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oviembre se
construye desde el fondo de los lechos de nuestros ríos y cochas.
En la alternancia
deleitosa de días grises, abrigados por férreos mantos de nubes, con aperturas
luminosas de los cielos amazónicos, noviembre avanza renaciendo en las hojas y
flores de los árboles prodigiosos
que nos regalan el deleitoso
perfume de los primeros y sabrosos mangos.
Lento ascenso de las aguas |
En una de sus noches, en
las playas más lejanas, el ciclo germinativo de las charapas se completa
en los profundos nidos por ellas excavados, para dar
vida a nuevos seres que quieren disfrutar de este mundo maravilloso.
En el encuentro feliz con el agua de los ríos y las
cochas, las charitos se incorporan
a esa proverbial diversidad de
vida, haciéndola más bella aún cuando se solean displicentes en los troncos
y cantos de los ríos en las horas en que calienta el
sol.
Es así que, en sus noches apacibles, la luna llena se deleita
contemplándose en las cochas y tahuampas de remota soledad y, en las tardes
borrascosas, se dibuja la figura solitaria de una garza que otea la ignota
inmensidad, adornando el encanto de los árboles enhiestos que desafían la
indomable tempestad.
LAS
CHARITOS
Cobijados
por la arena
que su
madre colocó,
los
huevitos en el nido
tuvieron
que esperar.
El sol
les dio calor,
las
lluvias, humedad
Y el
tiempo silencioso
los hizo
germinar.
Hoy ya
son charitos
Que
salieron a la luz
Luciendo
muy graciosas,
Su
alegría de vivir.
Veloces
van corriendo
Cruzando
el arenal
Alegres
van buscando
el agua
celestial
Su gracia nos seduce
Y también nos compromete
Pues ellas son riqueza
que debemos proteger.
Preparando la fariña |
Los peces esperan que
se abran las puertas de las cochas, tahuampas y tipishcas
para recuperar presurosos los dominios que tuvieron que abandonar, pero ya están
depositando sus huevos en los primeros gramalotes y hojarascas, a la
espera de la oportuna fertilización que asegure su reproducción.
Es
noviembre el mes en que se cierra el círculo en la dinámica hídrica de nuestra
región, pues en la sierra de nuestro país ya aparecen las primeras nubes
anunciando las lluvias, cuyas aguas nos han de llegar muy pronto recorriendo
los inumerables cauces de ríos y
riachuelos de estos verdes espacios, en
los cuales las lluvias y el calor se
combinan en perfecta armonía para generar un escenario propicio para el ser
humano, las plantas y los animales en la mayor diversidad imaginable.
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