largos períodos milenarios, en que la temperatura general
descendiera por lo menos unos 3º C, por efectos de los períodos de glaciación
en los Andes, el bosque fue profundamente impactado, a tal punto que se formaron islas o refugios
de bosque circundadas por sabanas o llanuras áridas, dentro de las cuales, el
hombre amazónico ya presente, se vio obligado a dar respuestas culturales
adecuadas a estas condiciones nuevas.
Uno
de estos Pueblos es el que vivió en el área que hoy ocupa la cuenca del río
Chambira, por lo cual se la llama CULTURA CHAMBIRA, cuyos restos arqueológicos
evidencian haberse desarrollado en un período en que nuestra región vivió un
largo período de alteración climática, formándose grandes sabanas áridas
alternadas con grandes extensiones boscosas, llamadas éstas “refugios de
bosque”.
Es
en una de estas sabanas áridas, en que se convirtiera el sector del Chambira,
en donde se desarrolló, hace algunos miles de años, esta cultura que nos ha
dejado sus creaciones, a partir de cuyos restos, estudiados a la luz de la
ciencia actual, podemos inferir algunas de sus características. Una de las
cuales, es precisamente, que su hábitat no fue el de un área boscosa sino un
área carente de vegetación y con un clima seco. El tipo de objetos de arcilla
(alfarería de botellas) y los componentes de la misma, así lo confirman.
Estos
resultados, por cierto que provisionales por ahora, pero con el fundamento de
las evidencias arqueológicas, conjugados con los resultados que se vienen
obteniendo en otros campos científicos (estudios paleoclimáticos y biológicos),
vienen dando fuerza, cada vez mayor, a la teoría de los REFUGIOS DE BOSQUE, que
nos permitiría comprender la enorme y maravillosa diversidad biológica de
nuestra actual región.
Ceramio de etnia amazónica actual |
De
esta manera, vamos logrando tener un panorama explicativo de muchas de las
características de nuestra Amazonía. El
esfuerzo de algunos pocos científicos, interesados en lograr cada vez un mejor
conocimiento de esta región va dando estos hermosos frutos, que nos permiten
conocer la presencia humana en ella desde ¿algo más de veinte mil años? y
seguir su trayectoria creativa en todo
este lapso y saber que en todo este período, quienes nos antecedieron en tan
lejanas épocas, siempre supieron dar respuestas propias, originales,
concordantes plenamente con su entorno, construyéndose su propia manera de
vivir. Con lo cual queda, pues, demostrada nuestra gran capacidad creadora,
para enfrentar las diversas condiciones que nos ha tocado vivir, adquirida a
través de un milenario ejercitamiento social.
Todas
estas reflexiones se las debemos al Arqueólogo DANIEL MORALES CHOCANO (*), quien viene
aportando al conocimiento y comprensión de nuestro lejano pasado a partir de
las investigaciones científicas que viene realizando con su equipo de trabajo.
Él
es una de los pocos científicos que
viene haciendo grandes esfuerzos para desentrañar los secretos que aún yacen
escondidos en las entrañas del suelo amazónico y que poco a poco vienen siendo
develados, permitiéndonos una mejor y más cabal comprensión de nuestro pasado,
sin la cual no podemos entender nuestro presente y menos prepararnos para
enfrentar racional y coherentemente nuestro futuro.
(*) Dr.
Daniel Morales Chocano, Arqueólogo y Profesor de la Facultad
de Ciencias Sociales de la UNM SAN MARCOS.
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