Para conocer a la Amazonía
Prof. Gabel Daniel Sotil García, FCEH - UNAP
INTRODUCCIÓN
La belleza y riqueza de nuestra
región se expresa de muy diversas maneras; una de ellas es en las formas o
accidentes de su suelo.
Las franjas blancas son las playas que se generan con la vaciante o merma de los ríos. |
Formas a las cuales les hemos dado
nombres con palabras propias de nuestra riqueza lingüística, lo cual constituye
también un aporte de nuestra creatividad social.
Tanto el conocimiento de estas
formas físicas de nuestro suelo como el de las leyendas y mitos son trochas para penetrar al entendimiento y conocimiento
de nuestras peculiaridades materiales y espirituales, que tipifican nuestra
regionalidad.
Esa diversidad de formas o
accidentes geográficos nos da, como región, características muy especiales en
nuestro país, generando un paisaje de una singular belleza, que debemos conocer y aprender a apreciar y respetar.
Conozcamos estos componentes de
nuestra geografía, tan propia, que tenemos.
LAS VUELTAS,
CURVAS O MEANDROS:
Al interior de los Andes, en donde
nace la mayoría de nuestros ríos amazónicos, sus cauces son accidentados y su
caudal discurre con violencia y fragor.
Cuando éstos van entrando a la
planicie amazónica, a lo que se llama Selva Baja o Región Omagua, amainan
progresivamente sus bríos hasta adaptar su velocidad al poco desnivel del
suelo, haciendo que su caudal se desplace suave y calmosamente, dando a nuestra
región una de sus características muy especiales, que hace que el agua, es
decir, el caudal del río, se desplace lentamente, siguiendo las sinuosidades de
los cauces, labrados a través de miles de años.
Cuando miramos a nuestros ríos
desde cierta altura, los vemos cual si fueran inmensas anacondas que se desplazan,
con displicencia, entre el tupido bosque.
En los mapas, en los que se representa
a los ríos de nuestra región, podemos ver la infinidad de curvas que tienen, aunque
unos más que otros, haciendo que las distancias que hay en línea recta, entre
uno y otro caserío, se multipliquen muchas veces respecto a la que tienen
siguiendo el curso del río.
Es necesario
puntualizar que en la Selva
Baja , Región Omagua o Llano Amazónico, la gran mayoría de comunidades
o pueblos rurales se ubica en las
riberas; es decir, en las orillas o cantos de los ríos y cochas.
Por esta razón, los ribereños
suelen expresar las distancias entre una comunidad y otra por las vueltas que
hay entre ellas. Así, dicen: “tal comunidad está a seis vueltas de aquí”. Si
esta comunidad está río arriba, es decir, yendo en contra de la corriente, se
dice “tenemos que surcar” y, si es en el sentido en que se desplaza la corriente,
se dice “tenemos que bajar”.
Las características que tienen
algunos meandros o vueltas de algunos ríos han dado origen a diversos cuentos,
que los ribereños relatan, por ejemplo, el encuentro imprevisto
con una Sirena, a la que dicen haber encontrado sentada en el tronco de un
árbol caído sobre el río o en un banco de arena, en actitud de tomar el sol o
en despreocupado acicalamiento. Y hasta se cuenta de casos en que algunos de
ellos han sido conquistados por la belleza de la sirena y llevados a lo
profundo del río o de otros que han quedado prendados de su hermosura hasta
perder la razón, a tal punto de haberse lanzado al río para reunirse con la
amada sirena. Como su cuerpo no ha sido encontrado, pese a la búsqueda
emprendida por sus familiares, se supone que ha sido llevado al reino o ciudad
acuática en el fondo del río.
Fotos cortesía del Biólogo José Álvarez Alonso.
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